En las estrellas (2)
¿Alicia?
Mira, me da igual que no me quieras hablar.
Necesito el dinero de papá. Tengo una orden de desahucio y...
¿Oye?
Con el nuevo Ultraspira, mi tiempo vale mucho más.
[Armando] ¡Corta!
- ¿Y ahora qué le pasa? - Que no funciona, esto es una mierda.
¡Arregladlo ya, por Dios, por Dios!
Víctor, ¿qué haces tú aquí?
Veo que te va muy bien sin mí.
Ven un momento, anda.
Pensé que me llamarías para grabar esta basura.
Para que vuelvas a insultar a mis clientes.
¿Insultar?
Son estafadores profesionales, todo lo que venden funciona mal.
¡Has dejado manchas ahí arriba!
La goma de borrar no sirve. ¿Podemos sacar más rollo?
¿Sabes cuánto cuestan esas cartulinas? Ten cuidado, que no tengo más gomas.
Necesito cobrar ya. ¿Cuándo me pagas lo que me debes?
Ahora no te puedo pagar, vas a tener que aguantar un poco.
¿Más aún? Si te cobrara intereses de demora, sería rico.
Te tiraste seis meses para un documental que ibas a grabar en una semana.
Y quedó bien, ¿no?
- ¿Qué? - La aspiradora ya no aspira.
- Usaremos otra. Nadie se dará cuenta. - ¿Voy a comprar una en el chino?
- ¿No tienes una en casa? - Mi madre sí.
Pues corre a casa de tu madre. ¡Venga, vuela!
- Ay, las becarias, de verdad... - No puedo seguir esperando, Armando.
Víctor, no te puedo pagar, pero tengo un encargo.
Una serie,
una comedia familiar para gente normal:
amas de casa, niños, abuelos, los perros...
Si la hacemos bien, la colocamos y nos forramos.
- Tengo dos mil euros para el piloto. - ¿Me lo pagas ya?
A la entrega. Pero tiene que ser brillante.
¿Tú todavía eres capaz de escribir algo así?
Búscate a otro.
A buenas horas.
- ¿Está mi hijo dentro? - Sí, pero tiene que esperar.
- Quédese aquí un momento, por favor. - Sí, gracias.
¿Dónde estabas?
No me han dejado salir.
Estaba en una reunión. Cosas importantes.
Hala, vamos.
[directora] Señor Martín.
Oiga, ¿no le han dicho que espere?
Hola. No, no me han dicho nada.
- ¿Podemos hablar un momento? - Sí, claro.
La estoy escuchando.
Sigue usted llegando tarde y descuidando la asistencia de su hijo al colegio.
A ver, es que estaba en una reunión muy importante con unos productores...
Mire, yo, si quiere, le puedo pedir disculpas,
pero no creo que sirva de mucho que le dé más explicaciones.
Tiene razón, será mejor que se las dé a los servicios sociales.
Bueno, antes de llamar a esa gente, yo le pediría, por favor...
No, no me pida nada. Ya están avisados.
- ¿De verdad estabas con unos productores? - Pues claro.
- ¿Les hablaste de tu peli? - A ver,
les ha gustado la idea.
Cuando termine el guion, ya veremos si me hacen una buena oferta.
¿Y cuándo lo vas a terminar?
Estoy en ello. ¿Hasta dónde te conté?
La chica se cayó a la Tierra.
Sí,
eso era, se cayó.
Así que el escritor mandó a su robot a buscarla de nuevo.
[Víctor] Pero el robot...
...nunca regresó.
Debían ir a buscarla.
Por suerte, encontraron un satélite extraviado
y lo atraparon.
Usó las placas solares del satélite
y se las puso...
...a una lavadora.
Antes de partir, el escritor prometió a su hijo
que traería de vuelta a su madre.
[Ingmar] Oye, pero su hijo quería ir.
[Víctor] Pero podría ser peligroso.
[Ingmar] Sí, pero a su hijo no le importaba.
[Víctor] Pero no cabían los dos en la lavadora.
[Ingmar] Eres un tramposo.
[Víctor] Recorrió desiertos,
bosques,
ciudades,
glaciares y pantanos,
pero no lograba encontrarla,
hasta que se encontró... con una torment
Y se lo tragó un pez monstruoso.
Pero parece ser que ese trasto no tenía buen sabor.
[chapoteo]
[timbre]
Buenos días, ¿es usted Víctor?
Encantada. Soy Rita, asistente social.
¿Puedo pasar?
Mira, Ingmar, ella es...
...una mujer que ha venido a vernos.
Hola, soy Rita.
Encantada. ¿Cómo te llamas?
Ingmar.
¿Cómo? ¿Ismael?
Ingmar. Como Ingmar Bergman, el director.
Vale.
- Cariño, ¿qué estás leyendo? - Un cómic de chicas.
Bueno, los tebeos no son para chicas ni para chicos,
lo importante es que a ti te guste. A ver.
Pero esto no es un có... Esto... Esto no es para niños.
- Es... un cómic de chicas. - ¿De dónde has sacado eso?
No es decente, no es para tu edad. ¿Cuántas veces te lo tengo que decir?
Pero si me lo diste tú.
- ¡Ay! ¿Pero qué haces? - ¡No disimules ahora!
- Por favor, no pegue a su hijo. - ¡Me cago en la puta! No le he pegado.
- ¡Serás capullo! - ¡Tú no digas tacos, cojones!
- Oye... - Se lo tengo dicho.
Hijo, ¿tu mamá dónde está?
Mi madre se ahogó en la bañera.
Por eso a mi padre no le gusta ducharse.
Es broma, me ducho a diario.
Le esperamos el martes. Necesitaré que traiga su nómina.
Mire, mis horarios no son fijos, no sé si podré ir. Ya la llamo yo.
Verá,
yo estoy aquí para ayudarle,
pero necesito que colabore. ¿Se da cuenta?
¿Y esa señora por qué dice que te quiere ayudar?
Bueno, porque... es una productora.
Quiere poner dinero en la película,
así que tenemos que seguirle la corriente en todo, ¿ok?
- Venga, Víctor, no me tomes el pelo. - No, pero si es la verdad.
Esa mujer es rica, muy rica. Los pijos son así.
¿Y cuánto dinero quiere poner?
Mucho, muchísimo.
- ¿Cuánto? - Por lo menos, veinte mil euros.
¿Veinte mil euros? ¿Con eso hacemos la peli?
Bueno, con eso la empezamos.
Así que, a partir de ahora, debemos tenerlo todo limpio, por si viene.
Y cuando esté ella delante, me obedeces y me haces caso en todo, ¿vale?
Vale.
Yo sé que no estás viviendo una situaci fácil, pero es que yo tampoco.
¿Tú sabes lo que cuesta mantener todo esto?
Y el alquiler. Un dineral de alquiler.
Y el riesgo, tienes que valorar el riesgo que estoy asumiendo yo.
Mira la cámara nueva. ¿Sabes cuánto me ha costado?
Diez mil euros. Casi diez mil euros, la camarita.
¿Me estás diciendo que tienes dinero para comprar cámaras,
pero no para pagarme?
Llevo diez años en ese piso, no me pueden echar.
Pueden, son bancos. Estás jodido. Te lo digo yo, que soy abogado.
No hace falta que abras la boca. Menuda mierda de abogado.
- ¿Qué quieres? ¿Que le mienta? - Si ni siquiera eso lo haces bien.
Tú aprovecha para joderme.
Más quisieras.
Si quieres joder, vas a tener que empezar a pagar.
¿También quieres cobrar por eso?
[esposa] Voy a coger esas latas y voy a dejar el almacén limpio.
[grifo abierto]
¿Qué haces ahí?
¿No vas a salir de la bañera?
¿Por qué no sales de ahí?
¿Por qué no vienes a sacarme?
[Ingmar] Víctor,
ha venido la productora.
¿Quién?
La pija que iba a poner los veinte mil euros.
¿Sabe que mi padre puede rodar con muy poco dinero?
Estoy segura, hijo. No lo pongo en duda.
¿Le gustan las pelis de robots?
- Pues no mucho, la verdad. - ¿Y de monstruos?
- Tampoco. - ¿De qué le gustan las películas?
De personas reales con problemas reales.
Aquí lo tengo, es el extracto bancario.
¿Lo ve? Tengo casi diez mil euros en el banco.
Es actual, la fecha debía de estar ahí arriba. Creo que se rompió o...
La fecha viene aquí detrás.
Esto es de hace cuatro años.
¿Ah, sí?
¿Así era Mega Kong por dentro?
Claro, era como un robot.
Así se hacían antes los efectos especiales.
Hala, vámonos.
¿Quieres uno de esos para Navidades, para tu colección?
No tenemos dinero y quieres comprar más juguetes.
Pero si son para ti, joder.
¿Y por qué juegas tú con ellos?
Mira, Ingmar,
lo más importante en la vida es...
...el cine.
Pero hay otras cosas que también son importantes,
como los juguetes,
porque te hacen más feliz, te hacen ser mejor persona.
Si tu madre siguiera con nosotros,
le habría gustado muchísimo que compráramos ese robot.
[Ingmar] Olvídala, Víctor.
Tienes que buscar un trabajo.
Entonces, tú eres Papá Noel de verdad, ¿no?
Pues claro, los otros son unos farsantes.
Yo soy el bueno.
¿Y por qué hueles a alcohol?
Verás, hijita,
es que a veces necesito un trago
para soportar el frío del Polo Norte.
¿El Polo Norte? Pero si Papá Noel vive en Laponia.
Sí, bueno, en Laponia, en el Polo Norte..
Es que monté unas franquicias.
¿Y qué es una franquicia?
A ver cómo te lo explico.
Las franquicias son sucursales de un negocio.
- Y esto es un negocio. - Pero si son regalos.
Sí, pero todo esto hay que pagarlo, ¿sabes?
¿Ah, sí? ¿Y quién los paga?
Esa niña hacía demasiadas preguntas.
Joder, pero si es muy sencillo.
Solo tienes que decir: "¿Has sido buena? ¿Qué quieres por Navidad?". Ya está.
- Eso lo puede hacer cualquiera. - Tú eres cualquiera.
Te pago para que seas cualquiera, ¿lo entiendes o no lo entiendes?
[violines de Psicosis]
¿Qué haces?
Ingmar, hijo, estoy reunido.
No puedo hablar ahora.
¿Te importaría apagar el teléfono mientr estás trabajando, por el amor de Dios?
Eh, ¿adónde vas?
Te vas a la puta calle, ¿eh? ¿Me oyes?
¡Te he echado, te he echado!
¡Mierda!
[jadeos]
¡Ingmar!
- ¡Ingmar! - [Ingmar] ¡Ahora voy!
¿Cómo que ahora vas?
¡Ingmar!
¿Qué haces?
Se me quemó la sartén. Le eché agua, pero no funcionó.
¡Deja eso, joder! ¡Vamos!
¡Pero dijiste que eran importantes!
[explosión]
¡Dame eso!
Toma, agarra el saco. ¡Agárralo!
[estallido]
[explosión]
Ven, ven.
[voz de robot]
[sirenas]
Está calentito, ¿eh?
Oye, ¿y por qué vas así vestido?
Ah, estaba...
...en una fiesta de disfraces
con los productores de nuestra película.
¿Has acabado el guion?
Casi.
¿Por dónde me quedé?
Ah, sí.
El escritor siguió buscando a su mujer,
lo que lo llevó
a lo más alto de la montaña más lejana y recóndita.
[Víctor] Nunca había visto nada semejan
Esa puerta parecía demasiado pesada para poder moverla.
¿Estaría su mujer dentro?
¿Cómo podría abrirla?
Estuvo dándole vueltas hasta que...
La puerta era solo un decorado.
Y no solo la puerta,
todo allí dentro lo era.
Había encontrado los decorados
de todas las películas olvidadas del mundo.
Estaban ahí guardados, todos.
Según avanzaba,
encontraba obstáculos y trampantojos.
[Ingmar] ¿"Trampantojo"? ¿Y eso qué es?
[Víctor] Una trampa para el ojo,
nada que el escritor no supiera resolver.
¿Quién había guardado todas aquellas maravillas en ese lugar?
En el centro de aquella ciudad, encontró un templo.
En el centro del templo, encontró una sala llena de robots.
Y en el centro de la sala,
un enorme diario.
Estaba en el lenguaje de los robots.
Por supuesto, el escritor lo dominaba sin dificultad.
Hacía mucho tiempo,
todos aquellos robots y decorados de películas antiguas
fueron propiedad de un viejo productor.
Cuando murió, los bancos embargaron sus bienes
y decidieron deshacerse de todo en una gran hoguera,
no solo de los robots, también de los decorados.
Pero una noche, los robots escaparon del fuego,
se llevaron consigo todo lo que pudieron
y se escondieron en las montañas,
en un lugar donde los bancos
no pudieran encontrarles... jamás.
Su ciudad perdida sería custodiada
por el robot más grande de todos:
un enorme guardián.
[Ingmar] ¿Un guardián? ¿Qué guardián?
[Víctor] [grito]
[mujer policía] ¿Víctor Martín?
¿Es usted el padre del niño?
Sí.
[hombre policía] ¿Y cómo es que el niño estaba solo en casa?
¿Me van a meter en la cárcel por irme a trabajar?
No, solo pasará la noche aquí.
¿Y mi hijo dónde está?
[asistente social] Seguirá yendo al colegio,
pero dormirá en el centro asignado hasta que le acoja el familiar más cercano,
su hermana... Alicia. ¿Puede ser?
Hermanastra. No sabe cuidar ni a un perro.
Escúcheme, yo solo necesito un poco de tiempo para arreglar las cosas.
[Víctor] ¡Escúchame, Alicia,
necesito mi parte del dinero!
¡Oye, yo no te he pedido que cuides a mi hijo!
Eh, tú, caraculo, ¿por qué estás aquí?
Pues... quemé mi casa.
¡Eh, Anita, "Cerebro"! ¡Venid!
Este tío quemó su casa. ¿Has visto, "Cerebro"?
- ¡Qué dices! - Menudos huevos tienes.
¿Quemaste a tus padres dentro?
No, con la casa era suficiente.
Deberías dejar de beber.
¿Y me lo dices tú, que eres una esponja?