¿Los ROBOTS nos reemplazarán?
Este video es presentado por Platzi, la plataforma de educación online que te enseña
todas las habilidades para triunfar en la nueva economía digital. Nunca pares de aprender.
GODÍNEZ: Dice el jefe que van a poner robots en la empresa para que trabajemos menos… supongo que menos horas.
MENSAJERO ROBOT: ¿Godínez? Pase a caja por su liquidación. Y llévese sus cosas…
JAVIER. El miedo a que la tecnología nos quite nuestro trabajo se está volviendo algo muy real, pero.
¿Puede ocurrir algo así?
¿Los robots nos reemplazarán?
Ya desde los años 60 los robots industriales como Unimate empezaron a realizar en las fábricas
tareas que requerían de precisión y al mismo tiempo eran repetitivas y aburridas.
Pero desde entonces la robótica ha avanzado muchísimo.
Los robots actuales pueden hacer cada vez más cosas que hacemos los humanos.
Asimov, creado por la corporación Honda, puede caminar y subir escaleras.
Valkyrie, desarrollado por la NASA y la Universidad de Edimburgo
para explorar otros planetas, puede incluso trabajar en ambientes demasiado peligrosos para los astronautas.
Atlas, diseñado por Boston Dynamics, es tan fuerte y ágil, ¡que hasta puede hacer acrobacias!
Y, mientras los humanos tenemos un límite en cuanto a nuestra fuerza y el tiempo que podemos trabajar
sin descansar, los robots no tienen esas dificultades.
Pero no sólo en lo físico los robots comienzan a superarnos. Ya en 1997 la computadora Deeper Blue
derrotó al campeón de ajedrez Garry Kasparov.
Y en 2017 AlphaGo superó al campeón Ke Jie en el complejísimo juego de Go.
Este software ya trabajaba con inteligencia artificial basada en redes neuronales y aprendizaje automático
o machine learning, lo que le permitía no sólo tomar decisiones a partir de un programa,
sino efectivamente aprender de sus errores hasta adquirir habilidades superhumanas.
Aunque no tengan apariencia humana, los robots ya están haciendo trabajos que hacían las personas.
La mayor parte de las tareas en la industria de la manufactura ya son realizadas por robots,
y éstos ya están haciendo labores en la agricultura. Los cajeros automáticos ya están en los bancos y cada vez
son más las tiendas que los emplean en lugar de personas de carne y hueso. Lo que antes hacía
un equipo de contadores y contadoras, ahora lo puede hacer un software bajo la dirección de una sola persona.
Los drones militares pueden reconocer terrenos y atacar enemigos con más precisión y menos riesgos que los soldados humanos.
No pasará mucho tiempo para que las empresas empiecen a usar automóviles inteligentes
que reemplacen a los taxis y transportes de carga inteligentes que sustituyan a los camioneros.
Y con las tecnologías de síntesis de habla y realidad virtual, parece que
¡hasta los actores podemos ser reemplazados! ¡GULP!
No es la primera vez en la historia que nos preocupamos por que las máquinas nos reemplacen.
Ya en el XIX, con la llegada de la revolución industrial, los telares mecánicos le empezaron a quitar el trabajo
a los artesanos y las máquinas trilladoras dejaban sin empleo a los agricultores. Esto
causó gran malestar entre los obreros. Tanto que muchos de ellos, al no tener formas de
organización, empezaron a destruir máquinas como forma de presión.
A los integrantes de este movimiento se les conoció como “los luditas”, por un tal Ned Ludd,
que supuestamente fue el primero en ponerse a destrozar aparatos (aunque probablemente fue ficticio).
Actualmente se le llama “ludita” a quien se opone a la tecnología o a la industrialización.
En esa época, la industrialización creó un gran progreso, pero también un fuerte
problema social. ¿Qué pasará en el futuro cercano?
En los años 50, para la ciencia ficción optimista, la llegada de los robots en el
futuro traería prosperidad a todos: podríamos dedicarnos a enriquecer nuestro espíritu
porque los robots harían el trabajo pesado. Lo malo es que no ha sido del todo así: la
riqueza y el tiempo libre lo pueden acumular... pues quienes son dueños de los robots.
Ya hay muchas personas que están perdiendo sus trabajos. Esto está agudizando un problema
social que sólo se puede solucionar modificando los modelos económicos, como sociedad.
Pero, como individuos, cada uno de nosotros sí podemos prepararnos para el cambio.
Porque las cosas ya están cambiando y lo seguirán haciendo a un ritmo muy rápido.
Ya no se puede esperar, como los artesanos del Siglo XIX, tener el mismo oficio toda la vida.
El académico Joseph Elie Aoun nos dice que la clave para que los robots no nos quiten
el trabajo está en la educación. En primer lugar, aprender habilidades que los robots
no pueden aprender, relacionadas con creatividad, solución de problemas, emprendimiento y liderazgo.
En segundo lugar, quitarnos la idea de la cabeza de que sólo estudiamos una vez y después
sólo aplicamos lo aprendido: el cambio es tan constante que es necesaria la educación contínua a lo largo de toda la vida.
Por último, saber que aunque hay profesiones que desaparecerán, hay otras que están naciendo
o aparecerán en el futuro: se requerirán expertos en energías renovables, como la solar y la eólica.
Al aumentar la edad de la población, se necesitarán cada vez más profesionales de la salud.
Las carreras en desarrollo de software e informática siguen a la alza. Y las relacionadas con la bioingeniería
y la genética también son importantes. Y por supuesto, aquellas que tienen que ver
con la construcción, programación y mantenimiento ¡de robots! ¡Curiosamente!
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