Spanish Language Coach Podcast - E28 - El poder de los introvertidos
Episodio 28: El poder de los introvertidos
Soy César, profesor de español. Estás escuchando Spanish Language Coach, un podcast para estudiantes de español de nivel intermedio. Cada semana hablamos de un tema diferente, escucharás contenido comprensible e interesante. El objetivo es mejorar tu compresión para poder expresarte mejor en español. Aparte del audio, tienes disponible la transcripción gratuita de todos los episodios en www.spanishlanguagecoach.com
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Os quiero contar un poco cómo era yo de pequeño para introducir el tema de hoy. Recuerdo que durante mi infancia mi madre me decía muchas veces “César, no hables para el cuello de tu camisa”, es decir, me pedía que hablara un poco más alto porque las otras personas no podían escucharme. Muchos estudiantes de español definen a los españoles como “loud” en inglés. Este adjetivo no tiene una traducción directa en español. Diríamos que los españoles hablan alto. Yo desde luego no entro dentro de ese estereotipo del español que habla alto. Un poco más tarde cuando estaba en la escuela y tenía que hacer una presentación delante de mis compañeros de clase me ponía nervioso y era mi parte menos favorita de estar en clase. Cuando me hice más mayor y empecé la universidad tuve que hacer mi primera presentación delante de mis compañeros. Esto fue un desafío mayor por varios motivos. Para empezar porque la presentación iba a ser grupal en un principio, es decir, íbamos a ser tres personas haciéndola. Sin embargo algo hizo cambiar la situación. Mis otros dos compañeros abandonaron la asignatura antes del fin del curso académico así que finalmente tuve que hacerla yo solo. Además, a diferencia de las clases en la escuela, en la universidad había más de 60 personas, teníamos que hablar con un micrófono y una gran pantalla detrás. Recuerdo que el día de la presentación fui a la farmacia y le pedí al farmacéutico algo para calmar los nervios. Me vendió valeriana, un tipo de hierba con efectos relajantes. Cuando llegué a la universidad a hacer la presentación me sentía todavía nervioso pero además tenía un sueño incontrolable y no paraba de bostezar. Bostezar como acabáis de escuchar es la reacción de nuestro cuerpo cuando tenemos mucho sueño o estamos aburridos y abrimos la boca de forma automática. Finalmente llegó el momento de la presentación, subí a la pequeña plataforma donde estaba la mesa del profesor y le pedí permiso para sentarme. Estaba mareado, es decir, la cabeza me daba vueltas, tenía un sueño horrible y además muy nervioso. Tenía que hacer una presentación de quince minutos. He de decir que los primeros dos minutos fueron bastante catastróficos, se notaba que estaba nervioso, la voz me temblaba y pedí perdón cientos de veces por esto. Pasados los dos minutos empecé a sentirme mejor y acabé mi presentación. Bajé de la plataforma bastante satisfecho y orgulloso de mí mismo.
Como habréis podido imaginar con esto que os he contado, a lo largo de mi vida siempre me he identificado como una persona introvertida. Muchas personas confunden timidez o ser tímido con ser introvertido. Más tarde veremos las diferencias entre estos dos adjetivos. Estoy seguro de que muchos de vosotros os podéis identificar con esta historia. Los introvertidos somos esas personas que escuchan más que hablan pero que todavía tienen mucho que decir.
Hoy me gustaría hablaros de Susan Cain. Se trata de una conferenciante que en el pasado trabajó como abogada en Wall Street. Seguramente la imagen que tenéis de ella con esta información que os acabo de dar es que es una mujer extrovertida, habladora y muy decidida. Pues no, a pesar de haber tenido esta profesión durante años Susan se considera introvertida.
Dice “Prefiero escuchar a hablar, leer a socializar y las reuniones íntimas a los grandes grupos”. La verdad es que sus palabras me hacen sentirme completamente identificado.
Susan es autora de ‘El poder de los introvertidos en un mundo incapaz de callarse', un libro que nos ayuda a reflexionar sobre una forma de ver el mundo más tranquila. Nos habla de cómo la cultura occidental moderna subestima, es decir, resta valor a las características y habilidades de las personas introvertidas. Quiere reivindicar, defender, reclamar el poder de los introvertidos dentro de un mundo hecho para extrovertidos. Un mundo incapaz de callarse, un mundo que no para de hablar.
Vamos a ver en primer lugar cuál es exactamente la diferencia entre ser introvertido y ser tímido.
Los introvertidos tienen una preferencia por estar en ambientes, lugares tranquilos. Te puede gustar estar con gente pero si tienes que elegir entre dos planes quizás prefieras tomar un café con un amigo en lugar de pasar la noche con un grupo grande de personas en una fiesta.
Por otro lado la timidez está más relacionada con el miedo a ser juzgado por los demás. Las personas tímidas tienden a pensar más frecuentemente que otros les desaprueban o tienen una mala imagen de ellos. Esa desaprobación en muchas ocasiones es imaginaria pero los tímidos pueden tomársela muy a pecho. Tomarse algo muy a pecho es tomarse algo muy seriamente. El pecho es la parte del cuerpo entre el cuello y el abdomen y podemos usarlo tanto para hombres como para mujeres. Pues bien los tímidos pueden tomarse muy a pecho cualquier comentario o mirada que pueda suponer desaprobación.
En la realidad hay muchos introvertidos que también son tímidos pero también hay muchos otros que no lo son.
También hay extrovertidos a los que les gusta socializar pero tienen rasgos de timidez profunda.
La escritora menciona como un ejemplo de extrovertida tímida a Barbra Streisand que dejó de actuar durante una década por miedo escénico.
Por otra parte el ejemplo que nos da para un introvertido que no es tímido es el expresidente de los Estados Unidos Barack Obama. Como Presidente, pasaba mucho tiempo solo comparado con otros presidentes más extrovertidos pero quizás no estaba tan preocupado por lo que otros pensaran.
Según la autora existen prejuicios hacia la introversión. No se ve a la introversión con buenos ojos. Sin embargo esto no siempre ha sido así.
Los historiadores hablan del cambio de la cultura de caracteres a la cultura de la personalidad. En el siglo XIX todavía vivíamos en pequeñas comunidades. Lo importante era saber en quién podías confiar, quién era honesto y en definitiva buena persona. A esto se le llama cultura de caracteres. Esto cambia en el siglo XX cuando nos empezamos a mudar en masa a grandes ciudades. Por cierto, un apunte importante, en español nos mudamos de ciudad, país o casa, no nos movemos. Es un error muy frecuente incluso en los estudiantes de nivel avanzado. Durante este periodo pasamos de la cultura de caracteres a la cultura de la personalidad. Existen muchos más trabajos corporativos y lo importante es la extroversión, tu capacidad de socializar, ser simpático, tu carisma.
También habla de la falta de equilibrio en el mundo actual. Como la extroversión tiene mucha mejor fama que la introversión y explica la razón por la que necesitamos oír la voz de los introvertidos. Vivimos en un mundo desequilibrado, lo que necesitamos es equilibrio.
Por un lado se valora positivamente ser rápido, fuerte, decidido. Son rasgos muy positivos relacionados con la extroversión pero es necesario combinarlos con otros rasgos muy diferentes. Los introvertidos aportan cualidades como la sensación de paz y tranquilidad.
Muchos estudios muestran cómo en la toma de decisiones necesitamos la reflexión. Los extrovertidos tienden a precipitarse, justo lo contrario que los introvertidos, que son mucho más reflexivos.
Necesitamos ambas formas de ser para alcanzar este equilibrio.
Otra de las cosas interesantes que menciona es la necesidad de la introversión para la creatividad. La soledad es necesaria para el proceso creativo. Necesitamos esa soledad para poder crear ideas propias y originales. A veces estamos excesivamente socializados. Obviamente es estupendo el intercambio de opiniones y poder inspirarnos de otros pero al igual que en el caso de la toma de decisiones, el equilibrio es necesario.
Entonces, ¿cómo podemos navegar los introvertidos un mundo hecho para extrovertidos?
Cain habla de la necesidad de ajustarnos, adaptarnos.
No podemos evitar momentos como tener que hacer una presentación, asistir a reuniones con mucha gente o trabajar en una oficina con espacio abierto. Sin embargo sí que podemos adaptarnos a esta realidad y comprender nuestras necesidades. Hay veces que necesitamos reducir los estímulos. Quizás algún día podemos ir a comer solos en lugar de hacerlo con nuestros compañeros de trabajo y no pasa nada.
También da mucha importancia a aceptar la introversión, y dejar de pensar en ella como un aspecto negativo. No podemos sentirnos culpables por no hablar tanto ni tan alto como otros. Como he dicho al principio del episodio los introvertidos somos esas personas que escuchan más que hablan pero que todavía tienen mucho que decir.
Muchas gracias por escuchar el episodio. He disfrutado mucho preparando este episodio y espero que tú hayas disfrutado escuchándolo y que te haya servido para aprender cosas nuevas.
Como siempre si queréis hacerme llegar alguna sugerencia o recomendación estaré encantado de recibirla. Podéis contactarme en cesar@spanishlanguagecoach.com o en mi cuenta de Instagram con el mismo nombre “spanishlanguagecoach”.
Por último quería pediros un favor que es dejar una valoración del podcast en la plataforma donde lo estáis escuchando. Esto me ayuda mucho ya que será más fácil para otras personas encontrarlo y crecerá nuestra comunidad de estudiantes de español.
Hablamos muy pronto y os deseo una buena semana. ¡Un abrazo grande!