¿Cómo convivir (con culturas diferentes) sin morir en el intento?
Esto es una torta en Chile, en México una torta es esto, para los chilenos eso es un
sándwich, para los mexicanos esto es un sándwich.
¿Te ha pasado que, al conocer personas de otros países, te sorprendes por lo diferentes
que son?
En Alemania hay parques nudistas aptos para toda la familia.
Los checos tienen ropa de casa y solo se cambian si tienen que salir y al regresar se vuelven
a cambiar.
En México son muy unidos a la familia, lo cual puede llegar a ser un poco raro.
Así como acompañamos la comida; con arroz en Perú, con pan en España y tortillas en
México, cada lugar es un mundo, incluso en tu misma localidad seguro te has encontrado
con diferencias que te hacen sentir en otro planeta.
¿Cómo convivir (con culturas diferentes) sin morir en el intento?
La cultura no solo es el grupo al que perteneces, son los valores, tradiciones, creencias, modos
de vida, arte, lenguaje, modismos, acento, economía, conocimientos, platillos (RESPIRA)
y todo con lo que te sientes identificado como parte de una comunidad.
Samuel Pufendorf, fue uno de los primeros en usar la palabra cultura como la usamos
actualmente y para él, la cultura es aquello que nos hace humanos.
Por eso, cuando una cultura se pierde, desaparece toda esa riqueza que nos distingue.
El hecho de que la mitad de las lenguas que se hablan hoy en día están en peligro de
desaparecer es preocupante por toda la pérdida de conocimientos y riquezas inmateriales que
se perderían.
Además de la riqueza que nos brinda, la cultura es lo que nos permite relacionarnos, es la
que dicta la manera en la que piensas, sientes y te comportas y es la regla con la que mides
qué está bien y qué está mal, por eso la cultura establece cómo opera una sociedad.
En un mundo donde cohabitan diferentes culturas es inevitable que surjan ciertas tensiones
por las formas tan diferentes de vivir de cada sociedad.
En Japón podrías perder un amigo por contarle tus penas.
En Alemania podrías perderlo si brindas sin mirarlo a los ojos.
En Corea es de mala educación hablar en el transporte público.
En muchos países podrías perder un amigo por no quitarte los zapatos al entrar a su
casa.
En México podrías perder un novio o novia porque no le preguntaste si querías que fuera
tu pareja.
Y los mexicanos podrían perder amigos por decir “ahorita llego” y llegar dos horas
tarde o no llegar nunca.
Así como estos choques culturales causan problemas, las diferencias entre culturas
han ocasionado grandes conflictos.
Parece inverosímil cómo el odio de una persona hacia otra cultura provocó una guerra mundial.
Suena lejano, pero, si viviera, hoy Ana Frank tendría 93 años de edad, un año menos que
Mickey Mouse.
Y actualmente hay países que viven en guerra por sus diferencias culturales
La esclavitud también surgió de un choque cultural y se abolió completamente hace apenas
41 años.
De seguro conoces a alguien de esa edad y si no se te ocurre nadie aquí algunos famosos
que nacieron el mismo año que la esclavitud se abolió completamente de la Tierra .
Otra forma de intolerancia a las culturas es el racismo y la segregación.
Aunque la esclavitud en Estados Unidos se abolió en 1865, durante 89 años hubo segregación.
Había escuelas para blancos, asientos para blancos, hasta bebederos para blancos.
Cuando los niños negros empezaron a asistir a las mismas escuelas que los blancos hubo
todo un revuelo.
Los niños tenían que ir escoltados.
Las familias y profesores blancos protestaron.
Ya no vemos segregación tan explícita como bancas marcadas para grupos étnicos diferentes,
pero la discriminación sigue presente en las sociedades.
Los movimientos migratorios han creado sociedades multiculturales donde diferentes grupos comparten
un territorio; y pluriculturales donde, además de compartir un territorio, comparten una
historia.
Estas sociedades complejas, en ocasiones, han producido sociedades fragmentadas incapaces
de ponerse de acuerdo.
La interculturalidad es vital para mantener sociedades funcionales y es la convivencia
equitativa de diversas culturas, el intercambio de conocimientos y la generación de expresiones
culturales compartidas, adquiridas por medio del diálogo y de una actitud de respeto mutuo,
lo podríamos llamar como la evolución de las culturas.
¿Y qué tanto se ha logrado?
Como todo, no hay blanco ni negro, sino un matiz de grises.
Canadá ha hecho muchos esfuerzos por ser un país multicultural y en cierta medida
se ha logrado, pero también hay que notar que algunas de sus políticas han segregado
a los pueblos originarios.
Ciro el grande, a pesar de ser un conquistador, alentó el respeto, abolió la esclavitud
en Persia y dejó que cada pueblo tuviera su religión y lengua, incluso integró al
gobierno a diferentes pueblos y mantuvo un imperio feliz.
En el Imperio Habsburgo se hablaban 11 idiomas y había 8 religiones principales.
La escuela se enseñaba en diferentes idiomas y los documentos oficiales eran aceptados
sin importar el idioma.
La mayoría de las personas vivían felices y no les importaba ser de diferentes culturas.
Hicieron falta una crisis alimentaria, un grupo ultranacionalista y una milicia inconforme
para disolver el imperio.
¡No estamos diciendo que los imperios son la solución! pero sí preguntarnos ¿Qué
es posible rescatar de estas sociedades multiculturales?
Se ha visto que, en general, a las personas no nos importa que todos seamos diferentes,
siempre y cuando nuestra cultura sea tomada en cuenta y el gobierno se preocupe por cada
uno y busque la manera de beneficiarnos de forma justa.
Aunque un gran peso recae en nuestros gobernantes todos somos agentes de cambio y tenemos un
rol en la sociedad, por eso es importante que trabajemos en tres aspectos para lograr
sociedades interculturales: 1.
Conocimiento Implica conocer diferentes culturas y sus
saberes, y reconocer que todos somos diferentes, pero que tenemos el mismo valor.
También implica un trabajo de autoconocimiento, estamos cargados de estereotipos buenos y
malos que moldean nuestro pensamiento.
Y es importante reconocer nuestro lenguaje, aunque para muchos llamar a alguien “negrito”
puede ser cariñoso, en otras culturas es una ofensa muy grave.
Expresiones como: “No hay moros en la costa” y “Me engañaron como a un chino” expresan
la historia y los valores de una cultura y pueden resultar ofensivas.
2.
Respeto El respeto va más allá de decir: “con
que no se metan conmigo yo los respeto”.
El respeto implica poder escuchar al otro y valorar sus sentimientos, es aceptar que
el conflicto surge del arraigamiento de la cultura y que abre una posibilidad para el
crecimiento personal y colectivo.
3.
Resolución Entender que no se trata de nosotros o los
otros sino de complementarnos.
Encontrar soluciones pacíficas y creativas a través de la convivencia, el diálogo y
el trabajo en equipo sin que nadie pierda su identidad.
Vivimos en un mundo diverso, lleno de colores y culturas y eso es lo que lo hace interesante.
¡CuriosaMente!
Cuéntanos ¿alguna vez has tenido un choque cultural?
¿te adaptaste a él?
¿cómo le hiciste?
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