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LAUDATO SI
El cuidado de la casa común
Alabado seas
Capítulo 18. HERMANA AMAZONÍA
FRANCISCO Hermanas, hermanos, aquí sigo, en la Amazonía brasileña. Y yo, Francisco de Asís, el dulce Francisco, hoy los saludo indignado después de hablar con el hermano Petróleo, que me ha contado de la codicia infinita de las empresas petroleras, que están arruinando nuestra casa común. Estaba por sacudir mis sandalias y largarme de aquí, pero sé que me faltan aún muchas calamidades por conocer… Ahora estoy selva adentro. Es peligroso, me han dicho. Pero los animales son amigos míos. Si conversé con lobos en Italia, ¿por qué no puedo conversar aquí con…?
JAGUAR RUGE
FRANCISCO Uff… Este animal no lo conozco…. Tú, ¿quién eres?... No me asustan tus rugidos porque todas las criaturas que Dios hizo son buenas. Creo que la única mala, la verdadera plaga, somos nosotros, los humanos. Acércate… ¿quién eres?
JAGUAR Soy el jaguar.
FRANCISCO Un gato grande del color de la naranja… con manchas negras… Eres muy hermoso…
JAGUAR Y tú, muy imprudente, Francisco. Aquí, en la selva, hay muchos peligros.
FRANCISCO Aquí hay mucha belleza. Mira esos árboles, esas palmeras como abanicos gigantes para refrescar el mundo…
GUACAMAYA CHILLA
FRANCISCO Y tú, que pareces un arco iris en vuelo… ¿Cómo te llamas?
GUACAMAYA Yo soy la guacamaya.
FRANCISCO ¿Y tú, hermano, que bajas tan lentamente del árbol con esas grandes uñas?
PEREZOSO Te saludo, Francisco… Yo soy el oso perezoso…
FRANCISCO Qué hermosura de criaturas… ¿Y ése que salta en el río, rosado como un recién nacido?
DELFÍN Soy el delfín rosado. Solo me puedes encontrar aquí, en la Amazonía.
FRANCISCO ¿Y tú?
ANACONDA Yo soy la temible anaconda. La serpiente más grande del mundo.
FRANCISCO Si Eva junto a aquel árbol te hubiera conocido, habría salido corriendo, no habría mordido la manzana.
MONO Te saludo, Francisco. Soy el mono ardilla, el más juguetón de la selva.
HORMIGA ¡Y nosotras, las hormigas marabuntas!
FRANCISCO Vengan, vengan todos, los grandes y los pequeños, las que vuelan, los que nadan y los que corren… Les quiero explicar algo de lo que he ido aprendiendo en estos días…
JAGUAR Habla, Francisco, te escuchamos con las orejas paradas…
FRANCISCO Pues escuchen… La vida es un regalo de Dios, ¿verdad? Un regalo redondo como una rueda… Una rueda que rueda desde hace millones de años. El bosque cuida al aire, el aire cuida al río, el río cuida al bosque. Todas las criaturas se cuidan, todas están conectadas, todos dependemos de todos. Animales y plantas y seres humanos estamos entrelazados como los hilos de un inmenso tapiz. Si arrancas un hilo el tapiz se deshace… Y ese ruido que oigo… ¿qué es?
GUACAMAYA Una motosierra, Francisco. Máquinas que están cortando los árboles, cortan y cortan y… Escúchalos…
EMPRESARIO ¡La máquina del desarrollo, del crecimiento económico! Al oeste, petróleo. Al este, minas de oro, de cobre, de hierro. Al sur, campos de soja y palma africana. Y al centro, megaproyectos hidroeléctricos. Necesitamos más carreteras que partan en dos, en cuatro, esta selva para sacar madera y todas sus riquezas. ¡La Amazonía es nuestra! ¡Aquí estamos y de aquí no nos vamos!
JAGUAR ¿Lo escuchaste, Francisco? ¡Se creen dueños y señores de estas tierras!
ANACONDA Acaban con nosotras y están acabando con tus hermanos humanos que aquí viven.
PERIODISTA En la Amazonía viven 400 pueblos indígenas en armonía con la Naturaleza, algunos no contactados. Si la destrucción provocada por las empresas continúa al ritmo actual, en 40 años el pulmón del mundo, el que le regala a la quinta parte de la Humanidad el oxígeno que respira y el agua que bebe, habrá desaparecido. No habrá más selva amazónica. Sólo quedará una sabana salpicada de algunos bosques… y ninguno de estos pueblos indígenas sobrevivirá.
HORMIGA ¿Y qué podemos hacer, hermano Francisco? Oriéntanos.
FRANCISCO Pueden hacer mucho. Hagan lío, ¡hagan lío, no se arruguen! Ustedes jaguares, cuando vean a un maderero con una motosierra, rujan. Enséñenles los dientes. Asústenlos, espántenlos. Y ustedes, las bravas hormigas marabuntas, piquen a los mineros, métanse por debajo de la ropa, dentro de sus botas, en sus pantalones, muérdanlos… Que se rasquen tanto que no puedan trabajar.
GUACAMAYA ¿Y nosotros, Francisco?
FRANCISCO Ustedes, pájaros de todos los colores, tírenles piedras a los petroleros… duro y a la cabeza… hasta que se vayan.
MONO Y nosotros. ¿qué hacemos, hermano Francisco?
FRANCISCO Ustedes, los monos, como son traviesos, no les tiren piedras… ¡tírenles caca!
MONO ¿Caca?
FRANCISCO Sí, caca de mono. Caca en puñados. Caca a los abusivos. A los gerentes de las empresas, a los políticos que permiten este abuso, a los mentirosos que dicen que este es el desarrollo y el buen vivir… ¡Defiendan su territorio! ¡Protesten, organícense, hagan lío!
ANACONDA Nosotras, las anacondas, ya sabemos lo que vamos a hacer…
PEREZOSO ¿Y esas carreteras que van a destruir nuestra selva?
FRANCISCO Pues avísenles a los árboles. Que las rompan con sus raíces. Yo los convoco a todos, árboles y animales de esta selva bendecida por Dios. Convoco a mis hermanos y a mis hermanas que tengan entrañas de misericordia, para defender esta selva. ¡Hagan lío!
DELFÍN Entonces, ¿contamos contigo, hermano Francisco, para esta revolución?
FRANCISCO Cuentan conmigo, sí. Y cuentan con mi tocayo, el Papa Francisco que vive en Roma. Y cuentan con misioneros y misioneras valientes, dirigentes indígenas, jóvenes ecologistas, mujeres luchadoras, guardianes de la Creación, y con mucha gente buena que quiere defender a nuestra Madre Tierra.
Dice el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si, Alabado Seas:
Pienso en esos pulmones del planeta repletos de biodiversidad que son la Amazonía y la cuenca fluvial del Congo, o los grandes acuíferos y los glaciares. No se ignora la importancia de esos lugares para la totalidad del planeta y para el futuro de la humanidad… Es indispensable prestar especial atención a las comunidades aborígenes con sus tradiciones culturales. No son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios. Para ellos, la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores. (Laudato Si 38, 146)
Y dijo el Papa Francisco en el Encuentro con los Movimientos Populares en Bolivia:
El tiempo, hermanos, hermanas, el tiempo parece que se estuviera agotando; no alcanzó el pelearnos entre nosotros, sino que hasta nos ensañamos con nuestra casa. Hoy la comunidad científica acepta lo que ya desde hace mucho tiempo denuncian los humildes: se están produciendo daños tal vez irreversibles en el ecosistema.