El Amor a Prueba (1)
Si el amor recibido nos nutre y el amor que damos alimenta, los problemas se simplifican y lo pesado se aliviana.
Fue muy difícil pero fue muy lindo si la pasaste mal, estoy de acuerdo pero bueno nosotros nos tocó vivir una cosa completamente diferente. La abrazamos. Hicimos lo mejor que pudimos. Los dos, otra no te queda.
También nos podría haber separado definitivamente. No uso la palabra crisis pero fue una situación extrema. Uno nunca se imaginó.
Los budistas dicen que la vida es sufrimiento y no cabe duda que toda vida experimenta dificultades. Al mismo tiempo, un refrán popular dice que el amor todo lo puede. ¿Pero qué es lo que puede el amor? Bienvenidos a Caras del Amor, historias íntimas de convivencia, descubrimientos personales y experiencias que transforman vidas. Mi nombre es Marcia De Los Santos. En el capítulo de hoy exploramos el amor puesto a prueba.
Primera etapa: Más que un amor de verano.
Nos conocimos en Valeria del Mar que es un pueblo dentro de una pequeña ciudad que se llama Pinamar en la costa atlántica de Buenos Aires.
El día que la conocí fue el 12 de enero de 1987.
O sea que hace treinta y un años que nos conocimos. Yo tenía 15 años y Mariano tenía 19.
Yo le daba 18, 19, tenía 15 pero cuando me di cuenta ya era tarde.
Es un lugar que para mí está cargadísimo de recuerdos hermosos porque mis abuelos vivieron ahí por muchísimo tiempo. Entonces yo pasaba todos mis veranos desde que terminaba la escuela en diciembre hasta fines de febrero en Valeria del Mar.
Es un lugar que tiene mucha importancia en mi vida y más aún porque así lo conocí a Mariano.
Yo estaba veraneando en Pinamar, está la casa donde un compañero de colegio y volvíamos caminado por la playa, cuando llegamos a la altura de la playa donde yo me tenía que quedar vimos un grupo de chicas que se estaban por meter al mar. Y una de ellas era Florencia.
Cuando nos miramos fue algo increíble. 15 años y 19 años, hay cosas que a esa edad no puedo decir que fue amor a primera vista pero hay cosas que suceden químicamente yo así es como lo describo. Para mí fue conocerlo en ese momento, fue como una cuestión de mucha química. Yo sentí algo.
Me mató los ojos que tenía, unos ojos increíbles. Me mató la sonrisa, me encantó. Nunca había tenido un amor de verano así. Nunca había tenido chica o que dure. Esto es como que se dio día a día. Después yo volvía a la playa esa.
Pero el tiempo juntos en la playa pasó demasiado rápido y pronto se vieron forzados a despedirse. Buenos Aires los estaba llamando.
Y aunque el romance continúa en la ciudad la realidad lejos del idilio era otra.
Yo era muy joven entonces todavía estaba terminando mi escuela secundaria. Mariano ya había empezado la universidad o sea que eso ya es otra etapa de la vida.
Y mis padres son de una manera muy particular y los padres de ella son de manera también muy particular.
Los mandatos de mi familia no, que uno los trae también o sea sus padres. El novio perfecto debería ser así. No nada que ver.
Con la mamá de Florencia me llevé muy pero muy mal. Siempre. Yo creo porque ella esperaba otra persona para su hija y yo no era la persona que ella quería. Pero bueno de alguna manera Florencia tomó una decisión que era de ella con quien quería estar.
Decidimos casarnos más o menos cuando cumplimos alrededor de seis años juntos y también lo decidimos luego de un impase. Si bien fue un impase doloroso para ambas partes fue necesario porque al estar juntos desde tan jóvenes y si bien el amor se fue cultivando y fue creciendo y el amor atravesó muchas etapas hizo que pudiéramos ver las cosas con una perspectiva diferente porque ya nos estábamos convirtiendo en adultos jóvenes. O sea que sentíamos ambos la necesidad de decidir cuál iba a ser nuestra próxima etapa entonces ahí es cuando decidimos bueno…
Nos casamos.
El 17 de noviembre de 1995.
Segunda etapa: Una prueba de amor.
Mariano al ser un poco más grande que yo él siempre tenía, cuando uno habla del tema de los hijos y lo que le gustaría siempre me decía que él tenía ganas de tener hijos como alrededor de los 30 años. Que no quería ser un padre muy grande.
Y Florencia me dijo no, ni loca, yo voy a ser madre a esta edad porque yo le llevo casi cinco años. Entonces ella dijo ‘soy muy joven'. Pero bueno después de los cuatro años de haber estado casados y bueno que nuestra pareja full-time funcionó. Y también la vida, o sea ambos trabajando luchando para establecernos. Bueno ahí es donde empezamos a formar la idea de tener hijos.
Nos enteramos que Flor estaba embarazada en marzo, obviamente la fecha de nacimiento era fines de noviembre principios de diciembre. Fue estratégicamente pensado, muchas veces hasta demasiado pensado.
Todo tan perfectamente calculado de un día para el otro Florencia me llamó por teléfono y me dice ‘mira no me siento muy bien. Fui a tomarme la presión y la tengo por el cielo, está muy alta así que me saqué un turno con el obstetra así que venidme a buscar. Y le dije ‘si, voy rajando'. Teóricamente yo no sabía de qué se trataba todo. En realidad mientras me vestía la obstetra bastante inteligentemente lo sacó a Mariano del lugar donde estábamos y ella afuera le dijo ‘ya mismo la metes dentro del auto y te vas a la clínica' y le digo ‘¿qué pasa?, recién dijiste que estaba todo bien' y me dice ‘no, no, no está todo bien, tiene la presión por el cielo' y le digo ‘bueno llamó una ambulancia, no me podes hacer esto mi' y dice ‘no, no puedo llamar a una ambulancia porque se va a sentir mal y le va a subir la presión y si se le sube más la presión esto puede terminar muy mal. Entonces digo ‘que hago' y bueno la tengo que subir al auto, no ir rápido, no mostrar ningún tipo de emoción, no la ponga nerviosa ella y llegar lo más rápido que puedas. Viernes, peak hour, cruzar la ciudad.
No fue muy agradable. En Argentina en esa época vos podes poner las balizas del auto, tocar bocinas, hacer luces, sacas un pañuelo blanco por la ventanilla y te dejaban pasar. Pero yo eso no lo podía hacer porque sí hacia eso le estaba mostrando Florencia que estábamos en una emergencia.
Llego al hospital, me ponen en una sala de terapia intensiva pero donde yo estaba sola, no tenía que compartir con nadie o sea que era como una terapia intensiva pero al mismo tiempo me lo disfrazaron un poco.
Yo salía de la habitación de Flor y veía como me miraban los doctores. Y dije ‘ahh algo acá pasa. Entonces ahí me explicaron qué era lo que tenía. Flor tenía un ataque de presión muy muy alto, básicamente podría tener cualquier tipo de problema, una hemorragia en el cerebro podía quedar tonta, ciega, muda, morirse, todo junto. Flor estaba de 23 semanas y media a la mitad de la gestación justo y bueno ella estuvo diez días así hasta que un día no me siento bien me siento bien no me siento bien me siento bien, era un sábado, que hacemos dije yo, agarra el teléfono y llamé directamente a la obstetra. La vio Florencia y me dice ‘esto se termina acá, se terminó el embarazo en este momento'. No podemos poner más en riesgo la vida de Florencia. Totalmente de acuerdo, eso era lo que hemos arreglado. Me dice ‘bueno prepárate porque vas a ser padre' dije ‘bueno maravilloso'. Tercera etapa: El amor a prueba.
Así que bueh, me vistieron de astronauta y me voy adentro de la sala de operación. Yo no veía absolutamente nada, tenía la cabeza, me hicieron sentar atrás de la cabeza de ella. Florencia estaba complemente drogada pero vista estaba consciente entonces yo le hablaba, le hablaba, le decía ‘¿gorda, estas bien?' ‘no te preocupes estoy al lado tuyo'. Y en un momento me dicen ‘bueno acá está tu hija' y veo que sale en las manos de la doctora, levantan las dos manos juntas y yo en ese momento no vi nada porque mi hija era muy chiquita. Vi las manos nada más y dije ‘ah muy bien' y se me saltaron las lágrimas. Agarraron y se la llevaron. Entonces yo me acuerdo que en ese momento le empiezo a hablar al oído y decirle ‘bueno gorda, ya está' ‘ya sos mamá ya soy papá. En ese momento la verdad es que no tenía idea de qué era lo que iba a venir.
Yo no la vi a Mora hasta casi 48 horas después porque me sedaron y tuve como un largo sueño y descanso. Y recuerdo cuando la fui a ver estaba en una incubadora rodeada de lo que era como una especie de cunita húmeda y con muchos cablecitos y un gorrito tenía le habían puesto. O sea, mucho, mucho la verdad no la podía ver. Ni hablar de sostenerla nada ni tocarla tampoco. Simplemente verla y hablarle.
Ella se ponía del lado de la incubadora yo me ponía del otro lado de la incubadora y hablábamos los dos y le hablábamos a ella.
¿Qué le decías, te acordas?
De todo chistes, le contaba cómo había sido mi día. Le decía que estaba muy linda porque cuando la pudieron pesar pesaba 450 gramos y en realidad fue un cálculo sólo porque casi que no podían ni tocarla de lo frágil que era. Todos tenemos siete capas de piel y ella creo que tenía dos o tres. Tratan de mantenerla como un plástico encima para mantener la humedad también.
Los neonatólogos nos dijeron que las posibilidades de vida eran muy bajas. Si bien había casos donde los bebés se habían recuperado muy bien y vivían una vida normal, también había casos donde habían quedado secuelas importantes desde ceguera hasta problemas digestivos o de retraso cognitivo. O sea que una vez que Mora nació bueno había que ir paso a paso sino diríamos pasito a pasito.
Nunca me voy a olvidar el día que la pude tener conmigo, tener contacto con ella. Que me la pusieron en mis brazos y lo puede tener mi pecho. Fue el 6 de octubre. Fue muy duro. Para él para el 12 octubre que es mi cumpleaños ella ya llegó al kilo. Me acuerdo que llegué del trabajo ese día y me dejaron una tarjeta todas las enfermeras, dejaron la tarjeta y decía Feliz cumpleaños papá, te regalé un kilo.
El mejor regalo. Fue muy difícil pero fue muy lindo. Como no te puedes emocionar con una cosa así. Fue hermoso. Si la pasaste mal. Los chicos normalmente crecen y vuelven a casa de una manera diferente. Estoy de acuerdo. Pero bueno a mí no me tocó vivir eso. A nosotros nos tocó vivir una cosa completamente diferente. La abrazamos. Hicimos lo mejor que pudimos los dos otro te queda. Yo creo que fue lo mejor que pudimos hacer los dos como pareja y la fuerza que le pusimos y el amor que le estábamos dando a nuestra hija y el amor que nos tenemos nosotros dos también.
Cuarta etapa: El amor más allá del amor.
Entonces era tratar de hablarle todo el tiempo que me escuche la voz que me reconozca y Florencia hacia exactamente lo mismo y todos los días le sacaba una foto o casi día por medio. O le hacía un pequeño videíto y esto y lo otro. Me acuerdo nosotros teníamos una psicóloga que nos ayudó a lo que se llama el apego y ella justamente vio en nosotros dos, en Florencia y en mi vio que eso se estaba generando muy bien para con Mora. Ella tenía una teoría que gracias a la peor de los padres los chicos pueden crecer más viniendo de una situación tan extrema como esa. Nos seguía muy de cerca. Cuando termina todo, a punto de irnos a casa un día me llama y me dice ‘mira yo sé que tenés todas las grabaciones tenés problema en compartirlas conmigo'. No hay ningún problema. MIrá estoy presentando una tesis que en Europa tendré el problema de que en los videos, no hay ningún problema. Entonces le di los videos e hizo la presentación en Alemania entonces me llama así nos dice usted lograron algo que muy poca gente logró. ¿Qué? hicieron llorar a todos los alemanes. Dice ‘nunca vi tantos alemanes llorando en mi vida' dice cuando hizo la presentación con todos los videos y las fotos y dice que todo terminó todo el mundo llorando de alegría obviamente no pero si lograrán algo imposible. Yo no los vi todavía a los videos, no los vi
¿Por?
Porque yo ya lo viví a eso, lo viví.
Y mamá dijo ‘sos vos'. Me parece cuando vi la primera foto por primera vez era cuando tenía unos once años once o diez más o menos y estamos en casa porque yo quería ver la foto de cuando tenía 3 años para ver cómo la familia y cómo estábamos en esos primeros años. Entonces saqué una foto de un bebé muy chiquitito muy prematuro, piel tan finita y como bolsitos y le pregunté a mamá y papá ‘¿quién es ese bebe?' y ellos dijeron ‘ah sos vos'. Dije ‘no, no puede ser porque nunca pensé que mi vida puede ser tan difícil.' En este momento también como pasábamos tanto tiempo en el hospital fue importantísimo tener el amor de la gente que estaba pasando por situaciones similares. Ese tipo de amor realmente hace que uno se apoye y pueda fortalecerse. Entonces es como que esas familias con las cuales uno compartía ese día a día nos dábamos muchísimo apoyo y muchísimo amor realmente. Un amor que perduró hasta hoy en día. Todavía estamos vinculados a pesar de que nosotros nos mudamos a Australia hace casi 17 años atrás. O sea no mucho tiempo después de la recuperación de Mora nos vinimos para acá.
Todavía estamos en contacto con ellos y todavía recordamos esa etapa que fue tan fuerte en nuestra vida y que bueno creo que realmente nos vinculó para siempre.
Si con esos bebés que estaban en el hospital y en el mismo lugar donde yo estaba sigo siendo muy buenos amigos. Nos seguimos en contacto por Facetime, por todas las redes sociales que tenemos hoy en día. Mi amiga Sofía a ella le encanta cantar tocar el piano. Yo también me encanta cantar, tocar percusión guitarra. Otro nene que se llama Francisco a él también le encanta cantar. A otros les encanta ir a festivales y me parece que uno de sus razones era porque la radio estaba puesto con unas canciones que estaban ahí con nosotros estábamos en el hospital todos juntos. Entonces eso es lo que nos cuentan nuestras madres, por la radio estaba puesto ahí y algo it ignited, no sé cómo se dice pero…
Si, estuvo prendida la radio todo el tiempo. Es como si cultivó un amor por la música entre todos ustedes.
Si es algo que podamos compartir. También un amor muy grande porque yo los puedo llamar como mis hermanos. Ya sé que están en el otro lado del mundo pero cada vez que lo veo por Facetime nos hablamos por mensajes. Me siento muy segura y también protegida. Estoy feliz que los tengo a ellos en mi vida.
Me siento que fuimos muy afortunados que todo salió bien que ella que yo estemos todavía vivas que tengamos nuestra familia todavía junta unida. Y bueno ahí me empecé a plantear qué significaba ser madre si también pasaba por una situación de número de hijos y la verdad es que no. Para mí el desarrollo de este amor estaba totalmente completo con el nacimiento de este primer hijo. De alguna manera sentía que agregar más hijos, si podía ser una situación donde uno tiene como una especie de network de apoyo pero en mi caso sentía que los riesgos eran mayores teniendo otro hijo que no teniéndolo. Entonces bueno así fue como decidimos que así estaba bien que fuimos muy afortunados que íbamos a ser una familia de tres.
Si entendemos lo que el amor puede hacer por nosotros la contracara es darse cuenta de lo que podemos hacer a través del amor. Florencia y Mariano cultivaron el amor que comenzó entre adolescentes y juntos lograron fortalecerlo para que les permitiera superar una prueba crítica de sus vidas saliendo enriquecidos por ese proceso. Cuando dos personas descubren juntas esa fuente de energía y sustento se vuelve casi imposible imaginarse una vida sin ese amor. Quizás es como decía esa canción de verano…'el amor después del amor tal vez se parezca a este rayo de sol y ahora que busque y ahora que encontré el perfume que lleva el dolor, en la esencia de las almas en la ausencia del dolor ahora sé que ya no puedo vivir sin tu amor.' Esta historia fue producida con el apoyo de Radio SBS. Fue escrita y editada por Marcia De Los Santos. La mezcla de sonido es de Cara Beltrame. Si te perdiste los otros capítulos de Caras del Amor puedes escucharlos a través de la aplicación SBS Radio app o Itunes o mediante tu aplicación favorita para escuchar podcasts. Para escuchar otras historias en español visita nuestra página de internet sbs.com.au/spanish. Soy Marcia De Los Santos. Gracias por escucharlo.