Juntos a la distancia (3)
Y hay bayetas, ¿no? Y cada cosa que tocan, ¿no?, para tirarle de la cadena, el pomo del… del grifo del… del lavabo, el pomo de la puerta.
ALARCÓN: Jaime y Coco tienen su propio papel higiénico, su propia pasta de dientes, sus propias toallas. Todo separado.
Pero han encontrado la manera de resolverlo, y aparte del problemita de compartir un solo baño, la verdad es que Rosi y Gaby sienten que son muy privilegiadas.
WIENER: Realmente nosotras hemos comprendido que alquilamos esta casa, hace no mucho, además, porque era la casa...
GABRIELA Y ROSI: Del coronavirus (risas).
GABRIELA Y ROSI: Es la casa perfecta para el coronavirus.
ALARCÓN: Cuando hablamos, estaban sentadas en la cocina, a la que llaman “el lugar fronterizo”. En la cámara se veía detrás de ellas una puerta.
GABRIELA Y ROSI: Detrás de esa puerta es… es el lugar de los… los leprosis (risas) El valle de los leprosis está detrás de esa puerta. Decidimos que en la cocina no entraban más los coronavirídicos. Los covids no entran a la cocina. Los covids se quedan solamente en su zona y nosotros vamos surtiéndolos, sirviéndoles de lo que necesiten.
ALARCÓN: Es que desde que volvió Jaime, en la casa hay dos grupos.
GABRIELA Y ROSI: Los covid vs. los pandis. Los covid son la gente que está con coronavirus y los otros, podríamos serlo o no, que son los portadores asintomáticos no diagnosticados.
ALARCÓN: Portadores asintomáticos no diagnosticados. Pandis.
GABRIELA Y ROSI: Rosi y yo podríamos ser unas pandis. Por eso es que no salimos a la calle.
ALARCÓN: Y por lo tanto cada tos, cada estornudo, es motivo de estrés.
GABRIELA Y ROSI: Algún mínimo estado febril es de absoluta sospecha y entonces empezamos a mirarnos así: “Eso es una tos. Eso... ¿has tosido? ¿Eso… Eso es un estornudo?” (risas nerviosas). O sea, todos nos miramos así todo el rato. Todo el rato estamos bajo sospecha y alarma, ¿sabes?
No sé, todo da miedo.
ALARCÓN: Pero, bueno, igual hay que seguir viviendo.
GABRIELA Y ROSI: Bueno, primero, estoy tomando de una botella de cerveza que acaba de dejar Rosi aquí, de su boca (risas). Esto es algo completamente inapropiado, que no... que no está recomendado por la OMS.
ALARCÓN: Quiero hacer un paréntesis aquí. Siento como que tengo que explicar por qué tanta risa. Camila y yo nos reímos mucho con Gaby y Rosi en esa llamada, mientras nos contaban quizás la experiencia más traumática de sus vidas. Pero era tarde en Madrid, más allá de la medianoche, y tanto Gaby como Rosi se veía agotadas. El estrés constante de vivir con la paranoia se notaba en sus caras.
Pero se reían a carcajadas. De lo absurdo que era todo, de lo doloroso. Del susto que ya había comenzado a menguar, pero que había dejado sus cicatrices, claro.
Era catártico para ellas, creo. Y para nosotros —para mí y para Camila, digo— para nosotros era como escuchar un testimonio del futuro. Cuando hablamos, la situación que veía yo en Nueva York se parecía cada vez más a lo que ellas me describían de Madrid. Las calles vacías, la incertidumbre. Las sirenas de las ambulancias que corrían constantemente. Y Camila estaba en Bogotá, donde ya llevaba dos semanas en autoaislamiento.
No sé si se escucha la ansiedad en nuestras voces, pero quizá en las risas se nota que nos estamos desfogando. Para ellas era un tire y afloje entre la paranoia necesaria para cuidar a la familia, el agotamiento y unas ganas enormes de volver a la normalidad.
GABRIELA Y ROSI: Sabemos que cada cosa que hacemos, incluso coger una botella, podría ser la diferencia entre, por ejemplo, seguir adelante con los diez días que nos quedan para volver a reunirnos como familia o volver a empezar un nuevo ciclo si alguna de las dos enfermamos.
ALARCÓN: ¿Han llorado mucho?
GABRIELA Y ROSI: Uf. Yo he llorado en todas partes. He llorado en la ducha. Sobre todo limpiando. He llorado muchísimo limpiando.
ALARCÓN: Creo que por el mismo hecho de haber llorado tanto, fue tan fácil para Gaby y Rosi reírse así esa noche.
GABRIELA Y ROSI: Tenemos una ventana con rejas que da al patio. Yo le toco la ventana, ¿no?, me alejo y no nos salu... Jaime y yo nos saludamos y mantenemos una conversación como si fuera un… un preso, digamos.
También a través de esa puerta, Coco y yo nos acariciamos. Como es... como es un poco translúcida juntamos nuestras manos y hacemos esas cosas.
JAIME: Hace casi un mes que no abrazo a mi hijo pequeño, bueno, eso es muy difícil, la verdad. Incluso con… con Coco que estamos juntos en este lado de la casa, tenemos miedo de tener un contacto directo, de abrazarnos o de besarnos, porque porque leemos y vemos cosas de recaídas. Y esto es muy, muy difícil. Preferimos mantener todavía esa… esa distancia.
ALARCÓN: Dos semanas después de nuestra conversación, Gaby publicó un post en sus redes, anunciando que habían vencido el coronavirus. Eran tres fotos de la familia completa, todos abrazados y sonrientes. Juntos.
Esta historia fue escrita por Camila Segura y por mí, con producción de Luis Fernando Vargas y Victoria Estrada. La música y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri y Rémy Lozano. Andrea López-Cruzado hizo el fact checking.
El resto del equipo incluye a Lisette Arévalo, Jorge Caraballo, Miranda Mazariegos, Patrick Moseley, Laura Rojas Aponte, Barbara Sawhill, David Trujillo y Elsa Liliana Ulloa. Carolina Guerrero es la CEO.
Radio Ambulante es un podcast de Radio Ambulante Estudios, y se produce y se mezcla en el programa Hindenburg PRO. Este episodio es el último de la temporada, pero quiero recordarles que tenemos otro podcast: un podcast de noticias que sale cada viernes. Se llama El hilo. Búscalo en elhilo.audio.