¿Por qué los SAUDÍES financian mezquitas en CHECHENIA? - VisualPolitik
Y si te dijera que el nuevo enemigo de los Talibanes dentro de Afganistán son los salafistas?
¡Habéis oído bien! Hablamos de un enfrentamiento religioso en toda regla. Y ya sé lo que estaréis
pensando en este momento ¿Pero qué clase de lucha religiosa pueden tener si... profesan la misma
fe? Tanto los talibanes como los salafistas creen en el Islam Sunnita y ambos son extremistas ¿Qué
diferencias pueden tener? ¡Pues muchas!
Veréis, dentro del Islam hay 4 escuelas jurídicas distintas. Los talibanes siguen la escuela hanafi,
que no tiene nada que ver con la salafista. Y diréis ¿En qué se diferencian? Pues los
talibanes permiten interpretar los textos sagrados usando la razón y la opinión. Sí,
ya sé que razón y talibanes parece una contradicción. Pero es que los salafistas
son aún más radicales, porque dicen que los textos sagrados no se pueden tocar ni en la última coma.
Por supuesto, durante la guerra de Afganistán, los talibanes y los salafistas tuvieron ciertas
alianzas. Sobre todo con ese grupo terrorista de confesión salafista que todos conocemos:
Al Qaeda. Sin embargo, con Estados Unidos fuera, han vuelto a los enfrentamientos.
No obstante, no creáis que hablamos de una guerra abierta. La realidad es que
los salafistas son una minoría en Afganistán. En parte, gracias a la opresión taliban. Esto
no significa que Afganistán sea ningún paraíso de tolerancia. Todo lo contrario.
Como vamos a ver en este vídeo, hay muchas formas de radicalismo islámico. Y todas ellas
pueden ser violentas y peligrosas. Pero hoy vamos a centrarnos en los SALAFISTAS.
Y diréis ¿Por qué nos interesan tanto los salafistas? Pues porque es una de las ramas
del Islam de más rápido crecimiento. Los salafistas han ido expandiéndose por el
mundo desde hace décadas ¿Por qué? Pues porque cuentan con el músculo financiero
para hacerlo ¿De quién hablamos? Pues nada más y nada menos que de un viejo
conocido aquí en VisualPolitik: Arabia Saudita. ¡Pero no creáis que hablamos sólo de mezquitas
radicales en Occidente! El salafismo se está expandiendo también por todo el mundo musulmán.
Muchos países musulmanes moderados están sucumbiendo a los encantos del radicalismo
salafista. Así que las preguntas que hoy nos hacemos son: ¿Por qué debemos preocuparnos
por el salafismo? ¿Qué impacto puede tener en nuestras vidas? ¿Por qué el salafismo es
tan atractivo en países musulmanes? Hoy vamos a responder a estas preguntas pero antes...
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de vídeo. Además, a partir del nivel 3, recibiréis nuestro merchandising exclusivo. Merchandising
que nunca estará a la venta. Tenéis todos los enlaces en la descripción. Y ahora sí,
vamos a ver un poco de historia.] (DR. SALAF AND MR. YIHAD)
Todos asociamos Salafismo con Arabia Saudita. Sin embargo, el salafismo nace en la actual
Iraq en el siglo IX. La palabra “Salafismo” viene de “Salaf” que es como se llamaba a
los estudiosos del Islam tras la muerte de Mahoma. Y los salafistas eran estudiosos
que defendían que los textos sagrados no se pueden interpretar. Se tienen que aplicar “a raja tabla”.
Y os preguntaréis ¿Qué tiene que ver el Salafismo con Arabia Saudita? Pues todo viene del siglo
XVIII cuando un clérigo que se llamaba AL-WAHHAB convirtió al jefe tribal más importante de la
zona - Lo único que en vez de llamarlo salafismo, en un acto de humildad lo llamó wahabismo, porque
claramente lo último que quería era ser famoso. El resto es historia: en los años 30 del siglo XX,
Arabia Saudita descubre que tienen zumo de dinosaurio para dar y vender. De repente, un
montón de inmigrantes de otros países musulmanes emigran para trabajar en los campos de petróleo
saudíes. Y entre barril de petróleo y oraciones diarias... se terminan convirtiendo al salafismo.
¡Pero no sólo eso! ¿Qué hacen todos los saudíes con todo ese dinero que ganan con el petróleo?
Pues aquí es donde llega la gran brecha saudí de la que ya os hemos hablado varias veces en
VisualPolitik. La Casa Real Saudí usa el dinero para vivir a todo tren, comprarse mansiones y
coches de lujo. Sí, vale, mantienen ciertas convenciones religiosas... pero se olvidan de
toda la parte del salafismo que dice que hay que ser “austero” y “modesto”. Pero luego tenemos a
los Salafistas “true”. Los auténticos. Esos que, por muy ricos que sean, nunca se pondrán un traje
de Armani porque... va contra los textos sagrados. Estos salafistas usan su dinero
para expandir su palabra por todo el mundo. Y, claro, alguno se preguntará, ¿qué hay de
malo en que se expanda una religión, si todas lo hacen? Pues sí, tenéis razón.
El problema es que dentro del salafismo hay corrientes que predican la violencia. Sí,
amigos de VisualPolitik, hablamos del Yihadismo. Sin embargo, esperad un momento porque la Yihad es
un término bastante desconocido en Occidente. En realidad hay dos niveles de Yihad. La YIHAD menor
consiste en la lucha contra el infiel. En este caso, cualquiera que no practique el salafismo.
Y en la mayor parte de los casos, por “lucha” entendemos... lucha violente. Pero luego existe la
YIHAD MAYOR. La Yihad Mayor consiste en la lucha interna contra el mayor infiel que puede haber,
que es uno mismo. La lucha interna por controlar nuestros propios deseos y ser fieles al Corán.
Dicho de otra forma: muchas veces podemos escuchar a un clérigo musulman hablar de
Yihad y eso no significa necesariamente que esté hablando de matar infieles.
Echa esta aclaración, hay algo que muchos os estaréis preguntando ahora ¿Cómo es posible
que una religión tan radical se expanda tan rápidamente? Pues ahora mismo lo vamos a ver.
(LA EXPANSIÓN DEL SALAFISMO… VERSIÓN MAL) No es ninguna sorpresa que la religión
se utilice como un arma política, se lleva haciendo durante toda la historia. Así que,
cuando toda África del Norte se independizó de sus colonizadores Europeos, los salafistas
pensaron que tenían una oportunidad de crecimiento. Y diréis ¿Les salió bien?
Pues... la respuesta es NO. Mal. Salió fatal. Cuando Argelia estaba en guerra con Francia,
los salafistas tuvieron cierto momento de gloria. Pero, tan pronto como Argelia se independizó,
los partidos salafistas quedaron marginados. Durante la guerra entre India y Pakistán,
tanto Arabia Saudita como Qatar financiaron a grupos terroristas salafistas. Pero a
duras penas lograron poder político real. Y en Afganistán fue un auténtico fracaso. Primero,
los comunistas frenaron cualquier movimiento religioso. Después, los talibanes frenaron a
los salafistas. Durante la última guerra de Afganistán, los salafistas habían logrado
cierta presencia. En este caso, su principal valedor era el Estado Islámico en la provincia
de Khorasan. Pero en cuanto los talibanes se han hecho con todo el poder, los salafistas
han sido las primeras víctimas. Atentos. (“Los Talibán se enfrentan al ISKP, su rival
más serio en Afganistán” Aljazeera, 27/9/2021. ) Y la misma historia tenemos con las Primaveras
Árabes. Ni en Túnez ni en Egipto han logrado expandirse. Sí, por supuesto,
en todos estos países hay algún partido político salafista pero: en Tunez no ganan
las elecciones y en Egipto no hay elecciones que ganar. Sin embargo, hay una zona donde
el salafismo sí está ganando terreno ¿De qué países hablamos? Ahora mismo lo vamos a ver.
CÓMO EXTENDER UNA RELIGIÓN Vale: nos ha quedado claro que el
régimen saudita quiere expandir el salafismo. La pregunta es ¿Por qué no se frena a la Casa
Real Saudí? A fin de cuentas, Estados Unidos tiene herramientas más que suficientes para
presionarles. Pero aquí viene el gran plot twist de esta historia ¿De verdad es el régimen saudí
quien financia las mezquitas salafistas? Pues... sí y a la vez no. Arabia Saudí dona
dinero a ONGs islámicas como, por ejemplo, la Liga del Mundo Islámico. Sobre el papel, esto es ayuda
humanitaria sin más. Pero muchos de los encargados de estas ONGs desvían dinero a la causa yihadista.
Sin embargo, buena parte de la financiación del salafismo
internacional viene... ¡De la sociedad civil! ¡Habéis oído bien! Buena parte de la financiación
de las mezquitas salafistas fuera de Arabia Saudita viene del sector privado. Es decir:
de esos salafistas “true” que no tienen nada que ver con la Casa Real Saudí.
Hablamos de banqueros, empresarios inmobiliarios y funcionarios con sueldos altísimos.
En lugar de usar su dinero para comprarse mansiones en Marbella, lo usan para construir
mezquitas en Chechenia. Y diréis ¡Seguro que están compinchados con el régimen saudí! Pues
lo cierto es que no. Como decíamos al principio, los salafistas “true” odian a la Casa Real Saudí.
Consideran que se han vendido a las comodidades de los infieles. Y os voy a dar una muestra de ello:
a nivel político, Arabia Saudita y Qatar se llevan a matar. Esto es de primero de VisualPolitik. Sin
embargo, los salafistas “true” no entienden de fronteras. Tanto qataríes como saudíes van
de la mano en lo que a construir mezquitas se refiere. La religión está muy por encima de los
intereses de las distintas casas reales. Ahora, eso sí, la Casa Real Saudí no ha
hecho prácticamente nada por evitar estos movimientos. Pero eso es otra historia.
A estas alturas ya estaréis ansiosos de saber dónde ha conseguido triunfar el
Salafismo. Pues preparad las maletas porque nos vamos a... CHECHENIA.
CHECHENIA es una región de Rusia famosa por sus campos de concentración de homosexuales.
Durante siglos, los chechenos profesaban el Islam Sufí. Y diréis ¿Cómo ha podido entrar
el salafismo por estas zonas? Tres simples razones: guerra, pobreza y exclusión social.
Y os estaréis preguntando, ¿qué guerra ha tenido Chechenia? Pues una contra la
propia madre Rusia. Chechenia declaró unilateralmente la independencia. Y en
Moscú les mandaron el ejército. Esta fue la primera guerra ruso-chechena,
que acabó con más de 40.000 vidas en un territorio de un millón de habitantes.
Fue un duro golpe, y después de la represión, Rusia estableció aisló económicamente a
Chechenia ¡Craso error! Sin dinero de Rusia, a Chechenia no les quedó más remedio que aceptar
dinero de Arabia Saudita, Qatar y Kuwait. Así llegaron las primeras mezquitas salafistas.
Pensadlo bien: no sólo hablamos de una mezquita donde vas a rezar sin más. Hablamos de escuelas
donde educan a los niños gratis o por precios irrisorios. Entre lección de
matemáticas y lección de geografía, te meten un poco de salafismo. Es decir,
el salafismo es más que una religión: también ofrece cierta cobertura social.
Esto es especialmente atractivo en lugares devastados por la guerra.
Y todo esto explica que, años más tarde, cuando estalló la Segunda guerra Ruso-Chechena,
los salafistas terminaron por establecer el Emirato del Cáucaso. Este Emirato acabó
por disolverse después de que el dinero del yihadismo internacional fuera todo
para el Estado Islámico. Incluso muchos Chechenos terminaron marchándose a Siria.
Sin embargo, ahora el salafismo está en horas bajas ¿Por qué? Pues gracias a nuestro buen amigo
Putin y su aún mejor amigo RAMZAN KADYROV del que hemos hablado alguna vez en VisualPolitik.
Kadyrov es el señor de la guerra que gobierna en Chechenia con el apoyo de Putin. Básicamente,
Putin le dijo en su día a Kadyrov: “tu haz las barrabasadas que quieras dentro
de tu territorio... pero no quiero ver ni un sólo terrorista por el resto de Rusia”.
Y Kadyrov se lo ha tomado en serio. De hecho, tiene un mensaje para todos los
Chechenos que se han ido al Estado Islámico. “Si estos demonios aparecen por Rusia,
me encargaré personalmente de liderar la operación para aniquilarlos”
Os voy a dar un consejo: si Kadyrov dice que se encargará personalmente de aniquilarte,
hazle caso. La historia de este hombre es para echarse a temblar. Por supuesto
que Chechenia sigue siendo un lugar extremadamente pobre y
algunas zonas mantienen sus mezquitas. Pero no está claro por cuánto tiempo.
Sin embargo, Chechenia no es el único territorio donde el salafismo se ha expandido. ¿Dónde
más diríais que ha tenido éxito? Como muchos habréis adivinado, en Asia Central: es decir,
en los ISTANES. Más concretamente, TAYIKISTÁN y KIRGUISTÁN. En estos dos países, casi el 30%
de la población es partidaria del salafismo: esto es más de 4 millones y medio de personas.
Y diréis ¿Son todos violentos? Pues no. El Movimiento Islámico de Uzbekistán si
practica la Yihad Menor. Pero principalmente, el salafismo en esta zona tiene un nombre. Un nombre,
por cierto, impr onunciable: HIZB UT-TAHRIR. Hablamos de un partido político que nació
en los años 90 ¿Y por qué tienen tantos partidarios? Principalmente por una razón:
su discurso contra la corrupción. Tal cual como lo oís. Los salafistas parecen ser lo suficientemente
outsiders como para tomarse en serio su retórica anti corrupción. A partir de eso,
el resto del discurso religioso entra mucho mejor. Pero ahora la pregunta que todos os estaréis
haciendo (a no ser que seas el propio Raznam Kadyrov) es... ¿Es necesario
combatir la expansión del salafismo? ¿Hasta qué punto es un problema real?
¿COMBATIR TERROR O COMBATIR CREENCIAS?
En efecto, queridos amigos, el mundo se ha unido para luchar contra el salafismo yihadista. Es
decir: contra los terroristas. Para que os hagáis una idea de la magnitud del problema solo hay que
ver los datos: entre 2002 y 2014, los principales grupos salafistas yihadistas, es decir, el Estado
Islámico, su filial en Nigeria, Boko Haram, y , de Al-Qaeda, acabaron con algo más de 54.000 vidas.
Casi todas estas víctimas no son de países occidentales sino del propio mundo musulmán.
Y diréis ¿Cómo es esto posible? Pues porque, como ya hemos dicho antes, para un salafista yihadista,
un infiel es todo el que no sea salafista. Eso incluye a todos los demás musulmanes.
Y lo mismo ocurre en Occidente. No hace falta que recuerde la larga lista de atentados que
hemos sufrido en toda Europa. Y es que sí, en toda Europa contamos con
un montón de mezquitas radicales. Atentos. (“La gran mezquita de Bruselas y su vínculo
con el salafismo- La mezquita más grande de Bruselas está financiada por Arabia Saudí,
un régimen salafista. Los líderes se han disociado del terrorismo – pero no están contando todo.”)
Y esto es lo que ocurre en Bélgica ¿Sabéis lo que han hecho los franceses? Sus fuerzas
de seguridad se han infiltrado en los oficios de las mezquitas y han descubierto cuantos clérigos
emplean discursos radicales. De hecho, entre 2012 y 2015 expulsaron a 52 clérigos del país por esto.
Vale, el terrorismo yihadista se combate, y la radicalización también. Pero ¿Y qué pasa
con el salafismo como doctrina religiosa? Pues en estos momentos podemos decir que el
mundo musulmán vive su propia batalla cultural. ¡Habéis oído bien! El salafismo no es la única
doctrina islámica que se intenta expandir. Hay muchos grupos en todo el mundo que se dedican
a luchar contra el salafismo desmintiendo su discurso y sus acciones. Uno de ellos esta en
Indonesia y se llaman NAHDATUL ULAMA. Se calcula que tienen entre 40 y 90 millones de adeptos sólo
en Indonesia. Y ¡Ojo! Porque Indonesia es el país con mayor población musulmana en todo el
mundo. Ahora bien, eso no significa que todas estas organizaciones no sean radicales. Algunos
de ellos incluso plantean problemas para los gobiernos de los países donde actúan.
Mientras, lo única opción que parece viable a día de hoy es combatir el terrorismo. Es decir,
dejar la religión a un lado y centrarse en las células terroristas. Y, por el momento,
la acción coordinada entre países están funcionando relativamente bien. Desde el
año 2014, los atentados terroristas se han reducido en un 60% en todo el
mundo. Y esto son buenas noticias para todos. Pero ahora turno para vosotros ¿Creéis que esto
es suficiente? ¿Deberíamos presionar más a Arabia Saudita para que evite
la financiación de grupos yihadistas? Podéis dejarme vuestra respuesta en los comentarios.
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