La Cabecilla del Parador Episodio 19
Capítulo 27
Aguas Calientes/Puerto Silenciao/Muelle/6 de octubre, 1974/2:32 p.m. Dos y treinta y dos de la tarde.
Apenas Soyla salió del Lobby del hotel dobló en la esquina, cruzó la pista y se perdió entre la "muchedumbre" del mercado al frente del hotel. En la primera tienda de artesanía que vió, entró a la tienda y se compró un vestido típico de serrana de color rojo oscuro, una chompa de material de llama, una chalina, y unas zapatillas de ténis. Quería disfrazarse. Entró al armario, se quitó los zapatos de taco, y el vestido, y los dejó tirados en el armario. A los dos minutos, ya estaba cambiada. Por si acaso alguien la miraba, pidió la llave para el baño de mujeres, le pagó al dueño de la tienda los cincuenta céntimos para el papel higiénico, entró al pasillo donde se encontraba el baño, pero en vez de entrar al baño, dobló en el pasillo que iba a la derecha con puerta al callejón y salió corriendo hacia la avenida, El Prado. Estaba con suerte porque justo venía un combi al paradero (los combis son autobuses pequeños que pasan cada diez minutos en la avenida a distintos puntos de la ciudad) con el letrero que decía, "Puerto", subió y pagó las tres cañas. Ya a las 2:32 p.m. (dos y treinta y dos de la tarde) estaba en el muelle del Puerto Silenciao hablando con un pescador, con el capitán de una lancha con una pequeña cabina para dormir.
El Capitán Víctor Medrano:
No. Lo siento mucho, señorita. Esos días ya pasaron para mí. Yo ya no cruzo a nadie hasta el Perú. Ese paso ya se ha vuelto muy peligroso. El año pasado la guardacosta peruana me quitó la lancha y me costó ç50,000 cincuenta mil cañas para recuperarla. Recién hace dos meses que estoy ganando plata de nuevo. No puedo. Lo siento.
Soyla:
Mire, señor. Tengo ç30,000 treinta mil cañas aquí mismo y cuando llegamos al Puerto Callao, usted me acompañará al banco. Haré un arreglo con el banco para pagarle otras cuarenta mil cañas. Tengo la plata. Porfavor, amigo. Ayúdeme. Somos Chamas, hijos de los Sangama. Eso cuenta para algo, ¿no?
El Capitán:
Bueno. Para serle franco, señorita, yo nunca me he dejado llevar por cojudeces sentimentales. Pero usted me ha convencido con las ç70,000 (setenta mil) cañas. Ahora me imagino que en el caso de que nos pesquen los guardacostas, sus papeles están en orden, ¿sí?
Soyla:
Sí, señor. Tengo mi pasaporte al día, y también tengo visa actual permanente para los Estados Unidos.
El Capitán:
Perfecto. Súbase, señorita. Nos iremos ahora mismo.
(Faltando 12 (doce) minutos para las tres de la tarde, La "Patrona" (el nombre de la lancha del capitán Medrano) partió del puerto, Silenciao, rumbo a la costa peruana. Cuando la lancha ya estaba por salir de la bahía a alta mar Soyla sintió un gran alivio. Ya eran un poco más de la las cinco de la tarde y seguro ese Stanley Wilkinson y el inspector de La Valle estaban en plena búsqueda para "chaparla" y hacerla desaparecer. Eso de ir corriendo al Aeropuerto Internacional, San Felipe, no le hubiera ligado. La hubieran agarrado apenas bajaba del taxi. La única forma de salir del Parador con vida era llegar a la costa peruana evitando así los puestos de la aduana, e ir directamente al consulado americano en Lima y pedir asilo político. Con la G-4 y el apoyo de La P.A.H.O., no iba a tener ningún problema para hacer los arreglos necesarios para abordar un avión en el Aeropuerto Internacional, Jorge Chaves, en el puerto Callao, rumbo a los Estados Unidos.
Capítulo 28
Región de Periquitos/Ceja de Selva/Pueblo de Nuevo Toledo/Cafetal--Plantación de Café de la Familia Bermudez/26 de enero, 1981
Roberto Bermudez se encontraba en la sala viendo en la tele al nuevo presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan dando un discurso a la cámara de representantes en el Capitolio de Washington, D.C. Al patrón le interesaba bastante lo que el presidente tenía que decir porque el Parador estaba en plena guerra civil con los terrucos del Camino Encendido en control de una cuarta parte de toda la nación. La mitad de la sierra de la región de Apucucho ya estaba en manos del Camino Encendido. El Presidente Carter, a pesar de toda la retórica que había ofrecido sobre "la gran amistad entre los Estados Unidos y la República Democrática del Parador", las promesas de ayuda fincanciera y también militar por parte del presidente demócrata nunca llegaron a realizarse y los terrucos estaban ganando territorio y la estabilidad de los negocios corría peligro. Talvez con este nuevo presidente republicano cambiarían las cosas.
Irónicamente, la voz de la intérprete televisada por satélite desde los Estados Unidos a todos los canales principales del Parador era de Soyla Quirós, de la Organización de Los Estados Americanos.
Thomas Philip "Tip" O'Neill/Portavoz de la mayoría/La cámara de Representantes: Miembros del congreso. Tengo el gran privilegio y el honor más alto de presentarles a ustedes al Presidente de Los Estados Unidos.
(aplausos fuertes, especialmente por parte de los congresistas del partido republicano)
Presidente Reagan:
Muchas gracias.....(aplausos entusiásticos) ........Gracias......(un aplauso muy extendido).......
No puede haber duda alguna; la seguridad nacional de todas las Américas peligra en Centroamérica y partes de Sudamérica, en particular en nuestro país amigo, La República del Parador. Si nosotros no podemos defendernos allí, la seguridad de nuestra patria correrá peligro. Lo que pido es la aprobación inmediata del congreso para la renovación y reprogramación de los fondos para los programas claves en cuestión de seguridad y de caracter económico para que nuestros pueblos amigos de Centro y Sudamérica puedan resistir contra la agresión apoyada desde el extranjero............
San Lucas/Palacio del Presidente, Luís Alberto Ríos-Monte en reuníón con los cinco generales de la junta militar.