Una invitación de boda | Podcast para estudiantes de español | Intermediate Spanish Podcast (1)
Episodio 63: Una invitación de boda
Hay miles de fobias. Muchas personas tienen miedo a las arañas, otras a la oscuridad,
otras tienen pánico a las alturas, otras tienen claustrofobia y les da miedo los ascensores
por ejemplo.
¿Pero sabes lo que realmente da mucho miedo? Recibir una invitación de boda en España.
¡Eso sí que da miedo de verdad! Un poco más tarde te explicaré por qué es tan terrorífico.
Antes de continuar quiero recordarte que además de la transcripción gratuita puedes hacer
un ejercicio de comprensión y estudiar las tarjetas de vocabulario que he preparado con
palabras y expresiones que vas a aprender hoy. ¡Así podrás sacar el máximo partido
al episodio! (“make the most of it” en inglés). Puedes encontrar todos estos recursos
en www.spanishlanguagecoach.com
Tengo que agradecer a mi profesor de inglés, Chris, porque él me dio la idea para hacer
este episodio. Chris es un profe de inglés que vive en España desde hace tiempo. Unos
de sus mayores choques culturales en España ha sido cómo se celebran las bodas en España,
las tradiciones y particularidades de estas ceremonias. De eso precisamente vamos a hablar
hoy.
Como sabes yo vengo de una familia muy numerosa, muy grande. Mi madre tiene ocho hermanos y
mi padre cinco, así que he ido a muchas bodas familiares de mis tíos y tías y ahora también
de mis primos y primas. Cuando era pequeño yo vivía con mi madre pero también con mis
tíos. Las bodas tenían un sabor agridulce para mí, eran algo agradable y un poco desagradable,
un poco triste también. La razón era que me gustaba la fiesta en sí, la celebración,
era muy divertido, pero al mismo tiempo sabía que significaba que uno de mis tíos se iba
de casa para empezar una nueva vida. Recuerdo especialmente la boda de mi tía Cristina.
Yo nací cuando ella tenía trece años y vivimos juntos hasta que se fue de casa a
los veintialgo. Ella es de risa fácil, se ríe por cualquier cosa. Pero también es
muy llorona, llora mucho, es de lágrima fácil. El día de su boda no podía ser excepción
y estuvo llorando todo el día antes de salir de casa hacía la iglesia. Aunque yo intentaba
contenerme tampoco podía evitarlo y la emoción me podía.
Sin duda alguna la boda de la que mejor recuerdo tengo es la de mi madre y su marido, Vicente.
Por cierto, siempre hablo del marido de mi madre en lugar de usar la palabra “padrastro”
porque me resulta muy fea. Cuando mi hermana María era pequeña yo le chinchaba diciéndole
que yo había estado invitado a la boda de los papás pero ella no. Era imposible, claro,
porque ella nació después de que se casaran. Chinchar es molestar a alguien, hacerlo enfadar.
Yo siempre la chinchaba con esta broma. El caso es que el día de la boda de mi madre
y Vicente yo llevaba los anillos hasta el altar. Normalmente, en las bodas tradicionales
el novio llega con su madre al altar, después llegan dos niños pequeños, uno con los anillos
en un cojín, una pequeña almohada, y el otro con las arras, las arras son trece monedas
que, en algunas regiones españolas, entrega el novio a la novia durante la ceremonia de
la boda. Por último, llega la novia al altar, normalmente acompañada de su padre. Bueno…
en la boda de mi madre y Vicente este ritual se complicó un poquito. Te pongo en contexto.
Se casaron en la parroquia de nuestro barrio. Una parroquia es una iglesia pero normalmente
mucho más modesta, no es un edificio espectacular o especialmente antiguo. La distancia entre
nuestra casa y la parroquia era de unos 40 metros. Pues, por sorprendente que parezca,
en esos 40 metros tuve tiempo de perder los anillos de oro con los que se iban a casar.
Cuando llegué a la parroquia me di cuenta de que no estaban y se lo dije a Vicente.
Curiosamente en el vídeo de la boda se ve este momento cuando yo se lo digo a Vicente
y él me contesta: “¿cómo que has perdido los anillos, César?” con cara de sorprendido.
Es gracioso porque el vídeo no tiene voz y se nos ve a nosotros hablar con cara de
preocupación mientras se escucha una canción muy romántica de Celine Dion de fondo. Afortunadamente
mi tía Macarena encontró los anillos a los pocos minutos y se pudo celebrar la boda con
normalidad. ¡Fue un día estupendo y muy divertido!
Por lo que te he contado, ya habrás podido ver que existen algunas particularidades de
la bodas españolas. Algo que he visto en la cultura anglosajona es la lectura de votos
por parte de los novios. Los votos son esas promesas que se hacen en el momento del matrimonio.
La verdad es que en España solo he ido a bodas donde se lee el típico voto católico
que dice:
“Yo, César, te recibo a ti, [nombre], como esposa [o esposo] y me entrego a ti y prometo
serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte
y respetarte todos los días de mi vida”.
Estos votos los dice uno de los novios y después el otro. Exactamente las mismas palabras.
Otra cosa que es poco frecuente en las bodas españolas son los discursos. Cuando fui a
una boda británica me llamó la atención que durante la cena se hacían varias interrupciones
para que alguien hiciera un discurso. Como digo es muy poco frecuente en España y yo
lo he visto solo en una boda de las muchas a las que he asistido.
La mayoría de españoles se casan por la Iglesia, una celebración religiosa, o por
lo civil. A pesar de ser un país católico, cada vez más personas deciden casarse por
lo civil. En ese caso puedes casarte en un ayuntamiento, que es el edificio del gobierno
local o en los juzgados, los mismos edificios donde se celebran los juicios.
Cuando termina la ceremonia del matrimonio, ya sea por la Iglesia o por lo civil es cuando
de verdad el carácter festivo de los españoles aparece. ¡Empieza la fiesta! Cuando los novios
salen de la Iglesia o del ayuntamiento todos los invitados les tiran granos de arroz, pétalos
de rosa y frecuentemente también se encienden petardos mientras gritamos: “¡Vivan los
novios!”
Cuando ya no queda más arroz por tirar a los novios lo habitual es que los invitados
les den la enhorabuena con dos besos, ya sabes que otra cosa de los españoles es que somos
muy besucones, nos gusta dar besos. Siempre he pensado que eso de besar a tus invitados
cuando te acabas de casar debe ser agotador. La media de la boda española es de 130 invitados,
a dos besos por invitado… ¡acabas dando 260 besos en 10 minutos más o menos!
Una vez en la celebración, que normalmente es una cena el sábado o una comida el domingo,
lo normal es cenar o comer un menú especial claro y hacia el final de la comida o cena
los novios entregan regalos a sus invitados. Tradicionalmente se regalaba un puro, un cigarro
grande y marrón, a los hombres y otro tipo de detalle a las mujeres. Ahora que no se
puede fumar en el interior de restaurantes el puro se sustituye por una pequeña botella
de vino. Aunque yo me pregunto por qué a los hombres les regalan vino y a las mujeres
no, me parece un poco raro, la verdad, un poco antiguo.
Después de la comida o la cena llega el momento de abrir el baile, normalmente con los novios
bailando un vals. Se suele contratar a una pequeña orquesta o a un DJ y la fiesta se
puede alargar hasta pasadas las 3 de la mañana.
Una de las tradiciones más locas y divertidas que he visto en algunas bodas españolas es
la de cortar la corbata del novio, o incluso la ropa interior, y también la liga de la
novia. La liga es una especie de banda que se pone en las piernas cuando las mujeres
usan medias con un vestido. Estas prendas de ropa de los novios se cortan en pequeños
trozos y se venden por las mesas. Es una forma para que los novios tengan algo de dinero
en efectivo para el viaje de novios o luna de miel. Es una tradición bastante graciosa
y gamberra, que creo que se está perdiendo, ya que las bodas tienden a ser cada vez más
sofisticadas, y claro, este tipo de cosas, pues, no encajan mucho.
Ahora hablemos de dinero. ¿Cuánto cuesta casarse en España?
Pues el coste medio de una boda en España con 130 invitados ronda los 20.000 euros,
esto sin incluir el viaje de novios o luna de miel. Es cierto, eso sí, que en muchos
casos los padres de los novios ayudan a financiar la celebración.
El 65% de este presupuesto, de esta cantidad de dinero, se destina a la fiesta y al catering,
el 21% al vestido de novia y el 10% a las fotografías.
Ahora que ya sabemos cuánto dinero tienen que desembolsar los novios, sacar de bolsillo,
veamos cuánto dinero tienes que pagar tú cuando alguien te invita a una boda en España.
¡Sí, sí! Las bodas en España no son gratis, aunque seas invitado. Al principio del episodio
te decía que mi profe Chris había tenido un choque cultural bastante grande porque,
atención, las invitaciones de boda en España no vienen solas, vienen con un número de
cuenta bancaria. Hoy en día lo habitual no es comprar un regalo físico para los novios,
un electrodoméstico para la casa por ejemplo. Hoy en día lo que se espera es que les des
algo de dinero, de media unos 150 euros por invitado. Hemos dicho que la media de invitados
en una boda española es de 130, y si cada invitado paga de media 150 euros, los novios
se embolsarían casi 20.000 euros por parte de sus invitados y pueden financiarse la boda.
Esto a veces puede suponer un problema porque hay invitados que no se pueden permitir ir
a una boda por su situación económica y quizás se crea la situación incómoda de
tener que hablar con los novios y decírselo. En ese caso, estoy seguro de que la mayoría
de los novios dicen que no hay problema y que no tiene que pagar nada si no puede.
Normalmente, cuando la persona que te invita a su boda es un familiar o amigo cercano te
alegras y tienes ganas, entusiasmo por ir, a pesar de lo costoso que puede llegar a ser.
Pues no solo es pagar los 150 euros por persona, también es probable que tengas que comprar
algo de ropa o ir a la peluquería, o incluso viajar a otra ciudad y quedarte en un hotel.
Si la persona que te invita es un familiar lejano o incluso un compañero de trabajo,
es cuando la invitación de boda no nos hace tanta gracia, no nos provoca tanto entusiasmo.
En estos casos muchas veces se busca una excusa para no asistir.
También me parece interesante contarte cuándo se casan los españoles, ¿a qué edad se
casan?
Aquí hay una diferencia entre sexos bastante grande. También una gran diferencia si comparamos
la edad media de matrimonio actual, con la de hace 30 años. En 1990 un hombre español
se casaba de media a los 27 años, mientras que hoy en día lo hace a los 36. Algo similar
pasa con las mujeres. Si en 1990 se casaban con unos 25 años, hoy en día lo hacen con
34 años de media.
Es interesante ver esta tendencia. Podríamos pensar que el hecho de que los españoles
se casen más tarde hace que haya menos divorcios, porque se casan a una edad donde son maduros
y probablemente hayan tenido experiencias y relaciones con otras personas. Sin embargo,
no es así. Los españoles cada vez se divorcian más, de hecho somos el segundo país de la
Unión Europea donde más divorcios se celebran, especialmente en la franja de edad entre los