El Batallón de Los San Patricios Episodio 11
Como iba diciendo, querido lector, Marta y Riley estaban en pleno chape (full kissing mode) cuando llegó Cortina, él montado en su caballo y con el caballo de Dominguez y el cadaver de Dominguez echado encima de la grupa. De pronto, Marta se da cuenta de que Cortina está presente. Ella se aparta de Riley y lo mira. Cortina se le queda mirando a la pareja, y sin quitarles la vista a los dos, suelta el cadaver de Dominguez y el cuerpo muerto se cae al suelo, el caballo, ahora libre de la carga del hombre muerto sale galopando. Y Cortina, sin decir ni una palabra sale galopando en su caballo hacia las colinas.
Próxima escena. Es de noche y Riley está caminando en la plaza cerca de la iglesia. Hay un grupo de mujeres que están cocinando para servir a la gente en el pueblo. Riley viene caminando, guiando su caballo con una rienda. Marta lo ve a Riley y se retira de la cocina improvisada para acercarse a Riley para hablar. Ella va caminando, acercándose a Riley muy lentamente, como se dice en algunas partes, "con el corazón pesado". Marta: ¿Te vas?
Riley: Sí.......Ven conmigo.
Marta: Tengo que ocuparme de mi gente. Ellos me necesitan.
Riley: También yo de mis hombres.
Los dos enamorados se quedan parados, indecisos y tristes.
Marta: Acabará eso algún día.
Riley: No lo sé.........Te quiero, Marta. Te quiero.
Marta: No. No me digas eso.
Riley: Es por Cortina, ¿Verdad?
Marta: Tienes que tratar de entender como son las cosas. También a Cortina. Está en algún lugar de esas montañas solo.
Riley: Sí.
Cabalgando.
Marta. Volverá a luchar cuando llegue el momento.
Riley: La guerra está perdida.
Marta, al escuchar a Riley decir eso, se pone seria y dice:
Marta: ¡México seguirá vivo! ¿Sabes lo que Cortina significa para todos nosotros? El vive en esas colinas como la conciencia de nuestro pueblo. Al fin y al cabo es solo justicia lo que quiere....Para su gente.
Riley: ¿Y para ti?
Marta: Debo sentirme orgullosa de él.
Riley: Y servirle. ¿Como una esclava?......Igual que mi madre. Tuvo que servir a sus amos británicos hasta que cayó muerta a sus pies. Eso me trajo a América. Juré no ser esclavo de nadie, ni tampoco amo y menos que de mi esposa. Porfavor, Marta. Porfavor.
Entonces los dos enamorados se abrazaron fuerte sabiendo que cada uno tenía sus obligaciones, sus compromisos.
Riley: Porfavor.
Marta: No hasta que todo haya acabado. Debemos esperar. No lo entiendes.
Riley: No. No lo entiendo.....pero .....De acuerdo.
Entonces, el capitán Riley dió dos pasos atrás y le dio un saludo militar a la mujer que amaba y se despidió de ella con la intención de buscarla después de que terminara la guerra. Montó el caballo, le dio una patadita en la costilla y salió galopando para regresar con su tropa que estaba ahora en Churubusco.
Próxima escena:
Es de noche y John Riley está en el campamento de los soldados y está recostado en un cañón fumando un puro. De pronto llega Shultz para hablar.
Shultz: ¿Sabes por qué la infantería pierde todas las batallas?......Esta es la causa. Shultz le enseña el cargador (the loader) el cargador del cañón estaba mal formado, equivocado (mistaken) en su tamaño.
Shultz: Con este cargador, entra demasiada carga...demasiado polvo (too much gun powder) muy grande para el calibre del mosquete.
Riley: Por eso los valientes soldados no aciertan ni a los pasos. No pueden dar con su marco (can never hit their target) El retroceso desvía el tiro. The kickback pulls the shot off target)
Shultz: Aparte de que muchos mosquetes no están en buenas condiciones y a causa de la pólvora que es demasiada, los soldados reciben un destello (sting) en la cara.
Riley: Sí.
Daly: ¿Insinúas que vamos a perder?
Riley: ¿Nosotros?
Daly: Sí. Somos ciudadanos de México y estamos luchando en su ejército.
Riley: ¿Por qué no se los dices a los que nos capturan si perdemos en Churubusco?
Daly: Disculpe capitán pero...¿Quieres decir que nuestras líneas no aguantarán el ataque del enemigo?......¿y que estamos vencidos de antemano? Porfavor, corrígeme si no lo he entendido, capitán.
Riley no abre la boca. Se queda callado. Los dos hombres se miran.
Daly: Gracias.
Daly se retira y regresa donde el grupo de soldados que estaban descansando al costado de una fogata.
Shultz; ¿Y ahora?
Riley: Ahora...Hablemos con los chicos. Vamos.
Entonces Riley y Shultz van caminando acercándose a los soldados para hablar.
Riley: Soldados. Ya sabéis cuál es nuestro cometido. Defender el puente de Churubusco bajo la bandera de México.
Patty: Les mandaremos una lluvia de fuego. ¡Puedes estar seguro!
Riley: Lo sé, Patty. Sabéis lo que nos pasará si nos capturan. Así que tomemos una decisión.
Kineally: Claro. Como hicimos en Irlanda.
Riley: He aquí una. Quedarse y morir y si vivimos enfrentarnos a los cargos por deserción.......o huír cuando caiga la noche.
McTaggarty: Por el amor de Dios. ¡Tenemos que luchar por este país!
Kineally: ¿Crees que nos volverán a vencer?
Riley: Probablemente ocurrirá lo mismo que en Monterrey y en Buena Vista. No los tendré en cuenta si huís a las montañas de la ciudad de México. La gente os esconderá. La decisión es vuestra...........¿Bien?
Entonces tres soldados del grupo se acercan y dicen: "Nos quedamos capitán. Seamus ORourke: Y lucharemos hasta vencer, John Riley.
Y entonces, John Riley lo mira a Shultz y Shultz levanta la mano hasta la frente y le da el saludo militar a John Riley y dice:
Shultz: Tú mandas.
Daly: Supongo que no estaría demás una oración.
Riley: Sí.
Buena idea.
John Riley era un hombre católico y creía en Dios pero no le salía (it wasn't in him) no le nacía pedirle a Dios una victoria ni que los cuidara. Riley: Aunque..No. No una oración. Sino algo que un gran romano dijo hace varios siglos. Se llamaba Marco Aurelio...."Díte a ti mismo como hermano y como hombre lo que debes hacer con una perfecta y sencilla dignidad y con un sentimiento de libertad, afecto y justicia, y que ningún pensamiento turbe tu voluntad. Kineally: ¿Piensas seriamente que nos vamos a creer que....un romano dijo eso?
Todos los hombres se quedan mirando a Kineally y a John Riley. Es un momento incómodo.
Kineally: ¡Debía ser un irlandés de pura raza!
Entonces John Riley soltó una carcajada y todos los hombres se rieron fuerte. Fue un momento de fraternidad entre estos soldados hermanos todos que tenían una noche más juntos como amigos antes de la batalla fatal de Churubusco.