¿Minería ESPACIAL en LUXEMBURGO? - VisualPolitik
Puede que esta música esté sonando, en este mismo momento, en algún lugar más allá
del Sistema Solar. La Quinta Sinfonía de Beethoven está grabada en el disco de oro
que viaja dentro de la sonda Voyager. El objetivo de la Voyager no es otro que darnos a conocer
ante cualquier forma de vida extraterrestre que la encuentre.
Mientras tanto el 2 de marzo de 2019, Space X realizó el primer vuelo de prueba de lo
que en un futuro serán viajes comerciales al espacio.
“KENNEDY: We choose to go to the moon…” En las últimas décadas, los seres humanos
hemos soñado con romper la última frontera. Descubrir nuevos planetas, conocer otras formas
de vida… pero la exploración espacial tiene otros atractivos que no se suelen mencionar.
Exacto, hablamos de dinero. Nuestro sistema solar está lleno de recursos naturales. Todos
esos asteroides que viajan por el universo están llenos de oro, platino y toda clase
de metales. Incluso algunas lunas de Saturno son auténticas bolas gigantes de gas natural
¿Pensabas que algún día se agotarían los recursos naturales de la Tierra? Pues tranquilo
porque ahí fuera hay miles de yacimientos por explotar. Y sí, todo eso supone una auténtica
fortuna. La minería espacial es la industria del futuro… ¿O tal vez del presente? ¿Y
qué tiene que ver Luxemburgo con todo esto? Pues atentos porque el vídeo de hoy os va
a dejar boquiabiertos. Hay una pregunta que todos nos hemos hecho
alguna vez: ¿Existe vida inteligente en otros planetas? Pero yo tengo una pregunta aún
más interesante ¿A quién le importa la vida inteligente en Marte cuando podemos encontrar
recursos naturales y hacer dinero? ¿Os imagináis que pudiéramos sacar uranio de una mina en
un asteroide? ¿Qué pudiéramos extraer gas natural en Saturno? No. No me he vuelto loco.
Lo cierto es que la minería espacial es ya una realidad.
Una nave especial japonesa, Hayabusa 2, llega al asteroide Ryugu para extraer minerales
¡Y no creáis que hablamos de poco dinero! Para que os hagáis una idea, cerca de la
tierra hay un asteroide que se llama Davida. Tiene un diámetro de poco más de 3 campos
de futbol. Pero recursos naturales por valor de… atentos, 27 QUATRILLONES de dólares.
Es decir, estamos hablando de un 27 seguido de 18 ceros.
¡Pero no es el único! En Saturno hay un satélite que se llama TITAN y que está hecho,
literalmente, de gas metano. Es decir, que es una bola entera de gas liquado que podría
suministrar a todo el planeta tierra durante siglos. Esto podría ser el fin de las guerras
del gas, de la dependencia que tenemos de dictaduras que tienen en recursos naturales.
Suena fantástico ¿Verdad? Pero aquí viene la gran pregunta. Imaginad que queremos explotar
una mina de oro en Australia. En este caso, tendremos que seguir la legislación australiana
¿verdad? Cada país tiene su propia legislación, algunos más estricta, otros menos… pero
está claro quién legisla qué. Sin embargo ¿Qué pasa si explotamos un satélite en
la órbita de Saturno? ¿A quién pertenece eso? ¿Quién regula los derechos de propiedad?
Por ejemplo, imaginad que tenemos una empresa de minería y nos vamos al asteroide DAVIDA
para extraer el hierro que contiene. Pero, a la vez que llegamos nosotros, llega otra
empresa a disputarnos la mina ¿Cómo resolvemos el problema? ¿Con que ley? ¿En qué tribunal?
Pues bien, hasta ahora, nadie se había preocupado por legislar la minería espacial… bueno,
hay un país que sí ha empezado a hacer sus deberes ¡Exacto! Hablamos de LUXEMBURGO.
Luxemburgo es ese país situado entre Bélgica, Francia y Alemania que tiene menos población
que todo Manhattan. ¿Y qué tienen de especial en Luxemburgo?
Una palabra: DINERO. Si recordáis, en este vídeo os contábamos que Luxemburgo es uno
de los países más ricos del mundo. Pues bien, cuando tienes dinero, lo inviertes.
Hablamos con poco más de medio millón de habitantes, pero ya ha invertido más de 220
millones de dólares en minería espacial. Tienen el capital, tienen las empresas ¿Qué
les faltaba? ¡La legislación! ¡Pues… aquí la tenéis!
“Nuestro objetivo es crear un entorno legislativo para la exploración y uso comercial de los
recursos de los llamados “cuerpos celestiales” como asteroides o incluso la Luna.
Etienne Schneider, ex Primer Ministro de Luxemburgo y actual ministro de economía.
Según varias empresas del sector, para el año 2025 ya será rentable extraer cosas
como agua, hidrógeno y metales preciosos. Pero la pregunta es ¿Cómo funciona la minería
espacial? ¿Y cómo va a funcionar esta legislación? ¿Estamos hablando de algo serio o sólo son
rumores? Hoy vamos a responder a estas preguntas pero antes, vamos a ver un poco de historia.
EL ORO MARCIANO
Como os podéis imaginar, mandar una nave especial a un asteroide es caro. Muy caro.
Así que, si Mahoma no puede ir a la montaña… la montaña va a Mahoma. Literalmente.
Hablamos de mover asteoides fuera de su camino habitual y ponerles en la órbita de nuestro
planeta. Y diréis ¿Es esto posible? Pues la respuesta es sí. Según un estudio del
Instituto KECK, “capturar” asteroides va a ser una realidad muy pronto. Y pensad
que este estudio se publicó en el año 2012. 7 años antes de que hagamos este vídeo.
En ese tiempo, las investigaciones han avanzado una barbaridad.
Y ya sé lo que estaréis pensando ¡Fonseca! ¿Pero qué te has fumado? Pues no tenemos
nada mejor que hacer que construir una grúa de proporciones nachovidalianas para enganchar
asteroides. ¡A ver! ¡Tranquilos! El proceso es bastante
más sencillo. Veréis, basta con que un asteroide se acerque lo suficiente a un cuerpo más
grande, como pueda ser la Luna o nuestro propio planeta como para que la masa de la Tierra
lo arrastre a su órbita. Así que, lo único que tenemos que hacer es “empujar” un
poco el asteroide para que se desvíe de su rumbo y se acerque a nuestra órbita. Todo
esto podría hacerse con una especie de misil teledirigido.
Sin embargo, todo esto es la teoría. Y ahora os preguntaréis ¿Pero… hay alguien que
ya se haya puesto a picar piedra en un asteroide? Y la respuesta es sí.
La Agencia Espacial Japonesa, mandó una nave, la HAYABUSA a un asteroide que se llama 25143
ITOKAWA. Así que la primera muestra de minerales espaciales llegó a la tierra en el año 2010.
Poco después, en 2016, la Nasa mandó otra nave, la llamada OSIRIS REX al asteroide BENNU.
En este caso, las muestras llegarán en el año 2023. Y, en este caso, ya se pondrán
en práctica muchas de las tecnologías de minería espacial.
Sin embargo, no todo es tan sencillo. Muchos de estos satélites giran en torno a sí mismos
a una velocidad tan rápida que es, prácticamente, imposible poderlos manejar. Eso significa,
que en muchos casos habría que rodear estos cuerpos con cables que limitaran su movimiento.
Y como os podéis imaginar, eso es extremadamente caro.
¡Pero esperad un momento porque todo esto son los problemas técnicos! Pero esto es
VisualPolitik. Aquí hablamos de política y de economía. Y creedme, la minería espacial
plantea un montón de problemas en este sentido. Ahora mismo lo vamos a ver.
LUXEMBURGO: IMPERIO GALÁCTICO
En el año 1967 se aprobó el primer tratado internacional sobre el Espacio Exterior. Eran
los años de la Guerra fría y a nadie le importaba eso de la minería espacial. El
auténtico terror de la época que Estados Unidos o la Unión Soviética usaran los satélites
para aniquilarse el uno al otro. Y eso es en lo que se centra este tratado.
Pero los tratados internacionales son una cosa bastante rara. No hay ninguna policía
mundial que pueda obligar a los estados a cumplirlos. Todo lo que se puede hacer es
imponer sanciones comerciales. Así que, en la práctica, la legislación internacional
es como las reglas del parchís: cada uno las interpreta como quiere.
Como nota curiosa, os diré que Donald Trump ya está barajando la idea de crear un ejército
espacial. “El otro día estaba pensando “oye, hacemos
un trabajo tremendo en el espacio, a lo mejor tendríamos que crear un ejército espacial.
No lo decía en serio pero luego me dije “eh! Pues es una buena idea! Igual lo tenemos que
hacer!” Por extraño que suene, esta no es la primera
vez que un presidente estadounidense dice algo así. En el año 1983, Ronald Regan propuso
construir el llamado “Proyecto de la Guerra de las Galaxias”. La idea era poner una
red de satélites capaces de interceptar un posible ataque de misiles soviéticos. El
proyecto era tan caro que tuvieron que cerrarlo. Pero, desde luego, a nadie parecía importarle
que ese proyecto violara flagrantemente el Tratado del Espacio Exterior.
Y os preguntaréis ¿Qué dice la legislación internacional sobre el la minería espacial?
Pues, básicamente, dos cosas. La primera es que cualquier organización no gubernamental,
lo cual incluye a las empresas, necesita el permiso de un estado para poder marcharse
al espacio exterior. La segunda, es que nadie puede restringir la investigación científica
pero… ¿Qué pasa con la explotación comercial? ¡Ah! Pues no se sabe.
Y por eso, tanto Estados Unidos como Luxemburgo han sacado sus propias leyes para permitir
que los inversores se puedan lanzar a la carrera espacial.
Y esto es muy importante porque tanto Luxemburgo como Estados Unidos tienen una cosa muy especial.
Veréis, en casi todos los países del mundo, los recursos naturales se consideran estratégicos.
Es decir, que si tu vives en Argentina, por ejemplo, y te encuentras petróleo en tu jardín…
¡No puedes explotarlo porque no es tuyo! Ese petróleo es del Gobierno y, por tanto,
ellos deciden cuando, cómo y quien explota ese zumo de dinosaurio.
Sin embargo, si vives en California, o en Luxemburgo, y encuentras petróleo en tu jardín
¡Estás de enhorabuena! Ese petróleo es tuyo y lo explotas cuando, cómo y con quien
quieras. Pero el caso de Luxemburgo es aún más especial
que el del Tío Sam. Tienen una ventaja única. Veréis, la ley estadounidense dice que sólo
las empresas nacionales pueden tener permiso para explotar minas en el espacio ¿Y qué
hace falta para que una empresa sea estadounidense? Pues… tiene que tener sus oficinas dentro
del país y los dueños tienen que ser residentes estadounidenses.
Sin embargo, en el caso de Luxemburgo, basta con tener una oficina fiscal en Luxemburgo.
Es decir, que te basta con hacer un trámite burocrático y tener un buzón en el país
para que te lleguen las cartas de Hacienda. Nada más. En otras palabras, imaginad que
una empresa Australiana quisiera explotar recursos en un satélite. Basta con que hagan
un viaje de ida y vuelta al país de Jean Claude Juncker y ¡Boom! Ya pueden irse a
donde quieran. Por si todo esto fuera poco… Luxemburgo
tiene muchos menos impuestos que Estados Unidos. En otras palabras: con la ley estadounidense,
sólo los estadounidenses se pueden beneficiar de la minería espacial. Sin embargo, Luxemburgo
acaba de abrir todo un nuevo sector económico al mundo entero. Y eso explica que tantísimos
inversores hayan elegido este país para sus proyectos.
Hablamos de un sector tan grande, que ya existe todo un cluster empresarial dedicado a la
minería del espacio. Es decir, una asociación empresarial apoyada por el propio gobierno
para dar visibilidad a todos estos proyectos. Para que os hagáis una idea, hablamos de
30 empresas, con 700 trabajadores y que ya genera un volumen de negocio de 2000 millones
de euros. Como os podéis imaginar, hay muchísimas
voces críticas. Las Naciones Unidas, entre otros. Algunos economistas de izquierdas como
Gabriel Zucman, que es un discípulo de Thomas Piketti, han llegado a decir cosas como esta.
Luxemburgo está extendiendo la lógica de ser un paraíso fiscal a una nueva área
Y lo cierto es que todavía hay un par de problemas legales que Luxemburgo necesitará
resolver ¿Recordáis ese tratado espacial de 1967? Pues bien, en el artículo 1 dice
que los estados estarán obligados a compartir los beneficios de sus exploraciones con el
resto del mundo. Pero ¿Qué significa esto? Pues… nadie lo sabe a ciencia cierta. ¿Significa
que si sacamos oro de un asteroide, lo tenemos que repartir a partes iguales entre los más
de 190 países del mundo? ¿Cómo? ¿Quién hace el reparto? ¿Se lo damos a cada gobierno?
¿O tal vez nos limitamos a pagar un impuesto? En ese caso… ¿Quién lo cobra? ¿El gobierno
del… mundo? También podríamos decir que, traer recursos naturales al planeta tierra
es algo necesario de lo que nos beneficiamos todos indirectamente. En otras palabras, que
se trata de un párrafo abierto a todo tipo de interpretaciones.
Pero todo esto no son más que futuribles. Así que ahora, la pregunta es para vosotros
¿Creéis que Luxemburgo podrá terminar creando su propio imperio espacial? ¿Hasta qué punto
este país tan pequeño puede cambiar la economía mundial? Podéis dejarme vuestra respuesta
en los comentarios. Y, como siempre, no olvidéis que sacamos vídeos nuevos todas las semanas.
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