Ocho meses de virus, una década perdida (2)
Y entonces quería entender cómo esto estaba afectando las economías de los países de la región. Y es por eso que hablé con él.
Hugo Ñopo: La globalización tiene magníficos impactos positivos, pero también viene con ella algunos riesgos. Y este es uno de ellos, ¿no?
Silvia: Él es Hugo Ñopo, economista peruano, investigador del Grupo de Análisis para el Desarrollo.
Hugo: Estando las economías tan hiperconectadas unas con otras el riesgo es precisamente que nos pase a una situación como esa, donde un shock se convierte en un shock global. Y este shock global no es solamente sanitario y económico, sino que dentro de lo económico viene multidimensionalmente: viene un shock de la oferta, viene un shock de la demanda, viene otro shock por el segmento financiero de los mercados. Son múltiples shocks que se juntan haciendo que ésta sea una situación inédita, sin comparación, en un horizonte temporal cercano.
Silvia: Sé que cada país es diferente y tiene sus diferentes retos y economías, pero en general, ¿cómo estaba Latinoamérica antes de la pandemia?
Mariana: La región venía teniendo problemas de crecimiento en los últimos cuatro o cinco años, que el crecimiento había sido muy lento en comparación a lo que habíamos experimentado en la década previa. Por ejemplo, Hugo me explicaba que en la década previa Latinoamérica tuvo unas bonanzas de materias primas.
Hugo: Tuvimos mucha suerte de que vendíamos oro, cobre, distintos minerales que tenían un magnífico precio en los mercados internacionales y había una alta demanda por ellos, básicamente de China. Y entonces se conjugaron eso: un shock de demanda con un shock de precios y le fue muy bien a la región.
Mariana: Pero esa bonanza de bienes primarios terminó como a mediados del 2014. Y luego vino ese problema de crecimiento que veníamos viendo estos últimos cinco años.
Hugo: Y entonces, con ese poco crecimiento había muy poca generación de empleo. Y eso es lo que estaba experimentando la región en los últimos años.
Eliezer: Teniendo en cuenta este panorama económico complicado desde antes de la pandemia… ¿qué te dijo Hugo Ñopo sobre el estado de las economías en la región ahora?
Mariana: Para él somos claramente, en el binomio salud/economía, la región más golpeada del mundo. Para dar unos ejemplos, el producto interno bruto por habitante, la cifra del 2020 será similar a la del 2010. Eso significa para nosotros un retroceso de diez años.
Hugo Ñopo: Muchos hogares están consumiendo mucho menos por dos razones. Una, porque sus ingresos han caído, pero dos, también porque muchos de esos hogares seguramente van a tratar de ser sanitariamente cautelosos. Entonces van a salir menos a cenar a la calle, a comprar con mucha frecuencia, van a restringir su contacto persona a persona y entonces todo eso va a reducir muchísimo el comercio.
Mariana: Lo que más genera empleo en América Latina es el comercio y los servicios. Y estas son dos cosas que requieren interacción humana para que se puedan dar, y obviamente no se está dando.
Hugo: Gran parte de las transacciones que hacemos los latinoamericanos son transacciones que son que hacemos cara a cara, persona a persona. Compramos en efectivo y entonces el producto se nos entrega en efectivo, todo eso sin factura, sin recibos, sin boleta, claro, sin pagar IVA, sin pagar IGB, pero persona a persona. Y entonces, cuando llega esta pandemia y nos impone unas restricciones serias al contacto persona a persona, justamente nos pasan estas cosas.
Eliezer: Según las previsiones del Banco Mundial, los países de la región en los que se prevén las caídas más brutales de la actividad económica serán Argentina y Brasil.
Silvia: Venezuela no se encuentra dentro de esa lista por la dificultad para conseguir información confiable de su economía. Pero mientras los precios del petróleo continúen abajo la situación no puede sino empeorar en un país que, antes de la pandemia, ya atravesaba una tragedia humanitaria.
Mariana: Otro economista con el que hablé, Diego Sánchez de la universidad de Oxford, me dijo que uno de los países donde la crisis será más seria es México. Y es que México, comparado con otros gobiernos como el de Brasil o Chile, no ha llevado a cabo ninguna política expansiva.
Eliezer: Es decir, a diferencia de la estrategia de otros países, en México, el Gobierno nacional no ha impulsado ninguna medida de apoyo directo a la ciudadanía para amortiguar el golpe económico.
Mariana: Por ejemplo en Brasil, a pesar de que el gobierno de Bolsonaro no aplicó políticas de salud aceptables, sí aplicó políticas sociales y expandió de forma significativa la ayuda a los pobres y a la clase media. En cambio, López Obrador, decidió básicamente seguir como antes.
Silvia: También la tienen difícil los gobiernos pequeños, como los países de Centroamérica, porque al ser economías tan chicas los gobiernos no tienen suficientes recursos para ayudar a sus ciudadanos a paliar la crisis. Pero también sucede en países más grandes, en Sudamérica.
Hugo: Perú es uno de los que más está sufriendo. Hay que pensar también que en este país 40% del empleo es autoempleo. Entonces este es un porcentaje muy, muy alto, demasiado alto en comparación con todos los demás países del mundo. ¿Y qué pasa con este autoempleo cuando llega la pandemia? Pues ninguno de esos autoempleados es despedido. Claro, porque no hay nadie quien lo despida.
Eliezer: Y al no haber quién los despida, estos autoempleados siguen trabajando. Pero la demanda que solía existir por sus bienes o servicios se reduce notablemente, llegando casi a cero.
Hugo: Entonces sin que hayan perdido el empleo, sin que hayan sido despedidos, entre comillas, de sus empleos, todos estos autoempleados vieron que sus ingresos cayeron a cero o casi cero, retomar los ingresos de estos autoempleados va a ser bien difícil y va a tomar mucho tiempo.
Silvia: Por otro lado, varios países de la región ofrecieron ayudas gubernamentales destinadas a aliviar los daños económicos causados por la pandemia. Esto tuvo un aspecto positivo y uno negativo.
Eliezer: El lado positivo es que en algunos países como Costa Rica, Guatemala o El Salvador la bancarización aumentó, permitiendo que las personas tuvieran acceso a estas ayudas. El aspecto negativo es que esto no pasó en todos los países, y de hecho expuso a muchas personas al virus, como en el caso de Perú.
Hugo: Muy pocas personas tenían cuenta de ahorros, por ejemplo. Entonces si el gobierno quería llegar con ayuda para los hogares resultaba imposible porque los hogares no tenían una cuenta de ahorro donde se les deposite un dinero. Entonces había que esperar a que ellos vayan a un banco, vayan a una agencia bancaria a recibir un bono, multiplicando los riesgos de contagiarse. Esta es otra razón por la que nos fue mal.
Silvia: Después de la pausa volveremos a las historias de Flavia, Stella y Michelle, para ver qué ha pasado con sus negocios en estos meses.
Eliezer: Ya volvemos
Hola, soy Paula Larrauri, desde Lima, Perú. Soy parte de Deambulantes porque me encanta la narrativa con la que este podcast celebra la diversidad latinoamericana en todos sus matices. Estas historias teletransportan, inspiran, conmueven, remecen y cultivan un gran sentido de identidad. Por su parte, en El hilo he encontrado una de mis mejores fuentes informativas de actualidad en la región. Súmense a Deambulantes a través de elhilo.audio/apoyanos.
Eliezer: Volvamos a las tres dueñas de negocios con las que hablaste, que nos contabas al principio. Las tres tuvieron que cerrar por las cuarentenas de sus países. ¿Qué pasó, por ejemplo, con el caso de Flavia y su restaurante en ese proceso de adaptación que tú nos contabas que se tuvieron que transformar en un lugar de delivery?
Mariana: La verdad es que no les fue muy bien, porque primero no habían suficientes órdenes y tampoco ganaban ni cerca lo mismo. Además, las compañías de delivery se quedaban con, lo que ella me contó, es que se quedaban con el 25% de la ganancia y eso era muchísimo dinero.
Flavia: Con lo cual trabajas debajo de la ganancia, estás poniendo plata. Y lo que pasó globalmente es eso, o sea, entre el costo de la estructura, alquiler, empleados, servicios, que nada bajó, impuestos municipales que no bajaron sino que aumentaron, las ventas con tanta retracción, hubo un aumento por un 40% de aumento en las materias primas casi general.
Mariana: Y Argentina estaba en pleno invierno, pero en septiembre iba a comenzar la primavera. Y Flavia como que en su cabeza sólo quería aguantar un mesecito más, pues confiando que por la estructura del bistró, que tenía un lindo jardín y un bosque atrás, podrían abrir y podrían abrir de una forma segura.
Flavia: Silvestra tenía algo muy especial: una galería que rodeaba el restaurante, digamos el salón y un parque además propio, muy amplio. Y dije bueno, empieza el tiempo lindo, la verdad, y San Isidro, que es nuestro partido hermano de vecinos, nos separan cuatro cuadras nada más, empieza con la modalidad del take away plus, abrir con las mesas de afuera y demás y dije bueno, por ahí con esto podemos empezar.
Mariana: Pero la municipalidad de San Fernando, donde se encontraba ubicado Silvestra, no abrió.
Flavia: Y yo no tenía, ya te digo, mi saquito de monedas, mi alcancía estaba absolutamente vacía.
Mariana: Entre las medidas que el gobierno imponía, lo que leía Flavia en las noticias y lo que le comentaban los otros dueños de restaurantes, el escenario no parecía nada esperanzador.
Flavia: Y dije, tengo que poner un freno. De alguna manera tengo que poner un freno a todo esto, ¿no? Y ahí fue que el primero de septiembre dije basta.
Mariana: Y ese día Silvestra cerró definitivamente sus puertas.
Silvia: Me imagino que fue súper duro para ella ¿qué te dijo sobre ese momento? ¿qué le pasaba por la cabeza?
Mariana: Estuvo, como, muy mal anímicamente por varios días.
Flavia: Lloré varios días y me costaba mucho entrar a Silvestra, porque Silvestra fue un esfuerzo tremendo, tremendo. Yo lijé paredes, pinte puertas, limpie, hice de todo. Además de cocinar y administrarlo, y contratar gente y enseñarle a trabajar a mucha gente durante estos dos años. La verdad es que tengo una gran desazón. Y la verdad es que me siento en un momento que me es muy extraño porque implica una gran parálisis para mí, es muy difícil no saber cómo seguir o qué hacer.
Eliezer: Mariana, de los otros casos que nos contaste. ¿Qué fue lo que pasó con Stella y su teatro en Panamá?
Mariana: Stella me contó que ella siguió haciendo obras por Internet y presentando los títeres, pero que la verdad no era suficiente para pagar los empleados y la renta, porque decía que los ingresos que recibía de manera virtual no era suficiente porque detrás de un teatro hay muchas personas.
Stella: Backstage, taquilla, limpieza, luminotécnico, diseño de sonido, actores, vestuarista, maquillista, escenógrafos o sea para que todo el mundo pueda tener algo de ingresos. Eso es para lo que realmente alcanza, para que todos podamos asegurar que puedan llevar alimentos a sus hogares y sostenerse hasta que esto pase. Pero no alcanza para pagar una renta de un local, las rentas de los locales son cifras importantes.
Mariana: Ella decidió cerrar Bambatíteres por completo y fue realmente por la naturaleza del negocio. Por ejemplo, ella me contaba que Panamá apenas en septiembre estaba abriendo algunas cosas. Tuvieron de verdad una cuarentena muy estricta, y la verdad es que Stella no estaba segura cuándo los teatros iban a abrir. Entonces, ella decía si yo no sé cuándo los teatros van a abrir, mucho menos cuando los teatros para niños van a abrir, porque ella se imaginaba que los niños volverían primero a la escuela y después volverían a retomar otras actividades. Y además el de ella era un teatro bastante pequeño.
Stella: Entonces si a mí me dicen el día mañana que los teatros van a abrir y que van a abrir al 30% afore, mi 30% en Bambalinas es diez niños.
O sea es… ¿Me explico? Entonces, ¿yo cómo sostengo un local con un afore al 30% o al 50%? No, no, no tengo manera de sostener una actividad económica a un afore. Entonces los números no me iban a dar y a mí me parece que tampoco era justo con el arrendador decirle espérame infinitamente.
Eliezer: Ahora me da un poco de miedo preguntarte qué pasó con Michelle y con el espacio de coworking.
Mariana: Dentro de estos tres casos es la historia como más feliz de todas.
Michelle: Nos planteamos… nos hicimos la pregunta, ¿no? dijimos bueno, o cerramos esto para siempre, dijimos ya se acabó; o no sé, duplicamos los esfuerzos y sacamos de esto adelante. Y decidimos, pues, reinvertir, y reinvertir en adecuar todos nuestros espacios. Y creo que no fue una decisión fácil, pero lo que nos hizo convencernos fue cuando empezamos a recibir llamadas, llamadas de muchos emprendedores, empresarios y sobre todo de muchas emprendedoras que nos decían: mira, si ustedes no abren, no tengo a dónde ir; yo no voy a irme a una cafetería porque es muy peligroso en temas de contagio, y no puedo quedarme en casa, no puedo avanzar mi carrera en casa es demasiado difícil.
Silvia: ¿Entonces, cómo cambiaron ese espacio para adaptarse a esta nueva realidad en la reapertura?
Mariana: El uso de tapabocas se hizo obligatorio dentro del espacio de coworking y ella me describía Impaqto como un lugar muy alegre y le perturbaba un poco el hecho de que no se le podían ver las sonrisas a los trabajadores. Entonces mandaron hacer unos tapabocas para todos que tenían una sonrisa graciosa como para ¿sí? subir el ánimo y alegría dentro del espacio. Que no fuese tan tan extraño estar trabajando con gente que tiene la cara la mitad de la cara tapada.
Michelle: Diseñamos estos módulos lindísimos de separación, en la cual tú puedes estar en una mesa grande compartiendo tal vez con unas seis personas, pero estás separado por un módulo que tiene un vidrio transparente. Entonces tú te sientes que estás seguro, pero no pierdes la visibilidad y el contacto visual que tienes con otra gente, que es lo lindo de sentirse en un espacio abierto, ¿verdad?
Eliezer: A lo largo de este año, las empresas han aceptado que el futuro del trabajo no se parecerá en nada a lo que era antes. Muchos empleados no regresarán a sus oficinas hasta mediados del 2021, y es posible que otros nunca vuelvan trabajar desde su oficina.
Silvia: Ahí es donde negocios de coworking, como el de Michelle, pueden tomar un rol más importante del que solían tener.
Michelle: A mí me inspira mucho pensar en nuestros espacios de coworking como unos centros de reactivación y de reconstrucción, como los que había también después de la Segunda Guerra Mundial, en los cuales, digamos, a nivel de barrio tú tienes un espacio en el cual puedes ir y sentirte apoyado y sentir que todo es posible y que es hora de empezar a reconstruir. Entonces es eso, ¿no? Entonces tal vez el coworking ya no va a ser este sitio todo hipster en el cual los chicos ahí artísticos y emprendedores tecnológicos se reúnen, sino más bien un sitio donde la gente que quiere trabajar duro y reconstruir se encuentra. Y ese es el futuro. Y va a ser un honor poder servir a esa gente.
Silvia: Con esto de la reapertura hemos visto en Europa, en Estados Unidos, que se está desencadenando una segunda ola de contagios ¿Cómo afectaría una segunda ola a las economías de nuestra región?
Mariana: Cuando uno responde ante una adversidad la primera vez es complicado, pero no es imposible. Generalmente hay recursos, aunque sea pocos, para hacer frente a algo, o un shock, una primera vez, pero si llegara a una segunda ola, si llega un segundo shock, el cuento es muy diferente porque esa inmediatez con que pasa no permite que te hayas podido recuperar.
Eliezer: Si pensamos en el caso específico de una familia, una segunda ola podría ser letal porque después de responder a un primer shock ya no te quedan recursos para responder por segunda vez.
Silvia: Estos economistas ¿qué te dijeron sobre cuáles serán las consecuencias de esta crisis económica?
Mariana: Ellos dicen que a corto plazo va a haber un aumento de la pobreza, pero que nuestros países han sabido desde hace mucho tiempo combatir la pobreza y ya han desarrollado varias técnicas, entonces que van a utilizar estas políticas y metodologías para combatirlo. Entonces si bien habrá pobreza, también habrá un montón de políticas para atacarla, y por ese lado es algo bueno. Pero según Hugo, por ejemplo, los que van a terminar sufriendo los impactos mayores van a ser las personas que están en el medio. Es decir, esos hogares de medianos ingresos a los que realmente casi nunca llegan esos programas de recuperación. La clase media, según él, serán los grandes perdedores de esta situación. Y también me decía, que habrán impactos más allá de lo económico.
Hugo: El trabajo doméstico va a aumentar. Y si hay un lugar que todavía es tremendamente inequitativo en nuestras sociedades, es justamente en nuestros hogares. El trabajo doméstico es repartido de una manera absolutamente desigual entre hombres y mujeres en nuestros países. Más o menos cuatro de cada cinco horas de trabajo doméstico en nuestros hogares son hechos por manos femeninas, solamente un quinto o poquitito más es hecho por manos masculinas. Y si a eso le sumas ahora que esas tareas han aumentado, la sobrecarga de trabajo no remunerado en las mujeres va a ser más alta. Entonces todo ese camino que veníamos recorriendo en los últimos veinte años hacia una equidad de género se va a deshacer en una medida importante, en gran medida.
Mariana: Hugo también me comentó sobre un segundo impacto social que tiene ver con la educación. El retroceso de muchos jóvenes en el desarrollo de sus habilidades será enorme y es por esto probablemente que muchos de ellos van a terminar abandonando la escuela y quedándose, pues, con muy poca escolaridad. Lo que a su vez los va a dejar con muy pocas herramientas para que el día de mañana puedan enfrentar el mercado laboral.
Eliezer: A medida que se ha propagado la pandemia, millones de personas han perdido sus empleos. El riesgo, como ya lo hemos reportado en episodios anteriores, es un aumento de la informalidad en la región para poder sobrevivir.
Silvia: Y el problema del aumento de la informalidad es que hace casi imposible poner en práctica cuarentenas estrictas porque la gente vive de salir a la calle a buscar ingresos.
Mariana: Y hay algo que Diego Sánchez, el economista de Oxford, me comentó que me pareció muy interesante y es que no podemos olvidar que la situación económica y la situación de salud están totalmente conectadas. No es que está una separada de la otra, sino que se trata de un círculo contínuo que se vincula el uno al otro.
Silvia: No sabemos cuánto va a durar esta crisis ¿Pero hay alguna idea de cómo va a ser la región una vez que se acabe la crisis?
Mariana: Mira, bueno, los dos fueron como muy, creo que pesimistas en este sentido, porque me dijeron que la región va a ser una región mucho más desigual de lo que era antes, y Latinoamérica ya era desigual.
Hugo: Ahora nuestros países van a convertirse en, cada uno de ellos, en naciones extremadamente desiguales. Esas diferencias entre ricos y pobres al interior de cada país van a ser las más marcadas.
Mariana: Diego, por su parte, piensa que habrá dos tipos de desigualdad. La de las empresas que pueden responder mejor por tener más capital y la de los profesionales que pueden seguir trabajando de forma remota; mientras que hay otras personas, trabajadores del sector informal, que les va a costar mucho más. Y según él esas dos desigualdades pueden generar mucho descontento social y mucha incertidumbre política. Y tanto Diego como Hugo coinciden en que esta recuperación no será de la noche a la mañana, de hecho, va a tomar años.
Silvia: En El hilo somos Daniel Alarcón, Álvaro Céspedes, Mariana Zúñiga, Elías González, Desirée Yépez, Paola Alean, Jorge Caraballo, Miranda Mazariegos y Carolina Guerrero. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
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Yo soy Silvia Viñas.
Eliezer: Y yo soy Eliezer Budasoff, gracias por escuchar.