Hegel - Fenomenología del Espíritu - Introducción (1/3)
¡Hola!
Muchas gracias por acompañarme a Filosofía de la Historia con Amilcar Paris Mandoki
Ésta es la primera cápsula sobre la introducción de la fenomenología del espíritu de Hegel.
En esta cápsula abordaremos el contexto de la obra, la estructura
del texto y La estructura del texto veremos el planteamiento que hace Hegel sobre las dos maneras
naturales de acercarse al conocimiento. El problema con esas maneras de pensar
Por qué surge ese problema Qué significa fenomenología del espíritu
¿Por qué es el camino de la duda y la desesperación?
¿Cuál es el método de la fenomenología? Así que, comencemos de una vez.
Comencemos con el contexto de la obra. Podemos considerar a la fenomenología del
espíritu, como la primera gran obra de Hegel. Georg Wilhelm Friedrich Hegel nace en Stuttgart
en 1770, que entonces es la ciudad capital del ducado de Württemberg.
Durante su adolescencia se pone a leer a los ilustrados alemanes y cuando entra a la
universidad comienza a leer a Rousseau y se pone a seguir emocionadamente,
junto con sus cuates Shelling y Hölderling, el desarrollo de la revolución francesa.
Se identificaba con los girondinos, la banda que al principio de la revolución
eran jacobinos pero que después se separaron de los montañeses al tratar de resistir el
engrandecimiento del poder ejecutivo que implicó el segundo periodo de la revolución.
Cuando era Joven, Hegel no era tan ñoño, sus cuates le entraban a Kant
bien intensamente y él se había resignado a ser un divulgador de la filosofía, un tutor personal.
De hecho, la intención original de la fenomenología era ser una especie de
didáctica de la filosofía, no realmente un texto fundacional de un sistema filosófico nuevo.
Hegel escribe este texto cuando Napoleón está luchando contra las tropas prusianas en 1806,
y parece que cuando estaba dando los toques finales fue cuando entra a Jena.
Hegel relata en una carta: “Vi al EMPERADOR saliendo de
la ciudad en una misión de reconocimiento. Es en verdad una maravillosa sensación el
ver a un individuo que, concentrado aquí en un punto singular sobre un caballo,
alcanza al mundo y lo domina.” Esta grandilocuencia, esta enormidad
de espíritu, esto que Hegel siente por Napoleón, se va a reflejar en todas sus obras desde ésta.
A partir de ahora Hegel escribirá en su filosofía una gran épica de un poderoso personaje,
el más poderoso de todos: el Espíritu Absoluto. A través de sus distintas obras podemos conocer
el universo filosófico del espíritu en distintos contextos, comenzando aquí con el espíritu en
su autoconocimiento, el espíritu y el arte, el espíritu y la filosofía, el espíritu y el derecho,
el espíritu y la historia universal y el espíritu y las gemas del infinito.
¿Cómo se estructura este texto? Lo que veremos es la introducción
a la fenomenología, este texto, a diferencia del prefacio,
lo escribe antes que el grueso del libro. Lo primero de lo que habla aquí es de
una aparente dicotomía entre las dos posibles maneras de conocer.
Lo segundo es explica por qué el camino hacia el conocimiento no es por ahí y
propone una manera que parece ser mejor. Finalmente explica cuál es el verdadero
camino del conocimiento y el camino que tomará la fenomenología del espíritu.
Hegel comienza afirmando que en filosofía es natural pensar que antes de entrarle al problema
del conocimiento real de la verdad, nos tengamos que poner de acuerdo sobre si el conocimiento es:
“Un instrumento para apoderarse del absoluto” o” un medio a través del cual se mira el absoluto.”
Aquí comienza el muy particular estilo de escribir de Hegel y que muchas veces confunde.
Dice Hegel que esto es una “representación natural Uno podría irse con la finta que si
Hegel dice que es natural, entonces está bien, pero no, hay que tener cuidado.
Y es que luego dice Hegel que PARECE justificada esta preocupación porque si hay diversas clases
de conocimiento y escogemos la incorrecta para ver el Absoluto, captaríamos “Las nueves
del error en vez del cielo de la verdad” Sí, PARECE justificada, pero no se caigan
con la finta, Hegel no nos dice, pero yo les advierto, en la fenomenología nada es lo que
PARECE y cuando Hegel dice que algo parece prepárense porque está a punto de refutarlo.
Pero la finta no ha terminado. Hegel nos dice que PUEDE ser que
incluso esta preocupación llegue al nivel de pensar que el conocimiento de la cosa en sí sea
imposible y exista un abismo infranqueable entre la cosa en sí y el conocimiento.
Hegel está diciendo que es natural, es normal, parece justificado, pensar que
el conocimiento es un instrumento para llegar al absoluto o un medio a través del cual se mira.
Y es natural que eso nos lleve a pensar que hay un abismo infranqueable entre la cosa en sí y
el conocimiento GUIÑO GUIÑO Pero para Hegel estas
dos visiones son problemáticas ¿Qué pasa si el conocimiento es un instrumento
de nuestra actividad para tomar el absoluto? Entonces lo alteraría, así como si quisieras
atrapar al guasón con una pistola que tiene una garra al final, no captarías al guasón
en sí; la garra lo alteraría. Y ya sé lo que van a preguntar
¿Qué tal si sí es un instrumento, pero revertimos el efecto que éste causa?
Hegel ya se adelantó a esta pregunta. Dice que podría PARECER que podemos
descontar ese efecto del instrumento, pero eso nos regresaría al punto de partida.
Si al guasón capturado, le removemos el efecto que ha tenido sobre él la pistola con garra, si
lo desamarramos y lo movemos a donde estaba antes huyendo, nuestro resultado será un guasón libre.
Ok, pero ¿qué tal que no es algo tan violento, que el conocimiento es como una vara con pegamento
que acerca a los pájaros? ¿Qué haría el guasón? Se burlaría de nuestro intento,
y si lo atrapamos seguro es porque estaba ya dentro de sus planes el ser atrapado.
¡Eso mismo dice Hegel sobre el absoluto! Y el conocimiento así sería una astucia.
¡Ya no estaríamos hablando de un filósofo que se parece a Batman sino de uno que
es como el chapulín colorado! Bueno, bueno, el conocimiento
no es un instrumento. ¿Qué problema hay
con que el conocimiento sea un medio? Hegel nos dice que cuando usamos medios para
ver objetos, no estamos viendo el objeto, sino al medio, la proyección del objeto en el medio.
Si el conocimiento es un medio pasivo, no veríamos la verdad en sí,
sino tal y como es a través del conocimiento. Así como Saruman cuando ve a Frodo con el
Palantir, su esfera de cristal, no está viendo a Frodo, está viendo el Palantir.
Pero ¿Qué tal si sí es un medio y revertimos el efecto?
¿Qué tal que es un lente y estudiamos su ley de la refracción y eliminamos la refracción??
Hegel dice que, en esta metáfora, la verdad no es la refracción sino la luz.
Si descontamos la refracción nos terminará indicando la dirección hacia el vacío.
Si le quitamos el Palantir a Saruman se va a quedar mirando su mesa fea y no va a ver nada.
No ambas maneras de acercarse al problema del conocimiento, según Hegel,
terminan por hacer que el conocimiento haga lo opuesto a lo que se propone.
Estos acercamientos tienen un problema fundamental,
y la próxima cápsula veremos cuál es ese problema,
por qué no pueden lograr su propósito. Así que, hasta entonces.