11 / 20. HERMANA SOJA
LAUDATO SI
El cuidado de la casa común
Alabado seas¶
Capítulo 11. HERMANA SOJA
FRANCISCO ¡Paz con ustedes, paz y bendiciones y buenas energías! Soy Francisco de Asís, un apasionado por la vida, por todas las criaturas de Dios. Hoy estoy en Argentina, donde nació el Papa Francisco. Él nos ha enseñado que toda la Tierra es nuestra patria, que la Humanidad es una sola familia que habita una casa común… La vista se me pierde contemplando estas pampas. Todo verde, todo bien sembrado… ¡magnífico!
SOJA No tan magnífico, Francisco. No te hagas ilusiones. Baja, baja la vista que te hablo yo.
FRANCISCO ¿Y quién eres tú? A ti no te conozco, en mi país no existías.
SOJA Soy una planta de soja. O de soya, como me llaman algunos. Yo vivía tranquila en China, en Japón… pero me trajeron aquí. Me han sembrado aquí.
FRANCISCO Pues bienvenida, hermana Soja. Pero ¿por qué decías que estos sembrados no son tan magníficos?
SOJA Porque me aburro, Francisco. Hace unos años yo crecía en la finca de don Felipe, un campesino que ya se tuvo que ir de aquí. Él sembraba cebada, zanahorias… Había hierba mate para alegrar el corazón, comida abundante. Pastaban las vacas. Venían las familias y preparaban un asado. Era muy entretenido.
FRANCISCO ¿Y ahora?
SOJA Mira a tu alrededor y juzga por ti mismo. Estamos solitas y cansadas. Miles, millones de plantas de soja. Todas iguales, todas repetidas… ¡Un fastidio!. ¡Un problema!
FRANCISCO ¿Por qué ha pasado esto, hermana Soja?
SOJA Por el afán de tener más y más dinero. Ponen el dinero por encima de la gente. Y ponen el dinero por encima de la Naturaleza.
FRANCISCO ¡Siempre el dios dinero!
SOJA Escucha a mi patrón…
FELIPE Llegó esa gente, los de la empresa. Dijeron que si quería ganar buena guita que sembrara soja. Que ellos me compraban la cosecha. ¿Qué querés que te diga? Me convencieron. Me hicieron un préstamo para la soja. Con intereses, ¿viste? Pero después, todo mal. Había que comprarles los fertilizantes, los insecticidas… No les podía pagar. Quedé más ahorcado que judas. Al final, les tuve que vender la tierra.
SOJA Eso hacen, Francisco. Para ganar más y más, siembran una sola cosa. Monocultivos les llaman. Un campo inmenso con soja, solo soja, solo soja.
FRANCISCO La creación de Dios no trabaja así. Sabe Dios de sobra que en la variedad está el gusto. Me acuerdo en mi pueblito de Asís. Los campesinos sembraban lentejas, garbanzos… Criaban ovejas y gallinas y con los excrementos abonaban el suelo.
SOJA Con los monocultivos no es así. Las plantas nos enfermamos porque no hay otros cultivos que alejen las plagas. Necesitamos abonos químicos porque no hay vacas. Y plaguicidas porque no hay insectos. Y nos echan más y más venenos. La tierra se cansa, se seca, y nosotras también. Nos aburrimos.
FRANCISCO ¿Y ese ruido?
SOJA Tápate la nariz, Francisco… Es un avión que está fumigándonos con glifosato…
FRANCISCO ¿Con qué...?
SOJA Es un veneno… Un veneno terrible… ¡Huye!
FRANCISCO Ya se fue ese aparato… Uff… Bueno, hermana Soja, al menos te queda el consuelo de que estás alimentando a muchos hijos e hijas de Dios.
SOJA No, Francisco, yo no doy de comer a los humanos, sino a los autos.
FRANCISCO ¿Cómo que a los autos?
SOJA A los autos. A camiones, carros, camionetas… Sacan mis semillas, las muelen… y con mis aceites fabrican agrocombustibles: biodiesel, etanol…
FRANCISCO No entiendo. Me habían dicho que los motores comían petróleo…
SOJA Pero como el petróleo está caro, decidieron cambiarle la dieta a los carros y ahora me comen a mí. Lo mismo hacen con mi hermana la palma africana. Y con mi hermano el maíz. Y con la dulce caña de azúcar.
FRANCISCO Pero si los motores comienzan a comer soja y maíz y caña… ¿qué comerá la gente? ¿Petróleo?
SOJA Eso no le interesa a las empresas. Y el problema, Francisco, es que hay tantos autos en el mundo que para alimentarlos necesitan tierras y tierras y más tierras…
FRANCISCO ¿Tal vez por eso tu patrón don Felipe se fue de aquí?
SOJA Sí, le forzaron a vender su parcela.
FRANCISCO Pero si yo entiendo bien, hermana Soja, más tierras para alimentar motores significa menos tierras para alimentar gente.
SOJA ¡Diste en el clavo! Y eso hace más caros los alimentos.
FRANCISCO Y si suben los alimentos, habrá hambre y protestas por el hambre.
SOJA ¡Diste en el otro clavo, Francisco!
FRANCISCO Dar de comer a los motores mientras tantos seres humanos pasan hambre es un crimen. Un pecado grave.
PERIODISTA En Argentina 20 millones… En Brasil son ya 25 millones de hectáreas sembradas de soja transgénica. En tan sólo 10 años, casi toda la pampa argentina y enormes extensiones de bosques y tierras agrícolas en Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia han sido convertidas en desiertos verdes, en monocultivos de soja.
SOJA Y a don Felipe, el que fue el dueño de estas tierras, lo han convertido en un migrante. Ahí está, en Buenos Aires…
FELIPE Yo quisiera volver a mis pagos… Extraño mi tierra… Hasta me sueño sembrando los granos, cosechando… Acá en esta ciudad tan grande, en este cambalache, ¿quién soy yo? Soy nadie. Estoy revolcao, bien dijo el tango, el mundo es una porquería…
Dice el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si, Alabado Seas:
La contaminación que afecta a todos, debida al transporte, al humo de la industria, a los depósitos de sustancias que contribuyen a la acidificación del suelo y del agua, a los fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de malezas y agrotóxicos en general… Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todos estos son pecados. Porque un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios. (Laudato Si 21, 8)
Y dijo el Papa Francisco en el Encuentro con los Movimientos Populares en Bolivia:
Existe un sistema que, además de acelerar irresponsablemente los ritmos de la producción, además de implementar métodos en la industria y la agricultura que dañan la Madre Tierra en aras de la “productividad”, sigue negándoles a miles de millones de hermanos los más elementales derechos económicos, sociales y culturales. Ese sistema atenta contra el proyecto de Jesús. Contra la buena noticia que trajo Jesús.