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Niebla - Unamuno, Oración fúnebre por modo de epílogo

Oración fúnebre por modo de epílogo

Suele ser costumbre al final de las novelas y luego que muere o se casa el héroe o protagonista dar noticia de la suerte que corrieron los demás personajes. No la vamos a seguir aquí ni a dar por consiguiente noticia alguna de cómo les fue a Eugenia y Mauricio, a Rosario, a Liduvina y Domingo; a don Fermín y doña Ermelinda, a Víctor y su mujer y a todos los demás que en tomo a Augusto se nos han presentado, ni vamos siquiera a decir lo que de la singular muerte de este sintieron y pensaron. Sólo haremos una excepción y es en favor del que más honda y más sinceramente sintió la muerte de Augusto, que fue su perro, Orfeo.

Orfeo, en efecto, encontróse huérfano. Cuando saltando en la cama olió a su amo muerto, olió la muerte de su amo, envolvió a su espíritu perruno una densa nube negra. Tenía experiencia de otras muertes, había olido y visto perros y gatos muertos, había matado algún ratón, había olido muertes de hombres, pero a su amo le creía inmortal. Porque su amo era para él como un dios. Y al sentirle ahora muerto sintió que se desmoronaban en su espíritu los fundamentos todos de su fe en la vida y en el mundo, y una inmensa desolación llenó su pecho.

Y acurrucado a los pies de su amo muerto pensó así: «¡Pobre amo mío!, ¡pobre amo mío! ¡Se ha muerto; se me ha muerto! ¡Se muere todo, todo, todo; todo se me muere! Y es peor que se me muera todo a que me muera para todo yo. ¡Pobre amo mío!, ¡pobre amo mío! Esto que aquí yace, blanco, frío, con olor a próxima podredumbre, a carne de ser comida, esto ya no es mi amo. No, no lo es. ¿Dónde se fue mi amo?, ¿dónde el que me acariciaba, el que me hablaba?

» ¡Qué extraño animal es el hombre! Nunca está en lo que tiene delante. Nos acaricia sin que sepamos por qué y no cuando le acariciamos más, y cuando más a él nos rendimos nos rechaza o nos castiga. No hay modo de saber lo que quiere, si es que lo sabe él mismo. Siempre parece estar en otra cosa que en lo que está, y ni mira a lo que mira. Es como si hubiese otro mundo para él. Y es claro, si hay otro mundo, no hay este.

»Y luego habla, o ladra de un modo complicado. Nosotros aullábamos y por imitarle aprendimos a ladrar, y ni aun así nos entendemos con él. Solo le entendemos de veras cuando él también aúlla. Cuando el hombre aúlla o grita o amenaza le entendemos muy bien los demás animales. ¡Como que entonces no está distraído en otro mundo...! Pero ladra a su manera, habla, y eso le ha servido para inventar lo que no hay y no fijarse en lo que hay. En cuanto le ha puesto un nombre a algo, ya no ve este algo; no hace sino oír el nombre que le puso o verlo escrito. La lengua le sirve para mentir, inventar lo que no hay y confundirse. Y todo es en él pretextos para hablar con los demás o consigo mismo. ¡Y hasta nos ha contagiado a los perros!

»Es un animal enfermo, no cabe duda. ¡Siempre está enfermo! ¡Sólo parece gozar de alguna salud cuando duerme, y no siempre, porque a las veces hasta durmiendo habla! Y esto también nos ha contagiado. ¡Nos ha contagiado tantas cosas!

»¡Y luego nos insulta! Llama cinismo, esto es, perrismo o perrería, a la impudencia o sinvergüencería, él, el animal hipócrita por excelencia. El lenguaje le ha hecho hipócrita. Como que la hipocresía debería llamarse antropismo si es que a la impudencia se le llama cinismo. ¡Y ha querido hacernos hipócritas, es decir, cómicos, farsantes, a nosotros, a los perros! A los perros, que no fuimos sometidos y domesticados por el hombre como el toro o el caballo, a la fuerza, sino que nos unimos a él libremente, en pacto sinalagmático, para explotar la caza. Nosotros le descubríamos la pieza, él la cazaba y nos daba nuestra parte. Y así, en contrato social, nació nuestro consorcio.

»Y nos lo ha pagado prostituyéndonos e insultándonos. ¡Y queriendo hacernos farsantes, monos y perros sabios! ¡Perros sabios llaman a unos perros a los que les enseñan a representar farsas, para lo cual les visten y les adiestran a andar indecorosamente sobre las patas traseras, en pie! ¡Perros sabios! ¡A eso le llaman los hombres sabiduría, a representar farsas y a andar sobre dos pies!

»¡Y es claro, el perro que se pone en dos pies va enseñando impúdica, cínicamente, sus vergüenzas, de cara! Así hizo el hombre al ponerse de pie, al convertirse en un mamífero vertical, y sintió al punto vergüenza y la necesidad moral de taparse las vergüenzas que enseñaba. Y por eso dice su Biblia, según les he oído, que el primer hombre, es decir, el primero de ellos que se puso a andar en dos pies, sintió vergüenza de presentarse desnudo ante su Dios. Y para eso inventaron el vestido, para cubrirse el sexo. Pero como empezaron vistiéndose lo mismo ellos y ellas, no se distinguían entre sí, no se conocían siempre y bien el sexo, y de aquí mil atrocidades... humanas, que ellos se empeñan en llamar perrunas o cínicas. Ellos, los hombres, que son quienes nos han pervertido a los perros, quienes nos han hecho perrunos, cínicos, que es nuestra hipocresía. Porque el cinismo es en el perro hipocresía, así como en el hombre la hipocresía es cinismo. Nos hemos contagiado unos a otros.

»Se vistió el hombre, primero, con el mismo traje ellos y ellas; mas como se confundían, tuvieron que inventar diferencia de trajes y llevar el sexo al vestido. Esos pantalones no son sino una consecuencia de haberse el hombre puesto en dos pies.

»¡Qué extraño animal es el hombre! ¡No está nunca en donde debe estar, que es a lo que está, y habla para mentir y se viste!

»¡Pobre amo! Dentro de poco le enterrarán en un sitio que para eso tienen destinado. ¡Los hombres guardan o almacenan sus muertos, sin dejar que perros o cuervos los devoren! Y que quede lo único que todo animal, empezando por el hombre, deja en el mundo: unos huesos. ¡Almacenan sus muertos! ¡Un animal que habla, que se viste y que almacena sus muertos! ¡Pobre hombre!

»¡Pobre amo mío!, ¡pobre amo mío! ¡Fue un hombre, sí, no fue más que un hombre, fue sólo un hombre! ¡Pero fue mi amo! ¡Y cuánto, sin él creerlo ni pensarlo, me debía...!, ¡cuánto! ¡Cuánto le enseñé con mis silencios, con mis lametones, mientras él me hablaba, me hablaba, me hablaba! “¿Me entenderás?”, me decía. Y sí, yo le entendía, le entendía mientras él me hablaba hablándose y hablaba, hablaba, hablaba. Él al hablarme así hablándose hablaba al perro que había en él. Yo mantuve despierto su cinismo.

»¡Perra vida la que ha llevado, muy perra! ¡Y grandísima perrería, o mejor, grandísima hombrada la que le han hecho esos dos! ¡Hombrada la que Mauricio le ha hecho; mujerada la que le ha hecho Eugenia! ¡Pobre amo mío!

»Y ahora aquí, frío y blanco, inmóvil, vestido, sí, pero sin habla ni por fuera ni por dentro. Ya nada tienes que decir a tu Orfeo. Tampoco tiene ya nada que decirte Orfeo con su silencio.

»¡Pobre amo mío! ¿Qué será ahora de él? ¿Dónde estará aquello que en él hablaba y soñaba? Tal vez allá arriba, en el mundo puro, en la alta meseta de la tierra, en la tierra pura toda ella de colores puros, como la vio Platón, al que los hombres llaman divino; en aquella sobrehaz terrestre de que caen las piedras preciosas, donde están los hombres puros y los purificados bebiendo aire y respirando éter. Allí están también los perros puros, los de san Humberto el cazador, el de santo Domingo de Guzmán con su antorcha en la boca, el de san Roque, de quien decía un predicador señalando a su imagen: ¡Allí le tenéis a san Roque, con su perrito y todo! Allí, en el mundo puro platónico, en el de las ideas encarnadas, está el perro puro, el perro de veras cínico. ¡Y allí está mi amo!

» Siento que mi espíritu se purifica al contacto de esa muerte, de esta purificación de mi amo, y que aspira hacia la niebla en que él al fin se deshizo, a la niebla de que brotó y a que revertió. Orfeo siente venir la niebla tenebrosa... Y va hacia su amo saltando y agitando el rabo. ¡Amo mío! ¡Amo mío! ¡Pobre hombre!»

Domingo y Liduvina recogieron luego al pobre perro muerto a los pies de su amo, depurado como este y como él envuelto en la nube tenebrosa. Y el pobre Domingo, al ver aquello, se enterneció y lloró, no se sabe bien si por la muerte de su amo o por la del perro, aunque lo más creíble es que lloró al ver aquel maravilloso ejemplo de lealtad y fidelidad. Y dijo:

—¡Y luego dirán que no matan las penas!

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Oración fúnebre por modo de epílogo Funeral oration by way of epilogue 以悼詞的方式作為結尾

Suele  ser costumbre al final de las novelas y luego que muere o se casa el héroe o protagonista dar noticia de la suerte que corrieron los demás personajes. Es ist normalerweise üblich, am Ende der Romane und nach dem Tod oder der Heirat des Helden oder Protagonisten über das Schicksal der anderen Charaktere zu berichten. Зазвичай прийнято в кінці романів і після смерті або одруження героя чи головного героя повідомляти про долю інших персонажів. 通常在小說結尾時,當英雄或主角去世或結婚後,會提到其他角色的命運。 No la vamos a seguir aquí ni a dar por consiguiente noticia alguna de cómo les fue a Eugenia y Mauricio, a Rosario, a Liduvina y Domingo; a don Fermín y doña Ermelinda, a Víctor y su mujer y a todos los demás que en tomo a Augusto se nos han presentado, ni vamos siquiera a decir lo que de la singular muerte de este sintieron y pensaron. 我們不會在這裡繼續,或者因此告知尤金妮亞、毛里西奧、羅薇莉亞、莉杜維娜和多明戈,以及費爾敏先生和厄爾梅琳達女士,維克多和他的妻子以及所有其他出現在奧古斯托周圍的人們的消息,也不會說他們對這位獨特的去世有什麼感受和想法。 Sólo haremos una excepción y es en favor del que más honda y más sinceramente sintió la muerte de Augusto, que fue su perro, Orfeo. Wir machen nur eine Ausnahme, und zwar zu Gunsten desjenigen, der den Tod des Augustus am tiefsten und aufrichtigsten empfunden hat, das war sein Hund Orpheus. 我們只會做一次例外,那就是為了最深刻、最真誠地感受到奧古斯托之死的那個人,他的狗,奧菲歐。

Orfeo, en efecto, encontróse huérfano. 奧菲歐,確實,發現自己成了孤兒。 Cuando saltando en la cama olió a su amo muerto, olió la muerte de su amo, envolvió a su espíritu perruno una densa nube negra. 當他跳上床聞到他死去的主人時,聞到了他主人的死亡,他的狗靈魂籠罩在一片濃厚的黑雲中。 Tenía experiencia de otras muertes, había olido y visto perros y gatos muertos, había matado algún ratón, había olido muertes de hombres, pero a su amo le creía inmortal. 他曾經經歷過其他的死亡,嗅過和看到死去的狗和貓,殺過幾隻老鼠,也曾嗅過人類的死去,但他卻相信他的主人是永生的。 Porque su amo era para él como un dios. Weil sein Herr für ihn wie ein Gott war. 因為他的主人對他來說就像是一個神。 Y al sentirle ahora muerto sintió que se desmoronaban en su espíritu los fundamentos todos de su fe en la vida y en el mundo, y una inmensa desolación llenó su pecho. 當他感受到主人現在已經死去時,他感到自己心靈中的信念基礎全數崩潰,無比的荒涼充滿了他的胸膛。

Y acurrucado a los pies de su amo muerto pensó así: «¡Pobre amo mío!, ¡pobre amo mío! 他蜷縮在他已故主人腳邊,這樣想著:「可憐的我的主人!可憐的我的主人!」 ¡Se ha muerto; se me ha muerto! Er ist gestorben; Ich bin gestorben! 他死了;他死了! ¡Se muere todo, todo, todo; todo se me muere! Alles stirbt, alles, alles; alles stirbt! 一切都在死,一切,一切;一切都在我面前死去! Y es peor que se me muera todo a que me muera para todo yo. Und es ist schlimmer für mich zu sterben, als für mich zu sterben. ¡Pobre amo mío!, ¡pobre amo mío! Esto que aquí yace, blanco, frío, con olor a próxima podredumbre, a carne de ser comida, esto ya no es mi amo. 這裡躺著的,白色,冰冷,散發著即將腐爛的氣味,像是肉被食用的味道,這已經不再是我的主人。 No, no lo es. 不,這不再是。 ¿Dónde se fue mi amo?, ¿dónde el que me acariciaba, el que me hablaba? Wo ist mein Meister hingegangen, wo ist der, der mich streichelte, der mit mir sprach? 我的主人去哪裡了?那個曾經撫摸我、和我說話的人呢?

» ¡Qué extraño animal es el hombre! Was für ein seltsamer Tiermensch ist! » 男人真是一種奇怪的動物! Nunca está en lo que tiene delante. Es ist nie in dem, was davor ist. 他從不專心於面前的事物。 Nos acaricia sin que sepamos por qué y no cuando le acariciamos más, y cuando más a él nos rendimos nos rechaza o nos castiga. Er streichelt uns, ohne dass wir wissen, warum und nicht, wenn wir ihn mehr liebkosen, und wenn wir uns ihm ergeben, weist er uns zurück oder bestraft uns. 他無緣無故地撫摸著我們,而當我們更加撫摸他時,他卻拒絕我們或懲罰我們。 No hay modo de saber lo que quiere, si es que lo sabe él mismo. 不知道他自己想要什麼,如果他知道的話。 Siempre parece estar en otra cosa que en lo que está, y ni mira a lo que mira. Er scheint immer in etwas anderem zu sein, als er ist, und er schaut nicht einmal auf das, was er sieht. 他總是似乎在想著其他事情,而不是他正在做的事,甚至不看他正在看的東西。 Es como si hubiese otro mundo para él. 就好像對他來說有另一個世界。 Y es claro, si hay otro mundo, no hay este. 如果有另一個世界,就不會有這個世界。

»Y luego habla, o ladra de un modo complicado. 然後他說話,或者以複雜的方式吠叫。 Nosotros aullábamos y por imitarle aprendimos a ladrar, y ni aun así nos entendemos con él. Wir heulten und durch Nachahmung lernten wir bellen, und selbst dann verstehen wir uns nicht mit ihm. 我們嚎叫著,因為模仿他學會了吠叫,但即便如此我們也無法與他理解。 Solo le entendemos de veras cuando él también aúlla. 當他也在嚎叫時,我們才真正理解他。 Cuando el hombre aúlla o grita o amenaza le entendemos muy bien los demás animales. Wenn der Mensch heult oder schreit oder droht, verstehen wir die anderen Tiere sehr gut. 當人類嚎叫、喊叫或威脅時,其他動物都能很好地理解他。 ¡Como que entonces no está distraído en otro mundo...! Als wäre er dann nicht in einer anderen Welt abgelenkt...! 就像他此時沒有迷失在別的世界一樣...! Pero ladra a su manera, habla, y eso le ha servido para inventar lo que no hay y no fijarse en lo que hay. Aber er bellt auf seine Weise, er spricht, und das hat ihm geholfen, das zu erfinden, was nicht da ist, und nicht zu bemerken, was da ist. 但是牠以自己的方式吠叫,說話,這讓牠有能力創造不存在的事物,而不去關注現實存在的事物。 En cuanto le ha puesto un nombre a algo, ya no ve este algo; no hace sino oír el nombre que le puso o verlo escrito. Sobald du etwas einen Namen gegeben hast, siehst du dieses Etwas nicht mehr; er kann nur den Namen hören, den er ihm gegeben hat, oder ihn geschrieben sehen. 一旦牠給某樣東西命名,牠就不再看這樣東西;牠只聽到自己給牠取的名字,或看到它被寫下來。 La lengua le sirve para mentir, inventar lo que no hay y confundirse. 語言使牠能夠說謊,創造不存在的事物,並感到困惑。 Y todo es en él pretextos para hablar con los demás o consigo mismo. Und alles in ihm sind Vorwände, um mit anderen oder mit sich selbst zu sprechen. 而這一切都是為了跟他人或自己交流的藉口。 ¡Y hasta nos ha contagiado a los perros! 甚至連狗狗也被我們感染了!

»Es un animal enfermo, no cabe duda. 「這是一隻生病的動物,毫無疑問。」 ¡Siempre está enfermo! 他總是生病! ¡Sólo parece gozar de alguna salud cuando duerme, y no siempre, porque a las veces hasta durmiendo habla! Er scheint nur im Schlaf gesund zu sein, und nicht immer, denn manchmal redet er sogar im Schlaf! 他似乎只有在睡覺的時候才享有一些健康,而且不是每次,因為有時甚至在睡覺時也會講話! Y esto también nos ha contagiado. 這也傳染給了我們。 ¡Nos ha contagiado tantas cosas! Er hat uns mit so vielen Dingen angesteckt!

»¡Y luego nos insulta! Und dann beleidigt er uns! Llama cinismo, esto es, perrismo o perrería, a la impudencia o sinvergüencería, él, el animal hipócrita por excelencia. Er nennt Zynismus, das heißt Hündchen oder Hündchen, Frechheit oder Schuft, er, das heuchlerische Tier schlechthin. El lenguaje le ha hecho hipócrita. Como que la hipocresía debería llamarse antropismo si es que a la impudencia se le llama cinismo. ¡Y ha querido hacernos hipócritas, es decir, cómicos, farsantes, a nosotros, a los perros! A los perros, que no fuimos sometidos y domesticados por el hombre como el toro o el caballo, a la fuerza, sino que nos unimos a él libremente, en pacto sinalagmático, para explotar la caza. Nosotros le descubríamos la pieza, él la cazaba y nos daba nuestra parte. Y así, en contrato social, nació nuestro consorcio.

»Y nos lo ha pagado prostituyéndonos e insultándonos. ¡Y queriendo hacernos farsantes, monos y perros sabios! ¡Perros sabios llaman a unos perros a los que les enseñan a representar farsas, para lo cual les visten y les adiestran a andar indecorosamente sobre las patas traseras, en pie! Weise Hunde rufen Hunde an, denen sie beigebracht werden, Scharaden vorzuführen, für die sie gekleidet und trainiert sind, unanständig auf den Hinterbeinen, auf den Füßen zu gehen! ¡Perros sabios! ¡A eso le llaman los hombres sabiduría, a representar farsas y a andar sobre dos pies! Das nennen die Menschen Weisheit, Farce zu spielen und auf zwei Beinen zu gehen!

»¡Y es claro, el perro que se pone en dos pies va enseñando impúdica, cínicamente, sus vergüenzas, de cara! Und es ist klar, der Hund, der auf zwei Beinen steht, zeigt unbescheiden, zynisch sein Schamgesicht! Así hizo el hombre al ponerse de pie, al convertirse en un mamífero vertical, y sintió al punto vergüenza y la necesidad moral de taparse las vergüenzas que enseñaba. Y por eso dice su Biblia, según les he oído, que el primer hombre, es decir, el primero de ellos que se puso a andar en dos pies, sintió vergüenza de presentarse desnudo ante su Dios. Und deshalb sagt deine Bibel, wie ich gehört habe, dass der erste Mensch, das heißt der erste von ihnen, der auf zwei Beinen ging, sich schämte, sich nackt vor seinem Gott zu präsentieren. Y para eso inventaron el vestido, para cubrirse el sexo. Und dafür haben sie das Kleid erfunden, um ihr Geschlecht zu bedecken. Pero como empezaron vistiéndose lo mismo ellos y ellas, no se distinguían entre sí, no se conocían siempre y bien el sexo, y de aquí mil atrocidades... humanas, que ellos se empeñan en llamar perrunas o cínicas. Aber da sie sich anfingen, sich gleich zu kleiden, unterschieden sie sich nicht voneinander, sie kannten ihr Geschlecht nicht immer und gut und daher tausend Gräueltaten ... menschlich, die sie darauf beharren, Hunde oder Zyniker zu nennen. Ellos, los hombres, que son quienes nos han pervertido a los perros, quienes nos han hecho perrunos, cínicos, que es nuestra hipocresía. Sie, die Männer, die uns zu Hunden gemacht haben, die uns zu Hunden gemacht haben, zu Zynikern, das ist unsere Heuchelei. Porque el cinismo es en el perro hipocresía, así como en el hombre la hipocresía es cinismo. Weil Zynismus bei Hunden Heuchelei ist, so wie Heuchelei beim Menschen Zynismus ist. Nos hemos contagiado unos a otros. Wir haben uns gegenseitig angesteckt.

»Se vistió el hombre, primero, con el mismo traje ellos y ellas; mas como se confundían, tuvieron que inventar diferencia de trajes y llevar el sexo al vestido. »Der Mann zog sich zuerst den gleichen Anzug an wie sie und sie; aber da sie verwirrt waren, mussten sie einen Unterschied in den Kostümen erfinden und Sex in das Kleid bringen. Esos pantalones no son sino una consecuencia de haberse el hombre puesto en dos pies.

»¡Qué extraño animal es el hombre! ¡No está nunca en donde debe estar, que es a lo que está, y habla para mentir y se viste! Er ist nie da, wo er sein sollte, was er ist, und er redet mit Lügen und zieht sich an!

»¡Pobre amo! Dentro de poco le enterrarán en un sitio que para eso tienen destinado. ¡Los hombres guardan o almacenan sus muertos, sin dejar que perros o cuervos los devoren! Y que quede lo único que todo animal, empezando por el hombre, deja en el mundo: unos huesos. Und dass das Einzige, was jedes Tier, angefangen beim Menschen, auf der Welt hinterlässt: einige Knochen. ¡Almacenan sus muertos! ¡Un animal que habla, que se viste y que almacena sus muertos! Ein Tier, das spricht, sich kleidet und seine Toten aufbewahrt! ¡Pobre hombre!

»¡Pobre amo mío!, ¡pobre amo mío! ¡Fue un hombre, sí, no fue más que un hombre, fue sólo un hombre! ¡Pero fue mi amo! ¡Y cuánto, sin él creerlo ni pensarlo, me debía...!, ¡cuánto! Und wie viel, ohne dass er daran glaubte oder darüber nachdachte, schuldete er mir ... wie viel! ¡Cuánto le enseñé con mis silencios, con mis lametones, mientras él me hablaba, me hablaba, me hablaba! “¿Me entenderás?”, me decía. Y sí, yo le entendía, le entendía mientras él me hablaba hablándose y hablaba, hablaba, hablaba. Él al hablarme así hablándose hablaba al perro que había en él. Yo mantuve despierto su cinismo. Ich habe seinen Zynismus wach gehalten.

»¡Perra vida la que ha llevado, muy perra! ¡Y grandísima perrería, o mejor, grandísima hombrada la que le han hecho esos dos! Und ein ganz tolles Hündchen, oder besser gesagt, eine ganz große Männlichkeit, die die beiden aus ihm gemacht haben! And what a great doggerel, or rather, what a great deed these two have done to him! ¡Hombrada la que Mauricio le ha hecho; mujerada la que le ha hecho Eugenia! Hombrada, was Mauricio ihm angetan hat; Frau diejenige, die Eugenia sie gemacht hat! ¡Pobre amo mío!

»Y ahora aquí, frío y blanco, inmóvil, vestido, sí, pero sin habla ni por fuera ni por dentro. Und jetzt hier, kalt und weiß, regungslos, bekleidet, ja, aber ohne Sprache, weder nach außen noch nach innen. Ya nada tienes que decir a tu Orfeo. Tampoco tiene ya nada que decirte Orfeo con su silencio.

»¡Pobre amo mío! ¿Qué será ahora de él? Was wird jetzt aus ihm? ¿Dónde estará aquello que en él hablaba y soñaba? Tal vez allá arriba, en el mundo puro, en la alta meseta de la tierra, en la tierra pura toda ella de colores puros, como la vio Platón, al que los hombres llaman divino; en aquella sobrehaz terrestre de que caen las piedras preciosas, donde están los hombres puros y los purificados bebiendo aire y respirando éter. Vielleicht dort oben, in der reinen Welt, auf dem Hochplateau der Erde, im reinen Land alle reinen Farben, wie Platon es sah, die die Menschen göttlich nennen; in diesem irdischen Superstrahl, aus dem Edelsteine fallen, wo reine und gereinigte Menschen sind, die Luft trinken und Äther atmen. Allí están también los perros puros, los de san Humberto el cazador, el de santo Domingo de Guzmán con su antorcha en la boca, el de san Roque, de quien decía un predicador señalando a su imagen: ¡Allí le tenéis a san Roque, con su perrito y todo! Allí, en el mundo puro platónico, en el de las ideas encarnadas, está el perro puro, el perro de veras cínico. ¡Y allí está mi amo!

» Siento que mi espíritu se purifica al contacto de esa muerte, de esta purificación de mi amo, y que aspira hacia la niebla en que él al fin se deshizo, a la niebla de que brotó y a que revertió. »Ich fühle, dass mein Geist durch die Berührung mit diesem Tod, von dieser Reinigung meines Meisters gereinigt wird und nach dem Nebel strebt, in dem er sich schließlich aufgelöst hat, dem Nebel, aus dem er aufstieg und zurückkehrte. Orfeo siente venir la niebla tenebrosa... Y va hacia su amo saltando y agitando el rabo. ¡Amo mío! ¡Amo mío! ¡Pobre hombre!»

Domingo y Liduvina recogieron luego al pobre perro muerto a los pies de su amo, depurado como este y como él envuelto en la nube tenebrosa. Y el pobre Domingo, al ver aquello, se enterneció y lloró, no se sabe bien si por la muerte de su amo o por la del perro, aunque lo más creíble es que lloró al ver aquel maravilloso ejemplo de lealtad y fidelidad. Und der arme Domingo war gerührt und weinte, als er das sah Treue. Y dijo:

—¡Y luego dirán que no matan las penas! "Und dann werden sie sagen, dass sie keine Sorgen töten!"

¡QUEDA ESCRITO!