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Filosofía de la Historia, Hegel - Fenomenología del Espíritu - Introducción (3/3)

Hegel - Fenomenología del Espíritu - Introducción (3/3)

¡Hola!

¡Muchas gracias por acompañarme a Filosofía de la Historia con Amilcar Paris Mandoki!

Ésta es la tercera cápsula sobre la introducción de la fenomenología del espíritu de Hegel.

En las cápsulas anteriores revisamos la crítica que hace Hegel a las dos maneras

naturales de acercarse al conocimiento y vimos qué es la fenomenología del espíritu.

En esta cápsula veremos cómo el espíritu logra su cometido y cómo funciona la metodología de Hegel.

El Método dialéctico. Así que comencemos de una vez.

La fenomenología del espíritu es el comportamiento de la ciencia respecto

del saber tal como aparece fenoménicamente. Es el examen de la realidad del conocimiento

y su meta es la correspondencia entre concepto y objeto.

¿Entonces cuál es el método para hacer este examen de la realidad del conocimiento?

Pues dice Hegel que parece que, para hacer un examen de la realidad, se necesita

algún supuesto que sirva como parámetro. Algo que sea la esencia, el en sí y que lo

podamos usar para compararlo al conocimiento y sepamos si nuestro conocimiento es real o no.

PERO si estamos buscando qué es la ciencia, qué es el conocimiento verdadero,

no tenemos una ciencia en sí, esencia de ciencia. Y si es así, PARECE que no se puede llevar a cabo

ningún examen de la realidad del conocimiento… ahh… bueno, perdón por molestarlos, disculpen que

los hice venir hasta aquí de tan lejos, yo pensé que sí iba a haber un examen del conocimiento,

pero pues dice Hegel que parece que no se puede… ¿parece?

Ahh PARECE, otra vez Hegel, o sea que no, o sea que sí se puede hacer un examen del conocimiento.

Entonces ¿cómo se puede si no tenemos un parámetro para compararlo?

Dice Hegel que ni si quiera tenemos que hacer nada,

nomás hay que ver lo que hace la conciencia por si misma.

Primero la conciencia se percata de que algo es distinto a ella misma,

pero con lo cual se relaciona. Este algo, es un algo PARA

la conciencia y a esta relación de la conciencia con algo se le llama “saber”.

Entonces saber es la relación de la conciencia con algo que es distinta a ella, y este algo

que es distinto, es el objeto. Entonces, saber el ser del

objeto para otro, PARA la conciencia. Pero entonces, si hay un ser PARA la conciencia,

entonces también debe haber un ser EN SÍ, lo que el objeto realmente es, la verdad del objeto.

Entonces tenemos, por un lado, la conciencia, el saber, el ser del objeto para la conciencia, y por

otro lado, el objeto, la verdad, su ser en sí. Entonces, el examen de la realidad del

conocimiento significa que queremos investigar la verdad del saber.

PARECE, por lo tanto, que investigamos lo que el saber es “en sí”.

PERO como en este caso el saber es el objeto, lo que obtendríamos no es el “en sí” sino el “ser

para la conciencia” el saber del saber, no la verdad del saber, no la esencia

Entonces ¿no podemos investigar al saber? Es que el saber es muy particular,

rebasa a la separación que implica la distinción entre saber y verdad, conciencia y objeto.

No se trata de comparar el saber PARA la conciencia con el “ser en sí” del saber.

El examen de la realidad del conocimiento se trata de comparar a la conciencia consigo misma,

entonces la conciencia nos da su parámetro. ¿Cómo?

Regresemos. Para la conciencia, en general, hay un en sí,

que es lo que la cosa es, su verdad. PERO algo es en sí porque la

conciencia lo declara como tal. La conciencia declara el en sí,

así establece su parámetro para medir su saber. Entonces ¿qué significa el examen?

Para los empiristas el concepto es el saber y el objeto es la esencia y lo verdadero.

Para ellos el examen es ver si el concepto corresponde al objeto.

Para los idealistas trascendentales, el concepto es la esencia, el en sí,

y el objeto es el ser para otro. Para ellos el examen es si

el objeto corresponde a su concepto. Para Hegel, sin embargo, ambas son la misma cosa.

El chiste está en que ambos: esto es, el concepto o ser para otro y el objeto ser en sí mismo, son

momentos, caen dentro del saber que investigamos. Hegel pasa rápido por esta afirmación,

y es que puede ser trivial decir que el concepto y el objeto están en la

conciencia cuando nos referimos al saber. Pero la manera en la que lo argumenta va

más allá, lo que está diciendo es fuertísimo ontológicamente.

Hegel está diciendo que el concepto y el objeto son momentos de la conciencia.

El enorme abismo entre el fenómeno y el noúmeno que Kant había anunciado y a través del cual,

sólo podía haber la más ligera conexión mediante el puente colgante del

discernimiento, desaparece por completo. El afirmar que el ser en sí mismo es un

momento de la conciencia es afirmar que la realidad es espiritual, es mental.

En este instante Hegel subsume el universo dentro de la conciencia e inaugura al idealismo Absoluto.

Pero bueno, por lo menos, POR LO MENOS en esta investigación sobre la realidad del saber,

tanto el concepto como el objeto están en nuestra conciencia.

Ya que es así, No es necesario aportar ningún parámetro, traer

pensamientos o ideas a la investigación. De hecho, es sin estos pensamientos e

idas externas que vamos a lograr entender de qué se trata esto.

De hecho, como ya había adelantado, ni hay que hacer el examen, la conciencia se hace el examen

a sí misma y nosotros nomás tenemos que ver. ¿Cómo hace el examen?

¿Cuál es el método de la conciencia para examinar la verdad del saber?

La conciencia es conciencia del objeto, pero también conciencia de sí misma,

de su propia conciencia del objeto. La conciencia sabe en general de un objeto,

y de ahí se da la diferencia entre algo que es para ella y algo que es en sí.

Esta distinción, que surge de la conciencia, permite la comparación entre saber y objeto.

Y cuando la conciencia ve que no corresponden, ella misma ajusta.

Como el saber que tenía no corresponde al objeto, este saber se anula y se

cambia por un nuevo saber. Pero este nuevo saber,

no es un saber mejorado del mismo objeto, ese objeto pertenecía a ese saber viejo.

Este nuevo saber tiene otro objeto, así que el viejo objeto del viejo saber se anula también.

¿Qué significa esto? A ver tú, si tú.

¿Qué estás viendo? Sabes que me estás viendo a mí. Y por un momento, de hecho, lo crees.

Pero rápidamente te das cuenta que no, que estás viendo una grabación mía.

Tu saber se ajusta, ahora sabes que estás viendo una grabación mía,

tu saber cambia y su objeto tampoco es el mismo Pero luego te percatas de que no es así,

no estás viendo la grabación, estás viendo una reproducción en YouTube de la grabación.

Ahora sabes que estás viendo YouTube. Se ajusta nuevamente tu saber, tu concepto,

y corresponde a otro objeto. Pero esto tampoco es así,

no estás viendo YouTube, estás viendo una pantalla que está desplegando YouTube.

Ahora tu saber es ajustado, sabes que estás viendo una pantalla.

¿O no?

A cada momento, la conciencia se percata de la no verdad en su saber,

y con esa no verdad determinada, ajusta el saber. Esto es la experiencia, el movimiento dialéctico

en el que la conciencia cambia su saber en cuanto brota ante ella el nuevo objeto verdadero.

Hegel nos lo vuelve a explicar un poco diferente por tercera vez:

La conciencia sabe de un objeto, un en sí. Pero sabe que ese objeto es el objeto

para la conciencia. Pero si ese en sí,

solo es en sí para para la conciencia, entonces es un objeto para la conciencia DE un objeto en sí.

Entonces el primer objeto no es en sí, es solo para la

conciencia, pero el nuevo objeto sí es el en sí. El nuevo objeto anula al objeto anterior,

es la experiencia hecha sobre él. El objeto desciende a un saber del objeto,

se convierte de objeto a saber del objeto, deviene de en sí a en sí para la conciencia.

Esto ocurre a espaldas de la conciencia, lo hace la conciencia sin saber que lo hace.

La fenomenología consiste en ver como lo hace. A cada paso la conciencia se acerca a la ciencia,

y ese camino es la ciencia. La fenomenología del espíritu es

la experiencia que la conciencia hace sobre sí. Y esta experiencia que tiene la conciencia, este

viaje, pasa por el sistema total de la conciencia, la totalidad del reino de la verdad des espíritu.

Cada capítulo es un momento de la experiencia como se le presenta a la conciencia.

Y al final, spoiler, la conciencia llegará al punto en el que el fenómeno se hace igual a la

esencia, la conciencia se vuelve auténtica conciencia del espíritu y se dará cuenta

que su esencia es el saber absoluto mismo. Ésto es la introducción de la Fenomenología

del Espíritu y es la explicación de Hegel de la Fenomenología del Espíritu y del camino de la

conciencia y de todo el camino en sí. La próxima semana veremos las

Lecciones sobre Filosofía de la Historia. Aquí Hegel explica cómo es que el espíritu

se conoce a sí mismo a través de las distintas naciones, a través de la historia universal,

a través de las distintas civilizaciones. Hasta entonces.

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Hegel - Fenomenología del Espíritu - Introducción (3/3) Hegel - Phänomenologie des Geistes - Einführung (3/3) Hegel - Phenomenology of Spirit - Introduction (3/3) Гегель - Феноменология духа - Введение (3/3)

¡Hola!

¡Muchas gracias por acompañarme a Filosofía  de la Historia con Amilcar Paris Mandoki!

Ésta es la tercera cápsula sobre la introducción  de la fenomenología del espíritu de Hegel.

En las cápsulas anteriores revisamos la  crítica que hace Hegel a las dos maneras

naturales de acercarse al conocimiento y  vimos qué es la fenomenología del espíritu.

En esta cápsula veremos cómo el espíritu logra su  cometido y cómo funciona la metodología de Hegel.

El Método dialéctico. Así que comencemos de una vez.

La fenomenología del espíritu es el  comportamiento de la ciencia respecto

del saber tal como aparece fenoménicamente. Es el examen de la realidad del conocimiento

y su meta es la correspondencia  entre concepto y objeto.

¿Entonces cuál es el método para hacer este  examen de la realidad del conocimiento?

Pues dice Hegel que parece que, para hacer  un examen de la realidad, se necesita

algún supuesto que sirva como parámetro. Algo que sea la esencia, el en sí y que lo

podamos usar para compararlo al conocimiento y  sepamos si nuestro conocimiento es real o no.

PERO si estamos buscando qué es la  ciencia, qué es el conocimiento verdadero,

no tenemos una ciencia en sí, esencia de ciencia. Y si es así, PARECE que no se puede llevar a cabo

ningún examen de la realidad del conocimiento…  ahh… bueno, perdón por molestarlos, disculpen que

los hice venir hasta aquí de tan lejos, yo pensé  que sí iba a haber un examen del conocimiento,

pero pues dice Hegel que parece que no se puede… ¿parece?

Ahh PARECE, otra vez Hegel, o sea que no, o sea  que sí se puede hacer un examen del conocimiento.

Entonces ¿cómo se puede si no  tenemos un parámetro para compararlo?

Dice Hegel que ni si quiera  tenemos que hacer nada,

nomás hay que ver lo que hace  la conciencia por si misma.

Primero la conciencia se percata de  que algo es distinto a ella misma,

pero con lo cual se relaciona. Este algo, es un algo PARA

la conciencia y a esta relación de la  conciencia con algo se le llama “saber”.

Entonces saber es la relación de la conciencia  con algo que es distinta a ella, y este algo

que es distinto, es el objeto. Entonces, saber el ser del

objeto para otro, PARA la conciencia. Pero entonces, si hay un ser PARA la conciencia,

entonces también debe haber un ser EN SÍ, lo que  el objeto realmente es, la verdad del objeto.

Entonces tenemos, por un lado, la conciencia, el  saber, el ser del objeto para la conciencia, y por

otro lado, el objeto, la verdad, su ser en sí. Entonces, el examen de la realidad del

conocimiento significa que queremos  investigar la verdad del saber.

PARECE, por lo tanto, que investigamos  lo que el saber es “en sí”.

PERO como en este caso el saber es el objeto, lo  que obtendríamos no es el “en sí” sino el “ser

para la conciencia” el saber del saber,  no la verdad del saber, no la esencia

Entonces ¿no podemos investigar al saber? Es que el saber es muy particular,

rebasa a la separación que implica la distinción  entre saber y verdad, conciencia y objeto.

No se trata de comparar el saber PARA la  conciencia con el “ser en sí” del saber.

El examen de la realidad del conocimiento se  trata de comparar a la conciencia consigo misma,

entonces la conciencia nos da su parámetro. ¿Cómo?

Regresemos. Para la conciencia, en general, hay un en sí,

que es lo que la cosa es, su verdad. PERO algo es en sí porque la

conciencia lo declara como tal. La conciencia declara el en sí,

así establece su parámetro para medir su saber. Entonces ¿qué significa el examen?

Para los empiristas el concepto es el saber  y el objeto es la esencia y lo verdadero.

Para ellos el examen es ver si el  concepto corresponde al objeto.

Para los idealistas trascendentales,  el concepto es la esencia, el en sí,

y el objeto es el ser para otro. Para ellos el examen es si

el objeto corresponde a su concepto. Para Hegel, sin embargo, ambas son la misma cosa.

El chiste está en que ambos: esto es, el concepto  o ser para otro y el objeto ser en sí mismo, son

momentos, caen dentro del saber que investigamos. Hegel pasa rápido por esta afirmación,

y es que puede ser trivial decir que  el concepto y el objeto están en la

conciencia cuando nos referimos al saber. Pero la manera en la que lo argumenta va

más allá, lo que está diciendo  es fuertísimo ontológicamente.

Hegel está diciendo que el concepto y  el objeto son momentos de la conciencia.

El enorme abismo entre el fenómeno y el noúmeno  que Kant había anunciado y a través del cual,

sólo podía haber la más ligera conexión  mediante el puente colgante del

discernimiento, desaparece por completo. El afirmar que el ser en sí mismo es un

momento de la conciencia es afirmar que  la realidad es espiritual, es mental.

En este instante Hegel subsume el universo dentro  de la conciencia e inaugura al idealismo Absoluto.

Pero bueno, por lo menos, POR LO MENOS en esta  investigación sobre la realidad del saber,

tanto el concepto como el objeto  están en nuestra conciencia.

Ya que es así, No es necesario  aportar ningún parámetro, traer

pensamientos o ideas a la investigación. De hecho, es sin estos pensamientos e

idas externas que vamos a lograr  entender de qué se trata esto.

De hecho, como ya había adelantado, ni hay que  hacer el examen, la conciencia se hace el examen

a sí misma y nosotros nomás tenemos que ver. ¿Cómo hace el examen?

¿Cuál es el método de la conciencia  para examinar la verdad del saber?

La conciencia es conciencia del objeto,  pero también conciencia de sí misma,

de su propia conciencia del objeto. La conciencia sabe en general de un objeto,

y de ahí se da la diferencia entre algo  que es para ella y algo que es en sí.

Esta distinción, que surge de la conciencia,  permite la comparación entre saber y objeto.

Y cuando la conciencia ve que no  corresponden, ella misma ajusta.

Como el saber que tenía no corresponde  al objeto, este saber se anula y se

cambia por un nuevo saber. Pero este nuevo saber,

no es un saber mejorado del mismo objeto,  ese objeto pertenecía a ese saber viejo.

Este nuevo saber tiene otro objeto, así que el  viejo objeto del viejo saber se anula también.

¿Qué significa esto? A ver tú, si tú.

¿Qué estás viendo? Sabes que me estás viendo a mí. Y por un momento, de hecho, lo crees.

Pero rápidamente te das cuenta que no,  que estás viendo una grabación mía.

Tu saber se ajusta, ahora sabes  que estás viendo una grabación mía,

tu saber cambia y su objeto tampoco es el mismo Pero luego te percatas de que no es así,

no estás viendo la grabación, estás viendo  una reproducción en YouTube de la grabación.

Ahora sabes que estás viendo YouTube. Se ajusta nuevamente tu saber, tu concepto,

y corresponde a otro objeto. Pero esto tampoco es así,

no estás viendo YouTube, estás viendo una  pantalla que está desplegando YouTube.

Ahora tu saber es ajustado, sabes  que estás viendo una pantalla.

¿O no?

A cada momento, la conciencia se  percata de la no verdad en su saber,

y con esa no verdad determinada, ajusta el saber. Esto es la experiencia, el movimiento dialéctico

en el que la conciencia cambia su saber en  cuanto brota ante ella el nuevo objeto verdadero.

Hegel nos lo vuelve a explicar un  poco diferente por tercera vez:

La conciencia sabe de un objeto, un en sí. Pero sabe que ese objeto es el objeto

para la conciencia. Pero si ese en sí,

solo es en sí para para la conciencia, entonces es  un objeto para la conciencia DE un objeto en sí.

Entonces el primer objeto  no es en sí, es solo para la

conciencia, pero el nuevo objeto sí es el en sí. El nuevo objeto anula al objeto anterior,

es la experiencia hecha sobre él. El objeto desciende a un saber del objeto,

se convierte de objeto a saber del objeto,  deviene de en sí a en sí para la conciencia.

Esto ocurre a espaldas de la conciencia, lo  hace la conciencia sin saber que lo hace.

La fenomenología consiste en ver como lo hace. A cada paso la conciencia se acerca a la ciencia,

y ese camino es la ciencia. La fenomenología del espíritu es

la experiencia que la conciencia hace sobre sí. Y esta experiencia que tiene la conciencia, este

viaje, pasa por el sistema total de la conciencia,  la totalidad del reino de la verdad des espíritu.

Cada capítulo es un momento de la experiencia  como se le presenta a la conciencia.

Y al final, spoiler, la conciencia llegará al  punto en el que el fenómeno se hace igual a la

esencia, la conciencia se vuelve auténtica  conciencia del espíritu y se dará cuenta

que su esencia es el saber absoluto mismo. Ésto es la introducción de la Fenomenología

del Espíritu y es la explicación de Hegel de la  Fenomenología del Espíritu y del camino de la

conciencia y de todo el camino en sí. La próxima semana veremos las

Lecciones sobre Filosofía de la Historia. Aquí Hegel explica cómo es que el espíritu

se conoce a sí mismo a través de las distintas  naciones, a través de la historia universal,

a través de las distintas civilizaciones. Hasta entonces.