¿Por qué los malos recuerdos perduran más que los buenos?
Un día soleado estás tranquilamente pensando en la inmortalidad del cangrejo mientras
te comes unas uvitas; cuando de la nada te acuerdas de la angustia que sentiste
la vez que casi se ahoga tu perrito el Solovino. Pareciera que alguien malévolo
juega con nuestra mente y nos hace recordar cosas horribles cuando menos te lo esperas.
¿Por qué los malos recuerdos perduran más que los buenos?
Miguel Valero se hizo esta pregunta y nuestros mecenas decidieron que era muy curiosa,
por eso hoy dedicamos este video a responderla. Ayúdanos a que Curiosamente responda tus
preguntas haciéndote mecenas tú también en patreon.com/curiosamente o dándole click al
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¿Cuál es tu memoria más vívida? Quizá, aunque no lo quieras, se trate de un recuerdo triste,
doloroso, amenazante o traumático. Se sabe que acontecimientos emotivos y sobre
todo los que nos impactan de manera negativa forman memorias muy persistentes.
A fanáticos del baseball se les pidió recordar un partido específico de los Red Sox de Boston
contra los Yankees de Nueva York. Como era de esperarse, tanto los fanáticos del equipo ganador
como del perdedor recordaban mejor el partido que los fanáticos de otros equipos. Pero no solo eso,
los del equipo perdedor recordaban el evento mucho mejor que los del equipo ganador.
Seguro lo has vivido: recuerdas más la vez que se te perdieron 200 pesos que
la vez que te los ganaste en una apuesta. Porque recordar perfectamente algo negativo
es un excelente mecanismo de supervivencia. Como te imaginarás estas memorias emotivas y
traumáticas se forman de forma diferente a los demás recuerdos, más o menos así:
Cuando estás en una situación negativa tu cuerpo libera hormonas de estrés: adrenalina y cortisol.
Estas hormonas despiertan a tu amígdala, que es la responsable de actuar ante situaciones peligrosas,
y a tu corteza orbitofrontal, que ayuda en el procesamiento de emociones. Hasta ahí todo bien;
el problema es que estas áreas despiertan al hipocampo y le mandan muchas señales,
el hipocampo tiene como una de sus tareas principales la memoria a largo plazo y ¡Trin!
Tu propio recuerdo horripilante está listo (no se aceptan devoluciones). Evolucionamos para que,
al estar en peligro, se active la “grabación de memorias” y aprender de la situación. Entre
más grande el peligro, mayor activación y se crea un recuerdo más resistente.
Estos recuerdos se almacenan en las mismas áreas en las que se formaron y, como estas áreas son
sensoriales, el recuerdo parece más vívido. Es normal que el acontecimiento parezca borroso;
el lugar y la sucesión de eventos quedan fragmentados porque nuestro cerebro no puso
atención a eso y no guardó la información. Pero recuerdas perfectamente una sensación
o un olor… y percibirlos nuevamente libera el recuerdo. La próxima vez que
surja ese recuerdo de manera involuntaria intenta identificar qué lo desencadenó.
Recordar perfectamente el olor de un león era sumamente útil, el gran dilema es que, desde la
prehistoria, nuestros problemas han cambiado y un mal recuerdo, más que ayudarnos, puede provocar
fobias o trastorno de estrés postraumático. Actualmente se estudia cómo suprimir,
modificar o borrar estos recuerdos usando diferentes técnicas. Algunas de ellas son:
Sustitución: cuando venga un recuerdo intrusivo redirige la atención a otro
recuerdo. Similar a pisar el freno de manera abrupta. Definitivamente es más fácil decirlo
que hacerlo. Tampoco es muy recomendable porque se ha visto que hablar del recuerdo ayuda a que
este pase de ser uno sensitivo a un recuerdo descriptivo y eso ayuda a calmar las emociones
relacionadas con el trauma y comprender mejor lo ocurrido, lo que nos lleva a la siguiente:
Cambiar el contexto: la doctora Megan Speer estaba estudiando su posgrado cuando su padre sufrió
un infarto cerebral que lo dejó paralizado de un lado, pocas semanas después falleció. Aunque deseó
que esto nunca hubiera sucedido le reconfortaba saber que no sufrió por mucho tiempo. Así,
cada vez que llegaba el recuerdo de su muerte esa idea también aparecía y le ayudó a cambiar
su percepción. En el 2021 la doctora publicó un artículo aplicando esta técnica en otras
personas con resultados positivos y duraderos. Cambiar el contexto también lo puedes aplicar
con la sensación que desencadena tu recuerdo, por ejemplo: si el olor a azucenas te trae malos
recuerdos haz algo divertido cuando las huelas. Exposición: esta técnica consiste en exponerte a
la situación temida en un ambiente controlado con el fin de crear una nueva memoria.
Medicamentos: La D-cicloserina, un antibiótico para tratar la tuberculosis y el propranolol,
usado para la hipertensión y arritmias, se ha visto que reducen el miedo y la
respuesta negativa ante recuerdos indeseados. Además se ha descubierto que al momento de
recordar algo traumático se liberan ciertas proteínas y la inhibición de
estas suprime el recuerdo. Y la opción más divertida:
¡Tetris! A un grupo de personas que habían sufrido un accidente automovilístico hacía
pocas horas se les pidió recordar el suceso mientras jugaban tetris. Los pacientes que
jugaron tetris tenían menos recuerdos intrusivos que el grupo control. Al parecer, jugar tetris
mientras pensaban en el accidente afectó el proceso de la consolidación de la memoria.
Cualquiera de estas técnicas o medicamentos deben ser supervisados por un especialista.
La buena noticia es que, aunque los recuerdos emocionales son más persistentes y parecen más
vívidos, cada vez que se recuerdan se modifican positiva o negativamente de forma inconsciente,
al igual que todos los recuerdos. Solo hay que tener en cuenta que abusar
de estos métodos ya sea modificando, borrando o implantando memorias tiene consecuencias
éticas muy importantes. Por ejemplo: borrar la memoria de un crimen, tanto del perpetrador como
de un testigo tendría consecuencias graves. Como dijo John Lancaster Spalding: “Así como
la memoria puede ser un paraíso del que no podemos ser expulsados, también puede ser un infierno del
que no podemos escapar”. ¡Curiosamente! Gracias totales a nuestros mecenas,
especialmente a: Adrian Ruiz Díaz, Alberto Campano, Daniel Guerrero, Daniel Larrea,
Esaú Bojorquez, Familia Rebollo Sainz, Felipe Retamales, Francisco Dueñas, Francisco Tejeda,
Javier Navarro, Kurai Kiri, Lissete Ingelmo, Luis Malo, Lupita Orozco, Manuel Balderrabano,
Marco Zunzunegui, Marco Rivera, Noemi Moreno, Oscar del grecco, Paulo Reynaldo, Pez goldfish,
Raúl Noriega, Raúl Sánchez, Rodrigo Castro, Tania Moreno, William Montenegro y 1832-MiguelJob