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Píldoras de Psicología, Respetar a las madres que dan biberón... ¿o vender leche de fórmula? #SMLM2018

Respetar a las madres que dan biberón... ¿o vender leche de fórmula? #SMLM2018

Hoy toca una píldora delicada... llevaba tiempo en la lista de pendientes, pero por

una cosa u otra la íbamos retrasando, quizá porque sabemos que puede ser polémica, aunque

no debería serlo. El caso es que nos ha pasado algo recientemente que nos ha dado el empujón

que necesitábamos para grabar este vídeo. Luego os lo cuento. ¡Vamos a verlo! Ya hemos hablado otras veces de la importancia de respetar las decisiones de las madres,

pero esta vez vamos detenernos en un tema delicado donde los haya... la lactancia natural

o la lactancia artificial. Y digo que es un tema delicado porque, aunque a nivel de consejo

sanitario está claro que lo que hay que recomendar y fomentar es la lactancia materna esto nunca justifica el

atacar o faltar el respeto a las madres que por el motivo que sea deciden alimentar a

sus hijos mediante fórmulas adaptadas. Sería absurdo, tan absurdo como atacar o

dejar de respetar a las personas que no llevan una dieta súper saludable, los que son sedentarios,

los que toman bebidas alcohólicas, o los que fuman. Porque, ¿cuántos de aquí nos

libramos de caer en alguno de estos grupos?, ¿pocos, verdad? De hecho muchos caemos en

varios de ellos. Bueno, pues igual que sería absurdo atacar a toda esta gente, que seríamos

casi todos, por el mismo motivo nos parece poco acertado atacar a las madres que dan

biberón a sus hijos. Entonces, resumiendo, lo que hay que recomendar siempre es la lactancia materna,

pero independientemente de esto, lo que hay que hacer en todo caso es respetar a las madres

que, por el motivo que sea, han decidido dar lactancia artificial. Hasta aquí supongo

que estaremos todos de acuerdo... De hecho, con esta misma idea en la cabeza

empezamos el capítulo sobre LM de nuestro libro, tomando una cita de “Lactivista”

de la Dra. Ibone Olza, en la que dice lo siguiente: “son infinitas las razones por las que una

madre puede decidir no amamantar, y cada una de ellas merece el máximo respeto. Lo que

verdaderamente necesitan todos los recién nacidos, sin excepción, es sentirse queridos,

no solo por sus madres sino por toda una familia o comunidad. Las madres siempre necesitan

respeto, apoyo y reconocimiento». Hasta aquí todo correcto. No hay que culpabilizar

a las madres que deciden por el motivo que sea, dar un bibe a sus hijos. Merecen respeto,

apoyo... muy bien. Pero el caso es que tenemos unas tasas de lactancia materna bastante lamentables;

la duración media de la lactancia materna en nuestro país es de tan solo 3 meses. Aunque

antes de dar a luz la mayoría de las madres tienen la idea de darle el pecho a sus hijos,

muchas salen ya desde el hospital con el biberón, y muchas otras que salen de allí con lactancia materna exclusiva,

pronto se pasan a mixta y poco después dejan el pecho por completo. Lo cierto es que la

mayoría de las lactancias acaban en nuestro país mucho antes de lo que madres y bebés

desearían. Como hemos dicho, desde luego no hay que señalar ni acusar a las madres,

pero sí que podemos buscar algunos responsables de este panorama tan penoso…

El caso es que si tenemos que mirar a algún sitio para encontrar los culpables de este

panorama, sin duda el contexto que rodea a las madres explica muchos de estos indicadores.

El contexto actual que tenemos es lo que se ha denominado cultura del biberón, que ha

desplazado a la tradicional cultura de la lactancia; como señala el Dr. Paricio, “más

de una generación de mujeres no han amamantado a sus hijos, interrumpiéndose una transmisión

de conocimientos intergeneracional y perdiéndose una cultura”. En este contexto, tenemos

unos permisos y ayudas a la maternidad que están a la cola de Europa (casualmente igual

que nuestros índices de natalidad), una falta de conocimientos sobre lactancia que muchas

veces resulta escandalosa por parte del personal sanitario que atiende a estas madres, y lo

que es más importante y probablemente explique mucho de lo anterior... importantísimos intereses

económicos por parte de la industria de alimentación infantil.

Igual que sucede con otros problemas sanitarios como puede ser el consumo de alcohol, tabaco,

bebidas azucaradas, o alimentos ultraprocesados, hay potentes grupos dispuestos a sacar tajada

vendiendo leche artificial. Desde luego, si hay un culpable no son las madres, sino las

personas que deciden invertir mucho dinero para llevar a las madres a tomar esta decisión.

Os decía al principio que recientemente nos había pasado algo que nos ha llevado a grabar

este vídeo, os cuento lo que ha pasado. Hace algunas semanas se puso en contacto conmigo

una agencia de marketing que trabaja para una gran empresa de alimentación infantil.

Querían que publicara un artículo y grabara un vídeo hablando sobre este tema, sobre

las madres que dan biberón a sus hijos, para ayudarles a quitarse la culpa de encima.

A lo largo de varios correos me halagaban diciéndome cosas bonitas, y me ofrecían lo que para

mí es mucho dinero (aunque no sea nada para ellos). Me decían que tengo que empoderar

a estas madres y que tenemos que concienciar a la sociedad, pero junto con esto, también

me decían que no tenía que mencionar en ningún momento a la marca, a la campaña,

ni a que se trataba de un contenido patrocinado... Qué raro, ¿verdad? Al decirles que no estaba

de acuerdo con esas condiciones, finalmente me permitieron decir que su marca estaba detrás

de mi video, pero pensamos que lo mejor era declinar la oferta, y así lo hicimos. Y ahora

decidimos grabar este vídeo por nuestra cuenta, con el que nadie nos paga nada un duro, pero

oye, es nuestro canal y por suerte, podemos decir lo que queramos...

Es totalmente legítimo que quieras vender tu producto, faltaría más. Pero hay muchas

formas de hacerlo, y si la forma que has pensado implica engañar, ocultar o mentir, quizá

no es el mejor modo. Desde el año 1981 existe el Código Internacional de Comercialización

de Sucedáneos de la Leche Materna, al que nuestro país está adherido y que de manera

sistemática es incumplido por la industria. En el preámbulo de dicho código se afirma

lo siguiente: “Las prácticas de alimentación inadecuadas

son causa de malnutrición, morbilidad y mortalidad de los lactantes en todos los países y...

las prácticas incorrectas de la comercialización de sucedáneos de la leche materna y productos

afines pueden agravar esos importantes problemas de salud pública”

En este código, entre otros muchos, se incluyen los siguientes artículos:

Artículo 5.1 Los sucedáneos no pueden ser objeto de publicidad directa ni de ninguna

otra forma de promoción destinada al público en general.

Artículo 7.3 Los fabricantes no deben ofrecer, incentivos financieros o materiales a los

agentes de salud o a sus familias, y éstos no deben aceptarlos.

Pero la industria busca de manera sistemática fórmulas para poder saltarse este código,

y muchas veces con la complicidad de los profesionales. Y yo por ahí no paso.

En fin, querían que desculpabilizara a las madres que dan biberón… por supuesto, ¡faltaría

más! Ellas no tienen culpa de nada y, como he dicho, hay que respetar siempre su decisión.

Si hay que culpabilizar a alguien es a una industria que manipula y que no tiene reparos

en dar dinero a quien haga falta para influir en la opinión pública para tratar de equiparar

una cosa con la otra. Cuando no son opciones equivalentes. Y si esto es lo que me ofrecían

a mí, que no soy nadie, pensad el dinero que se mueve para cambiar nuestra opinión

sin que nos demos cuenta… Y hasta aquí otra loca loca píldora de psicología,

con la que no nos haremos ricos, pero al menos podremos seguir diciendo lo que queramos,

cuando queramos. La semana que viene, ¡más! ¡Un saludoooo!

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Respetar a las madres que dan biberón... ¿o vender leche de fórmula? #SMLM2018 Mütter, die mit der Flasche füttern, respektieren ... oder Muttermilch verkaufen? Oder Folgemilch verkaufen? #SMLM2018 Respect bottle feeding mothers... or sell formula? #SMLM2018.

Hoy toca una píldora delicada... llevaba tiempo en la lista de pendientes, pero por

una cosa u otra la íbamos retrasando, quizá porque sabemos que puede ser polémica, aunque

no debería serlo. El caso es que nos ha pasado algo recientemente que nos ha dado el empujón

que necesitábamos para grabar este vídeo. Luego os lo cuento. ¡Vamos a verlo! Ya hemos hablado otras veces de la importancia de respetar las decisiones de las madres,

pero esta vez vamos detenernos en un tema delicado donde los haya... la lactancia natural

o la lactancia artificial. Y digo que es un tema delicado porque, aunque a nivel de consejo

sanitario está claro que lo que hay que recomendar y fomentar es la lactancia materna esto nunca justifica el

atacar o faltar el respeto a las madres que por el motivo que sea deciden alimentar a

sus hijos mediante fórmulas adaptadas. Sería absurdo, tan absurdo como atacar o

dejar de respetar a las personas que no llevan una dieta súper saludable, los que son sedentarios,

los que toman bebidas alcohólicas, o los que fuman. Porque, ¿cuántos de aquí nos

libramos de caer en alguno de estos grupos?, ¿pocos, verdad? De hecho muchos caemos en

varios de ellos. Bueno, pues igual que sería absurdo atacar a toda esta gente, que seríamos

casi todos, por el mismo motivo nos parece poco acertado atacar a las madres que dan

biberón a sus hijos. Entonces, resumiendo, lo que hay que recomendar siempre es la lactancia materna,

pero independientemente de esto, lo que hay que hacer en todo caso es respetar a las madres

que, por el motivo que sea, han decidido dar lactancia artificial. Hasta aquí supongo

que estaremos todos de acuerdo... De hecho, con esta misma idea en la cabeza

empezamos el capítulo sobre LM de nuestro libro, tomando una cita de “Lactivista”

de la Dra. Ibone Olza, en la que dice lo siguiente: “son infinitas las razones por las que una

madre puede decidir no amamantar, y cada una de ellas merece el máximo respeto. Lo que

verdaderamente necesitan todos los recién nacidos, sin excepción, es sentirse queridos,

no solo por sus madres sino por toda una familia o comunidad. Las madres siempre necesitan

respeto, apoyo y reconocimiento». Hasta aquí todo correcto. No hay que culpabilizar

a las madres que deciden por el motivo que sea, dar un bibe a sus hijos. Merecen respeto,

apoyo... muy bien. Pero el caso es que tenemos unas tasas de lactancia materna bastante lamentables;

la duración media de la lactancia materna en nuestro país es de tan solo 3 meses. Aunque

antes de dar a luz la mayoría de las madres tienen la idea de darle el pecho a sus hijos,

muchas salen ya desde el hospital con el biberón, y muchas otras que salen de allí con lactancia materna exclusiva,

pronto se pasan a mixta y poco después dejan el pecho por completo. Lo cierto es que la

mayoría de las lactancias acaban en nuestro país mucho antes de lo que madres y bebés

desearían. Como hemos dicho, desde luego no hay que señalar ni acusar a las madres,

pero sí que podemos buscar algunos responsables de este panorama tan penoso…

El caso es que si tenemos que mirar a algún sitio para encontrar los culpables de este

panorama, sin duda el contexto que rodea a las madres explica muchos de estos indicadores.

El contexto actual que tenemos es lo que se ha denominado cultura del biberón, que ha

desplazado a la tradicional cultura de la lactancia; como señala el Dr. Paricio, “más

de una generación de mujeres no han amamantado a sus hijos, interrumpiéndose una transmisión

de conocimientos intergeneracional y perdiéndose una cultura”. En este contexto, tenemos

unos permisos y ayudas a la maternidad que están a la cola de Europa (casualmente igual

que nuestros índices de natalidad), una falta de conocimientos sobre lactancia que muchas

veces resulta escandalosa por parte del personal sanitario que atiende a estas madres, y lo

que es más importante y probablemente explique mucho de lo anterior... importantísimos intereses

económicos por parte de la industria de alimentación infantil.

Igual que sucede con otros problemas sanitarios como puede ser el consumo de alcohol, tabaco,

bebidas azucaradas, o alimentos ultraprocesados, hay potentes grupos dispuestos a sacar tajada

vendiendo leche artificial. Desde luego, si hay un culpable no son las madres, sino las

personas que deciden invertir mucho dinero para llevar a las madres a tomar esta decisión.

Os decía al principio que recientemente nos había pasado algo que nos ha llevado a grabar

este vídeo, os cuento lo que ha pasado. Hace algunas semanas se puso en contacto conmigo

una agencia de marketing que trabaja para una gran empresa de alimentación infantil.

Querían que publicara un artículo y grabara un vídeo hablando sobre este tema, sobre

las madres que dan biberón a sus hijos, para ayudarles a quitarse la culpa de encima.

A lo largo de varios correos me halagaban diciéndome cosas bonitas, y me ofrecían lo que para

mí es mucho dinero (aunque no sea nada para ellos). Me decían que tengo que empoderar

a estas madres y que tenemos que concienciar a la sociedad, pero junto con esto, también

me decían que no tenía que mencionar en ningún momento a la marca, a la campaña,

ni a que se trataba de un contenido patrocinado... Qué raro, ¿verdad? Al decirles que no estaba

de acuerdo con esas condiciones, finalmente me permitieron decir que su marca estaba detrás

de mi video, pero pensamos que lo mejor era declinar la oferta, y así lo hicimos. Y ahora

decidimos grabar este vídeo por nuestra cuenta, con el que nadie nos paga nada un duro, pero

oye, es nuestro canal y por suerte, podemos decir lo que queramos...

Es totalmente legítimo que quieras vender tu producto, faltaría más. Pero hay muchas

formas de hacerlo, y si la forma que has pensado implica engañar, ocultar o mentir, quizá

no es el mejor modo. Desde el año 1981 existe el Código Internacional de Comercialización

de Sucedáneos de la Leche Materna, al que nuestro país está adherido y que de manera

sistemática es incumplido por la industria. En el preámbulo de dicho código se afirma

lo siguiente: “Las prácticas de alimentación inadecuadas

son causa de malnutrición, morbilidad y mortalidad de los lactantes en todos los países y...

las prácticas incorrectas de la comercialización de sucedáneos de la leche materna y productos

afines pueden agravar esos importantes problemas de salud pública”

En este código, entre otros muchos, se incluyen los siguientes artículos:

Artículo 5.1 Los sucedáneos no pueden ser objeto de publicidad directa ni de ninguna

otra forma de promoción destinada al público en general.

Artículo 7.3 Los fabricantes no deben ofrecer, incentivos financieros o materiales a los

agentes de salud o a sus familias, y éstos no deben aceptarlos.

Pero la industria busca de manera sistemática fórmulas para poder saltarse este código,

y muchas veces con la complicidad de los profesionales. Y yo por ahí no paso.

En fin, querían que desculpabilizara a las madres que dan biberón… por supuesto, ¡faltaría

más! Ellas no tienen culpa de nada y, como he dicho, hay que respetar siempre su decisión.

Si hay que culpabilizar a alguien es a una industria que manipula y que no tiene reparos

en dar dinero a quien haga falta para influir en la opinión pública para tratar de equiparar

una cosa con la otra. Cuando no son opciones equivalentes. Y si esto es lo que me ofrecían

a mí, que no soy nadie, pensad el dinero que se mueve para cambiar nuestra opinión

sin que nos demos cuenta… Y hasta aquí otra loca loca píldora de psicología,

con la que no nos haremos ricos, pero al menos podremos seguir diciendo lo que queramos,

cuando queramos. La semana que viene, ¡más! ¡Un saludoooo!