CAPÍTULO 29: ¿CÓMO PODEMOS SER PARTE DE LA SOLUCIÓN?
David y María llegan temprano a una cafetería de Madrid. Piden dos cafés solos y se sientan. María: Qué raro, Elena no suele llegar tarde. ¡Espero que esté bien! David: Estoy seguro de que está bien. Pero es cierto, ella nunca llega tarde; no como Tomás. ¡Mira! Ahí está. María: Al menos, Tomás ya no llega tan tarde como solía hacerlo cuando íbamos a la universidad. Solo llegó una hora tarde a nuestra cena. Hablando de Tomás: ¡viene con Elena! Elena: ¡Siento llegar tarde! El tren de Tomás vino con retraso. David: ¡Tomás llega tarde otra vez! ¡Qué sorpresa! Tomás: ¡Oye, no ha sido culpa mía! Échale la culpa al tren. María: A nuestra cena de hace dos semanas llegaste en coche, ¿verdad? ¿Cómo es que hoy has venido en tren? Tomás: Estoy tratando de usar menos el coche. El tren utiliza menos energía, y por lo tanto, genera menos gases de efecto invernadero.
María y David: ¡Vaya! Tomás: Elena ha sido una buena influencia. ¿Qué quieres tomar, Elena? Elena: Un café con leche de avena. Tomás: ¡Buena elección! La leche de avena es la mejor leche para el planeta. Lo he leído en tus artículos sobre el cambio climático. David: ¡Sí! María y yo también nos hemos pasado a la leche de avena. ¡También has sido una buena influencia para nosotros, Elena! Elena: ¡Es maravilloso ver que mi trabajo está sirviendo para cambiar cosas! Todos hemos hecho cambios para ayudar al medio ambiente. María: Pero nuestras acciones parece que no sirven de nada. ¿Realmente ayudan a prevenir el cambio climático?
Elena: ¡Claro que sí! Pero es una buena pregunta. Todas las personas, gobiernos y empresas deben tomar medidas. David: ¿Qué es lo más importante que podemos hacer las personas como nosotros? Elena: Un estudio reciente contenía una lista de las 148 cosas que podemos hacer. Lo mejor es dejar de usar el coche. María: ¡Así que por eso Tomás no ha venido a Madrid en coche! Tomás: ¡Hola otra vez! Aquí tienes tu café, Elena. Elena: ¡Gracias! Tomás y yo estamos intentando utilizar el transporte público más a menudo. David: ¿Y qué otras cosas podemos hacer? Tomás: Pues, por ejemplo, llevar una dieta basada en vegetales. María: ¡Eso ya lo hacemos! Elena: ¡Fantástico! Tomás: Hablando de cosas fantásticas, gracias a vuestra cena, Elena y yo nos conocimos, y llevamos saliendo desde entonces. ¡Estamos muy contentos! David: ¡Qué bueno! ¡Nos alegramos mucho por vosotros! Elena: ¿Y qué otras novedades tenéis, David? Sé que habéis cambiado vuestra dieta para perjudicar menos al planeta. María: ¡También hacemos compost! Es un abono muy bueno para nuestro huerto. Pero tenemos noticias mucho más importantes para daros.
Tomás: ¿De verdad? ¡Contadnos! David y María: ¡Vamos a tener un bebé! Tomás y Elena: ¡Felicidades! Elena: Así que por eso me preguntabais qué podemos hacer con respecto al cambio climático. ¡Estáis pensando en el peque! María: Exacto. Queremos un buen futuro para nuestro hijo o hija. Elena: Bueno, los estudios muestran que nuestra manera de actuar anima a las personas que nos rodean a hacer lo mismo. Tomás: ¡Como yo! Nunca había pensado mucho en el cambio climático hasta que hablé con Elena sobre ello. David: ¡Eso es cierto! Nunca te había importado mucho. Tomás: ¡Eh! Me estás haciendo quedar mal delante de mi novia. Elena: No te preocupes, Tomás. ¡Lo importante es que ahora sí te interesa el tema! Todos: ¡Ja, ja, ja!