Lord Jim
Lord Jim.
Capítulo Uno
Medía una pulgada, quizá dos, por debajo de los seis pies, fuertemente constituido, él avanzada derecho a ti con una ligera inclinación de los hombros, la cabeza hacia delante, y una mirada fija desde abajo la cual te hacía pensar en el enviste de un toro. Su voz era profunda, sonora, y sus maneras mostraban una clase de obstinada confianza en si mismo, que no tenía nada de agresiva en si. Parecía una necesidad, aparentemente tato dirigida a si mismo como a cualquier otro. Impecablemente limpio, vestido de inmaculado blanco desde los zapatos a el sombrero, en los varios puertos de oriente donde trabajó como proveedor de buques fue muy popular.
(la traducción desde el inglés es mía)