El cliente siempre tiene la razón (parte 5) Historia en futuro Acabo de tener una visión y he visto algo muy extraño que me sucederá mañana.
Será de noche y circularé con mi taxi por la ciudad como de costumbre, pero mañana habrá menos movimiento de lo habitual. Pararé en un bar para tomar un café y me encontraré con un compañero que acabará de terminar la jornada y estará a punto de irse a su casa. Cuando le comentaré lo tranquila que estará siendo esa noche me dirá que hay una gran fiesta en el Hotel Sheriton y que no para de salir gente pidiendo taxis. Me dirigiré hacia allí enseguida y, efectivamente, nada más aproximarme al hotel, veré a un hombre en la puerta que me hará gestos con el brazo.
Estacionaré justo delante del hotel. El hombre, que irá “bastante alegre” se me acercará y me pedirá que lo lleve al Hotel Sheriton, en la calle Londres. Me lo quedaré mirando extrañado ya que, efectivamente, estaremos en el hotel Sheriton de la calle Londres. Pero él insistirá en que quiere ir a ese hotel. Yo le haré ver que ya estamos donde él quiere ir, pero que tal vez no lo recuerda debido al alcohol. Él, muy indignado, me dirá: “¡Este no es el hotel donde estoy hospedado, lléveme a mi hotel!”. Entonces le diré: “Ok. Súbase, lo llevo a su hotel”. El hombre se subirá, me pondré en marcha, daré un par de vueltas a la manzana y a los cinco minutos estacionaré en la puerta del hotel, en el mismo lugar donde habremos iniciado el viaje. El hombre mirará hacia afuera, sonreirá, me pagará el viaje y entrará feliz a su hotel.