¿Qué pasaría si se quemara la AMAZONIA? 🔥
Este episodio fue patrocinado por todos nuestros seguidores de Patreon.
¡Ah! La Tierra, nuestro hermoso planetita azul al que llamamos hogar, reúne todas las
características para mantener la vida y en perfecto equilibrio para que los seres humanos
podamos vivir en ella. Una pequeña modificación en los niveles de dióxido de carbono o temperatura
causarían un grave problema para la existencia humana. Y cada ecosistema del mundo aporta
algo a ese delicado equilibrio… por eso hoy nos preguntamos.
¿Qué pasaría si se quemara la Amazonia? El bosque tropical del Amazonas se formó
durante la época de Eoceno, cuando todo el planeta parecía una selva gigante. Actualmente
es el bosque tropical más grande del mundo. Se encuentra en nueve países, principalmente
Brasil y Perú. Es cierto que produce una gran cantidad de oxígeno, pero no, como se
dice, “el 20 por ciento” del que hay en la atmósfera: la mayor parte del oxígeno
se produce en el mar. Prácticamente todo se queda en la región, pero no por eso es
poco importante: es el lugar con mayor biodiversidad del mundo: de cada diez especies, una vive
en esta selva que sólo ocupa el uno por ciento de la superficie de la Tierra. Es como si
en un hotel con 100 cuartos, diez de ellos ocuparan una sola habitación. A nivel global
tiene un efecto en el clima, lluvia, intercambio de calor y el ciclo de carbono. El río Amazonas
descarga el 17% del agua mundial: la mitad del agua del océano Atlántico proviene de
ahí. Pero, ¿podríamos perder la selva? Lamentablemente...
sí. Hoy en día se ha deforestado alrededor del 20% de la selva para dar lugar a la ganadería,
cultivo de soya para alimentar al ganado y otras actividades económicas. Se calcula
que para el 2030 se habrá perdido un 27% de la selva. Este sería un proceso gradual,
pero imaginemos qué pasaría si perdiéramos todo el Amazonas de pronto.
Para empezar los países que forman parte del Amazonas se verían gravemente afectados,
ya que basan su economía en todos los servicios ambientales que les provee la selva, como
la producción de comida (nuez de Brasil), materias primas (caucho y madera), mitigación
de gases de efecto invernadero (por absorción de bióxido de carbono), regulación del clima
y lluvias. 31 millones de personas perderían su hogar. Además, entre insectos, plantas,
aves, mamíferos, peces, anfibios y reptiles desaparecerían más de dos millones y medio
de especies. Y al no haber árboles, el suelo se erosionaría y sería imposible cultivar
en él. Eso solo sería a nivel local; pero a nivel
global también nos veríamos en serios problemas… En la Amazonia se cultiva una cuarta parte
de las plantas que usamos para hacer medicinas, así que también nuestro acceso a las medicinas
a nivel mundial se vería afectado. La selva es una de las reservas más grandes
de carbono debido a la cantidad de árboles que hay. Si todos estos árboles se descompusieran
o quemaran al mismo tiempo se liberarían alrededor de 100 mil millones de toneladas
de dióxido de carbono a la atmósfera, eso es ¡3 veces lo que producimos en un año!
Esto provocaría un aumento acelerado en el calentamiento global y no solo eso, el CO2
también iría a parar a nuestros océanos haciéndolos más ácidos lo que a su vez
causaría la muerte de corales y microorganismos, afectando así la base de las cadenas alimenticias.
El Amazonas es un regulador del clima y lluvias a nivel mundial. La evapotranspiración, o
sea el vapor de agua producido por las plantas al hacer fotosíntesis, forma una banda de
aire húmedo en la el área llamada “zona de convergencia intertropical”, ahí se
da el intercambio de vientos entre los hemisferios produciendo tormentas y nubes ¡Es como un
río en el cielo! Si no se diera la evapotranspiración muchos lugares tendrían largos períodos
de sequía y climas calurosos, incluído el hemisferio Norte.
Aunque este escenario parece demasiado catastrófico, sí existe una gran preocupación de que la
selva Amazónica termine pareciéndose algo más a una sabana Africana y con esto un cambio
en el clima y precipitaciones en todo el mundo. Si esto llegara a ocurrir, no podríamos volver
a regenerar una selva como la conocemos hoy, debido a las condiciones climáticas actuales.
Si la Amazonia tan importante ¿por qué se quemó? Es cierto que, en cierta medida, los
incendios son necesarios para la regeneración, abundancia de especies y la germinación de
semillas, pero esto solo es verdad para los bosques que se encuentran en el hemisferio
Norte. En realidad, el Amazonas no suele tener incendios, con tanta humedad es difícil que
se pueda quemar algo de forma natural: los incendios suelen ser provocados como una práctica
agrícola, y normalmente eran controlados. Pero ya no es así: la tala de árboles hace
que aumente el calor y se pierda humedad y a su vez las sequías provocan la muerte de
los árboles y una alta tasa de flamabilidad. El Amazonas ha sufrido dos sequías severas
una en 2005 y la otra en 2010 causando fuegos incontrolables, frecuentes e intensos y muy
difíciles de predecir. Y esto no sólo en el Amazonas sino en todo el mundo. Los incendios
son una fuente importante de monóxido de carbono, un gas que, si bien no tiene influencia
directa en la temperatura global como el dióxido de carbono o el metano, sí afecta la habilidad
de la atmósfera para limpiarse a sí misma de otros gases contaminantes. Esos gases contaminantes,
junto con la luz solar provocan smog y una atmósfera baja en ozono.
Tristemente este problema se ha convertido en una lucha de poderes, en lugar de un cambio
en la política y la sociedad para buscar una solución. Parece que los dirigentes de
los países involucrados están más preocupados por explotar los recursos naturales que en
proteger nuestros bosques y el uso sostenible de los recursos que nos dan. Al final, lo
que ocurra del otro lado del mundo, como lo que ocurre a la vuelta de la esquina, sí
nos afecta, ya que todos los seres vivos compartimos una misma casa.
¡Curiosamente! Agradecemos a todos nuestros benefactores
de Patreon. Tu también puedes convertirte en uno y así proponer y votar por los temas
que más te interesen. Enviamos un saludo especial para: Alberto Campano, Diego y Ángel
Cortéz, Diego González, Daniel Guerrero, Francisco Tejeda, Heberto Taracena, Juan Carlos
Estrada, Leslie, Marco Ricardo Zunzunegui, Noemi Moreno, Paulo Reynaldo Calvo, Ricardo
Reyes, Roberto Brücher y Tania Moreno. ¡Muchas gracias!