El Batallón de Los San Patricios Episodio 12
En el lado sur del Puente, se encuentra el Batallón de Los San Patricios y las otras tropas mexicanas. Riley y su tropa están encargados (assigned) de defender el puente y no permitir que las tropas del ejército americano crucen el puente e invaden Churubusco. Hay un silencio en todo el campamento. Los buscones (scouts) salieron del campamento en una misión de reconocimiento ya hace tres horas para averiguar los movimientos de los americanos.
De pronto, después de tres horas de silencio vienen galopando a todo dar dos soldados, los buscones de reconocimiento:
Buscones: ¡Ya vienen los yánquis!
Riley: ¡Compañía! ¡Por la izquierda! ¡Pasta!
(gun powder) ¡Pasta!
Al gritar "pasta", los soldados encargados de la batería (los cañones) comenzaron a cargar (load) los cañones. Riley sacó su telescopio de mano y miró los alrededores del otro lado del puente.
John Daly se le acercó a John y le dio el saludo militar:
John Daly: ¡Baterías preparadas! ¡John Riley!
Riley: Ordena a los hombres que descansen.
Entonces el sargento John Daly se volteó y se dirigió a la tropa:
John Daly: ¡Descansen soldados! ¡Todavía tenemos tiempo hasta que se levante el telón de esta dramática matiné (until the curtain comes up on this dramatic show)
Los hombres se rieron.
John Daly: ¡Relajaos amigos!
Patty: ¡Derechos! Siempre Derechos!
Patty entonces sacó su flauta y se puso a tocar una canción irlandesa típica.
Era un momento de calma, tranquilidad y fraternidad entre estos soldados compañeros de batallas y tristezas.
Kineally: Brian. ¿Y el libro?
Brian, uno de los hombres estaba escribiendo una novela. Tenía aspiraciones de ser escritor.
Kineally: ¿Al final consigue a la chica?
Brian: Porsupuesto que sí.
Kineally: Bien.
De pronto Patty dejó de tocar la flauta y miró hacia el puente. El suelo temblaba a causa de la gran cantidad de caballos galopando acercándose al puente. Se levantó un polvo que cubría y sobrevolaba en la distancia hasta por encima de los árboles. Venía el monstruo yánqui. Venía la bestia hambrienta (hungry beast) para comer.
Kineally: Llegó el momento. ¡A sus puestos! ¡Listos para disparar!
John Riley sacó su telescopio de mano otra vez para mirar el espectáculo del tren de caballos y cañones y soldados de infantería que ya estaban muy cerca, talvez a menos de tres minutos del puente. Los hombres estaban todos con la boca abierta.
Riley: ¡Mateneos firmes!
Definitivamente ya llegó la hora. Los yánquis llegaron con los cañones que ya estaban colocados en la orilla del río al otro lado del puente. Los soldados de infantería (foot soldiers) y los lanceros (horsemen) ya estaban colocados y listos para el ataque.
Kineally: ¡Listos para disparar!
Riley: ¡Compañía! ¡A sus posiciones!
Ya comenzó el ataque. Los soldados gringos de infantería estaban ya disparando sus mosquetes y los soldados de batería ya estaban disparando los cañones.
Riley estaba tratando de sincronizar (time) los disparos de los cañones de los San Patricios para llevar a cabo un asalto coordinado y de mejor efecto.
Riley sacó otra vez su telescopio y de pronto a lo lejos vio a su ex-oficial superior, Coronel Lacy, su viejo amigo. Era una tristeza que estos dos soldados, viejos amigos posiblemente iban a tener que enfrentarse en el combate.
De pronto una ola de humanidad, cientos y cientos de soldados a pie atacaron el puente y comenzó el asalto, el intento de cruzar el puente e invadir el territorio de Churubusco.
Kineally: ¡Apunten!
Brian: Ayúdanos, Señor
Ya los soldados estaban literalmente a un poco menos de cien pasos y Riley recién sacó su sabre. Mantuvo el sabre en alto hasta el último segundo.
Riley: ¡A vencer! ¡A vencer! ¡Fuego!
¡Fuego!
Y comenzó la orgía de voladera de balas, tiros de cañón, piernas y brazos, partes humanas volando al aire y la bandera americana llegando más y más cerca, entrando al territorio de Churubusco.
Riley: La pasta (gun powder) es deficiente.
Riley: ¡Hacia el puente!
Kineally: ¡Sí señor! ¡Los cañones hacia el puente!
Ya los soldados irlandeses no pudieron contener más a los americanos y los americanos cruzaron el puente y comenzó el combate mano a mano. Los gringos estaban ganando una vez más. Los cañones y mosquetes defectivos y la tecnología superior del ejército invasor era demasiado.
Riley: ¡Lluvia de pastas en el puente!
Riley: ¡Fuego!
Con la lucha mano a mano los irlandeses eran mejor entrenados que los americanos pero el problema era que estaban ya rodeados y la derrota solamente era una cuestión de tiempo. De pronto Riley estaba rodeado de varios soldados americanos. El primer soldado que se le acercó a Riley recibió un bayonetazo en el pecho y cayó muerto instantáneamente. Riley sacó su sabre y se defendió lo mejor que pudo contra los otros cuatro hombres.
Y entonces ocurrió exactamente lo mismo que en Monterrey y en Buena Vista. Un soldado mexicano salió corriendo en la plaza con la bandera blanca hondeando señalando la rendición. Toda la batalla duró menos de cuatro horas.
"Por Dios Patty. Vamos. ¡Deja la bandera y vamos! " Patty quería salvar la bandera, el estandarte irlandés del Batallón de Los San Patricios. De pronto Patty vio a su amigo caer muerto después de ser baleado (shot) en la frente (forehead) Y de pronto Patty también fue herido por una bala. John Riley lo levantó y lo cargó a Patty y salió corriendo con Patty para buscar un lugar para esconderse.
"John Riley. ¡Déjalo! ¡Está muerto!
John Riley: ¡No! ¡Patty! ¡No!