"Do it yourself", edición coronavirus (2)
Nelson: Ojalá tuviésemos la oportunidad y el músculo y la fuerza de poder donar un millón de tapabocas. De verdad que, que sería para mí…
Stalina: Ojalá tuviéramos suficiente material para ayudar prácticamente a todo el país, a los que más necesitan: a los que son hospitales, a los que son niños, personas ancianas que de repente están en la calle y no los tienen.
Silvia: Es que, claro, Venezuela ha estado en crisis desde hace años, y Stalina y Nelson conocen bien las carencias en el sistema de salud de su país…
Mariana: Nelson, que estuvo hospitalizado grave en noviembre del año pasado, vio con sus propios ojos la escasez que existe de ciertos materiales médicos en el país.
Nelson: Estuve hospitalizado alrededor de 15 días, por una dificultad respiratoria, y te tiembla el pulso, te tiembla la sangre cuando tú ves la realidad y todo lo que hace falta en un hospital acá en nuestro país. El agua, no había agua en el hospital. Habían moscas, habían ratas. Parece mentira pero es así tal cual. Sí, había ya también escasez de tapabocas, de insumos, de medicamentos, de alimentos. Prácticamente el sistema sanitario es inexistente.
Mariana: El sistema de salud venezolano tiene muchísimo tiempo en crisis. Por ejemplo, en Venezuela solo hay 84 respiradores, 70% de los hospitales reportan una intermitencia en el agua, quiere decir que solo una o dos veces por semana tienen agua, 63% de ellos reportan fallas en la electricidad. Es un sistema herido.
Silvia: Y a eso hay que sumarle una escasez incluso de personal médico.
Mariana: Para mí Venezuela es como ese paciente de alto riesgo. Es un paciente con diabetes, hipertensión, es un adulto mayor. Entonces obviamente cuando se conoce el primer caso en Venezuela sabes que es algo crítico y te asustas porque dices ok, este paciente ya tiene mucho tiempo mal, tiene mucho tiempo sufriendo, esto podría ser la estocada final.
Silvia: La incertidumbre es tal vez el sentimiento más generalizado en el mundo en este momento. Pero quizás en Venezuela ese sentimiento es aún más fuerte. A pesar de la fragilidad del sistema sanitario venezolano, hasta ahora las cifras oficiales de muertes e infectados por COVID-19 son muy bajas comparadas al resto de la región. Si bien no hay reportes de hospitales colapsados por el nuevo coronavirus, hay que tener en cuenta que la información en Venezuela es muy hermética y es difícil saber con certeza la magnitud real de la crisis.
Silvia: ¿Y qué planes tienen Stalina y Nelson con su taller?
Mariana: Claramente cuando la pandemia termine esperan volver a su producción normal, pero aseguran que el tapabocas es algo que, que llegó para quedarse por un buen tiempo. Yo supongo que, que quizás porque las regulaciones lo harán así, porque o porque cambiaremos culturalmente, quizás cambiaremos y la gente no se arriesgará a salir sin él. No sé, amanecerá y verá.
Silvia: Bueno, Mariana, muchas gracias por tu tiempo.
Mariana: Gracias, Silvia, ha sido un placer.
Silvia: Mariana Zúñiga es periodista independiente y vive en Caracas, Venezuela.
El gobierno venezolano aún no ha apoyado explícitamente iniciativas como la de Stalina y Nelson, y la autoridades sanitarias tampoco han dicho nada sobre su comercialización.
Ya volvemos.
Daniel Alarcón: Hola, soy Daniel Alarcón, director editorial de El hilo. Tengo otro trabajo también, como productor ejecutivo de un podcast en español que les puede gustar. Se llama Radio Ambulante.
En Radio Ambulante no cubrimos las noticias como El Hilo: sino que cada semana, publicamos historias en audio que retratan la diversidad y riqueza de América Latina y Estados Unidos. Hay de todo: episodios de familia, de fútbol, de amor, de política y mucho más… Son historias que te enganchan y te ayudan a conectarte con nuestra región.
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Eliezer: Estamos de vuelta en El Hilo, soy Eliezer Budasoff.
En la primera parte, Silvia habló con Mariana Zúñiga sobre un proyecto ciudadano en Venezuela que trata de ayudar a suplir la escasez de insumos médicos.
Pero además de confeccionar tapabocas de tela, hemos visto que en casi todo el mundo han aparecido iniciativas para producir dispositivos más complejos.
Hay de todo: desde tapabocas con filtros intercambiables en Bolivia…
Audio de archivo, noticiero: Estamos proponiendo una alternativa para que las personas puedan adquirir estos barbijos reutilizables y los filtros son intercambiables, ¿no?
Eliezer: Piezas para respiradores mecánicos en Chile…
Audio de archivo, noticiero: Estos expertos en manufactura avanzada de Leitat están diseñando las piezas y partes precisas para fabricar sus propios ventiladores automáticos de bajo costo.
Eliezer: Hasta una app desarrollada por el gobierno de México para ayudar en el diagnóstico…
Audio de archivo, noticiero: Hay una opción de autodiagnóstico, que es la primera que aparece. Solicita tus datos personales, incluyendo nombre, edad y sexo, incluso el no binario.
David Trujillo: Sí, son muchas noticias y muchos como posts en redes sociales que dan la sensación de que se está haciendo todo lo posible por luchar contra la pandemia, ¿no?
Eliezer: Él es David Trujillo…
David: Soy productor de Radio Ambulante, vivo en Bogotá, y eso, soy periodista.
Eliezer: David estuvo investigando sobre las iniciativas que han aparecido: a veces son hechas por organizaciones académicas o por empresas privadas, pero también pueden ser de personas voluntarias que quieren aportar a la lucha contra el virus. La formación profesional de estas personas varía.
David: En general algunas son hechas por personas formadas como en, en estas disciplinas como ingeniería biomédica o informática biomédica o médicos o biólogos. Pero hay otras personas que no tienen esa formación como tan académica, sino que tienen toda la intención de poner al servicio de la gente sus conocimientos y sus equipos y sus materiales.
Eliezer: Y eso tiene que ver con un movimiento llamado biohacking o Do it yourself biology, que consiste en idear y desarrollar modificaciones biológicas a través de la tecnología. Esto va a sonar raro, pero algunos biohackers modifican sus propios cuerpos para extender sus capacidades, como ponerse, por ejemplo, chips debajo de su piel para indicar los niveles de azúcar en la sangre. Cosas de ese tipo. De todos modos, lo importante para este episodio es que otros se dedican a plantear soluciones a problemas locales o globales. La idea finalmente es sacar la biotecnología de los laboratorios, de los espacios académicos, y hacerla desde la propia casa.
Pierre Padilla-Huamantinco: Mi nombre es Pierre Padilla-Huamantinco. Soy de Perú. Yo actualmente soy docente e investigador del Departamento de Ingeniería de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
David: Yo hablé con Pierre justamente para entender un poco mejor todo esto que estaba pasando de estas nuevas iniciativas. Es ingeniero electrónico y tiene una especialización en informática biomédica. Él creó una iniciativa desde 2016 que se llama Biomakers Lab.
Pierre: Biomakers Lab es básicamente una iniciativa sin fines de lucro que lo que busca es justamente promover el uso del conocimiento de la biología, la biología sintética, la biotecnología.
David: Y además para conectar a esos biomakers del continente o a sus biohackers del continente. Y por eso él tiene como tan claro el tema de la biotecnología en el continente, sabe de los proyectos que se realizan, conoce estas iniciativas que están apareciendo, entonces pues fue la persona como indicada para que me aclarara un poco este tema. O poco no, bastante.
Eliezer: Pierre ha concentrado gran parte de su trabajo e investigación en el tema de las enfermedades infecciosas. Por eso, desde principios de este año, empezó a estudiar la información que había sobre lo que estaba pasando en China con el nuevo coronavirus. Y sí, se preocupó por la velocidad con la que crecían los contagios.
David: Pero lo que más le llamó la atención de todo era cuando leyó un artículo en un medio chino en el que un médico decía que estaba adaptando algunos dispositivos que tienen otras funciones.
Pierre: Como un ventilador más un purificador de aire que normalmente se utiliza en los autos allá en China para poder así atender a los pacientes, ¿no? Al menos mi percepción fue, OK, si alguien está desarrollando y modificando este tipo de elementos para poder protegerse en un país que básicamente tiene la capacidad de fabricar estos diferentes equipos o dispositivos, que esté ocurriendo esto es porque es algo que ni ellos mismos pueden controlar.
Eliezer: Luego, el virus llegó a Europa y ahí la crisis en los sistemas de salud se hizo más evidente por la falta de insumos médicos, de dispositivos para tratar a los pacientes más graves. Y así como Pierre, hubo otros biohackers en Latinoamérica que empezaron a preocuparse por lo mismo y a lanzar sus proyectos de dispositivos para ayudar a combatir la pandemia.
Eliezer: O sea, queda claro que estas iniciativas tienen… como muy buenas intenciones, ¿no? ¿Pero no podrían tener problemas?
David: Pierre me explicó, por ejemplo, que uno de los problemas más importantes es que estas personas no tienen acceso a bases de datos, o a información científica, o a estudios, o a incluso planes de acción de las autoridades que les puedan indicar cuáles son los verdaderos requerimientos de los hospitales o de los usuarios, ¿no?, de la gente infectada o incluso sana.
Eliezer: Y otro obstáculo importante en la carrera por encontrar soluciones a la crisis tiene que ver con el desconocimiento que hay sobre lineamientos y estándares que si no se siguen de forma adecuada…
Pierre: Lo que va a suceder es que vamos a tener un gasto de un esfuerzo que finalmente no va a llegar a ningún lado. Y esto quiere decir que finalmente muchas de estas iniciativas no necesariamente van a terminar de ayudar a la población que se espera.
Eliezer: O ni siquiera van a ver la luz, porque primero es necesario que las autoridades relacionadas con este tema certifiquen los estándares, y a partir de eso pueden autorizar la reproducción y comercialización de los dispositivos. De hecho, en la mayoría de los casos, las noticias y publicaciones en redes sociales suelen ser prototipos que aún no han sido probados en seres vivos, ni se ha validado su bioseguridad. Y eso es peligroso, porque sin esos controles puede generarse una falsa sensación de protección o hasta poner en riesgo la salud de la gente.
Hay que tener en cuenta que el proceso entre plantear la idea del dispositivo, certificar su calidad y comercializarlo es lento. En este proceso influyen factores como la manufactura, los presupuestos, los ensayos…