¿Por qué hay lugares más violentos que otros?
Se puede argumentar que vivimos en la época más pacífica de toda la historia.
Según Steven Pinker las sociedades cazadoras-recolectoras tenían 303
homicidios por cada 100,000 personas. En 2017 la tasa mundial era de 6.1 personas.
Como ahora nos enteramos más fácilmente de las guerras o injusticias de todo el
mundo pareciera que hay más. Pero en realidad desde 1980 se ha observado
una disminución del 50% de varios tipos de crimen en muchos países.
¿Entonces ya no hay que preocuparnos por el crimen? Si vives en Latinoamérica el crimen
es algo que te preocupa, porque aunque hay lugares muy seguros y donde no pasa nada,
hay otros donde la violencia es el pan de cada día, por eso justamente hoy nos preguntamos:
¿Por qué hay lugares más violentos que otros?
Si te preguntaran cuál crees que es el país más violento ¿en cuál pensarías? Quizá,
en un primer momento pensarías en algún país en guerra. Curiosamente los países más violentos
no son los que están en guerra. De hecho, hay tres veces más muertes por homicidio que por la
guerra y terrorismo. Aunque a nivel global menos del 1% de las muertes son por homicidios hay
países donde constituyen la causa de muerte de casi el 10% de las personas fallecidas.
Si vives en América Latina quizá ya te esperas la respuesta, porque aquí el homicidio es la
causa principal de muerte en personas de 15 a 49 años. De las 50 ciudades más violentas del mundo,
41 están en Latinoamérica, principalmente en México, Brasil y Venezuela. Tijuana es la ciudad
con mayor homicidios del mundo, con 138 homicidios por cada 100,000 habitantes. Si lo comparamos con
una de las ciudades con menos homicidios como Osaka, donde solo hay 0.8 homicidios por cada
100,000 habitantes en Tijuana ¡es 173 veces más probable que mueras por homicidio que en Osaka!
¿Qué hace que haya más violencia en algunos países más que en otros? El sociólogo Johan
Galtung dice que la violencia es como un iceberg. Lo que vemos solo es la violencia directa, como:
los homicidios o robos, pero estos son reflejo de una pequeña parte
del problema. La violencia directa está sustentada en la violencia estructural,
que es; la ausencia o la desigualdad de servicios básicos como el empleo, la educación, la salud,
el hogar. La desigualdad de ingresos y altas tasas de desempleo, sobre todo en los jóvenes,
así como la deserción escolar y educación de baja calidad son los factores que más se correlacionan
con altos índices de violencia directa. La otra parte del iceberg es la violencia cultural que
son los aspectos culturales que legitiman la violencia. Por ejemplo: hay religiones,
ideologías y expresiones que apoyan el racismo o el clasismo. De hecho, hay una correlación entre
las sociedades machistas y un alto índice de violencia directa. Por eso no resulta
sorprendente que en los lugares en donde hay mucha desigualdad, se carece de servicios básicos o los
lugares donde habitan grupos extremistas hay mayores índices de violencia física.
En consecuencia de la violencia estructural y directa comienzan a surgir otros factores que
intensifican la violencia y que luego forman parte de la violencia misma. ¿Has notado que
países con muchos recursos naturales también tienen mucha violencia ? Como los diamantes
en Nigeria o el petróleo en Venezuela. ¿Será parte de “la paradoja de la abundancia”?. Y es
que más recursos no necesariamente significan más riqueza para el pueblo, sino más riqueza
para los potentados y los políticos. ¡Ah! Entonces no es la cantidad de recursos,
porque también hay países como Botswana con muchos diamantes o Noruega con mucho petróleo pero con
economías prósperas y no tan violentas. Resulta que no son los recursos en sí, sino su manejo. Y,
algo que de seguro ya te esperas, porque es el mal de muchos lugares de Latinoamérica: la corrupción.
En latinoamérica se observa corrupción en todos los niveles de gobierno y, aunque el gobierno no
sea violento por sí mismo, la corrupción permite la impunidad al segundo mal y no por eso menos
peor, de Latinoamérica: el crimen organizado, un importantísimo factor en la generación de
violencia. La combinación entre corrupción y el crimen organizado ocasionan que cada persona
busque su propia supervivencia, los que pueden pagarla, pagan por su protección y los que no
pueden pagarla se unan a estos grupos criminales para salvarse. Ahora muchos quieren ser políticos,
sicarios o narcos ¿cómo convencer a un delincuente que gana millones de conseguir un trabajo normal
donde va a ser pobre y sin poder? ¿y cómo convencer a la juventud de evitar ese camino?
¡Uff! entonces ¿Cómo lograr sociedades pacíficas? Podríamos pensar en la paz solo como: la ausencia
de guerra, como lo hacían los romanos, pero Martin Luther King escribió mientras estaba en prisión:
“la verdadera paz no es simplemente la ausencia de tensión: es la presencia de justicia”. Se
requieren leyes y reglamentos bien consolidados, así como jueces, policías y servidores públicos
que los apliquen. ¿Sin guerras y con justicia sería suficiente? Si vemos el triángulo de la
violencia vemos que para lograr la paz también es necesario hacer frente a la violencia cultural,
que es la legitimadora de las violencias directa y estructural. Lograr sociedades
pacíficas se vuelve complejo y podemos ver porque algunas soluciones como: poner más policías,
militarizar al país o darles armas a todos para que se “defiendan” no han funcionado nunca.
Según el “Índice de Paz México 2020”, publicado por el Instituto
para la Economía y la Paz hay ocho factores en las sociedades pacíficas:
Buen funcionamiento del gobierno Distribución equitativa de los recursos
Libre flujo de información Entorno empresarial sólido
Alto nivel de capital humano Aceptación de los derechos de los demás
Bajos niveles de corrupción Buenas relaciones con los vecinos
Factores que creemos vitales y a los cuales nosotros agregaríamos dos más:
9. Desarrollo y servicios de calidad para todos. Algo tan simple como no tener servicio de teléfono
ocasionó grupos criminales y corrupción en Nigeria. Cuando se comenzaron a ofrecer servicios
accesibles para toda la población la corrupción y crimen relacionados con esta carencia se eliminó.
Y el otro punto clave para abatir la violencia, específicamente la cultural, sería:
10. Educación para la paz. La educación centrada en la paz comenzó como una
preocupación por la extinción de la raza humana por una guerra nuclear. Hoy en día
busca construir una cultura de paz a través de la enseñanza explícita e implícita de:
Valores: como la empatía y la solidaridad;
Conocimientos en: derechos humanos, sociedades multiculturales y ciudadanía mundial;
Habilidades: de comunicación y resolución de conflictos;
Actitudes: como la exigencia de la justicia, la cooperación y la no discriminación; y
Comportamientos pacíficos, evitando la violencia para resolver problemas.
Hay múltiples factores que incentivan la violencia,
pero un análisis del iceberg y esfuerzos del gobierno y la sociedad logran
sociedades más pacíficas. ¿Cuáles son los problemas de violencia en tu comunidad,
a qué se deben y cómo los solucionarías? Cuéntanoslo en los comentarios. ¡Curiosamente!
Hablando de cosas curiosas: ¿Has visto ese botón que dice unirse en nuestro canal? Con él puedes
hacer un donativo mensual y ayudarnos a seguir haciendo videos para ti, también hay otro botón
muy curioso que se llama “gracias”, con él nos puedes hacer una contribución única. Nosotros
estamos súper agradecidos con todos los que nos apoyan mensualmente y también con todos los que
nos dan su súper gracias porque gracias a ellos podemos seguir haciendo videos.