RDCongo, los pobres de mañana
Hola Humano,
Bienvenido a un cortodocumental de la serie “Los Lugares Más Horribles del Mundo”. Estaba revisando los lugares de la serie que llevamos mencionados y pensando que en realidad no había ninguno al que me asustase ir cuando decidí que ya iba siendo hora de traeros uno que… bueno, Digamos que a mi seguro me falta tiempo en esta vida para ir a visitarlo. Tú ya me comentarás lo que piensas. Hoy presentamos la República Democrática del Congo.
Éste es el río Ébola. Sólo el eco de esta palabra ya hace sonar las alarmas de los algoritmos de YouTube. Así que con esto no nos podemos alargar o si no este vídeo quedará más escondido que lo que está este río. A 100 kilómetros de este rio en la pequeña localidad de Yambuku se dió en 1976 el primer caso de ébola. En su primera aparición el ébola mató al 92% de los infectados. Desde entonces, esta enfermedad ha resurgido en varias ocasiones con devastadoras consecuencias. Aún no hay vacuna ni tratamiento médico específico para tratarlo.
Y hablamos sobre el ébola porque recuerdo leer hace un par de años, al comienzo de esta pandemia, que mientras todos nos preocupábamos con un nuevo virus al que llamábamos covid-19 o coronavirus, en el Congo el covid-19 hacía cola tras otras dos epidemias aún más graves: ébola y sarampión ya eran emergencias médicas. En marzo de 2020 el sarampión había matado a más de 6000 personas, casi todas niños. Y el ébola llevada registrados 2262 víctimas desde el 1 de agosto de 2018. El domingo de Pascua de aquel 2020, la última infectada de ébola salió del centro de tratamiento en la ciudad congoleña de Beni, libre de la enfermedad que había matado a su hija. Los trabajadores humanitarios celebraron el final de la pandemia y las agencias de ayuda comenzaron a emitir comunicados de prensa anunciándolo. Pero el Viernes Santo, nuevos casos resurgieron. Tan cerca de vencer la epidemia pero aún tan lejos.
Los trabajadores de la salud congoleños se enfrentaron a peligros aún mayores que el ébola en medio de la hostilidad generalizada y la sospecha de algunos sectores de la comunidad local que estaban convencidos de que la enfermedad era un engaño. Sufrieron ataques, se incendiaron centros de tratamiento, y algún enfermero llegó a ser asesinado. Es que, cada vez que hay una pandemia alguien piense que es todo una mentira aunque vea a la gente morir a su alrededor. No es nuevo.
Bueno, comiencen a anotar desgracias para este país. Ésa es la primera, ser la cuna del ébola y caldo de cultivo para epidemias. ¿Y por qué es tan difícil controlar las epidemias en este país?
Pues esa es la segunda desgracia que pueden apuntar, porque la República Democrática del Congo está llena de regiones donde es muy peligroso adentrarse, con lo cual es difícil controlar nada. Docenas de grupos armados en guerra operan por amplias zonas del país, especialmente en el norte. Este es un país donde las guerras étnicas nunca acaban. Un informe de la ONU de hace dos años describía esta violencia como posiblemente con elementos de crímenes contra la humanidad, con algunos pequeños elementos que podrían catalogarse como genocidio. Hablamos de grupos organizados que se adentran en el territorio de otra etnia para intentar quedarse con sus tierras. Saquean, violan, incendian y asesinan. Y lo hacen decapitando niños y mujeres, desmembrando cuerpos para tomar trofeos de guerra, y crear tanto terror como puedan a su paso para que los que huyan, no vuelvan.
Y lleva siendo así más de dos décadas. El resultado es millones de desplazados. Y hambruna. No les vamos a repetir las espeluznantes cifras que ya les dejamos en este otro vídeo de esta misma serie hace cuatro años; pero pueden quedarse con ésta: el 12% de los niños que sufren desnutrición extrema en el mundo, casi dos millones, son congoleños.
Violencia. Violencia que genera más violencia. Cuando un país convive con la violencia durante tanto tiempo ya hasta se hace difícil coincidir con lo que es violencia y lo que no. Por eso que si intentas buscar cuál es el país más violento del mundo verás que no es fácil. Nadie coincide. Pues los estudios e índices se enfocan en distintas estadísticas. Pero por ahí asoman siempre los mismos países en cabeza. Y la República Democrática del Congo no falta. Según el World Economic Forum, Congo estaba en 2021 entre los 10 países más violentos del mundo. En el Indice Global de La Paz del pasado año, del prestigioso Institute for Economics and Peace, Congo aparece como el séptimo país más violento, o alejado de la paz. Y sin paz no hay prosperidad. Violencia y pobreza para quien la sufre suelen ir de la mano. Y el Congo es pobre, pero tan pobre, tan pobre… que hasta va a seguir siendo pobre.
Imagínate que te digan que tu país va a ser el país más pobre del mundo dentro de tres años. ¿Qué vas a pensar? Pues apaga y vámonos. ¿Para que voy a esforzarme si ya me están diciendo que voy a ser el más pobre de todos? Yo no sé como los economistas pueden predecir esto. Pueda que tengan que ganarse la vida como todo el mundo y vendan predicciones, pero por ahí encuentro la predicción de que el Congo será el país más pobre del mundo en 2025 con un producto interior bruto per capita de 558 dólares anuales. Al menos, hoy por hoy, según el Banco Mundial Congo es el octavo país con mayor nivel de pobreza en el mundo con un porcentaje de un 64% de la población que son pobres. Y cuantas veces hemos visto que un país con suficientes recursos como para cuidar de su población es explotado para el beneficio de unos pocos.
Congo tiene recursos naturales para dar y tomar, pero quizás el que más destaque por encima del resto sea, su oro “negro,” el tántalo o tantalio, tan necesario para los dispositivos móviles. El tántalo se extrae del coltán, y el mayor productor de este mineral es la República Democrática del Congo, con cerca del 9 % de las reservas mundiales estimadas. La tragedia de este oro negro es que cuanto más se cotiza, más conflicto, explotación y violencia genera a su alrededor. Una situación no muy diferente a nuestros países latinoamericanos. En ellos, cuanto más narcotráfico, más cárteles, ajustes de cuentas y muertes. Aquí, más milicias y grupos intentando hacerse por el control de estas minas y su mineral. Con una situación tan volátil ¡Qué importa la riqueza que un país tenga! ¡Qué más dan sus recursos naturales! ¿Quien va a arriesgar su dinero invirtiendo en infraestructura aquí?
Pero el tántalo necesario para tu teléfono móvil, de una manera u otra sale del país, contrabandeado como si fuesen drogas. Y a nosotros. ¿Qué más nos da que esta gente sea explotada, en ocasiones obligada a trabajar a punta de rifle aun cuando enferme? Mientras nosotros podamos comprar nuestro dispositivo móvil baratito, las condiciones laborales de los congoleños nos parece cosa suya, que se entiendan entre ellos.
Desde el mismo día que los europeos pisaron tierra africana, desde el día que se repartieron la "tarta africana," su suerte estaba echada. El futuro de la República Democrática del Congo, dependerá mayormente de los congoleños. Sí, pero ese futuro pasa por superar los intereses manipuladores de los occidentales, que en la sombra, hacen y deshacen a su antojo. Y eso no va a ser fácil para ellos. Menos cuando ya les vamos diciendo que dentro de 3 años van a ser los humanos más pobres del planeta. Que alguien se apiade de ellos.
Hasta la próxima,
La Paz