¿Quién llegó a América antes que Colón? - CuriosaMente 247
Cuando nos preguntan “¿Quién descubrió América?”, la respuesta que
automáticamente nos viene a la mente es “Cristóbal Colón”, y hasta podemos decir la fecha: 1492. Pero
el navegante genovés no fue, ni de lejos, el primero en llegar a estas tierras. Entonces…
¿Quién llegó a América antes que Colón?
El almirante británico Gavin Menzies sostiene la hipótesis de que en 1421,
70 años antes que Colón, el navegante chino Zheng He llegó a América y hasta dibujó este
mapa. La verdad es que el mapa se dibujó hasta el siglo Dieciocho y no hay evidencia clara de
que la hipótesis sea cierta. Igualmente está la leyenda del país de Fu Sang visitado por
un monje… pero posiblemente sea un cuento chino. De lo que sí hay evidencia es de que los vikingos,
del norte de Europa, llegaron a las costas de América en algún momento del Siglo Diez. Los
vikingos dejaron cuatro asentamientos: «Groenland» (Tierra Verde), «Helluland» (Tierra de Arroyos),
«Markland» (Tierra de Bosques) y «Vinland». Duraron unos 500 años ahí y se fueron. Pero
seguramente se llevaron con ellos algunas nativas: se encontró ADN
mitocondrial amerindio en familias de Islandia. Pero antes que ellos, los polinesios, esos grandes
navegantes que retratan en la película de Moana, llegaron a diferentes puntos de América entre el
año 700 y el año 1000. La primera prueba es ese alimento que en México llamamos “camote” y en
otras partes “batata” o “boniato”. Es originario de la región entre Yucatán y Venezuela. Pero
cuando los europeos exploraron las islas del pacífico, su cultivo ya estaba bastante extendido.
Además la palabra proto–polinesia para designarlo, kumala, es prácticamente idéntica a su nombre
quechua: k'umar. Pero la prueba definitiva fue cuando científicos chilenos encontraron huesos de
gallina en la península de Arauco y al analizarlos descubrieron que databan de entre 1321 y 1407
¡Esas gallinas llegaron unos cien años antes que Colón! Y seguro no llegaron solas: su ADN es muy
similar al de las gallinas que transportaban los polinesios. Y más aún: se ha encontrado que
poblaciones indígenas del Amazonas y de los Andes tienen genes polinesios ¡Y viceversa!
En Irlanda se cuenta la leyenda de San Brendán (conocido acá como Samborondón, ja ja ja), que
se embarcó un día del año 415 para buscar a un joven perdido y después de siete años de periplo
y enfrentamiento con monstruos marinos, termina encontrando el paraíso terrenal. Algunos piensan
que el lugar al que llegó fue América, pero esta historia entra de plano en el plano de la leyenda.
Como en las tumbas egipcias se han encontrado sustancias similares a la coca de los andes y
hay similitud entre las pirámides egipcias y las americanas, algunos estudiosos piensan que los
africanos pudieron haber también llegado antes. Los rasgos de las cabezas olmecas incrementan las
sospechas e incluso se han encontrado momias de piel oscura, pero la evidencia no es concluyente.
Tampoco es concluyente la presencia de romanos Pero al parecer en el siglo II hubo un naufragio
frente a las costas de Brasil que dejó varias ánforas de estilo romano en el fondo del mar.
Claro que también podrían ser españolas y mucho más recientes… Pero entonces ¿qué hace esta piña,
originaria de Paraguay, en un mosaico romano del siglo I? ¡Un misterio! También es un misterio el
de esta cerámica de estilo romano encontrada en el sitio de Tecaxic-Calixtlahuaca. ¿La sembró
un bromista? ¿La dejaron ahí los españoles? Pero ¿sabes de quiénes estamos seguros que
sí llegaron primerito que todos los demás? Pues los primeros americanos. No fue ni en
el siglo Catorce, ni en el siglo Uno, sino por lo menos ¡15 mil años antes! Venían de Asia,
y no llegaron de una sola vez, sino en varias expediciones. La teoría más
aceptada es que vinieron caminando siguiendo a los animales por el estrecho de Behring,
cuando se formó ahí una especie de puente helado en una era más fría. El autor Craig Childs piensa
que Alaska estaba demasiado frío para eso, y que es más posible que hayan llegado desde kamchatka,
Rusia, y otras partes de Asia, en embracaciones y siguendo la “ruta del kelp”: las algas que sirven
de alimento a animales marinos, y siguiendo las costas hacia zonas más templadas como lo que
hoy es Oregon. Incluso otros pudieron llegar desde el Océano Atlántico en el paleolítico:
el surgimiento de puntas de flecha y otros instrumentos en la llamada “Cultura Clovis”
de hace unos 11 mil 500 mil años podría rastrearse desde una fuente europea.
Sabemos que ya había asentamientos en América en esa época, y aunque mientras más vamos al pasado
la evidencia se va haciendo más tenue, se sospecha que los primeros humanos llegaron a América hace
unos 20 mil años. El doctor Dennis Jenkins fue apodado “El doctor Popó” porque encontró
la evidencia más antigua de presencia humana en América: un coprolito, o sea, un excremento
fosilizado, de origen humano, de por lo menos ¡14,300 años de antigüedad! ¡Curiosamente!