El Batallón de Los San Patricios Episodio 5A
Los irlandeses comienzan a cantar y bailar. Y los hombres mexicanos también entran en la pequeña fiesta improvisada y las mujeres también. Los irlandeses sacan sus pequeñas flautas, los hombres mexicanos sacan sus guitarras y todos comienzan a improvisar canciones y a bailar y festejar. Los mexicanos y los irlandeses se llevan bien y todos se divierten.
John Riley ahora está mejor y puede estar de pie y ya puede caminar. Está en el cuarto mirando por la ventana, la gran fiesta que está ocurriendo en el patio.
Marta toca la puerta.
Riley: Adelante.
Marta: Buenos días. ¿Y tu pierna? ¿Está mejor, John Riley?
Riley: Sí. Gracias a ti.
Marta le ofrece un plato de comida.
Riley: Gracias. Tengo mucha hambre.
Marta: ¿Por qué desertaste, John Riley? ¿Por tus hombres, talvez? Nos han contado lo que ocurrió y como los liberaste.
Riley: Bueno. Soy un mal oficial. Una manzana de una podrida y estropeada caja.
Marta: Pero tú has sacado a esos hombres de esa caja.
Riley: Hice lo que debía.
Marta: Eso está bien. Es como lo que hace Cortina.
Riley: ¿Cortina? Es un bandido que mata por conseguir botines.
Marta: Irlandés. No confundas a Cortina con un animal como Dominguez.
Riley: Pero cabalgan juntos.
Marta: Solo cuando luchan por nuestra tierra.
Riley: Por un montón de basura.
Marta: Por un sueño. Para que México sea libre.
Riley: ¿Y qué hay de ti, Marta?
Marta: ¿Qué pasa conmigo?
Riley: ¿Cuál es tu sueño?
Próxima escena: Ahora observamos a Cortina en el patio limpiando su pistola.
John Riley está caminando y acercándose a Cortina, quien está sentado limpiando sus armas.
Cortina: Ha cuidado muy bien de ti, Marta.
Riley: Y le estoy agradecido.
Cortina: ¿Y a mi no? Yo os he salvado la vida.
Riley: Los cinco hombres que murieron en Sierra Madre no estarían de acuerdo.
Cortina: Bajas de guerra. Deberías de agradecerme que eres libre.
Riley: Tu prisionero más bien.
Cortina: He dado tequila a tus hombres y agua a tus caballos. Estaremos fuera uno o dos días. Tus hombres están libres en el campamento. Podéis iros si queréis.
Riley: ¿Cómo? No podemos hacer nada sin armas ni provisiones.
Cortina: De todos modos, no tienes a donde ir. En el norte eres un traidor. En el sur un enemigo. Eres un hombre sin patria como nosotros. Así que sé mi huésped. Aprovecha la ocasión y disfruta de mi hospitalidad.
Riley: ¿Hasta cuándo?
Cortina: Hasta que decida qué hacer contigo. La mujer. Marta.
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