¿Quién habitó la Isla de Pascua?
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La Pascua, o “Pesaj” es la época del año en la que los judíos conmemoran su salida
de Egipto, y corresponde en fechas con el día en el que los creyentes en Cristo celebran
su resurrección. En estas fechas algunos festejan buscando huevos decorados escondidos
por un conejo… ¡Qué hay de nuevo viejo! Pero también hay una famosa isla rodeada de misterio llamada
La Isla de Pascua, famosa por sus enormes cabezas de piedra, pero…
¿Quién habitó la Isla de Pascua?
La Isla de Pascua es el terreno habitado más joven del planeta. Fue creada por la erupción de tres volcanes
ahora extintos: el Terevaka, Poike y Puna Pau. Es uno de los lugares habitados más remotos del planeta;
el lugar poblado más cercano es el archipiélago Juan Fernández ¡a 1850 kilómetros!
Los primeros humanos en llegar fueron las tribus polinesias, en año 300 ó 400 de nuestra
era, más o menos al mismo tiempo que se colonizaron las islas Hawaianas. De acuerdo a la tradición
oral, arribaron en una expedición de dos canoas que venían de Marae Renga.
Estudios de muestras de carbono hacen pensar que no se habitó sino hasta cerca del año 1200,
pues es cuando se detecta una gran deforestación de la isla.
Se cree que los primeros habitantes de la isla podrían provenir de sudamérica, pues
uno de sus principales cultivos era el camote, batata o boniato. Pero se han encontrado en
la isla glifos del hombre pájaro muy similares a los presentes en las islas hawaianas,
lo que hace pensar que pudieron venir de Asia. Esta isla estaba antes ampliamente cubierta
por árboles, pero con la llegada del ser humano también llegó la rata polinesia,
la cual ayudó a la deforestación de la isla. La Isla de Pascua se llama así porque el
primer occidental en llegar a ella fue el holandés Jacob Roggeveen, quien llegó el
5 de abril de 1722: un Domingo de Pascua. También se le conoce por el nombre de Rapa Nui
o “gran Rapa” en polinesio. Rapa es el nombre de otra isla más pequeña a la
que decían se parecía, pero este nombre no se le puso sino hasta el año 1860.
Se cree que el nombre original de la isla era “Te pito o te henua”, que podría significar
“la orilla de la Tierra”, pero esto sigue estando en discusión: a lo mejor ni nombre tenía.
Cuando llegó Roggeveen la isla contaba con cerca de 10,000 habitantes regidos por un sistema de castas muy marcado,
y con la tradición de tatuarse para distinguir las castas. Desde entonces reportó la existencia
de unas impresionantes estatuas de piedra de hasta 10 metros de altura, los “moai”.
Los Moai son las famosas estatuas de piedra toba volcánica.
Hubo más de novecientas, tienen 4 metros de altura en promedio, y la más alta alcanza los 10 metros,
aunque hay una no terminada que pudo llegar a los 21 metros.
Las estatuas son de cuerpo completo, si en algunas no se ve es porque está enterrado.
Los moai se colocaban mirando hacia los pueblos para proteger a la gente, pero hay siete en
Ahu Akivi que miran hacia el océano para guiar a la gente en sus viajes.
Como las estatuas son tan grandes y la isla carecía de árboles grandes, se llegó a
creer que fue el proceso de trasladar y levantar las estatuas lo que causó la deforestación,
pero ahora se piensa que para moverlas usaban un sistema de cuerdas con el que las hacían “caminar”.
Además de ojos de coral e incluso pintura, algunos Moai tenían un “sombrero” llamado “pukao”
tallado en escoria volcánica roja. Representaba el tocado que llevaban los jefes,
por eso se considera que cada Moai representa a un antiguo jefe y que se tenía la creencia de que la estatua servía para
canalizar la energía del líder muerto y proteger a los vivos.
Para la llegada de James Cook en 1774 la mayoría de las estatuas habían sido derribadas y
el culto a los antepasados había sido reemplazado por el culto al hombre pájaro.
No se sabe si algunas estatuas cayeron por actividad sísmica o si fueron tiradas por los guerreros
que introdujeron el nuevo culto (o un poco de ambas). En el culto al hombre pájaro,
hombres elegidos por los ancianos debían nadar hasta la isleta de Motu Nui y traer
de vuelta un huevo de gaviotín. ¿Alguien se acordó de Moana? El primero en lograrlo era considerado sagrado por los
próximos cinco meses. Este culto se terminó con la llegada de los misioneros a la isla en 1860.
Para este entonces una serie de desgracias incluidas la deforestación, cambio climático
y secuestro de nativos para trabajar en las plantaciones de Perú había terminado casi con toda la población.
En 1875, un ex militar francés, Jean-Baptiste Dutrou-Bornier, huía de una sentencia de muerte en Perú
y llegó a la isla: quemó el barco en el que venía y se casó con una mujer de ascendencia Rapa Nui de nombre Koreto.
Poco a poco fue comprando toda la isla de los misioneros y los muy pocos nativos que quedaban (poco más de cien).
Al ser aseinado en una discusión por un vestido, el mando en la isla quedó bajo la dirección del co-dueño
de su plantación, el inglés–judío–tahitiano Alexander Ari'ipaea Vehiaitipare Salmon Jr.,
quien criaba ovejas y plantó cocoteros. El liderazgo del Señor Salmon, poco a poco fue
ayudando al restablecimiento y repoblación de la isla, ayudando a la recuperación del
lugar hasta el año de 1888 en el que la isla fue vendida a Chile, país del que actualmente forma parte.
Actualmente la Isla de Pascua tiene unos 5 mil habitantes, entre polinesios y chilenos continentales,
hablan en su mayoría español y viven principalmente de la pesca y el turismo.
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