2020.05.29 Dos presidentes, un virus (2)
Silvia: Bukele está por cumplir su primer año de mandato con una aprobación muy alta. Algunas encuestas hablan de más del 90 por ciento de aprobación. Leonor dice que en parte es porque…
Leonor: No hay otra otra fuerza política o de oposición, otro gran liderazgo que canalice esa aprobación.
Pero sí ha habido señales de descontento entre los salvadoreños por el manejo de la pandemia, especialmente relacionado a las detenciones de las personas que no cumplen con la cuarentena y las condiciones en los “centros de contención”.
Audio de archivo, noticiero: Salvadoreños dejaron la cuarentena de sus casas y salieron a las calles en busca de ayuda económica prometida por el gobierno.
Audio de archivo, noticiero: La convocatoria denominada Hacé Bulla insta a que todos los días a las 8 de la noche la gente se haga escuchar pitando desde el carro, haciendo sonar cacerolas u otros instrumentos…
Silvia: La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos ha recibido más de 1.500 denuncias durante la pandemia. Más de 500 son de personas detenidas por no cumplir con la cuarentena. Personas que iban a la farmacia o al supermercado. Hay casos de abuso policial y detenciones arbitrarias…
Y solo días después de que Bukele decretó la cuarentena domiciliar obligatoria en marzo, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema empezó a emitir una serie de fallos relacionados a estas detenciones.
Leonor: Han ido en el sentido de proteger los derechos fundamentales de estas personas; en decir que tienen derecho a que se les haga la prueba después de cierto tiempo, y que se les den los resultados de esas pruebas; a prohibir estas detenciones arbitrarias en la calle.
Silvia: La sala luego dijo que las medidas de detención tenían que estar reguladas por ley, o sea, ser aprobadas por la Asamblea Legislativa. Y como me explicó Leonor, que le dijeran a Bukele que tenía que pasar por el Congreso es algo que al presidente le molestó muchísimo. Es que ya han sido meses de tensión con la Asamblea… Tal vez se acuerdan de esto, que pasó en febrero:
Audio de archivo, noticiero: El presidente de El Salvador Nayib Bukele irrumpió este domingo en el parlamento escoltado por militares y policías fuertemente armados. Bukele fue al congreso para pedir la aprobación de un préstamo de 109 millones de dólares…
Audio de archivo, Nayib Bukele: Si estos sinverguenzas no aprueban esta semana el plan control territorial nos volvemos a convocar aquí el domingo le volvemos a pedir sabiduría a Dios y le decimos: Dios tú me pediste paciencia pero estos sinvergüenzas no quieren trabajar para el pueblo.
Leonor: Ese fue el primer, como en la primera alarma sobre tendencias autocráticas. Y a lo largo de esta pandemia esto se ha ido agravando.
Silvia: Y aunque sigue siendo muy popular en El Salvador, su imagen afuera ha sufrido.
Leonor: A nivel internacional se ha caído muchísimo de esta imagen de, de la promesa millenial o, o esta promesa progresista.
Silvia: ¿Tú crees que se ve como un regreso al viejo autoritarismo centroamericano con esto? ¿O es diferente?
Leonor: Eh… eso creo que es difícil decirlo ahora, porque creo que también es injusto negar que estamos en un contexto excepcional de una pandemia. Sí ciertamente él ha mostrado rasgos autoritarios que son alertas que hay que tomar seriamente. O sea, su, su intolerancia al disenso, su intolerancia a la crítica, y su conflicto constante con las instituciones.
Silvia: Y también su enfrentamiento con la prensa. Leonor dice que la gran prueba de fuego viene el año que viene, con elecciones legislativas y municipales que podrían darle a Bukele la mayoría en la Asamblea.
Leonor: Ahí es donde ya, teniendo control sobre dos órganos, vamos a ver cuál es realmente su plan, ¿no?
Silvia: Y entonces, ¿Cuál sería el riesgo de que Bukele se vuelva cada vez más autoritario?
Leonor: Bueno, nosotros tuvimos un conflicto civil precisamente como rechazo a ese tipo de regímenes y lo que tenemos son instituciones que estaban reconstruyéndose que creo que eran victorias nuestra, de nuestros acuerdos de paz, pero que todavía no están sumamente sólidos.
Silvia: Y, según Leonor, por el momento, no hay una oposición con suficiente fuerza para ser un contrapeso.
Ya volvemos.
Daniel Alarcón: Hola, soy Daniel Alarcón, director editorial de El hilo. También trabajo como productor ejecutivo de Radio Ambulante, un podcast en español donde contamos historias verdaderas que retratan la diversidad y riqueza de América Latina y Estados Unidos.
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Wilfredo: A Bukele se le ve en Nicaragua como un presidente genial, como un Dios, como el presidente que algunos nicaragüenses quisieran tener, con la gestión de la crisis del COVID-19.
Eliezer: Ya estamos de vuelta en El hilo.
Wilfredo: Mi nombre es Wilfredo Miranda, eh, tengo 28 años, soy periodista nicaragüense.
Eliezer: Wilfredo colabora con medios como El País, The Guardian y Univisión, entre otros. Hablamos con él porque ha escrito sobre los tintes autoritarios de Bukele, desde una mirada nicaragüense. Y porque está cubriendo la pandemia en Nicaragua, donde Daniel Ortega ha estado manejando la crisis sanitaria de una manera muy diferente a Bukele.
Audio de archivo, noticiero: El gobierno de Nicaragua desafió a la pandemia de coronavirus con una marcha multitudinaria denominada Amor en tiempos del COVID-19.
Wilfredo: Convoca marchas masivas, aglomeraciones que van en contra de toda lógica preventiva ante una pandemia. En El Salvador se ve a un presidente activo que está tuiteando, que está diciendo cuántas pruebas de covid-19 se realizan al día, mientras en Nicaragua lo que impera es el secretismo.
Audio de archivo, noticiero: Nicaragua se ha convertido en una isla en medio del mar del contagio por el coronavirus, además de que nadie ha visto al presidente Daniel Ortega en un mes…
Wilfredo: Y recordar que Daniel Ortega aquí al principio de la pandemia estuvo desaparecido 34 días. O sea, el presidente no daba la cara, eh, ni siquiera… La única que hablaba a diario es la vicepresidenta Rosario Murillo. Pero lo hacía así, en una llamada virtual. Un presidente y una vicepresidenta que ordenan una marcha para enfrentar el covid-19 con amor, que convocan a maratones masivos, que le dicen a los, al personal sanitario en hospitales que no usen tapabocas ni equipos de protección.
Eliezer: Wilfredo me dijo que muchos de los contagiados han sido militantes sandinistas que fueron a la marcha del amor y a otras actividades convocadas por el gobierno. Ahora vamos a ver más en detalle cómo ha manejado esta pandemia el régimen de Nicaragua. Pero primero repasemos un momento quién es Daniel Ortega y qué significa para el país.
Wilfredo: Daniel Ortega es el, digamos, el principal líder de aquella revolución sandinista que en los ochenta cautivó al mundo.
Eliezer: Lideró un movimiento de insurrección para derrocar al dictador Anastasio Somoza. Lo logró, y subió al poder con su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Militante Frente Sandinista: Es un compañero que nosotros queremos y respetamos profundamente, y no es una casualidad que el Frente Sandinista de Liberación Nacional lo haya designado para formar parte de la Junta de Reconstrucción Nacional. Si hay alguien de verdad a quien nosotros respetamos es a Daniel Ortega.
Eliezer: Ganó elecciones en 1984. Fue presidente durante los próximos 6 años, hasta que perdió contra la candidata opositora. Pero Ortega volvió a la presidencia en 2007, y cambió la constitución para ser reelegido.
Audio de archivo, noticiero: En Nicaragua crece la tensión social después de 3 días consecutivos de protestas contra el régimen de Daniel Ortega.
Audio de archivo, noticiero: Aquellos que han salido a protestar han sido golpeados y heridos por grupos organizados del gobierno sandinista.
Eliezer: En abril del 2018, los nicaragüenses salieron a protestar por una reforma de la Seguridad Social. Las protestas duraron meses, fueron masivas… y la represión fue brutal.
Wilfredo: El presidente Ortega, su régimen, ordenó disparar a matar a más de 325 personas que protestaron en una protesta inédita contra el Gobierno. Y no lo digo yo, lo dicen organismos como Naciones Unidas y como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que aquí Daniel Ortega cometió crímenes de lesa humanidad.
Eliezer: Además de los más de 300 muertos, la represión durante las protestas dejó a decenas de desaparecidos, más de 600 presos políticos y unas 60 mil personas se exiliaron por la persecución del gobierno.
Wilfredo: En ese sentido, Daniel Ortega para Nicaragua se convirtió en todo lo que él dice que no es, es decir, en un dictador. En principio mutó de un régimen autoritario a una dictadura asesina, como dicen los ciudadanos.
Eliezer: Este es el contexto en el que llega el coronavirus a uno de los países más pobres de América Latina, un sistema desgastado por dos años de conflicto social: polarización política, enfrentamientos que han cobrado cientas de vidas y reclamos de instituciones internacionales por abusos de derechos humanos por parte del Estado.
Wilfredo: Todo eso quedó relegado por una crisis sanitaria que el Gobierno tampoco la ha gestionado de la mejor manera.
Eliezer: Y ¿cómo fue desde el comienzo, digamos, el manejo de Ortega de la pandemia?
Wilfredo: Daniel Ortega, como presidente, como tal, estaba perdido, estaba ausente. Entonces, el manejo, al menos mediático, lo asumió la vicepresidenta Murillo, como ella maneja la mayoría de cuestiones administrativas del Gobierno.
Eliezer: En los últimos años, Rosario Murillo, la esposa de Daniel Ortega, ha sido otro rostro visible del poder en Nicaragua.
Wilfredo: Imagínate, qué irónico, los diputados se reían de una pequeña oposición que llegó con mascarilla. Irónicamente, algunos de esos diputados sandinistas que se estaban riendo diciendo que era una locura andar con mascarilla el día de hoy están hospitalizados graves en el Hospital Militar de Managua. El Ministerio de Salud dijo a ver aquí no vamos a declarar cuarentena.
Eliezer: Y cuando llegó Semana Santa…
Wilfredo: La Iglesia católica, como tal, le dijo a sus fieles: a ver aquí se acabaron las procesiones, siendo las procesiones más importantes del año de la Iglesia Católica. No va a haber misa, no va a haber esto, no va a haber lo otro. Entonces el Gobierno comenzó a crear su propia Semana Santa paralela, organizando procesiones con sus partidarios. Incluso usaron un cura un cura falso una vez, que andaba dando un viacrucis, un poco muy surreal.
Eliezer: Pero más allá de eso, sus políticas han tenido consecuencias más alarmantes.
Wilfredo: El Gobierno comenzó una campaña muy fuerte a no darle equipo de protección al personal sanitario y esa es una cuestión muy, muy, muy grave, en el sentido que esta gente es la que está en la primera línea de contención de la pandemia
Eliezer: Hasta el 20 de mayo, el Observatorio Ciudadano Covid-19 había recibido reportes de 246 trabajadores de la salud con síntomas asociados con covid-19. Y, para el 23 de mayo, reportaban 2687 contagios acumulados en todo el país y 598 muertes por neumonía y sospechosas de covid-19.
Las últimas cifras oficiales del gobierno, en cambio, solo reconocen 759 casos y 35 muertes. Pero, como en otros países de la región, o incluso más, las cifras oficiales han sido cuestionadas.
Wilfredo: Aquí en Nicaragua nos volvimos el único país del mundo donde los casos de coronavirus disminuían y nunca aumentaban.