¿Cómo aprendiste a hablar?
¿Has intentado aprender un nuevo idioma para luego rendirte?
Para muchos, aprender un segundo idioma nos resulta complicado: los sonidos y gramática
pueden variar mucho de nuestra lengua materna.
Parece impresionante cómo es que hay niños pequeños que hablan varios idiomas.
Es más, el mero hecho de que un bebé aprenda un solo idioma parece extraordinario.
Si aprender un idioma es tan complicado y su inteligencia tan incipiente ¿cómo lo
logran?
¿Cómo aprenden a hablar los bebés?
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Aunque pareciera que mágicamente de un día a otro los bebés se vuelven periquitos parlantes,
en realidad se trata de un proceso bastante largo.
Todo empieza con el desarrollo del oído y la conexión del oído medio al cerebro.
A la semana 18 de gestación el oído ya está desarrollado y el feto percibe el corazón
y otros sonidos de su madre.
Entre las semanas 25 a la 30 el feto escucha lo que pasa en el mundo exterior y reacciona
a diferentes sonidos.
Al momento de nacer la audición está casi tan desarrollada como la de un adulto.
Los bebés recién nacidos reconocen tonos e incluso distinguen idiomas.
¡El llanto de los bebés recién nacidos varía entre un idioma y otro, imitando su
idioma nativo!
Desde que nacemos ya nos estamos preparando para hablar.
A partir de los dos meses los bebés empiezan a hacer sonidos y después de los tres empiezan
a entender cómo funciona una charla.
Pero de los seis a los doce meses sucede algo increíble.
Es un periodo crítico en el que el cerebro y oído se van especializando a un idioma.
Usando la magnetoencefalografía para ver la actividad cerebral, se observó la capacidad
de los bebés de distinguir los sonidos “r” y “l”.
Antes de los seis meses, bebés estadounidenses y bebés japoneses tenían la misma capacidad
para distinguirlos.
Unos meses después los bebés japoneses ya no distinguían estos sonidos, mientras que
los bebés estadounidenses habían mejorado.
En el idioma japonés no hay sonidos “r” y “l” más bien hay un sonido intermedio,
mientras que en inglés “r” y “l” sí son muy usados.
Y ¿cómo le hacen para saber qué sonidos son importantes y cuáles no?
La doctora Patricia Kuhl especialista en lenguaje y audición afirma que el cerebro de los bebés
trabaja con estadística.
De alguna forma llevan la cuenta de la frecuencia de los sonidos y van decidiendo si ese sonido
es importante o no.
Con el tiempo van construyendo mapas de sonidos que les permitirán el habla y posteriormente
la lectura.
Entre los 6 y 12 meses también se desarrolla el tracto vocal y aparece el balbuceo.
Aunque las borucas de los bebés parecen no tener sentido, tienen una estructura similar
a la de su idioma nativo.
Repiten y enfatizan sílabas, tienen una entonación y un ritmo y repiten las vocales y consonantes
más usadas de su idioma.
Seguro los has oído balbucear haciendo como que platican.
Los bebés que están en contacto con lengua de señas comienzan a esta misma edad a realizar
balbuceos manuales.
Para los doce meses los bebés ya relacionan el significado de unas 50 palabras y pueden
decir unas cuantas.
¿Por qué los bebés son como mini genios?
Este primer año de vida se caracteriza por la gran plasticidad del cerebro, se construyen
y fortalecen sinapsis y también se eliminan las que no son necesarias.
Esta plasticidad se conserva desde el nacimiento hasta más o menos los 7 años, y después
de eso va en declive, por eso resulta cada vez más difícil aprender un idioma.
Y no solo es asombroso el cerebro: el otro factor por el cual se desarrolla el lenguaje
es que somos seres sociales.
Con solo 12 sesiones presenciales de mandarín durante el periodo crítico, bebés estadounidenses
eran capaces de entender las diferencias fonéticas del nuevo idioma.
La misma cantidad de sesiones a través de video o audio pregrabado no tuvieron ningún
resultado.
Se ha visto que los infantes que ven un video y además tienen interacción con un adulto
aprenden mucho mejor que si solo se les pone el video.
Lo que demuestra que la interacción social es necesaria para aprender a hablar.
De hecho, para incentivar la interacción los adultos adaptamos nuestro lenguaje.
¿Has notado cuando ves a un bebé?
Le hablas así: (LENGUAJE DE BEBÉ) ¡Ay cosita bonita!
Y entre más pequeños son más lo haces (BALBUCEO) A este tono exagerado, (NORMAL) Ejem…
A este tono exagerado, simplificado y agudo se le conoce como “lenguaje de bebé”
y surge casi de forma espontánea como una forma de interacción.
No tiene nada de malo hablarles así a los bebés, de hecho, tiene beneficios.
Los bebés se sienten atraídos hacia los tonos agudos y expresivos y al ser más exagerado
y lento los bebés tienen más oportunidad de codificar palabras y sonidos.
Los papás que responden a los balbuceos de su bebé ya sea; imitándolos o hablándoles
de forma cariñosa, incentivan al bebé a desarrollar el lenguaje más rápido.
Hay comunidades que no usan el lenguaje de bebé.
Los Tsimané, en Bolivia, consideran infructífero hablar con los bebés, no solo por su poca
capacidad conversativa, sino también por la alta tasa de mortalidad infantil.
Las madres prefieren esperar un año antes de ponerles nombre para evitar encariñarse
demasiado.
No hablar con los bebés ocasiona que el lenguaje se desarrolle más tarde porque aprenden de
las conversaciones de los demás, aunque esto no limita su capacidad comunicativa, siempre
y cuando hayan tenido contacto indirecto.
En algunas aldeas mayas tampoco hablan con sus hijos sino hasta casi los 3 años de edad,
pero por la forma en que se organizan estas comunidades, los bebés escuchan a otros niños
además de las conversaciones de los adultos.
Parece sorprendente cómo es que logramos hablar, pero observando otros animales vemos
que no es muy diferente a como ellos aprenden a comunicarse.
Las aves aprenden sus cantos a través de interacción, experiencia y predisposición.
Las aves pequeñas escuchan cantos y luego son capaces de imitarlos, ya sea de sus padres
o de otras especies.
Con el tiempo perfeccionan y mantienen los cantos que les son más familiares.
Las aves adultas incentivan a las pequeñas a mejorar sus canciones.
Incluso hay un periodo de aprendizaje cuando las canciones se aprenden mejor.
Extrañamente familiar al proceso de escucha, balbuceo y producción que tenemos los humanos
y otros animales como los monos, primates y murciélagos.
¡Curiosamente!
Le mandamos un caluroso saludo a: 1832-MiguelJob, Adrian Ruiz Díaz, Alberto Campano, Daniel
Guerrero, Daniel Larrea, Elvira Vizcarra, Erick Hernández, Esaú Bojorquez, Familia
Rebollo Sainz, Felipe Retamales, Francisco Dueñas, Francisco Tejeda, Jaime Jousúe Espinoza,
Javier Navarro, Lissete Ingelmo, Luis Malo, Lupita Orozco, Manuel Balderrabano, Marco
Ricardo Zunzunegui, Marco Rivera, Martha, Noemi Moreno, Oscar del grecco, Paulo Reynaldo
, Pez goldfish, Raúl Noriega, Raúl Sánchez, Rodrigo Castro, Tania Moreno y William Montenegro.