Cruzar el Darién: la frontera antes de la frontera (2)
¿No?, Yo creo que eso refleja un poco la política del Gobierno en esos momentos. O sea, se ve una crisis humanitaria, sanitaria, pero no ves ningún tipo de respuesta por parte del gobierno.
Eliezer: Yacenia no es la única que le dijo algo así a Paola y Miguel. La sensación de abandono se repetía en sus conversaciones con los migrantes.
Mujer cubana: Aquí no hay nadie, una persona que venga y te dé la cara, ¿ustedes son emigrantes? Bueno, nosotros ahora tenemos eso cerrado por el Covid, alguien que diga las cosas, pero no lo dicen, no sabemos nada, estamos desinformados.
Miguel: Así es. No hay, no hay un albergue, no existen puestos de salud, no hay nadie que informe sobre estos servicios de existir, ¿no?
Hombre cubano: Nos tratan como unos perros y somos seres humanos igual, como cualquiera, ¿me entiendes? Lo único que nosotros necesitamos es seguir.
Miguel: Yo he hablado con gente que me dicen que en realidad lo que el gobierno colombiano busca es no incentivar que la gente vaya, pero sin dar ninguna ayuda, ni siquiera a los niños, ni siquiera a un baño que sea limpio o como digo, un albergue.
Hombre haitiano: Me siento muy mal porque estoy acá, a veces mi hijo está llorando para comer, que no es porque uno no tiene. Uno está juntando la plata para dormir en el hotel porque no puede estar durmiendo afuera con mi hijo tengo plata para pagarle el hotel a veces, a veces no tengo para darle comida.
Silvia: La situación de estos migrantes es algo que no desconocen las autoridades. Todos son muy conscientes de la evidente crisis humanitaria en el lugar. Pero a la vez dicen que no tienen los recursos para atender tanta necesidad.
Paola: Entonces yo creo que lo que se plantean es ¿cómo vamos a cuidar de estos migrantes cuando no podemos cuidar de nuestros propios ciudadanos?
Eliezer: Para lo que sí hay recursos en la zona, es para atacar al Clan del Golfo, el cartel más grande de Colombia. Para ellos, el Golfo de Urabá es parte importante de las rutas de narcotráfico. Su vegetación densa y sus aguas, que permiten el traslado de lanchas rápidas, hacen que sea más difícil para la policía atraparlos.
Silvia: Para entender a qué se enfrentan los migrantes, y qué tan peligrosa es la zona, Paola y Miguel…
Paola: Es mi primera vez en un helicóptero.
Silvia: Se subieron a un helicóptero con el general Fernando Murillo, director de Investigación Criminal e INTERPOL de la Policía Nacional colombiana.
Paola: Todos los días el helicóptero está ahí…
General Fernando Murillo: Moviéndose, sí, en operaciones. La operación tiene más de tres mil hombres. Todo contra el Clan del Golfo.
Silvia: En una de sus notas de voz, Paola describe parte de lo que vio.
Paola: Nos subimos con los helicópteros. Las personas que están en los helicópteros se dedican a hacer una cosa y eso es que vuelan esos helicópteros encima del Golfo de Urabá y solamente están ahí para ver si el clan del Golfo, está presente.
Paola: En el helicóptero, me llamó la atención, habían unas ametralladoras enormes a la derecha y a la izquierda… enormes. Y le pregunté al general que estaba con nosotros, le pregunté…
¿Utilizan esas armas todos los días?
General Fernando Murillo: Hay que entender que estas estructuras armadas tienen una capacidad bélica y ellos también tienen ametralladoras, tienen fusiles y desarrollan acciones terroristas.
Paola: Entonces, sí.
General Fernando Murillo: Sí, claro. Estas armas se están utilizando permanentemente todos los días.
Paola: Wow.
General Fernando Murillo: Porque nuestras operaciones son a diario golpeando esta organización.
Paola: Eso simplemente nos enseña realmente la violencia que está presente en el Golfo de Urabá.
Eliezer: Esta es la nota de voz que Paola grabó después de esa entrevista.
Paola: Finalmente, hablé mucho tiempo con el general, pero al final tenía una pregunta ¿no? Si la misión del Estado y de las autoridades colombianas es proteger a los colombianos de estos criminales, ¿no? de estos delincuentes, ¿quién está protegiendo a los migrantes? Y esa es la pregunta que nadie nos puede responder claramente.
No tuvo una respuesta. No nos dijo exactamente quién era responsable de los migrantes. Lo que luego es es un poco el corazón de esta historia, ¿no? La gente se está arriesgando todos los días en territorios de estos países, pero no hay nadie realmente que les está ayudando y apoyando a través de toda esa jornada.
Cuando piensa en el Darién, ¿qué le han contado sobre esa selva?
Yacenia: Generalmente todo el mundo tiene una historia, ¿Ve? Las historias no son buenas.
Silvia: Están escuchando a Yacenia, la mujer cubana que creía estar embarazada.
Paola: ¿Qué le cuentan?
Yacenia: Que hay violaciones, atracos. Hay personas que se han quedado en el camino por la condición física que no le permite llegar, porque es una travesía fuerte.
Eliezer: Yacenia aún no sabe si está embarazada o si perdió al bebe, pero se prepara para cruzar la selva.
Yacenia: Ya uno está en el punto donde está. No sé si es tanta la desesperación. Ya es tanto la obstinación. Es tanto ya que uno es mejor ya pasar y que no sé, por qué es difícil. Es difícil lo que uno pasa en esta travesía. A ver, uno lo hace porque de dónde sale de Cuba, sale de Cuba, no tiene otra opción. Y en un país de estos, tampoco. No queda… No sé cómo explicarle. No sé si me hago entender. Es fuerte, es duro, pero nada. Fe y confianza en Dios que uno puede llegar.
Obispo Hugo Torres: Para mí los migrantes están solos.
Silvia: ¿Recuerdan al obispo que oíamos al principio de este episodio? Fue brutalmente honesto con Paola y Miguel.
Obispo: Es decir, no hay una autoridad que diga, o un programa especial que diga: acompañamiento del migrante. Tristemente nadie se preocupa por los que salen. Pasó de Capurganá hacia la selva, a usted ya no le importa a nadie. Y en eso nosotros, como diócesis, reconocemos que hemos estado muy indiferentes. Y por eso, para nosotros uno de los retos de la actividad de carácter social, es poder hacer más digno ese tránsito.
Paola: Nosotras estamos a punto de hacer ese recorrido hacia el Darién ¿Qué cree? Yo, por ejemplo, ¿debo de temer de mi vida?
Obispo: Usted tiene que contar primero con toda la desfachatez del caso, con el permiso de los que dominan el territorio, porque se arriesga a ser asesinada.
Paola: O sea, que si no tengo el permiso de los paramilitares, me podrían asesinar.
Obispo: La pueden asesinar.
Eliezer: Ya volvemos.
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Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo. Antes de la pausa Paola y Miguel nos contaron del abandono que viven los migrantes en pueblos como Necoclí, en Colombia. Allí, las medidas que han tomado las autoridades por la pandemia han dejado a miles de migrantes con dos opciones: esperar indefinidamente, o pagarle a un coyote para seguir su camino.
Paola Ramos: Ahora estamos en el barco comercial. Hemos tomado la lancha de Necoclí y estamos yendo hacia Capurganá hacia la entrada del Darién.
Silvia: A pocos días de haber llegado a Necoclí, Paola y Miguel pudieron hacer el viaje que muchos de los migrantes que conocieron estaban esperando.
Eliezer: Hay cientos de inmigrantes esperando tomar las lanchas comerciales y no les están vendiendo tickets ¿Qué pasó cuando ustedes se acercaron a comprarlos?
Paola: Pues muy sencillamente, si tú eres un turista, ¿no? como éramos nosotros en ese momento turistas, periodistas con pasaportes americanos o mexicanos te venden el ticket.
Vendedor de tickets: buenos días….
Paola: Hola, buenos días, ¿cómo está?
Vendedor: Bienvenida
Paola: Gracias, gracias. Para un billete a Capurganá
Vendedor: Vas a viajar a Capurganá.
Paola: Sí.
Vendedor: Tenemos salida todos los días a las 8 de la mañana…
Paola: O sea, sin ningún problema. Yo fui, hice la línea, pedí por el ticket y me lo dieron, ¿no? Y esa es la gran diferencia. Y le pregunté a la persona: “Los migrantes, que hay varios, que están aquí en la playa, si ellos vienen ahora mismo ¿pueden comprar un billete?”
Vendedor: Ahorita, temporalmente tenemos suspendido poderles vender.
Paola: Pues obviamente ellos están bajo el mandato del gobierno que por razones de covid, no por razones sanitarias, les están cerrando la puerta a los migrantes “¿Y cuánto tiempo llevan aquí estancados ellos?”
Vendedor: Uf, llevan bastante rato… llevan bastante. No sé, hay personas que llevan seis meses, siete meses, desde que empezó la pandemia. A mí me da mucho pesar por ellos…. [Fade under]
Paola: Pero luego no tiene mucho sentido porque a los turistas en plena vista nos estaban dejando, nos estaban dejando salir en el barco.
Ahora el mar está completamente picado. Estoy llena de agua. El agua está aquí entrando en el barco. Estoy empapada, o sea, empapada, empapada. Pero una cosa sí tengo que es mi propia seguridad, tengo un salvavidas.
Cuando nosotros nos fuimos en la lancha comercial, o sea mi propio cuerpo lo notó. Es un mar violento es un mar agresivo. De hecho, sigo teniendo un moratón enorme de esa trayectoria que yo hice en una lancha estable con una infraestructura. Y yo personalmente, no soy muy grande, a mí me destrozó un poquito esa trayectoria, así que imagínate si haces ese mismo recorrido con una lancha de madera pequeña y en las manos de un coyote.
Miguel: Y al menos el doble del tiempo, ¿eh? Nosotros lo hicimos hora y media. Ellos habrán hecho cuatro horas.
Silvia: ¿Cómo es el contraste con lo que terminan haciendo los migrantes que no tienen esa posibilidad de tomar estas lanchas comerciales?
Paola: Es una experiencia muy distinta. Nosotros lo hicimos durante el día, lo hicimos con un capitán, lo hicimos con motores, lo hicimos con una infraestructura muy segura.
Personal de barco: bienvenidos a Capurganá, buenos días para todos…
Paola: Ellos lo hacen a oscuras, con lanchas pequeñas, sin cinturones, sin motores y lo hacen sin saber si van a llegar a la otra orilla.
Eliezer: Y en esa otra orilla, Paola, Miguel y el resto de su equipo esperaron que llegaran lanchas con migrantes en la mitad de la noche. Este es parte del registro de esa espera.
Miguel: Pues estamos aquí esperando en la playa y me acaban de decir que en realidad el bote, los botes que estamos esperando no están muy lejos de donde estamos nosotros, pero que están escondidos porque la Armada está en el muelle están patrullando. Y si los ven, pues la operación se va al carajo.
Paola: Detrás de mí o detrás mío, hay entre cinco a seis coyotes, que son los coyotes que están esperando a los migrantes, porque ellos son los que están después encargados de trasladar a los migrantes a través del Darién.
Silvia: Y en las lanchas también van con coyotes.