La Cabecilla del Parador Episodio 10
Capítulo Doce
Aguas Calientes: Viejo molino abandonado/11 p.m. Once de la noche/27 de enero de 1974
Jorge:
Juan. Una pregunta antes de que hables con los hombres. Estamos todos listos. Lo único es que no quiero que Cerila y Pocha vayan a trabajar al comedor mañana. Les he comprado pasaje para San Lucas. El bus sale a las nueve de la mañana de la estación en el centro.
Juan:
Oye. ¿Estás cojudo o te haces? Míster Están y sus hombres van a oler que algo anda mal. No podemos poner en peligro la operación.
Jorge:
Pero yo no voy a poner en peligro a mis...
Juan:
¡No jodas, carajo! Tu egoísmo nos va a matar a todos. De ninguna manera, compañero. Puedes avisarlas para que puedan esconderse justo antes del ataque pero ni un minuto antes. No seas bruto, Jorge. Eres mi primo pero pides demasiado.
Jorge:
Está bien, mi primo. Ya capté.
Juan:
Ahora. Escuchen todos un momento. Realmente no tengo mucho que decir. Ya hemos entrenado por treinta y dos días y estamos listos. El sacrificio y el valor que me han demostrado en estos días me convencen que ustedes son hombres de verdad. Como hemos hablado tantas veces, pasado mañana, a las cuatro de la mañana nos encontraremos aquí listos para la repartición de las armas. Faltando exactamente diez minutos para las seis de la mañana, mi grupo romperá el portón del comedor. En ese mismo momento Jorge y su grupo bajarán de los árboles al techo y entrarán por la puerta de la azotea. Los demás formarán el perímetro para impedir el paso de los P.M. (policías militares) del inspector de La Valle. Estamos listos. Hemos ensayado esto más de treinta veces. Bueno. Una advertencia. Y esto repito una vez más para que quede bien claro; Nadie. Y digo, absolutamente nadie avisará a sus familiares lo que vamos a hacer. Todos tienen que seguir su rutina diaria para que esto salga bien. ¿Comprendido?
Los 38 treinta y ocho hombres Chamas: ¡Comprendido!
Capítulo 13
Aguas Calientes: Residencia de Stan Wilkinson/28 de enero, 1974. 7:30 p.m. Siete y media de la noche/Penúltima noche antes del atentado
Diego Rivera, Guardia de seguridad/Búfalo de Stan Wilkinson:
¿Señor, Míster Están? Me disculpa la molestia pero le ha llegado un comunicado de urgencia.
(Stan Wilkinson lee la nota y se pone rígido pero no se le nota miedo, más bien, una fría y calculada determinación)
Stan:
Caray. Como son estos cholos, ¿no? Parecen mansitos no más. Entro yo al comedor todos los días y vieras como comen tranquilos. Y me saludan y prenden el diente bien blanquito. Realmente los admiro, ¿eh? Son unos cínicos de primera. ¿Sabes qué, Diego? Mi papá tiene la culpa. Cuando mi querido padre Seth Wilkinson mandó construir la escuela y estos indios aprendieron a leer y escribir, esa fue la semilla y esto aquí es el fruto de su error. Bien listos se han vuelto estos indios, de verdad. Pero en fin, siempre nos sale en buena hora un 'vendebanderas', un soplón de mierda, ¿no es cierto, compadre? Diego: Supongo que sí, señor.
Stan:
Bueno, gracias, caballero. Ya puedes regresar a tu puesto.
Diego: Sí señor.
Capítulo Catorce
Aguas Calientes: El palafito de los Quirós/8:30 p.m. Ocho y media de la noche/28 de enero de 1974
Jorge:
Bueno. Pochita. Cerila. Gracias por la rica comida. Se pasaron otra vez. Saben como me encanta el paiche. ¡Y la sopa! Uy qué sopa. Pero espérenme aquí un momento. Tengo que enseñarles algo. Está en el cuarto. Ya vengo rapidito.
(Jorge se levanta y va al cuarto. Regresa con una pequeña torta.
Cumpleaños feliz. Cumpleaños feliz. ¡Cumpleaños felices, te deseamos a ti!
(Aplausos de Jorge y Cerila. Pocha pega un salto de la silla y abraza a su papá y a su mamá.
Cerila: 8 ¡Ocho años! Pucha. ¡Ya eres una vieja, Pochita! Ahora, mi pequeña munschquis, a ti te toca esperarme a mí. Yo también voy al cuarto a traerte algo. No te muevas, ¿eh?
(Cerila entra al cuarto y al toque le trae a Pocha un libro que ha comprado en Tierras Azules)
Pocha: ¡Lo encontraste, Mamá!
Cerila: ¡Sí. ¡Claro que sí! Mi Pochita está aprendiendo a leer. Cuando uno tiene hambre, hay que darle de comer. Y tú tienes un cerebro muy hambriento, ¿no es cierto mi pequeña licenciada?
Jorge: Bueno. Esto no termina aquí, ¿eh? He comprado entradas para el cine este sábado por la noche.
Pocha: ¡Qué bestial! ¡Qué están dando, Papá?
Jorge: No sé. Una película gringa. Algo sobre el espacio y extraterrestres y esas cosas..
Cerila: Bueno. Ya se hace tarde. Vamos a la cama y leemos un rato tu nuevo libro juntas. ¿Te parece bien, mi munschquis?
(Pocha se despide de su papá con un beso en el cachete y Jorge la levanta y la abraza fuerte)
Jorge:
Pochita. Siempre recuerda que eres Chama y que tienes un linaje muy largo que comienza conmigo y tu mamá, Cerila y que sigue con tu papapa Sergio (abuelo) y tu mamama Teresa (abuela) y sigue y sigue así hasta Dios, ¿ya? Y siempre recuerda que te llamas Pocha Francesca Quirós Ruíz Marquina de los Sangama de la selva paradorense y que vienes del pueblo preferido de nuestra Pachamama y que el río Mayu Wichay desde siempre y para siempre es la vena madre de tus rutas ancestrales. (ahora Jorge no puede contenerse y brotan las lágrimas de sus ojos)
Pochita. Quiero que digas con voz fuerte que te llamas Pocha Francesca Quirós Ruíz Marquina de los Sangama, del pueblo preferido y protector de las rutas ancestrales.
Vamos Pochita. Repite ahorita.
Pocha: Soy Pocha Francesca Quirós Ruiz Marquino..
Cerila: Marquina, Pochita. Marquina.
Pocha: Soy Pocha Francesca Quirós Ruiz Marquina de los Sangama, del pueblo favorito.....
Cerila: preferido
Pocha: Soy Pocha Francesca Quirós Ruiz Marquina de los Sangama, del pueblo preferido y protector de las rutas ancestrales.
(Aplausos de Jorge y Cerila)
Jorge:
Sabes que tu papá te quiere veinte, ¿no?
Pocha: Pero yo te quiero más, Papá. Yo te quiero veinte y cinco.
Cerila: Bueno. Yo les gano a los dos. Yo los quiero veinte mil.