El Batallón de Los San Patricios Episodio 13A
Esta parte es muy importante. No se menciona esto en muchos libros, no se menciona mucho esto y no forma parte de la narrativa histórica en los textos en los colegios americanos sobre la guerra entre Los Estados Unidos y México, mejor dicho como dicen los mexicanos, "La guerra de intervención americana". Era muy conocido que las tropas bajo el mando del General Scott sufrían de una moral, sufrían de una indisciplina, había muchos abusos contra los reclutas irlandeses y los otros extanjeros y la tasa de deserciones (desertion rate) era altísima en las tropas del General Scott. Miles y miles de hombres irlandeses sufrían tantos abusos que ya no aguantaban más y entonces miles y miles de irlandeses desertaron del ejército americano, cruzaron la frontera, entraron a México, se pusieron el uniforme mexicano para pelear contra Los Estados Unidos. En esta parte tampoco, se menciona mucho en los textos de historia de los Estados Unidos, pero no solamente fueron irlandeses que desertaron, sino también miles y miles de americanos también desertaron, cruzaron la frontera y lucharon contra los Estados Unidos con el uniforme mexicano puesto. Lacy sabía estas cosas cuando estaba hablando con el General Scott. Lacy miraba a un hombre egoísta, ignorante, prejuicioso, cruel y totalmente corrupto. Lacy tuvo que hacer un esfuerzo muy grande para no insultarlo a ese hombre que no merecía (deserve) el privilegio de llevar el uniforme americano. Para Lacy ese hombre cobarde representaba el lado oscuro de su cultura.
Lacy: ¿Tendrían un juicio justo, señor?
General Scott: Sí. Un juicio justo y un castigo rápido. Los que desertaron después de comenzar la guerra serán colgados (will be hanged)
Lacy: ¿Y los que marcharon antes?
Scott: El látigo.....como ordena el código de justicia militar.
Riley: ¿Y Riley señor? ¿Qué será de él?
Scott: El ejército está pidiendo que se ajusticie (kill--justified killing) a Riley. Pero preferiría volverme a casa ahora mismo y perder la guerra antes que faltara la ley. Riley podría sobrevivir al látigo y así presenciar (witness) las ejecuciones. Si México se rindiera ahora podríamos aceptar tu indulgencia....pero no lo hará. México se va a rendir. Y yo no voy a destruir la moral de mi ejército.
Entonces, Winfield Scott ahora más en control y calmado y satisfecho de sí mismo y su discurso (speech) le despide (dismisses) al Coronel Lacy:
Scott: Eso es todo, Coronel.
Próxima escena:
Aquí estamos en el pelotón de castigo militar. Un soldado ha recibido la orden de darle cincuenta (50) latigazos a John Riley. Con cada latigazo, se abre un corte exponiendo el corte al aire libre. Y con cada latigazo Riley siente que la vida se le va apagando. La mitad de las personas mueren durante el acto del castigo de latigazos y una gran parte de las personas que sobreviven los cuarenta latigazos mueren varias horas después de infecciones o sangramiento interior (interior bleeding)
Cada vez que el soldado le mete un latigazo a Riley, otro soldado grita en voz alta él número.
Soldado: cuarenta y siete ........
Riley: Ah. Dios Mío. Malditos. Dios me guarde.
Soldado: cuarenta y ocho (cuarenta y ocho)
Riley: ¡Bastardos! ¡Crimales sin nombre!
Soldado: 49 (cuarenta y nueve)
Riley: Santa María. Madre de Dios.
Soldado: 50 (Cincuenta)
Al recibir los cuarenta latigazos, Riley se desmaya y se queda inconsciente por la tercera vez del castigo.
Un capitán, el hombre al mando del castigo se le acerca a Riley, se agacha y le habla en el oído (in his ear)
Capitán: Riley. ¿Puedes oirme, Riley?
Riley no responde y entonces el capitán le agarra del pelo y le levanta la cabeza bruscamente.
Capitán: Por orden del tribunal además del látigo, serás marcado a fuego (you will be branded) con la letra D para que todo el mundo sepa que eres un desgraciado traidor a la patria......cerca del ojo, sin perjudicarte la visión.
Entonces el capitán lo mira al soldado que tiene el hierro caliente (the fire brand) en la mano, ya listo y caliente para aplicar.
Capitán: ¡Adelante! ¡A proceder!
El soldado con el hierro de marca, saca el hierro con la marca D de la fogata (the small fire) y se acerca a Riley. El soldado es muy joven de diecinueve años y se le nota muy traumatizado sin ganas (not wanting) de proceder con este acto tan brutal y cruel. El soldado vacila (hesitates)
Capitán: ¡Rápido, soldado! Tiene que estar consciente para que el castigo tenga su mayor eficacia!
El soldado se queda congelado (frozen)
Capitán: ¡Hazlo! ¡Ahora!
Entonces, por fin el soldado le aplica la marca de hierro con la letra D en la cara de John Riley. Riley pega un grito fuerte.
El Capitán rápidamente revisa (inspects) la marca y se pone furioso.
Capitán: ¡Idiota! ¡Has puesto (you have put) la marca alrevés! ¡Eres más bruto que un caballo! ¡Hazlo bien! Tienes que marcarle otra vez.
Pero el soldado se queda parado, paralizado, como una estatua así que el capitán decide hacerlo él mismo y le dice al hombre con el látigo que lo sujete:
Capitán: ¡Sujétale! Riley. ¡No voy a dejar de marcarte hasta que se vea clara la letra D.
Y entonces el capitán con un gesto de sadista le aplica el hierro de la marca D en la cara. Un soldado del grupo del grupo, al ver a John Riley, al escucharle gritar, al olerle la piel quemándose y al escuchar la piel de la cara de John Riley sonar como un chicharrón en aceite hirviendo, de pronto no se contiene y vomita.
Riley: ¡Bastardo!
Próxima Escena:
Otra vez en la mansión donde el general Winfield Scott tiene su oficina. El general está sentado en un escritorio de una gran sala. Detrás de Scott, hay una repisa llena de libros. Winfield Scott está vestido formalmente con su uniforme de General.