El Batallón de Los San Patricios Episodio 9A
Próxima escena:
Ahora John Riley, sus hombres y todos los soldados del ejército mexicano están en fila, en el centro de la plaza, están caminando, saliendo de la ciudad. En los dos lados, al costado de los soldados del ejército mexicano, están los soldados americanos, gritando e insultándoles: "¡Traidores! ¡Cobardes! ¡Canallas! ¡Se merecen la horca, cobardes!
Es una situación humillante para los hombres de Riley. Definitivamente no son cobardes. Kineally no se siente derrotado (defeated) Se siente más determinado que nunca para continuar, para seguir luchando contra el gringo invasor, contra los oficiales americanos que lo trataron a él y a sus compatriotas (country men) con desdén y con discriminación simplemente por ser extranjeros y por tener otra religión. A pesar de que los mexicanos hablan otro idioma, el español y él solamente sabe unas cuantas frases, Kineally se siente mucho más cómodo, mucho más en casa con los mexicanos. Los mexicanos definitivamente lo trataban con respeto.
Kineally: Esta guerra no está perdida. Solamente esta batalla. ¡Erin Go Brach! y ¡Viva México!
Soldado americano: ¡Ah! ¡Vienen los desertores! ¡Malditos puercos!
Un soldado americano parado al costado de la fila de pronto se acerca a Patty y le golpea y le amenaza:
Soldado americano: Te voy a matar, maldito irlandés.
El Coronel Lacy montado en su caballo está mirando el espectáculo. Pero está buscando a Riley. De pronto viene caminando Riley en la fila y Lacy lo llama
Lacy: ¡Riley!
Riley se detiene y se queda mirándolo a Lacy uno segundos. Lacy quiere que Riley se salga de la fila pero Riley se queda con sus hombres y sigue caminando con su tropa.
Próxima escena:
El ejército mexicano ahora está retirándose y atravesando (crossing) el desierto muy largo. Es un viaje muy duro y hace mucho viento y el polvo entra en las narices y las orejas de los soldados. Es realmente insorportable. Pero tienen que continuar hasta llegar a la parte de México que no ha sido invadido. Monterrey ahora está bajo el control de los americanos.
La tregua que se firmó (that was signed) entre el general Ampudia y el General Taylor solamente duró cerca de una semana y la guerra estalló (broke out) otra vez.
Próxima escena:
Otra vez Los San Patricios, el ejército americano y los americanos están en plena batalla.
Riley: ¡Fuego!
Es una escena sangrienta con explosiones de cañón, hombres partidos (cut) en dos, piernas y brazo tirados por todas partes. La sangre de los hombres caidos, el vapor de la sangre sobrevuela sobre el campo de batalla. Y luego, vienen las moscas también para comer y se ve (can be seen) una nube de moscas en las batalla y un sin fin de cadáveres americanos y mexicanos.
Próxima Escena: Buena Vista. 22 de febrero de 1847. La batalla de Buena Vista fue realmente dura y sangrienta y traumática. Hombres valientes de los dos ejércitos, hombres y padres de familia, de familias americanas y familias mexicanas cayeron en la batalla y no regresarían a sus casas. Sus hijos se quedaron sin padre y sus esposas ahora iban a tener que seguir adelante en la vida cuidando a sus hijos y mateniendo la casa solas. Una guerra que Los Estados Unidos comenzó bajo las órdenes el Presidente Polk, un político con ambiciones de expandir el territorio americano utilizando La Doctrina Monroe como la excusa para invadir un país y quitarle su territorio.
El general Taylor está parado en el campamento del ejército americano, después de la batalla. Hay enfermeros (medics) curando a los hombres heridos y hay hombres cavando huecos para enterrar a los soldados enemigos y a los hombres del ejército americano. Hay una fosa grande común para los cadáveres de los soldados mexicanos. Los huecos para los caidos (fallen) los cadáveres americanos son más personalizados.
General Taylor: Vivimos en las pelotas aquí en Buena Vista. Conseguimos la retirada de ese tal Santa Ana de sus posiciones y le obligamos a retirarse atravesando millas de desierto de la ciudad de San Luís a la región de Potosí. Y ahora recibo esto de Scott.
Lacy: Dicen que va a hacer cargo de la quinta infantería
General Taylor: Ya me llevado nueve regimientos completos engatusando (kissing the president's butt--appeasing) al presidente (Polk) Lacy: Nos pide un informe, señor
Taylor: Bien. Escríbele así. Tú serás el mensajero. De ahora en adelante, tú serás mi enlace
Lacy: Entre el otro general. Sí señor.
Taylor: Escribe: Como ya sabrá, he conseguido pararle los pies a ese tal Santa Ana en Buena Vista. Ahora se encuentra en plena huida desde San Luís a Potosí através del desierto. Mi querido General Scott: Cuando regrese a su perrera, espero que su madre no lo muerda. Por escrito.
Lacy: Sí señor. Lo haré....de la forma más delicada.
Próxima escena: El ejército mexicano está atravesando el desierto otra vez y hace mucho viento y los hombres están tragando polvo (swallowing) cuando respiran.
Sean: En Irlanda siempre está lloviendo. En cambio aquí no cae ni una maldita gota de lluvia.
Grabowski: En Polonia nunca hace sol.
Sean: ¿Y hay arena?
Grabowski: Tampoco hay arena.
Sean: ¿Y de qué te quejas?
El coronel Máximo Néxor de pronto grita a los hombres que un poco más adelante hay un lugar para acampar y descansar durante la noche.
Máximo Néxor: ¡Atención! ¡Acamparemos más adelante!
Patty: Peter. ¿Cuándo crees que volveremos a casa?
Peter: No te preocupes, Patty. Volveremos por Navidad.
John Riley de pronto se sale de la fila de la caravana de los soldados y llega en su caballo al pequeño campamento del Padre Vargas.
Riley: Padre Vargas.
Padre Vargas: Buenas. Me alegro de verte con vida, John Riley. Podría habérselo dicho a Marta cuando le buscaba.
Riley: ¿Marta? ¿Dónde está?
Padre Vargas: La ví en Monterrey durante la batalla. Después estuve buscándola pero ya se había ido.
Riley: ¿Y Cortina?
Padre Vargas: También.
Sean: ¿Adónde vas, John?
Riley: Tengo que encontrar a Cortina. El sabrá si sigue viva.