Laurinha quiere jugar (2)
LAURA PIGATIN: E todo mundo achava legal, né, as pessoas da cidade, ah o time lá da menina, e o time ficou conhecido como o time da menina. Tudo mundo ia assistir porque eu era uma atração mesmo.
JARDIM: Laura cuenta que el equipo pasó a ser conocido como el “equipo de la niña” y que de pronto ella se convirtió en una atracción en las ciudades por donde pasaba.
Pero Laura quería jugar al fútbol, el regular sobre el pasto, en la cancha grande. Pero no era tan fácil.
LAURA PIGATIN: Eu jogo numa equipe masculina porque não tem equipe feminina na minha cidade, para a minha idade. E por isso é que eu tenho que jogar com os meninos.
JARDIM: En su ciudad, dice, no hay equipos de fútbol femenino para niñas de su edad.
LAURA PIGATIN: Mas, eu sempre quis jogar assim num time feminino, né, jogar com as meninas, porque eu acho mais legal. Não que eu não gostava (sic) de jogar com os meninos, gostava, mas é legal assim jogar assim com alguém, com alguma menina, né.
JARDIM: Siempre quiso jugar en un equipo femenino, con las niñas, porque le parecía más chévere. No es que no le gustaba jugar con los niños, le gustaba, pero le hubiese encantado jugar con alguna chica.
En Brasil no suele haber torneos para chicas menores de 14 años. A menos que vivan en São Paulo o en Rio de Janeiro, ciudades grandes que ofrecen más opciones, las niñas no tienen dónde jugar.
Así que a Laura solo le quedaba la opción de jugar futsal con otros niños.
Cuando tenía 10 años, un entrenador fue a un partido amistoso de futsal en el que estaba jugando Laura.
ROGÉRIO PEREIRA: E aí eu vi que tinha uma menina jogando no meio dos meninos, né.
JARDIM: Este es Rogério Pereira, el entrenador de ADESM, una asociación deportiva del sindicato de trabajadores metalúrgicos de São Paulo.
PEREIRA: Procurei saber quem era a mãe dela e eu convidei ela para vir.
JARDIM: Rogério dice que vio a la niña jugando entre los chicos y fue a hablar con Andrea, para invitar a Laura a practicar con su equipo.
A. PIGATIN: Aí eu tava sentada na arquibancada veio aquele moço de chapéu, de boné lá falar comigo, assim, eu até assustei no começo, nossa, mas que é que esse moço quer comigo né?
JARDIM: Andrea recuerda que estaba sentada en las gradas cuando Rogério, que usaba una gorra, se acercó. Que se le acercara un desconocido le pareció raro.
A. PIGATIN: Aí ele, e você que é a mãe dela?
JARDIM: ¿Eres la mamá de la niña? ¿Ella juega fútbol de campo?, le preguntó Rogério.
A. PIGATIN: Eu falei não, ela está jogando só quadra agora.
JARDIM: Para ese entonces, Laura solo jugaba futsal.
A. PIGATIN: Leva ela lá pra treinar lá comigo, eu treino lá no sindicato?
JARDIM: Rogério le propuso que la llevara a entrenar con su equipo.
LAURA PIGATIN: Daí minha mãe achou, assim, meio estranho aquele cara me chamando, tudo.
JARDIM: Laura dice que a su mamá le pareció rara aquella invitación, pero le pidió a su hermano mayor que la llevara a una sesión de entrenamiento.
LAURA PIGATIN: Eu fui lá. Fui lá treinar no meu primeiro dia de treino lá com os meninos...
JARDIM: Era la primera vez que Laura jugaba con un equipo de fútbol regular. Estaba emocionada, pero al principio no fue nada fácil.
LAURA PIGATIN: Quando cheguei lá todo mundo ficou olhando, né, assim, né, achando meio estranho no começo, ficando meio duvidando, assim.
JARDIM: Laura se acuerda que ese primer día los otros niños se quedaron mirándola, extrañados. Era la primera vez que una niña entrenaba con el equipo y no sabían si realmente era capaz de jugar.
LAURA PIGATIN: Mas dentro do campo eles viram que eu sabia jogar sim e acharam super-legal, né. Sempre me apoiaram, nunca houve nenhum tipo de preconceito por parte deles não.
JARDIM: Pero apenas la vieron en acción, las cosas cambiaron. Sus compañeros la aceptaron rápidamente —sin prejuicios— porque se dieron cuenta de que ella sí sabía jugar.
La familia de Laura vió la oportunidad de unirse a ADESM, el equipo de fútbol de niños, como una bendición que le permitiría participar en competencias oficiales organizadas por el estado.
No había competencias para niñas, entonces no les importaba que el equipo fuera de niños.
LAURO PIGATIN: Então foi tudo de bom para a gente a ADESM.
JARDIM: “ADESM fue lo mejor que nos pudo haber pasado”, dice Lauro, el papá.
Para Rogério, incluir a Laura en su equipo significó mucho
PEREIRA: Até pelos meninos entenderem a importância de ter uma menina no projeto, ter uma menina jogando futebol com eles e até para quebrar alguns paradigmas, né.
JARDIM: Porque tener a una niña en el equipo, dice, hizo que los demás niños entendieran cómo era jugar con una niña, para romper algunos esquemas.
Pero para que Laura se pudiera integrar al equipo, tuvieron que resolver ciertos asuntos prácticos. Pueden parecer detalles tontos, pero al momento de jugar son muy importantes. Por ejemplo: cambiarse antes del partido presentaba situaciones nuevas, tanto para Laura como para sus compañeros. Ella entraba primero al cambiador y, después de que Laura se terminaba de cambiar, entraban los otros chicos.
En una ocasión, Laura ya se había metido al cambiador cuando Andrea se acercó a la puerta. Había unos compañeros del equipo haciendo guardia. No la reconocieron como la mamá y le gritaron...
A. PIGATIN: Não tia não entra, não, a Laurinha tá aí, ela tá tomando banho.
JARDIM: Que no entrara porque Laurinha estaba bañándose.
A. PIGATIN: ...que nem a mãe podia entrar.
JARDIM: Ni la madre podía entrar, porque sus compañeros se habían puesto muy estrictos con esta regla. Y cuando no había vestidores, Laura improvisaba con la ayuda de Andrea.
LAURA PIGATIN: Eu já tive muitas várias vezes que me trocar dentro do carro, até teve um dia que tive que trocar atrás de uma árvore, minha mãe me ajudou.
JARDIM: Varias veces tuvo que cambiarse en el carro y una vez hasta detrás de un árbol.
Realmente es impresionante, porque Laura se transforma cuando sale de los vestidores y entra al campo de juego. Irene —la co-reportera de esta historia— y yo hemos pasado bastante tiempo con ella, con su familia, y normalmente es una niña tímida, y se le nota.
Cuando fuimos a verla en el colegio, Laura estaba sentada en primera fila, callada, como encorvada, con los lentes puestos. Pero cuando la acompañamos a la cancha por primera vez, vimos una transformación. Con su uniforme de fútbol puesto y el pelo agarrado en una cola de caballo, Laura se pone más recta y firme. Refleja una confianza que no es evidente fuera de la cancha. Es como si su verdadera personalidad saliera solo ahí —y sale con fuerza.
LAURA PIGATIN: Lá eu fico mais à vontade, eu quero ganhar, né, sou muito competitiva, sempre quero ganhar, então dou meu máximo.
JARDIM: Dice que en la cancha se siente más a gusto, que es muy competitiva, que da el máximo de ella misma para ganar. Y eso lo empezó a notar la gente. Cuando su equipo viajaba a otras ciudades, los que veían los partidos empezaron a sorprenderse de lo bien que jugaba. Llamaba la atención que la única niña en un equipo de chicos fuera la mejor jugadora de la cancha.
Mucha gente se le acercaba después de los partidos.
LAURA PIGATIN: Sim, várias pessoas comentavam, até nas outras cidades, e pediam até para tirar foto comigo, falavam que queriam autógrafos...
JARDIM: Para pedirle un autógrafo y tomarse fotos con ella.
Cuando le pregunté a Laura si tenía algún ritual antes de cada partido me contestó con el lema de su equipo.
LAURA PIGATIN: Um, dois, três, oooooooô, Ferrinha!
JARDIM: Ferrinha! Como le dicen a Ferroviária, el equipo en el que juega desde el 2018. En el cuarto de Laura sonaba así. pero, en el juego de verdad, suena más o menos de esta manera:
(SOUNDBITE DE PORRAS)
JARDIM: Un día, Andrea estaba en la playa con Laura, y su hija estaba haciendo unas jugadas en la arena con el balón y como era tan buena, las otras personas que estaban en la playa se empezaron a fijar en ella. La mamá estaba viendo a Laura desde un quiosco en la playa y escuchó a dos hombres hablando al lado de ella.
A. PIGATIN: “Olha aquela menina como joga bola”, porque ela era uma atração quando a gente ia pra praia, o povo parava e ficava olhando, né.
JARDIM: “Mira como juega esa niña”, dijo uno de ellos. Poco después, su colega respondió:
A. PIGATIN: É, pena que daqui a pouco ela vira homem.
JARDIM: Qué pena que dentro de poco “vai virar homem”, que se va a convertir en hombre.
No es un comentario inusual. Y no es solo en Brasil. Se oyen comentarios similares en toda América Latina y en el mundo, por supuesto. Existe una percepción bastante generalizada de que el fútbol es demasiado masculino para las mujeres. Usualmente con la insinuación de que las chicas que juegan inevitablemente van a ser lesbianas.
No es todo el mundo, claro. Pero a Andrea ese comentario le chocó.
A. PIGATIN: De onde ele tirou isso, ela é uma criança ainda jogando bola. E se ela quiser ser homem, se ela quiser ser lésbica é a vida dela.
JARDIM: Dice que le pareció absurdo, que no sabía de donde aquel hombre sacaba esas ideas. Se trataba de una niña jugando con la pelota. Además, no era asunto suyo, era la vida de Laura.
Laura también lo tiene claro.
LAURA PIGATIN: Eu acho que não tem nada a ver, para mim, na minha opinião não tem nada a ver, cada uma escolhe o que vem de você mesma. Cada uma escolhe o que quer ser, né?
JARDIM: Dice que una cosa no tiene que ver con la otra. Que cada quien debe ser libre para decidir lo que quiere ser.
Aunque los padres de Laura pensaban que comentarios como ese eran absurdos, los prejuicios contra su hija se empezaron a convertir en una preocupación, incluso durante los partidos.
Un día, Laura estaba jugando con los chicos en un campeonato. Su equipo estaba ganando el partido y Laura estaba particularmente inspirada.
LAURA PIGATIN: E uma mãe, né, acho que eu driblei o filho dela, sei lá, ela começou a falar nossa, lugar de menina é brincando de boneca, o que você está fazendo aí?
JARDIM: Laura cuenta que en una jugada, dribló a un niño y escuchó que desde las gradas una madre que estaba en la tribuna gritaba: “¿Qué haces allí? El lugar de una niña es jugando con las muñecas”.
Andrea estaba en las gradas, viendo a su hija jugar y tuvo que respirar profundo para contenerse.
Y Laura no se intimidó, al contrario, siguió jugando con aún más empeño. Pero la tensión subió cuando ella hizo una jugada espectacular para esquivar a este mismo chico.
Laura avanzó hasta la portería. Con esa jugada, el niño perdió el equilibrio y cayó al piso. La mamá del chico no lo pudo soportar y empezó a gritar con más fuerza:
A. PIGATIN: Dá um soco na cara dessa menina.
JARDIM: Dale un puñetazo en la cara a esta niña.
Andrea no lo podía creer.
A. PIGATIN: Onde já se viu uma mulher falar para um menino bater numa menina... que se ela estava louca, a gente não incentiva a agressão no esporte, não é isso.
JARDIM: Dónde se ha visto a una mujer diciéndole a su hijo que le pegue a una niña. Andrea dice que esa mujer estaba loca. No se puede incentivar la agresión en el deporte. No es así.
Y por eso decidió enfrentarla.
A. PIGATIN: Falei pra ela que ela sim tinha que ter ficado dentro da casa dela lavando roupa, cozinhando porque esporte não era aquilo.
JARDIM: Y le dijo que mejor se hubiese quedado ella en casa lavando ropa y cocinando, si iba a apoyar a su hijo con esa actitud.