E17 El sueño y ¿por qué dormimos?
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Mi nombre es César, soy profesor de español y en los próximos minutos hablaremos del sueño y conoceremos cuál es la función de dormir cada día. Si eres nuevo o nueva, te doy la bienvenida a nuestra comunidad y te invito a suscribirte en la plataforma de podcast que uses para recibir el nuevo episodio cada semana.
Antes de nada me gustaría ver las diferentes definiciones de la palabra “sueño”
La primera es el acto o acción de dormir. El sueño es bueno si conseguimos dormir toda la noche. Si tenemos un sueño malo significa que tenemos dificultades para dormir bien, que sufrimos insomnio por ejemplo.
La segunda definición de sueño hace referencia a la necesidad de dormir, decimos que tenemos sueño. Imagina que estás viendo una película por la noche y tus ojos se empiezan a cerrar, estás muy relajado. En ese caso tienes sueño, tienes mucho sueño y tienes que ir a la cama.
La tercera definición de sueño es la fantasía mental que nuestra mente crea cuando estamos durmiendo. Hay sueños buenos y agradables, por ejemplo soñar que estás volando, y sueños malos, también llamados pesadillas.
Por último, la palabra sueño también hace referencia a un proyecto, objetivo o deseo que queremos conseguir. Podemos tener sueños profesionales o personales. Quizás uno de vuestros sueños es hablar español con mucha fluidez. Si es así, os felicito porque estáis en el camino correcto para conseguirlo.
Ahora que sabemos los diferentes significados de esta palabra vamos a analizar con más detalle qué es el sueño, es decir la acción de dormir cada noche. Toda la información que aparece en este episodio se basa en los estudios del Doctor Estivill, un referente en la medicina del sueño. El Doctor Estivill se ha basado en las investigaciones científicas para llegar a alguna de las conclusiones que veremos hoy.
Entonces, ¿qué es el sueño?
El sueño es un taller de reparación. De la misma forma que llevamos nuestro coche al taller cuando no funciona para que lo reparen, el sueño actúa de taller. El sueño es un taller de reparación de nuestra energía pero también de nuestra memoria. Es decir, nos ayuda a memorizar. El cerebro no aprende cuando dormimos pero sí es capaz de memorizar.
Durante un estudio se dividieron en dos grupos a una clase de estudiantes adolescentes. La profesora enseñó una lección de historia a todo ese grupo.
El primer grupo durmió unas 3 o 4 horas, y el otro grupo durmió alrededor de 8 o 9 horas. ¿Podéis imaginar qué grupo fue capaz de memorizar mejor? Pues sí, el grupo que más horas de sueño tuvo, fue capaz de memorizar hasta un 80% más de la lección. Este estudio se ha repetido en varias ocasiones son similares resultados.
De la misma forma que el sueño nos ayuda a memorizar y a aprender, también tiene beneficios en nuestro rendimiento físico. El rendimiento de los deportistas de élite varía en función de las horas del sueño.
Por lo tanto, la conclusión es que el sueño nos ayuda a aprender cosas nuevas. Dormir nos ayuda a aprender porque ayuda a memorizar. Es un taller de reparación, restauración y memorización; pasamos de estar cansados a descansados.
Ahora hablemos de otra cuestión importante; ¿cuántas horas necesitamos dormir?
Pues bien, según el doctor, las horas necesarias de sueño dependen de la edad. Por ejemplo un niño pequeño que está asimilando muchas cosas nuevas durante el día y gasta mucha energía necesita mucha reparación, es decir once horas. Si hablamos de un adolescente la cantidad de horas ideal sería nueve.
A partir de los 21 años aproximadamente, es decir cuando somos adultos y tenemos una actividad más sedentaria necesitamos alrededor de 8 horas de sueño. Pero claro, hay muchas cosas que hacer, y no dormimos lo suficiente.
No dormimos lo suficiente y eso tiene varias consecuencias; tenemos peor estado de ánimo, nuestra concentración baja y nuestra capacidad de aprendizaje se reduce entre otras.
Entonces, si todos sabemos que el sueño es tan importante, ¿por qué no dormimos lo suficiente?, ¿por qué no dormimos las horas necesarias para renovar nuestra energía?
Todavía mucha gente considera que dormir es perder el tiempo, personas que menosprecian el sueño. Menospreciar algo es no darle valor. De hecho, si llegamos a los 90 años, habremos dormido 30 años de nuestra vida, ¡30 años! Desde luego, si consideras que dormir es una pérdida de tiempo, 30 años parece un periodo infinito.
Y es que, en nuestro estilo de vida actual, muchas veces consideramos que siempre hay cosas más importantes que dormir. Reed Hastings el fundador de Netflix dijo en el año 2017 que el mayor competidor de su empresa no era HBO u otra plataforma de streaming. Su mayor competidor era la necesidad de los humanos de dormir, el sueño.
Muchas personas deciden recuperar el sueño perdido. Durante la semana no duermen lo suficiente y utilizan el sábado y el domingo para recuperar esas horas perdidas. Pero la realidad es que el sueño es imposible recuperarlo. El sueño no se recupera, el sueño se pierde. Como el tiempo.
Dormir 5 horas al día entre semana, es decir, de lunes a viernes y luego dormir 10 horas el sábado y el domingo es como decir que solo comemos 1 comida al día entre semana y recuperamos nuestra falta de alimento haciendo 6 comidas durante el fin de semana.
Por cierto, en el episodio número 14 hablamos de los estereotipos de los españoles y de la siesta. Al parecer la siesta tampoco es una poción mágica para el cansancio. Nos ayudará a estar más descansados por la tarde pero por la mañana continuaremos estando igualmente cansados.
Ahora hablemos un poco de la calidad del sueño y de las diferentes fases por las que pasamos mientras dormimos.
No es lo mismo dormir que descansar. Tenemos la fase de sueño superficial y la fase de sueño profundo. Es en esta última donde descansamos realmente y donde fabricamos una hormona, la hormona del crecimiento. Esta hormona repara nuestros tejidos como la piel. El momento de máxima reproducción es las horas de sueño. Por eso, cuando no dormimos suficiente aparecen debajo de nuestros ojos las ojeras o bolsas.
Por último tenemos el sueño REM o fase REM, es el acrónimo en inglés de Rapid Eye Movement o movimiento rápido de los ojos. En esta fase soñamos, tenemos sueños.
Por cierto, ¿sabéis por qué algunas veces recordamos nuestros sueños al despertar y otras veces no?. ¿Qué necesitamos para recordar un sueño?
Aparentemente, todos soñamos cada noche, pero lo que necesitamos para recordarlo es despertarnos mientras estamos soñando. Necesitamos un microdespertar. Estos microdespertares provocan un descanso de menor calidad pero nos permiten recordar los sueños.
Hablando de los sueños, sabemos que guardan emociones como la tristeza, el enfado o la alegría. Sin embargo, desde el punto de vista científico no podemos interpretarlos.
Ahora ya sabemos que para estar bien descansados por la mañana necesitamos dos cosas; dormir las horas suficientes y además llegar a las fases profundas del sueño.
¿Y cómo podemos llegar a esas fases profundas?
Hay muchos factores que pueden facilitar o dificultar el acceso a estas fases. Algunos de estos factores son los ruidos, la luz, la temperatura de la persona con la que compartes la cama, el colchón sobre el que dormimos, los ronquidos… Los ronquidos son el ruido que producen algunas personas cuando duermen provocado por una respiración incorrecta.
Otra pregunta que me gustaría responder es: ¿Por qué dormimos de noche y no de día?
Bueno, pues en nuestro cerebro tenemos un reloj biológico. Un reloj que está programado para dormir de noche y estar despierto durante el día. Este reloj es diferente entre las especies, los ratones por ejemplo tienen el ciclo opuesto. Duermen de día y están despiertos por la noche.
Al parecer, las personas que trabajan por la noche tienen un sueño de peor calidad, ya que duermen en unas horas contrarias a su reloj biológico.
Además este reloj biológico puede estar programado de forma diferente. Dependiendo del tipo de reloj biológico tenemos a los diurnos y a los nocturnos.
Hay personas que empiezan a sentir el sueño a partir de las 10 de la noche y esa sensación acaba sobre las 6 o 7 de la mañana. Esa sensación de sueño está provocada por la fabricación de la hormona melatonina. Se empieza a fabricar cuando la luz solar empieza a desaparecer. Estas personas son los diurnos. Es decir su reloj está programado en un periodo entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana.
Hay otras, en las que esta fase está retrasada. Es decir, el sueño aparece alrededor de las 2 o 3 de la mañana y si pudieran, podrían dormir hasta la 1 de la tarde. Estos son los llamados nocturnos.
¿Vosotros sois diurnos o nocturnos? Yo soy definitivamente diurno. Por la mañana me como el mundo, no literalmente claro. Comerse el mundo es tener mucha energía sobre una actividad que estamos haciendo. Pues yo por la mañana me como el mundo pero por la noche mis niveles de energía están muchísimo más bajos. Pero esto no siempre ha sido así. Cuando era adolescente, entre los 14 y 18 años aproximadamente, era todo lo contrario, era nocturno. Y ahora entiendo el motivo. Varios estudios han demostrado que durante la adolescencia, el reloj biológico indica al adolescente que se duerma más tarde por la noche y que se despierte más tarde por la mañana. Este cambio se debe a un efecto hormonal. Ya sabemos que durante la adolescencia hay muchos cambios hormonales. Pues bien, el cerebro adolescente fabrica la hormona melatonina más tarde por la noche que los adultos y los niños, lo que hace que les resulte más complicado conseguir el sueño.
Según el doctor Estivill ser diurno o nocturno es una cuestión genética que no podemos cambiar. Lo único que podemos hacer es adaptar nuestro estilo de vida y mejorar nuestro ritual antes de dormir. Por ejemplo, tener cualquier fuente de luz dos horas antes de dormir no es aconsejable, ya que manda una señal incorrecta al cerebro. Recibir luz de forma directa le dice al cerebro que pare de fabricar melatonina, la hormona que provoca el sueño.
Hasta aquí el episodio de esta semana. Espero que haya sido útil y además hayáis podido aprender algo interesante sobre el sueño.
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¡Un abrazo grande y hasta la semana que viene!