Fácil, rápido y divertido | Podcast para estudiantes de español | Intermediate Spanish Podcast
Episodio 51: Fácil, rápido y divertido
Hola, ¿cómo estás? Te habla César, profe de español.
Recuerda que si quieres leer la transcripción de los episodios
solo tienes que ir al sitio web www.spanishlanguagecoach.com En
esa misma página puedes también conseguir “La guía del estudiante de español intermedio”,
un eBook con un montón técnicas y recursos que te ayudarán a continuar progresando con tu español.
Puedes encontrarme también en Instagram y YouTube con el mismo nombre: Spanish Language Coach.
Hoy vamos a volver al pasado. Lo que estoy a punto de contarte te va a ayudar a revisar todos los
tiempos verbales del pasado; indefinido, imperfecto, pluscuamperfecto… ya sabes.
Hace alrededor de 20 años, cuando yo tenía 12 o 13 años más o menos, tenía algo de sobrepeso. Antes
de esa edad siempre había sido un niño delgado. Pero como sabes, en esa edad de transición tu
cuerpo está cambiando. Algunos compañeros de clase de mi edad en ese momento eran delgados,
otros tenían cuerpos más atléticos. Yo no estaba ni delgado ni atlético, estaba gordito. No gordo,
gordito. Eso era lo que la gente me decía cuando me veía después de un tiempo, sorprendidos porque
César ya no era ese niño delgado. Ahora era un adolescente gordito. “Uy César, qué gordito estás,
qué gordito te has puesto”, me decían. Usar el sufijo -ito en español es una forma de convertir
un adjetivo tabú en un eufemismo. Llamar a alguien gordo es agresivo y desconsiderado
pero si le añades el sufijo -ito, lo suavizas y la persona entiende que no tienes la intención
de ofender. La verdad es que gordo o gordito, creo que es mejor no comentar o hacer apreciaciones del
cuerpo de otras personas, especialmente si esa persona no te ha preguntado. Esto lo digo
porque lo he vivido en carne propia, he tenido la experiencia. No me hacía ninguna gracia que
hablaran de si estaba gordito o delgadito. Cuando decimos que algo no nos hace gracia es que no nos
gusta, que nos disgusta de hecho. Esto es algo que creo que hacemos los españoles mucho. Hablamos de
la imagen de otras personas sin demasiado cuidado, sin demasiado tacto, y aunque en muchas ocasiones
no se hace con la intención de ofender, creo que deberíamos guardarnos estas opiniones
para nosotros mismos. Me incluyo yo mismo en esto. Hace años, cuando vivía en Barcelona,
mi novio y yo teníamos una relación a distancia. Él vivía en Alemania en ese momento y yo en
España. Nos veíamos cada 3 semanas más o menos. En una de las ocasiones hice un comentario sobre su
cuerpo. Le dije: “uy, ¿has engordado un poquito, no?”. Bueno, la verdad es que no le hizo gracia
mi pregunta y me explicó muy educadamente que a un británico no se le puede decir eso. Pero
es verdad, ¿no? Todos tenemos espejos en casa, no necesitamos que nadie nos hable de nuestro cuerpo.
En fin, volvamos 20 años atrás, cuando yo estaba gordito. No me sentía bien conmigo mismo,
en el mundo occidental vivimos en una cultura de culto, admiración a la imagen,
al cuerpo. Si ademas eres adolescente, todavía estás más preocupado por tu imagen y sobre todo
por cómo te ven los demás. Yo no quería estar gordito, no me acostumbraba a tener sobrepeso
puesto que siempre había sido delgado. Tampoco entendía porque mi cuerpo había cambiado.
Hacía deporte todas las semanas y comía muy saludablemente. De hecho, en mi casa siempre
se ha llevado una dieta mediterránea muy saludable. Bueno, tengo que confesar que al
salir del colegio a veces, o casi siempre iba al supermercado y compraba donuts o cualquier cosa
con azúcar y chocolate. El caso es que con esta edad, con 12 o 13 años fui víctima por
primera vez de la cultura de lo “fácil, rápido y divertido”, como el título de este episodio.
En la televisión anunciaban constantemente un aparato que tenías que ponerte en los abdominales,
una especie de parches que ponías sobre tu estómago y que estimulaban tu zona abdominal.
El resultado era eliminar la grasa, y lucir un abdomen increíble,
un six-pack definido o como decimos en español, una buena tableta de chocolate.
Este aparato milagroso costaba 9.999 pesetas, recuerdo perfectamente el precio. La peseta era
la moneda oficial en España antes de la entrada del euro en 2002. 9.999 pesetas equivalen a 60€
actuales, y si tenemos en cuenta la subida de precios, la inflación, serían unos 100€ actuales.
Estarás de acuerdo conmigo en que era mucho dinero para un chaval, un chico de 12 años.
Finalmente conseguí el dinero, conseguí ahorrar lo suficiente para comprarlo. Mi primer trabajo
fue como camarero cuando tenía 15 años así que no recuerdo exactamente cómo conseguí
ahorrar esta cantidad de dinero. Imagino que gracias a las estrenas de Navidad. Los
niños y adolescentes españoles recibimos las estrenas de nuestros familiares más cercanos,
las estrenas son dinero simplemente. He buscado la etimología porque tenía curiosidad sobre el
origen de la palabra. Viene del latín strena, que significaba buen augurio, predicción, pero que
sobre todo simboliza un regalo especial que los romanos se hacían para desear la mejor fortuna el
día 1 de enero, con el año recién “estrenado”. Estrenar algo es usar algo por primera vez.
Así que un día, con mis 9.999 pesetas ahorradas gracias a las estrenas de Navidad,
fui a la tienda y compré mi ansiado tesoro. Mi aparato que iba a conseguir quitarme el
sobrepeso de una forma fácil, rápida y divertida.
Esa era la forma de anunciar este producto en televisión. Era fácil, podías usarlo en casa,
no tenías que ir al gimnasio o al parque a jugar al fútbol. Era rápido,
te prometían una pérdida de varios centímetros después de solo dos semanas. Por supuesto,
también era divertido. Podías usarlo mientras veías una película o leías un libro.
No te sorprenderás si te digo que no funcionó. Comprar este aparato fue un
desperdicio total de dinero. Además no tenía nada de fácil, rápido y divertido.
Especialmente no era divertido, era bastante doloroso, me hacía daño, cuando lo usaba.
Creo que mi experiencia ilustra bien la cultura de lo rápido,
fácil y divertido en la que nos encontramos, la que vivimos en nuestra sociedad actual.
La verdad es que este ejemplo que he dado es un poco extremo,
puesto que el producto, el recurso que yo quería usar no daba ningún resultado.
En otras ocasiones los recursos son buenos, dan resultados positivos. Sin embargo,
la disponibilidad de los recursos, el hecho de que estén disponibles,
que los podamos usar, no nos garantizan los resultados.
Y mucho menos nos garantizan que el proceso sea fácil, rápido y divertido.
Pongamos un ejemplo completamente diferente. Imagina que alguien quiere enamorarse,
quiere estar en pareja. Hoy en día hay muchos más recursos para encontrar a una pareja que
antes. La tecnología nos ofrece recursos como la app para conocer gente Tinder.
El hecho de tener el recurso disponible, en este caso la app, no nos garantiza tener una relación
amorosa fácil, hacerlo rápidamente y de forma divertida. Tampoco estoy diciendo que el amor
tenga que ser algo horrible por lo que debamos hacer esfuerzos constantes. Lo que quiero decir
es que el amor o cualquier otro tipo de relación necesita constancia, cuidado y dedicación,
entre otras cosas. A veces es divertido y a veces no lo es y tu pareja y tu dormís en
camas diferentes porque os habéis enfadado. Hay periodos muy fáciles y periodos muy difíciles.
Lo mismo pasa con el aprendizaje de un idioma. ¿Sabes cuáles son los vídeos más vistos en
YouTube para aprender español? Te voy a leer los títulos de algunos de ellos: “Aprende español en
10 minutos, todo lo que necesitas”; “Las 50 palabras más comunes del español, con esto
tendrás el 50% del español conversacional”, y mi favorito, “Aprende español mientras duermes”.
Todos estos vídeos tienen millones de visitas. Cada día miles de personas
clican en ellos con la esperanza de aprender español fácilmente.
Eres estudiante de español de nivel intermedio y ya sabes que aprender un idioma de forma fácil,
rápida y divertida es casi una utopia, una situación ideal pero que no es del todo verdad.
Hay momentos en los que es divertido, cuando escuchas un pódcast como este por ejemplo,
es entretenido estar en contacto con la lengua de una forma relajada. Yo asocio estos momentos
de diversión o entretenimiento con el idioma a las actividades de aprendizaje pasivo; leer en
español, ver una serie en español, escuchar un pódcast. Al final con estos recursos estamos
entreteniéndonos y al mismo tiempo aprendiendo. Sin embargo, lo que de verdad va a ayudar a tu
español a progresar serán las actividades de aprendizaje activo como hablar y escribir en
español. Quizás escribir cartas formales en español no es lo más divertido del mundo,
pero será necesario si quieres aprender a escribir en español correctamente.
En mi opinión, creo que tenemos que darle más valor al proceso, da igual lo largo o
corto que sea, saborearlo, apreciarlo. Ser conscientes de que todo lo que vale la pena,
todo lo importante en la vida requiere un nivel de esfuerzo mínimo. A veces conseguimos el resultado
y a veces no, incluso si nos esforzamos. Me gusta cocinar y cuando vienen amigos a casa
paso muchas horas en la cocina para cocinar una cena bonita para ellos. A veces sale bien,
otras no tanto, pero siempre tengo la satisfacción del trabajo bien hecho.
Creo que la cultura de lo fácil, rápido y divertido es simplemente una estrategia de
marketing con la que somos persuadidos. Yo prefiero la cultura de lo desafiante,
de esas cosas que no son ni excesivamente fáciles ni difíciles, están en el punto
exacto para motivarnos. Prefiero la cultura de lo realista frente a lo rápido. Porque ni yo voy
a conseguir un sixpack en dos semanas ni tú vas a hablar español de nivel avanzado en 3 meses.
Como digo, no hay nada como la satisfacción del trabajo bien hecho,
y el trabajo bien hecho toma tiempo.
Hasta aquí el episodio de hoy. Gracias por escucharlo. Espero que te haya hecho pensar
un poquito y sobre todo, que te haya ayudado con el español y hayas aprendido algo nuevo.
Yo sigo con la grabación del curso “Español Ágil”. No te puedo dar una
fecha todavía porque no he empezado con la edición de los vídeos y no sé cuánto
tiempo voy a necesitar. Te prometo que la próxima semana te doy la fecha definitiva.
Si estás escuchando el pódcast desde iTunes, la plataforma de Apple, te pido
que por favor dejes un pequeño comentario para hacerlo llegar a más estudiantes.
Espero que pases un magnífico fin de semana.
¡Un abrazo grande! ¡Ciao, ciao!