Parte (1)
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Cenizas calientes Pepa Villa, taxista en Barcelona Книги на испанском от hispanoteca.ru
Pepa Villa. Es una joven taxista que vive en Barcelona. Ha tenido muchos novios, y ahora vive con Carlos. Carlos. Es un joven abogado y la actual pareja de Pepa. Albert. Es un joven neozelandés que está en Barcelona por negocios, negocios un poco especiales. Raúl. Es un buen amigo de Pepa. Ha estado en la cárcel y ha tenido muchos trabajos. Actualmente es vigilante en un párking del barrio de Gracia. Книги на испанском от hispanoteca.ru
Lucy. Es una prostituta que trabaja en un hotel de carretera. Doro. Es el encargado y vigilante del Tta's, un local de alterne. Sabe todo lo que pasa en los bajos fondos de Barcelona. Книги на испанском от hispanoteca.ru
Capítulo 1 Un taxi con la luz verde y el cartel de «libre» baja rápido por la calle Balmes. Su chófer, Pepa Villa, está de muy mal humor porque acaba de pelearse con Carlos, su pareja. Pepa tiene treinta y tres años, es morena, delgada y bastante guapa. Pero tiene mala suerte con los hombres. Ha cambiado de novio cinco veces en los últimos cinco años. Quizás ella es demasiado exigente. Quizás no sabe elegir. Quizás es solo mala suerte. Carlos y ella llevan casi un año viviendo juntos. Como todas las parejas, a veces discuten, pero no mucho, y casi siempre es por lo mismo: a él no le gusta que Pepa trabaje de taxista. Le parece poco elegante. Carlos es abogado y sus amigos, como él, son universitarios, tienen un montón de másteres y trabajos importantes. Pepa también estudió Económicas y, hasta hace poco, tenía un empleo estable, con un buen sueldo, en una multinacional. Pero un día se cansó. De las obligaciones, de recibir órdenes, de jefes, de horarios. Decidió cambiar. Se sacó el carné de conductor profesional 1 , compró la licencia2 e invirtió todos sus ahorros en el taxi. Se compró un Skoda Octavia, vulgar y bastante feo, pero duro como un tanque. Casi tan duro como su dueña. Carlos les dice siempre a sus amigos que Pepa es economista y ella, a menudo, le corrige: «No, no soy economista. Soy taxista». Luego, cuando están a solas, empieza la discusión. Él opina que conducir un taxi es aburrido y a ella le parece divertido. Él cree que es peligroso y ella, que es emocionante. ¡En fin, siempre lo mismo! Cada uno tiene su punto de vista. Pero esta mañana, en el desayuno, Carlos le dice que ha dejado su empleo en Barcelona y que se va a vivir a Madrid. −¿Qué vas a hacer en Madrid? −pregunta Pepa muy sorprendida. −Un negocio. Un negocio de mucho dinero. −¿Qué clase de negocio? −De momento, es un secreto. Книги на испанском от hispanoteca.ru
−¡Vaya! Y… ¿cuándo te vas? −Mañana. −¿Mañana? ¿Por qué no me lo has dicho antes? −Porque no lo sabía. −¡Pero…! −Nunca quieres hablar de trabajo. −Porque cuando hablamos de nuestros trabajos, siempre discutimos. −Pues por eso no te he dicho nada. Si quieres −añade Carlos−, tú y tu taxi podéis venir también a Madrid. Siempre dices que eres libre, ¿no? Pepa y Carlos han discutido durante casi una hora. Al final, Carlos ha mirado el reloj y se ha ido. Como siempre… ¡tenía una cita muy importante! Книги на испанском от hispanoteca.ru
Capítulo 2 «¿Qué coño3 voy a hacer yo en Madrid?», se pregunta Pepa mientras conduce. Ve que el próximo semáforo está en amarillo y, como de costumbre, acelera para pasar antes de que se ponga rojo. Al mismo tiempo ve delante, cruzando la calle, un cochazo rojo. Frena. Frena. ¡Freeenaaaa! Pero el Octavia choca fuerte contra el Ferrari. ¡Mierda4 ! −dice Pepa, y se tapa la cara con las manos. La parte de delante de su coche está hundida en el lateral del otro. Suenan cláxones. Frenazos. A lo lejos se oye una sirena. Pepa sale y mira. «¡Dios mío! El Ferrari está destrozado. ¿Están heridos los pasajeros?» Al momento tiene respuesta. Las dos puertas se abren y dos hombres altos, muy bien vestidos, van hacia Pepa. Afortunadamente, no les ha pasado nada. −Lo siento, lo siento muchísimo −se disculpa Pepa nerviosa−. ¿Están bien…? Yo… El seguro… Tenemos que avisar del accidente a la compañía de seguros. Los dos hombres, que parecen modelos o actores de cine, miran los coches y uno de ellos, que lleva un maletín, mueve la cabeza y le dice algo al otro en un idioma que a Pepa le parece alemán, pero que, en realidad, es holandés. Luego, en un castellano bastante bueno, le pregunta a Pepa: −¿Tu coche está bien? ¿Funciona? −Creo que sí −contesta Pepa, sorprendida. −Vamos a verlo. Pepa obedece. Pone en marcha el motor, pone marcha atrás y se Книги на испанском от hispanoteca.ru
separa del Ferrari. Apaga el motor, frena y sale. El Octavia tiene abollada la parte delantera y un faro roto. Poca cosa. El Ferrari, en cambio… −Tenemos que hacer el parte del accidente, para la compañía de seguros, quiero decir… −les dice a los hombres. −No. No hace falta. No importa −el del maletín le dirige a su compañero unas palabras−. Mi amigo se ocupará del coche y del papeleo… −Sí, pero… −intenta interrumpir Pepa. −Yo tengo prisa. ¿Tú puedes llevarme? «¡Vaya tío 5 ! ¡Qué guapo! Se parece a Brad Pitt, pero es aun más elegante… Al fin del mundo te llevaría…», piensa Pepa, olvidándose por completo de que hace un minuto su Skoda estaba empotrado en un Ferrari. −Me llamo Pepa −cambia el cartel de «libre» por el de «ocupado»−. ¿Adónde vamos? Por el espejo retrovisor ve al hombre, sentado detrás, con el maletín a su lado. −Yo me llamo Albert. Vamos a Castelldefels. Y rápido, por favor. Tengo mucha prisa. Llegan a la Plaza de España. Pepa piensa en el accidente. −Oye, de verdad, no sabes cómo siento lo que ha pasado. Supongo que el coche, el Ferrari, está a todo riesgo6 … −Albert no la entiende−. Hablo del seguro. Quiero decir, que el seguro va a pagar la reparación, ¿no? −«Porque debe de costar un montón de dinero», piensa. −Es de alquiler. Y tiene seguro… −¡Ah, claro! No me he fijado. La matrícula es española. Y tú, ¿de dónde eres? Книги на испанском от hispanoteca.ru
−De Nueva Zelanda. «Ahora yo digo: “¡Qué lejos! Las antípodas…” y todo ese rollo, y el tipo piensa que soy la típica taxista con cerebro de mosquito.» Pepa está impresionada y quiere impresionar. «En estos casos, hagas lo que hagas, siempre pareces una imbécil.» Recuerda la opinión que tiene Carlos de los taxistas y acepta que su novio tiene un poquito de razón. «Este adonis7 vestido como para un desfile de moda, no va a fijarse en mí, diga lo que diga. Por tanto, mejor tener la boca cerrada». −¿Dónde te dejo exactamente? −pregunta al ver la señal en la que pone «Castelldefels 2 km». −Sigue. Sigue recto −Albert se inclina hacia delante con una encantadora sonrisa. Pepa gira la cabeza y le mira−. Oye, ¿puedes trabajar para mí durante un par de días? −Pepa pone cara de sorpresa y él sonríe con unos dientes de anuncio de Colgate8 −. Voy a pasar dos o tres días en Barcelona y necesito un coche. Te contrato full time9 . ¿Qué te parece? −Bien −a Pepa las novedades siempre le parecen bien, y más si vienen de parte de un tío10 como ese−. Full time… ¿quiere decir día y noche? −Sí. Te pago el doble. A lo mejor solo te necesito un par de veces. Pero puede ser más −Albert señala un hotel en la carretera−. Me quedo aquí. ¿Me das tu teléfono? «Mi teléfono y todo lo que tú quieras…», piensa Pepa. −Sí, claro… Seis, seis, cinco, dos, cuatro… Albert marca el número en su móvil. Después, saca del bolsillo del pantalón un montón de billetes de cien euros, cuenta diez y se los da a Pepa. Книги на испанском от hispanoteca.ru
−Por el viaje y un anticipo −el taxímetro marca sesenta euros−. ¿Te parece bien? −Sí, sí, claro. Bueno, pues… Me llamas, ¿vale? Книги на испанском от hispanoteca.ru
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