06 / 20. HERMANO SOL
LAUDATO SI
El cuidado de la casa común
Alabado seas
Capítulo - 6. HERMANO SOL
FRANCISCO Paz con ustedes que me escuchan. Paz y bendiciones. Como saben, yo, Francisco de Asís, estoy conociendo algunos países de la parte del mundo por donde se acuesta el Sol. En todos ellos hay problemas graves y el Papa de Roma está hablando de ellos. Por eso, he venido a ver de cerca lo que pasa… aunque ahora mismo no sé ni dónde estoy. Lo que sí me he fijado es que en este lugar, cuando llega el mediodía, no hay sombras. Los rayos del Sol caen como cuchillos verticales.
SOL Francisco… ¡Francisco!
FRANCISCO A ti sí te reconozco la voz, hermano Sol. Para ti hice un cántico, el cántico de las criaturas, y al primero que nombré fue a ti, hermano Sol.
SOL Gracias, Francisco.
FRANCISCO Antes de agradecerme, dime dónde estoy. ¿Qué tierra es ésta?
SOL Se llama Ecuador, porque está en la mitad del mundo. Como si la Madre Tierra tuviera un cinturón. Ahí, en medio, es donde ahora te encuentras.
FRANCISCO En mi tiempo pensábamos que tú, hermano Sol, girabas en torno a la Madre Tierra. Que las estrellas y todo lo que brilla en el cielo era nuestro techo y todo daba vueltas en torno a nosotros. Nos creíamos el centro del universo.
SOL ¡Qué arrogancia y qué ignorancia! La Tierra es hija mía, Francisco. Es un planeta muy pequeño que gira en torno a mí. Igual que Venus, Mercurio… También tengo hijos grandes… Júpiter, Saturno con sus hermosos anillos…
FRANCISCO Entonces, tú, hermano Sol, ¿eres el centro del universo?
SOL Te equivocas, tienes mucho que aprender en esta visita a la Tierra. Aquí donde me ves, soy solo una estrella, amarilla y mediana. Como yo, y muchísimo más grandes que yo, son los millones de estrellas que pueblan el universo.
FRANCISCO ¡Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos!
SOL ¡Los cielos lo proclaman, sí, pero a tus hermanos humanos se les olvida con demasiada frecuencia!
FRANCISCO ¿Por qué te irritas, hermano Sol?
SOL ¡Porque no me aprovechan!... Las que sí lo hacen, las que sí descubrieron el secreto, ¿sabes quiénes fueron?
FRANCISCO Dímelo tú.
SOL Las plantas. Sí, y lo descubrieron hace miles de millones de años…
CIENTÍFICA Eran algas pequeñas, pequeñísimas, que flotaban en los mares, y que aprendieron a comer luz. Los rayos del Sol, al entrar en aquellas plantitas primitivas, quedaban atrapados por una sustancia verde llamada clorofila. Con ella las algas fabricaban su alimento. Todavía hoy viven gracias a ese genial invento de la Naturaleza. Desde las hierbas del campo hasta los empinados eucaliptos, todas las plantas comen luz. Y los animales comen plantas. Y así, todos los seres vivos que comparten la Tierra se alimentan de la energía del Sol.
FRANCISCO ¿Y esa maravilla la descubrieron las plantas?
SOL Sí. La verdad es que las plantas han sido más inteligentes que los seres humanos. Escucha, Francisco. Tus hermanos y tus hermanas necesitaban energía para vivir. ¿De dónde la sacaban? De los alimentos. Tenían frío, querían cocinar. ¿De dónde sacaban la energía? Quemaban madera. Después inventaron máquinas… Inventaron ferrocarriles… ¡Inventaron el automóvil!
PERIODISTA ¿Sabía usted que la industria automotriz coloca cada año en el mercado mundial 100 millones más de automóviles?
SOL Necesitaban mucha energía para mover todo lo que inventaban….
FRANCISCO ¿Y de dónde sacaban toda esa energía?
SOL Descubrieron que el carbón, cuando se quema, mueve motores. Lo mismo con el gas. Y, sobre todo, con el petróleo. ¡El petróleo mueve al mundo!
FRANCISCO Con ese petróleo tengo que hablar. Mi tocayo de Roma lo ha denunciado como el principal responsable del desastre.
SOL Y es cierto. Los países hacen guerras para robar petróleo. Invaden a otros países para apoderarse del petróleo. Viven angustiados por los precios del petróleo, si suben, si bajan. Y no entienden…
FRANCISCO ¿No entienden qué, hermano Sol?
SOL No entienden que el petróleo se está acabando. ¿No se acabaron los dinosaurios? Pues el petróleo también se va a acabar.
FRANCISCO Sí, todo tiene un principio y un fin. Pero… ¿qué tiene eso que ver con que las plantas coman luz?
SOL Lo que te dije, Francisco, que las plantas son más listas. Los seres humanos se están matando por el petróleo y yo estoy aquí y no cuentan conmigo. Yo tengo energía para mil planetas del tamaño de la Tierra y para encender todos los bombillos del mundo y mover todos los motores. Me sobra energía. Y energía limpia, la que no contamina. ¡Y no me aprovechan!
FRANCISCO Pero, entonces, hermano Sol, si tú eres la solución… ¿por qué los humanos no acuden a ti?
SOL Sí, ya están acudiendo… Ya se inventaron los paneles solares, que hacen lo mismo que las plantas, cambian mi luz en energía.
[...]
FRANCISCO ¡Alabado sea, mi Dios!... Entonces, me imagino que esos paneles estarán ya por todas partes…
SOL Bueno, por todas partes todavía no, porque el negocio del petróleo da mucho dinero. Y las empresas no quieren cambiar. Pero tendrán que hacerlo…
PERIODISTA Los paneles solares están bajando de precio rápidamente. Según recientes informes la energía solar podría garantizar electricidad a dos tercios de la población mundial en el año 2030.
FRANCISCO ¿Escuchaste, hermano Sol? Ten esperanza, las cosas pueden cambiar.
Dice el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si, Alabado Seas:
El aprovechamiento directo de la abundante energía solar requiere que se establezcan mecanismos y subsidios de modo que los países en desarrollo puedan acceder a transferencia de tecnologías, asistencia técnica y recursos financieros, pero siempre prestando atención a las condiciones concretas, ya que no siempre es adecuadamente evaluada la compatibilidad de los sistemas con el contexto para el cual fueron diseñados. Los costos serían bajos si se los compara con los riesgos del cambio climático. De todos modos, es ante todo una decisión ética, fundada en la solidaridad de todos los pueblos. (Laudato Si 172)
Y dijo el Papa Francisco en el Encuentro con los Movimientos Populares en Bolivia:
Cuando el capital se convierte en ídolo y dirige las opciones de los seres humanos, cuando la avidez por el dinero tutela todo el sistema socioeconómico, arruina la sociedad, condena al hombre, lo convierte en esclavo, destruye la fraternidad interhumana, enfrenta pueblo contra pueblo y, como vemos, incluso pone en riesgo esta nuestra casa común.