El Batallón de Los San Patricios Episodio 3
Entonces, al ver al Padre Vargas salirse tan rápido y tan de improviso, la congregación se levanta para ya salir de la iglesia. John Riley, lo reconoce a uno de los soldados irlaneses que estaban asistiendo a la misa, y al soldado lo detiene y los dos hombres comienzan a hablar:
Soldado Irlandés/Cabo Kinnealy: ¿Qué ocurre, Sargento?
Riley: Dímelo tú, Cabo.
Sean: Yo me encargo..Tranquilo. Es el Sargento, Riley. Es irlandés como nosotros. No nos traicionará por haber venido hoy a misa.
Riley: Dirás por desertar. He visto caballos del ejército ahí fuera y vosotros lleváis uniforme de infantería
Kinealy: Usted no es un patriota irlandés. Todos habéis probado la rueda del jarro. Este sargento ha venido a espiar para sus superiores, para el capitán Gaines. Pretenden, quieren que los irlandeses seamos sus esclavos.
Riley: ¿A dónde fue el cura, el Padre Vargas?
Kinealy: A rezar. Por las almas que habéis condenado al infierno. Sus propios hombres….Sargento Riley.
Riley entonces sale de la iglesia acompañado del grupo de soldados irlandeses. Ellos montan los caballos para regresar a la base militar.
Ahora en la base, El capitán Gaines y un grupo de soldados están preparándose para latigar (whip) a un grupo de una docena (dozen) de hombres soldados irlandeses. Gaines dio la orden de latigar al grupo de hombres que habían estado en el calabozo. El castigo de latigazos es una tortura increíblemente severa. En muchos casos, después de recibir 30 o 40 latigazos, la persona torturada contrae infecciones y muere. Es una forma de tortura muy dolorosa y también humillante, deshumanizante.
El Padre Vargas llega justo antes del comienzo de la aplicación de los latigazos y trata de razonar con el Capitán Gaines. El asistente de Gaines lo asalta al Padre Vargas, y le mete un puñetazo en la cara. El Padre Vargas cae al suelo, sangrando por la nariz y la boca.
Asistente: Listo, Capitán.
Capitán Gaines: ¡Que dé comienzo al castigo!
Entonces Sean grita:
Sean: ¡Empecemos a rezar. ¡Y que esos bastardos no oigan! Dios te salve María. Llena eres de gracia. El señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús!
El asistente del Capitán Gaines y los otros soldados, los hombres de Gaines comienzan a darles latigazos a los hombres irlandeses.
Los soldados irlandeses: ¡Santa María! ¡Madre de Dios! ¡Ruega por nosotros, pecadores! ¡Ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén!.......
Los soldados irlandeses están sufriendo una agonía de dolor con los latigazos pero siguen rezando a todo pulmón.
Soldados Irlandeses: ¡Dios te salve, María! ¡Llena eres de gracia! ¡El Señor es contigo!
Patty, el más joven de los soldados, un chico de dieciseis años de edad, está aguantando el dolor de los latigazos pero el dolor es horrible y el muchacho nunca en su vida ha vivido una experiencia tan traumática y horrorífica. El muchacho en ese momento ahora siente que entiende un poco a las mujeres que gritan tan fuerte durante el parto. Patty está sintiendo un dolor insoportable y
ya no aguanta más y se desmaya.
De pronto, se le ve al cabo, Kenealy. Kenealy llega en su caballo por detrás del capitán Gaines. Gaines de pronto lo siente (le escucha) a Kenealy y se voltea (turns around)
Kenealy saca su pistola y se la apunta a la cabeza al capitán Gaines.
Keneally: Dígales a sus hombres que se detengan……. O le vuelo la tapa de los sesos.
Uno de los oficiales de Gaines le apunta un rifle a Keneally.
Oficial: Quieto, cabo.
Pero entonces Riley llega en su caballo.
Riley: Hága lo que le ha dicho, Señor.
Entonces, el soldado alemán, dice: “Feldweber”. El soldado alemán tiene la cara de muy contento porque el hombre ve que Riley sí es una buena Feldweber que viene para proteger a sus hombres.
Riley entonces lo mira al Capitán Gaines, y le dice:
Riley: Con todo mi respeto, Señor. Pero usted está al mando de un pelotón de castigo ilegal.
Al escuchar a Riley decirle que su pelotón de castigo es ilegal, el capitán Gaines se pone furioso y saca su pistola apuntándosela a Riley:
Gaines: ¡Traidor! ¡Se arrepentirá!
Keneally está literalmente a solamente dos pasos (two footsteps away) del capitán se dobla y se inclina desde su caballo y le pone su pistola en la cabeza al capitán. El capitán Gaines entonces ordena a su hombres de ponerse en su lugar, descanso (to stand down—at ease)
Gaines: ¡Soldados! ¡En su lugar, descanso!
Los soldados americanos entonces bajan sus armas.
Keneally entonces le pide su arma al capitán de manera sarcástica usando la forma educada del pronombre usted.
Keneally: Su arma, Porfavor. Gracias.
Sean: ¡Montad! (mount your horses! ) ¡Fijaos! ¿Habéis visto lo que puede hacer una oración? ¡Venid y sí os dará! (Come—Ask and you shall receive!)
El Padre Vargas entonces lo llama a Riley y le ofrece su crucifijo para su protección.
Padre Vargas: ¡Sargento!
Riley: No. No.
Padre Vargas: Porfavor, Sargento. ¡Acéptala! ¡Y que la Vírgen Madre te ampare y que tengas la protección de todos los santos!
Entonces, el sargento Riley acepta y le recibe el crucifijo.
Riley: Gracias, Padre.
Y entonces Riley con el grupo de soldados irlandeses que le acompañaron a Riley desde la misa y los once soldados víctimas de los latigazos montaron los caballos y comenzaron a salir del campamento. El Capitán Gaines, fúrioso, realmente fúrico les gritó y les amenazó:
Gaines: ¡Malditos irlandeses! ¡Sois hombres muertos! ¡Todos! ¡Estáis muertos!
Horas después, los soldados ya cruzan la frontera entre Los Estados Unidos.