El Batallón de Los San Patricios/Episodio 7A
Riley: Es posible que aún podamos volver
Grabowski: Prefiero morir antest de que esos bastardos me marquen la espalda con su látigo.
Shultz: Yo también. He sido soldado toda mi vida y siempre he sabido que moriré en un campo de batalla luchando por una bandera u otra......Pero lo que ahora sé es que si muero, lo haré luchando por la libertad.
Sean: Amén........Me quedo.
Kineally: Bien. ¿Alguién se opone?
Patty lo mira a John Riley porque en estos momentos porque parece que Riley tiene intenciones de regresar a los Estados Unidos y entregarse al ejército americano y probar su suerte a ver si solamente le castigan por haber abandonado temporalmente su puesto.
Patty: No puedes abandonarnos. No puedes volver y dejarnos aquí. Eres nuestro jefe.
Las palabras de Patty, el chico de dieciseis años lo conmueven a Riley. Se queda mirando y contemplando un buen rato, sin hablar, sin decir nada. De pronto, Riley se levanta, ya decidido
Riley: Cabo Kineally. En fila de a dos.
Kineally: Atención, soldados. En fila de a dos.
Los hombres responden y están contentos porque Riley ha decidido quedarse con sus hombres, no va a regresar a los Estados Unidos.
Sean: Somo surcos de maíz.
Próxima escena: Hay una fortificación llena de cientos y cientos de soldados de varias formaciones en el patio adelante. Hay otros cientos de soldados con el uniforme mexicano en los techos de la fortificación del edificio y un descampado inmenso con talvez hasta dos mil (2,000) soldados vestidos de uniforme del ejército mexicano.
Hay una fila muy larga. En la fila que se extiende desde las puertas de la fortificación hasta más de un kilómetro en el campo al aire libre, hay cientos y cientos de hombres jóvenes, irlandeses y también soldados americanos. Una cosa muy curiosa es que las tropas del general Winfield Scott sufrían de una moral muy baja y falta de disciplina. Así que había cientos y cientos de americanos también que desertaron del ejército americano y abandonaron su país natal, Los Estados Unidos y que ahora estaban alistándose en el ejército mexicano para luchar contra Los Estados Unidos.
Kineally era el alistador. Kineally estaba con su pluma en un escritorio tomando la información y alistando a los nuevos reclutas.
Kineally: ¿Cómo te llamas?
Recluta irlandés: Francis
Kineally: ¿Sabes escribir?
Recluta: Sí, señor.
De pronto llega a caballo John Riley ahora con uniforme mexicano y con los galones del rango de teniente. Kineally se levanta y le da el saludo militar.
Kineally: Mira, qué fila, John. Vienen de todas partes de los Estados Unidos como una venganza de Dios. Pronto formaremos un batallón.
Riley: No lo conseguiremos si no están convenientemente instruidos.
Kineally entonces grita a todos los hombres parados en la fila:
Kineally: ¡Atención! ¡Os habéis unido a los San Patricios! ¡Saludad a nuestro oficial a mando. El teniente, John Riley!
Kineally ahora le habla a John Riley:
Kineally: Presento a Francis Fitzgerald. Recién llegado del Condado de Cork.
Vistió de uniforme azul y ahora lucha junto con nosotros.
Riley: Buenos días, muchacho.
Francis: Y lo mismo le deseo señor.