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CuriosaMente - Videos Interessantes, ¿Por qué envejecemos?

¿Por qué envejecemos?

¡Todos los seres vivos envejecemos!

Bueno, no, no todos. La rata topo desnuda no envejece:

¡Ahh, doblemente descarada!

Vive unos 30 años, que es mucho para un roedor, y cuando muere es por causas externas (lo arrugado lo

traen desde chiquitas). Y algunas medusas, cuando su vida adulta se pone muy estresante, simplemente

se hacen bolita y vuelven a su infancia de pólipo ¡ah, quién pudiera ser medusa! Pero los humanos,

como casi todos los vertebrados, pasamos por este proceso de cambio que conlleva, entre otras cosas,

disminución de ciertas capacidades, desgaste y nos acerca (¡gulp!) a la muerte. Pero…

¿Por qué envejecemos?

Este video es presentado por Platzi: la plataforma de educación online que te

enseña todas las habilidades para triunfar en la nueva economía digital. ¡Nunca pares de aprender!

La persona que más tiempo ha vivido (hasta donde se sabe) fue la francesa Jeanne Calment.

Llegó a la venerable edad de 122 años ¡y medio! Evidentemente era una persona con mejor salud

que la mayoría pero, como sería de esperarse, ya mostraba desgaste: su vista estaba deteriorada,

su corazón un poco débil, tenía osteoporosis moderada y le molestaba la artritis. Su mente,

por otro lado, seguía siendo bastante lúcida, a pesar de que tenía dificultades

para recordar sucesos recientes y con las matemáticas. ¿Qué provoca todos esos cambios?

La gente de ciencia ha encontrado varios factores que son causa del envejecimiento en los seres

humanos. Y todos tienen que ver con cambios en la vida de las células. Las células son las partes

básicas con las que está construido tu cuerpo, o sea, cada uno de tus órganos, como tu hígado,

tu cerebro, tus ojos y tu piel. Y cuando fallan bastantes células, el órgano completo

no funciona tan bien como antes y se altera tu salud. ¿Por qué se descomponen las células?

Bueno, para estar renovándose continuamente, las células deben reproducirse. Cada reproducción

tiene el riesgo de provocar errores en la copia del ADN y mientras más pasa el tiempo,

mayores probabilidades hay de que ocurran errores. Los cambios nocivos en el ADN son

mucho más frecuentes cuando las células se exponen a factores como radiación,

sustancias que respiramos (como el humo del tabaco o la contaminación) o lo que ingerimos, como el

alcohol o la falta de nutrientes. Los cambios genéticos conllevan una pérdida de la capacidad

de distinguir proteínas benéficas de las dañinas y también generan la incapacidad de eliminar las

proteínas defectuosas que se acumulan y pueden causar enfermedades asociadas con la edad. Por

ejemplo: en la enfermedad de Alzheimer las neuronas mueren porque se forma una placa a partir

de una proteína que debería haberse eliminado (por cierto: esta condicion empeora si duermes poco)..

Otro factor es que las mitocondrias, que son las partes de las células que producen energía

a través del ATP, también pueden ver alterado su ADN y empezar a fallar: las células se quedan sin

baterías y se cansan. El envejecimiento también puede venir de fuera de las células. Ellas se

comunican entre sí intercambiando sustancias, así que los cambios en el ambiente en el que viven

las células afectan la manera en la que se pasan mensajes, como si quisieran platicar en un cuarto

donde hay mucho ruido, lo que puede hacer que se comporten diferente, fallen o incluso mueran.

Por otro lado, la mayor parte de las células de nuestro cuerpo son especializadas: células de ojo,

de músculo, de la sangre o de los huesos. Pero también conservamos cierta cantidad de células

madre, no especializadas, que pueden tener como hijitas a células especializadas. Mientras

más avanzamos en edad, menos células madre quedan en nuestros tejidos y, por lo tanto,

menos capacidad de renovación tenemos. Pero, aunque ninguna de estas fallas ocurriera,

todavía pasaría algo más: las células tienen integrado el mecanismo de hacerse ancianitas y

morirse. La principal causa de este envejecimiento celular es esta: seguramente sabes que el adn está

empaquetado en forma de cromosomas. Las puntas de los cromosomas tienen estas “tapas” de ADN

no codificante llamadas telómeros, que protegen al ADN valioso. Pues sucede que,

cada que se reproduce una célula y se copia el ADN, los telómeros se desgastan y se hacen más

cortitos, hasta que se empieza a desgastar el resto del ADN y las células ya no quieren

reproducirse y se mueren. Esto es bueno, porque ese mismo mecanismo previene el cáncer:

si las células no murieran podrían formar tumores. El truco de la rata topo es ese:

sus células no envejecen. Cada vez que su ADN se copia, ¡se regeneran los telómeros!

Pero entonces ¿le da cáncer? Pues no: la rata topo es inmune al cáncer y ese es un secreto

que la gente de ciencia sigue investigando. ¿Y cuál es el secreto de Jeanne Calment? Bueno,

ella tenía hábitos muy ordenados que incluían levantarse temprano, rezar,

andar en bicicleta, platicar con sus amigas, usar aceite de oliva, beber una copa de vino

de oporto diaria y consumir una buena cantidad de chocolate. No se sabe qué tanto peso tuvieron

estos factores en su longevidad, pero cuando analizaron su ADN encontraron que ella tenía,

en el complejo de genes HLA, el alelo DR1, como muchas personas centenarias.

Otra característica de muchos centenarios es que muestran mayor actividad de una proteína

llamada PARP, encargada de la reparación del ADN. Estos mecanismos no los podemos

controlar voluntariamente, pero entre los factores que sí podemos controlar,

sabemos que los que aceleran el envejecimiento son la contaminación ambiental, el humo del cigarro,

el consumo de alcohol, la radiación ultravioleta y la mala nutrición. Y, en el sentido contrario,

se ha encontrado que una dieta baja en calorías desacelera el envejecimiento

celular y alarga la esperanza de vida. Bueno pero ¿sirve de algo envejecer?

Evolutivamente cabría esperar que sólo viviéramos lo suficiente para pasar nuestros genes a la

próxima generación ¿no? De hecho así pasa con muchos animales, como los zánganos de las abejas,

los salmones del pacífico, algunas especies de araña, la mantis religiosa y hasta un marsupial

llamado Antequino estira la pata después de una sesión amorosa de 14 horas ¡hmm! Pero

la mayor parte de los mamíferos vivimos más allá de la edad reproductiva ¿por qué? Pues,

evolutivamente, resulta beneficioso para nuestra familia que sigamos estando ahí para cuidar a los

hijos y a los nietos. Los estudios muestran que, mientras menos hijos tiene una especie,

es más probable que las adultas sobrevivan por una larga temporada después de su edad reproductiva.

En los seres humanos en específico, las personas mayores, aunque les duelan las

rodillas y ya no oigan tan claramente, han acumulado conocimiento y sabiduría que son

benéficos para las nuevas generaciones. Han vivido eventos históricos y procesos

de vida que no les han tocado a las personas más jóvenes y la comunicación de ese saber es esencial

para el desarrollo de la cultura. En su ens ayo “la anciana espacial”, la escritora de

ciencia ficción Ursula K. Le Guin imagina que una nave extraterrestre viene y su capitán nos dice:

“Tenemos espacio para un pasajero; ¿nos prestarían un solo ser humano para que

podamos conversar a gusto durante el largo viaje de regreso a Altair y aprendamos de una persona

ejemplar la naturaleza de su especie?” ¿A quién mandaríamos? La autora decide que,

en vez de enviar a un joven científico, lo mejor sería pedirle ser voluntaria a una abuelita:

“Queremos que vaya ella porque sólo una persona que ha experimentado y aceptado la condición

humana completa –cuya cualidad esencial es el Cambio– puede representar con justicia

a la humanidad”. ¿Tú qué piensas? ¡CuriosaMente! Tengas la edad que tengas, es el momento perfecto

para seguir aprendiendo ¡con Platzi! Seguro ya sabes que tiene un montón de programas

sobre tecnología, marketing e inglés, pero también tiene cursos sobre gestión del tiempo,

cómo crear hábitos positivos , autoconfianza y crecimiento personal,

habilidades que te servirán para trabajar y vivir mejor sea cual sea tu profesión. Visita

platzi.com/curiosamente y obtén gratis un mes en el programa que elijas ¡y nunca pares de aprender!

¿Por qué envejecemos? Warum altern wir? Why do we age?

¡Todos los seres vivos envejecemos!

Bueno, no, no todos. La rata topo desnuda no envejece: Well, no, not all of them. The naked mole rat does not age:

¡Ahh, doblemente descarada! Ahh, double cheeky!

Vive unos 30 años, que es mucho para un roedor, y cuando  muere es por causas externas (lo arrugado lo

traen desde chiquitas). Y algunas medusas, cuando  su vida adulta se pone muy estresante, simplemente

se hacen bolita y vuelven a su infancia de pólipo  ¡ah, quién pudiera ser medusa! Pero los humanos,

como casi todos los vertebrados, pasamos por este  proceso de cambio que conlleva, entre otras cosas,

disminución de ciertas capacidades, desgaste  y nos acerca (¡gulp!) a la muerte. Pero…

¿Por qué envejecemos?

Este video es presentado por Platzi: la  plataforma de educación online que te

enseña todas las habilidades para triunfar en la  nueva economía digital. ¡Nunca pares de aprender!

La persona que más tiempo ha vivido (hasta  donde se sabe) fue la francesa Jeanne Calment.

Llegó a la venerable edad de 122 años ¡y medio!  Evidentemente era una persona con mejor salud

que la mayoría pero, como sería de esperarse, ya  mostraba desgaste: su vista estaba deteriorada,

su corazón un poco débil, tenía osteoporosis  moderada y le molestaba la artritis. Su mente,

por otro lado, seguía siendo bastante  lúcida, a pesar de que tenía dificultades

para recordar sucesos recientes y con las  matemáticas. ¿Qué provoca todos esos cambios?

La gente de ciencia ha encontrado varios factores  que son causa del envejecimiento en los seres

humanos. Y todos tienen que ver con cambios en la  vida de las células. Las células son las partes

básicas con las que está construido tu cuerpo,  o sea, cada uno de tus órganos, como tu hígado,

tu cerebro, tus ojos y tu piel. Y cuando  fallan bastantes células, el órgano completo

no funciona tan bien como antes y se altera  tu salud. ¿Por qué se descomponen las células?

Bueno, para estar renovándose continuamente, las  células deben reproducirse. Cada reproducción

tiene el riesgo de provocar errores en la  copia del ADN y mientras más pasa el tiempo,

mayores probabilidades hay de que ocurran  errores. Los cambios nocivos en el ADN son

mucho más frecuentes cuando las células  se exponen a factores como radiación,

sustancias que respiramos (como el humo del tabaco  o la contaminación) o lo que ingerimos, como el

alcohol o la falta de nutrientes. Los cambios  genéticos conllevan una pérdida de la capacidad

de distinguir proteínas benéficas de las dañinas  y también generan la incapacidad de eliminar las

proteínas defectuosas que se acumulan y pueden  causar enfermedades asociadas con la edad. Por

ejemplo: en la enfermedad de Alzheimer las  neuronas mueren porque se forma una placa a partir

de una proteína que debería haberse eliminado (por  cierto: esta condicion empeora si duermes poco)..

Otro factor es que las mitocondrias, que son  las partes de las células que producen energía

a través del ATP, también pueden ver alterado su  ADN y empezar a fallar: las células se quedan sin

baterías y se cansan. El envejecimiento también  puede venir de fuera de las células. Ellas se

comunican entre sí intercambiando sustancias, así  que los cambios en el ambiente en el que viven

las células afectan la manera en la que se pasan  mensajes, como si quisieran platicar en un cuarto

donde hay mucho ruido, lo que puede hacer que  se comporten diferente, fallen o incluso mueran.

Por otro lado, la mayor parte de las células de  nuestro cuerpo son especializadas: células de ojo,

de músculo, de la sangre o de los huesos. Pero  también conservamos cierta cantidad de células

madre, no especializadas, que pueden tener  como hijitas a células especializadas. Mientras

más avanzamos en edad, menos células madre  quedan en nuestros tejidos y, por lo tanto,

menos capacidad de renovación tenemos. Pero, aunque ninguna de estas fallas ocurriera,

todavía pasaría algo más: las células tienen  integrado el mecanismo de hacerse ancianitas y

morirse. La principal causa de este envejecimiento  celular es esta: seguramente sabes que el adn está

empaquetado en forma de cromosomas. Las puntas  de los cromosomas tienen estas “tapas” de ADN

no codificante llamadas telómeros, que  protegen al ADN valioso. Pues sucede que,

cada que se reproduce una célula y se copia el  ADN, los telómeros se desgastan y se hacen más

cortitos, hasta que se empieza a desgastar  el resto del ADN y las células ya no quieren

reproducirse y se mueren. Esto es bueno,  porque ese mismo mecanismo previene el cáncer:

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ella tenía hábitos muy ordenados que  incluían levantarse temprano, rezar,

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sabemos que los que aceleran el envejecimiento son  la contaminación ambiental, el humo del cigarro,

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se ha encontrado que una dieta baja en  calorías desacelera el envejecimiento

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Evolutivamente cabría esperar que sólo viviéramos  lo suficiente para pasar nuestros genes a la

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los salmones del pacífico, algunas especies de  araña, la mantis religiosa y hasta un marsupial

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la mayor parte de los mamíferos vivimos más  allá de la edad reproductiva ¿por qué? Pues,

evolutivamente, resulta beneficioso para nuestra  familia que sigamos estando ahí para cuidar a los

hijos y a los nietos. Los estudios muestran  que, mientras menos hijos tiene una especie,

es más probable que las adultas sobrevivan por una  larga temporada después de su edad reproductiva.

En los seres humanos en específico, las  personas mayores, aunque les duelan las

rodillas y ya no oigan tan claramente, han  acumulado conocimiento y sabiduría que son

benéficos para las nuevas generaciones.  Han vivido eventos históricos y procesos

de vida que no les han tocado a las personas más  jóvenes y la comunicación de ese saber es esencial

para el desarrollo de la cultura. En su ens ayo “la anciana espacial”, la escritora de

ciencia ficción Ursula K. Le Guin imagina que una  nave extraterrestre viene y su capitán nos dice:

“Tenemos espacio para un pasajero; ¿nos  prestarían un solo ser humano para que

podamos conversar a gusto durante el largo viaje  de regreso a Altair y aprendamos de una persona

ejemplar la naturaleza de su especie?” ¿A  quién mandaríamos? La autora decide que,

en vez de enviar a un joven científico, lo mejor  sería pedirle ser voluntaria a una abuelita:

“Queremos que vaya ella porque sólo una persona  que ha experimentado y aceptado la condición

humana completa –cuya cualidad esencial es  el Cambio– puede representar con justicia

a la humanidad”. ¿Tú qué piensas? ¡CuriosaMente! Tengas la edad que tengas, es el momento perfecto

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