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Zurita - L. A. Clarín, 6

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Aquiles salió de las redes de Tula con una pasión invencible: la pasión por el pescado, y especialmente por los mariscos.

Aunque algo se había enamorado de la patrona, al cabo de algunos meses consiguió olvidarla. Pero el regalo de su mesa para toda la vida se le había pegado al alma. ¡Como había comido allí no volvería a comer en la vida! Esta desconsoladora convicción le acompañó hasta el sepulcro.

Y con el mismo fervor con que en mejores tiempos se había consagrado a la contemplación del Ser en sí dentro del yo antes del límite, etc., se consagró a buscar en mercados y plazas el mejor pescado.

Él, que había sido un hombre insignificante mientras no fue más que catedrático de Psicología, Lógica y Ética, comenzó a llamar la atención de Lugarucos por su pericia en materia de culinaria ictiológica.

Meditó mucho y acabó por adivinar qué peces debían entrar y cuáles no en una caldereta clásica, y qué ingredientes debían sazonarla.

Pronto fueron célebres en todo el partido judicial las calderetas del catedrático de Psicología.

Cuando en la playa o en el mercado se discutía si un besugo, un bonito o una merluza estaban frescos o no, se nombraba árbitro al Sr. Zurita si pasaba por allí.

Y él, sonriente, con aquel gesto humilde que conservaba a pesar de su gloria y de sus buenas carnes, después de mirar y oler la pieza decía:

—¡Fresco!, o ¡apesta!

Y a nadie se le ocurría apelar.

Cuando los señores catedráticos tenían merienda, que era a menudo, Aquiles era votado por unanimidad presidente de la comisión organizadora... y presidía el banquete y era el primero en ponerse alegre.

Sí, había acabado por tomar una borrachera en cada festín. Ergo bibamus!, decía, recordando que era hijo de un dómine.

Y en el seno de la confianza, decía en tales momentos de expansión al que le quería oír:

—¡Huí de la sirena, pero no puedo olvidar los primores de su cocina! ¡Podré volver a amar como entonces, pero no volveré a comer de aquella manera!

Y caía en profunda melancolía.

Todos sus compañeros sabían ya de memoria los temas constantes de las borracheras de Aquiles: Tula, el marisco, la Filosofía... todo mezclado.

Mientras estaba en su sano juicio nunca hablaba ya de filosofía, ni tal vez pensaba en ella. En cátedra explicaba como una máquina la Psicología oficial, la de texto, pero nada más; le parecía hasta mala educación mentar las cuestiones metafísicas.

Pero en alegrándose era otra cosa. Pedía la palabra, se ponía sobre la mesa hollando los manteles, y suplicaba con lágrimas en los ojos a todos aquellos borrachos que salvasen la ciencia, que procurasen la santa armonía, porque él, en el fondo de su alma, siempre había suspirado por la armonía del análisis y de la síntesis, de Tula y la virtud, de la fe y la razón, del krausismo y los médicos del Ateneo...

—¡Señores, señores: salvemos la raza humana que se pierde por el orgullo! —exclamaba, llorando todo el vino que había bebido, puestas las manos en cruz—. Se os ha dicho nihil mirari!, no maravillarse de nada; pues yo os digo, en verdad: admiradlo todo, creedlo todo, todo es verdad, todo es uno y lo mismo... ¡Ah!, queridos hermanos, en estos instantes de lucidez, de inspiración por el amor, yo veo la verdad una, yo veo dentro de mí la esencia de todo ser; yo me veo como siendo uno con el todo, sin dejar de ser este...

—¡Este borracho, este grandísimo borracho! —interrumpía el catedrático de Agricultura, gran positivista y no menos ebrio. Y cogiendo por las piernas al de Psicología le paseaba en triunfo alrededor de la mesa, mientras Aquiles seguía gritando:

—¡Todo está en todo y el quid es amarlo todo por serlo, no por conocerlo... ! Yo amo a Tula en lo absoluto, y la amo por serla no por conocerla...

El de Agricultura daba con la carga en tierra, y Aquiles interrumpía sus reminiscencias de filósofo idealista para dormir debajo de la mesa la borrachera de los justos.

Y entonces, como si se tratase de un juicio de los muertos en Egipto, empezaban ante el cuerpo de Aquiles los comentarios y censuras de los amigos:

—¡Qué pesado se pone cuando le da por su filosofía!

—Bien; pero únicamente habla de eso cuando se emborracha.

—¡No faltaba más!

—Y lo cierto es que no se puede prescindir de él.

—¡Imposible! Es el Brillat—Savarin del mar.

—¡Qué manos!

—¡Qué olfato!

—¡Qué tacto!

—¡Qué instinto culinario!

—Debía escribir un libro de cocina marítima.

—Teme el qué dirán. Al fin es catedrático de Filosofía.


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Aquiles salió de las redes de Tula con una pasión invencible: la pasión por el pescado, y especialmente por los mariscos. Achilles came out of the Tula nets with an invincible passion: a passion for fish, and especially for shellfish.

Aunque algo se había enamorado de la patrona, al cabo de algunos meses consiguió olvidarla. Although something had fallen in love with the landlady, after a few months he managed to forget her. Pero el regalo de su mesa para toda la vida se le había pegado al alma. But the gift of his table for life had stuck to his soul. ¡Como había comido allí no volvería a comer en la vida! Since I had eaten there I would never eat again! Esta desconsoladora convicción le acompañó hasta el sepulcro. This disconsolate conviction accompanied him to the grave.

Y con el mismo fervor con que en mejores tiempos se había consagrado a la contemplación del Ser en sí dentro del yo antes del límite, etc., se consagró a buscar en mercados y plazas el mejor pescado. And with the same fervor with which in better times he had devoted himself to the contemplation of the Being itself within the self before the limit, etc., he devoted himself to searching the markets and squares for the best fish.

Él, que había sido un hombre insignificante mientras no fue más que catedrático de Psicología, Lógica y Ética, comenzó a llamar la atención de Lugarucos por su pericia en materia de culinaria ictiológica. He, who had been an insignificant man while he was nothing more than a professor of Psychology, Logic and Ethics, began to draw the attention of Lugarucos for his expertise in fish cuisine.

Meditó mucho y acabó por adivinar qué peces debían entrar y cuáles no en una caldereta clásica, y qué ingredientes debían sazonarla. He meditated a lot and ended up guessing which fish should and should not go into a classic stew, and what ingredients should season it.

Pronto fueron célebres en todo el partido judicial las calderetas del catedrático de Psicología. Soon the pots of the professor of Psychology were famous throughout the judicial district.

Cuando en la playa o en el mercado se discutía si un besugo, un bonito o una merluza estaban frescos o no, se nombraba árbitro al Sr. When on the beach or in the market it was discussed whether a sea bream, a bonito or a hake were fresh or not, Mr. Zurita si pasaba por allí.

Y él, sonriente, con aquel gesto humilde que conservaba a pesar de su gloria y de sus buenas carnes, después de mirar y oler la pieza decía: And he, smiling, with that humble gesture that he kept despite his glory and his good flesh, after looking and smelling the piece said:

—¡Fresco!, o ¡apesta!

Y a nadie se le ocurría apelar. And nobody thought of appealing.

Cuando los señores catedráticos tenían merienda, que era a menudo, Aquiles era votado por unanimidad presidente de la comisión organizadora... y presidía el banquete y era el primero en ponerse alegre. When the professors had tea, which was often, Achilles was unanimously voted president of the organizing committee... and he presided over the banquet and was the first to be cheerful.

Sí, había acabado por tomar una borrachera en cada festín. Yes, he had ended up bingeing at every feast. Ergo bibamus!, decía, recordando que era hijo de un dómine. Ergo bibamus!, he said, remembering that he was the son of a dominee.

Y en el seno de la confianza, decía en tales momentos de expansión al que le quería oír: And in the bosom of confidence, he would say in such moments of expansion to the one who wanted to hear him:

—¡Huí de la sirena, pero no puedo olvidar los primores de su cocina! "I ran from the mermaid, but I can't forget the beauties of her kitchen!" ¡Podré volver a amar como entonces, pero no volveré a comer de aquella manera! I will be able to love like then again, but I will never eat like that again!

Y caía en profunda melancolía. And fell into deep melancholy.

Todos sus compañeros sabían ya de memoria los temas constantes de las borracheras de Aquiles: Tula, el marisco, la Filosofía... todo mezclado. All his companions already knew by heart the constant themes of Achilles' drunkenness: Tula, shellfish, Philosophy... all mixed up.

Mientras estaba en su sano juicio nunca hablaba ya de filosofía, ni tal vez pensaba en ella. As long as he was in his right mind he never spoke of philosophy anymore, nor perhaps thought about it. En cátedra explicaba como una máquina la Psicología oficial, la de texto, pero nada más; le parecía hasta mala educación mentar las cuestiones metafísicas. In class, he explained the official Psychology, the textbook, like a machine, but nothing more; It even seemed rude to him to mention metaphysical questions.

Pero en alegrándose era otra cosa. But rejoicing was something else. Pedía la palabra, se ponía sobre la mesa hollando los manteles, y suplicaba con lágrimas en los ojos a todos aquellos borrachos que salvasen la ciencia, que procurasen la santa armonía, porque él, en el fondo de su alma, siempre había suspirado por la armonía del análisis y de la síntesis, de Tula y la virtud, de la fe y la razón, del krausismo y los médicos del Ateneo... He asked to speak, he stood on the table treading on the tablecloths, and with tears in his eyes he begged all those drunkards to save science, to seek holy harmony, because he, in the depths of his soul, had always yearned for the harmony of analysis and synthesis, of Tula and virtue, of faith and reason, of Krausism and the doctors of the Athenaeum...

—¡Señores, señores: salvemos la raza humana que se pierde por el orgullo! —Gentlemen, gentlemen: let us save the human race that is lost by pride! —exclamaba, llorando todo el vino que había bebido, puestas las manos en cruz—. he exclaimed, weeping over all the wine he had drunk, hands crossed. Se os ha dicho nihil mirari!, no maravillarse de nada; pues yo os digo, en verdad: admiradlo todo, creedlo todo, todo es verdad, todo es uno y lo mismo... You have been told nihil mirari!, wonder at nothing; Well, I tell you, in truth: admire everything, believe everything, everything is true, everything is one and the same... ¡Ah!, queridos hermanos, en estos instantes de lucidez, de inspiración por el amor, yo veo la verdad una, yo veo dentro de mí la esencia de todo ser; yo me veo como siendo uno con el todo, sin dejar de ser este... Ah! dear brothers, in these moments of lucidity, of inspiration for love, I see the one truth, I see within me the essence of all being; I see myself as being one with the whole, without ceasing to be this...

—¡Este borracho, este grandísimo borracho! "This drunk, this big drunk!" —interrumpía el catedrático de Agricultura, gran positivista y no menos ebrio. Interrupted the professor of Agriculture, a great positivist and no less drunk. Y cogiendo por las piernas al de Psicología le paseaba en triunfo alrededor de la mesa, mientras Aquiles seguía gritando: And seizing the Psychology man by the legs, he paraded him triumphantly around the table, while Achilles kept shouting:

—¡Todo está en todo y el quid es amarlo todo por serlo, no por conocerlo... ! —Everything is in everything and the point is to love everything for being it, not for knowing it... ! Yo amo a Tula en lo absoluto, y la amo por serla no por conocerla... I absolutely love Tula, and I love her for being her, not for knowing her...

El de Agricultura daba con la carga en tierra, y Aquiles interrumpía sus reminiscencias de filósofo idealista para dormir debajo de la mesa la borrachera de los justos. The one from Agriculture found the load on the ground, and Achilles interrupted his reminiscences of idealistic philosopher to sleep under the table the drunkenness of the just.

Y entonces, como si se tratase de un juicio de los muertos en Egipto, empezaban ante el cuerpo de Aquiles los comentarios y censuras de los amigos: And then, as if it were a trial of the dead in Egypt, the comments and censures of the friends began before the body of Achilles:

—¡Qué pesado se pone cuando le da por su filosofía! —How annoying he gets when he gets into his philosophy!

—Bien; pero únicamente habla de eso cuando se emborracha.

—¡No faltaba más!

—Y lo cierto es que no se puede prescindir de él.

—¡Imposible! Es el Brillat—Savarin del mar.

—¡Qué manos!

—¡Qué olfato!

—¡Qué tacto!

—¡Qué instinto culinario!

—Debía escribir un libro de cocina marítima.

—Teme el qué dirán. Al fin es catedrático de Filosofía. At last he is professor of Philosophy.