A mi aire 102: San Valentín, La Román (15 de febrero, 2013)
mi aire 102: San Valentín, La Románica, carne de caballo (15 de febrero, 2013)
Hola amigos, soy Alicia. Bienvenidos hoy 15 de febrero a este nuevo podcast de "A mi aire". Ayer fue San Valentín, el día de los enamorados. ¿Os regaló alguien flores o regalastéis a alguien chocolate? Yo sigo siendo una romántica y estas cosas me gustan, ahora os cuento lo que me pasó a mí ayer en la oficina; después os hablaré del avance de las nuevas tecnologías y de cómo han influido en el cierre de mi librería preferida. Terminaré hablándoos de la carne de caballo, es que es algo muy especial en España, mientras que aquí en Suiza se encuentra en todos los supermercados.
Sí amigos, continuo siendo una romántica y me encanta que me regalen flores. ¿Típico de mujer? Pues quizás sí, lo reconozco, pero no pasa nada ¿no?. Creo que a prácticamente todas las mujeres nos gusta que nos regalen flores. Una flor es una sonrisa. Yo me regalo a mí misma flores todas las semanas. Me gusta tener un ramo en mi casa, me da alegría. Pero ayer no me regalaron flores, no, ayer recibí algo muy especial.
Ayer fue jueves. Era San Valentín, 14 de febrero, era un día de trabajo normal. Cuando llegué a la oficina, me encontré un chocolate con forma de corazón encima del teclado. Era un chocolate pequeño y rojo. No había ninguna nota, ninguna tarjeta, nada. Yo miré de un lado a otro y nadie me miraba, nada. ¡Ni idea! - "¿Quién me lo habrá dejado?" - me pregunté. Encendí el ordenador, abrí el Outlook, leí los emails. Nada. No había ningún email especial. El corazón de chocolate seguía encima de mi mesa. Empecé a trabajar, pero mi cabeza se iba siempre al chocolate. ¿Quién lo habría dejado allí? Era mi mesa de trabajo, así que... sí, definitivamente era para mí... pero ¿de quién? David no trabaja conmigo y un chocolatito así no se envía. En fin. La mañana siguió su curso [1] normal. Nadie se me acercó, nadie me miró de forma especial. Llegó el mediodía. Me fui a comer con mi compañera de trabajo. No le dije nada del corazón, pero mi cabeza seguía funcionando. ¿Un admirador secreto? ¿alguna sonrisa especial por algún lado? No, no, todo normal, nooormal. En fin, la jornada laboral [2] terminó. Yo me cogí el chocolate y de camino a casa me lo comí, pensando que era bonito el tener gestos así. No sé quién fue, pero es verdad que el chico que fuera, me regaló una bella jornada de quebraderos de cabeza [3].
*
El tiempo pasa y las cosas cambian. Nos guste o no, las cosas cambian. A veces para mejor, pero otras para peor. Por ejemplo, a mí me da pena como han cambiado los hábito s[4] de leer, de leer en general. Antes cuando yo era pequeña, me leía libros enteros en la cama debajo de las sábanas, por la noche. Mi madre me decía: "Alicia, apaga ya la luz, que es muy tarde y tienes que dormir. "- "Sí, sí mamá, buenas noches." Y después de darle un beso, encendía mi linterna y continuaba leyendo. Hoy en día los jóvenes hacen lo mismo. Se despiden de sus padres con un beso, pero debajo del edredón chatean todavía con sus amigos por facebook. Ya no leen como antes. Los libros están pasando a ser una reliquia [5], algo destinado a los nostálgicos, que como yo disfrutan teniendo el libro en las manos y pasando las páginas de papel. Y digo esto porque las nuevas tecnologías nos pillan [6] a pasos de gigante 7. Los jóvenes ya no leen tanto, y los que leen prefieren hacerlo en el e-book. A esta conclusión he llegado preguntando a mis alumnos, a mis conocidos y mirando a mi alrededor. La mayoría de la gente joven prefiere un e-book a un libro en papel porque ahí se pueden tener muchísimos libros guardados y no pesan. Esta es una de las principales razones. Si se van de vacaciones, sólo tienen que coger la tableta electrónica, no necesitan más.
Las nuevas tecnologías avanzan, sí. También las personas que quieren leer libros en papel utilizan Internet para comprarlos, cada vez más gente usa el "amazon" para encargar un libro desde casa, es que es muy cómodo no moverse, no tener que ir a una librería, ¿no? En fin, a mí esto me da pena. Me da pena porque me encanta ir a las librerías y mirar las novedades, me encanta tocar un libro y abrir sus páginas antes de comprarlo. Y además, por las nuevas tecnologías mi librería favorita de Zúrich cierra en marzo... Sí, ¡me da una pena! Esta librería se llama la Románica. No sólo la fuerte competencia de Internet en el tema de las ventas les obliga a cerrar, sino también la crisis del euro y la subida del alquiler. Es decir, hay tres fuertes razones que obligan a la librería a cerrar. Por una parte la competencia con las ventas online, como ya os he comentado; por otra parte lo bajo que está el euro y lo alto que está el franco suizo y por último que les suben el alquiler del local un montón. Según me dijo el dependiente de la Románica les suben el alquiler un tercio de lo que ahora pagan. Dicen que no pueden asumir los costes [8], que el alquiler es demasiado caro... Pero bueno amigos, ¿sabéis de qué librería estoy hablando? Estoy hablando de una librería que está en el casco antiguo de Zúrich, se encuentra al lado del río Limmat desde hace 66 años. La Románica vende libros en italiano, francés, portugués y español. Para mí ha sido mi segunda casa en Suiza. Cuando no sabía que hacer, me iba a dar un paseo por el centro de Zúrich y me acercaba a la Románica a ver libros y hablar con la gente de la librería. Siempre encontrabas conversación, algún estudiante, algún profesor, algún turista o algún emigrante como yo... Bueno, pues se termina. La librería cierra y con ella todos los recuerdos que nos unen al pasado. Si yo tuviera suficiente dinero cogería la librería, dejaría todos los trabajos que tengo y me dedicaría sólo a los libros. Continuaría con la librería y además haría allí un centro cultural. Sí, organizaría allí lecturas de libros, conferencias, debates. Ay, si yo fuera rica...
Os quiero hablar ahora de otro tema completamente diferente. Es que el otro día oí por la radio el escándalo que ha habido en Irlanda por la carne de caballo. Resulta que se vendían hamburguesas de carne de vaca que llevaban también carne de cerdo y de caballo. Esta información no se daba al consumidor, por eso es un escándalo. La cadena de supermercados Tesco vendía estas hamburguesas de carne mezclada en Reino Unido e Irlanda. Ahora se han retirado todos los paquetes de las estanterías del super, pero se continúa hablando del asunto. La carne es buena, sí, pero por ejemplo los musulmanes no comen carne de cerdo, lo tienen prohibido por su religión y los británicos no comen carne de caballo por respeto al animal. No se puede vender gato por liebre, es decir, engañar y vender una cosa por otra. A mí me parece muy mal. El caso es que a raíz de esta noticia, en España se ha vuelto a hablar de la carne de caballo. Nosotros casi no la comemos, no tenemos la costumbre, sin embargo la exportamos. La exportamos precisamente al Reino Unido y a Italia. Y ahora se hace propaganda para su consumo. Se dice que es una carne tierna, dulce, que tiene poca grasa y que aporta [9] hierro. ¡Es muy sana! Además, el kilo cuesta de 3 a 6 euros menos que la carne de ternera. Así parece ser que los españoles empiezan a comprar carne de caballo, a pesar de [10] sus tabús.
A mí, como española, me sorprendió aquí en Suiza el consumo de este tipo de carne. Recuerdo la primera vez que comí carne de caballo. ¡Ay, qué risa! Fue en casa de unos amigos. Ellos me invitaron a comer una fondue de carne y no me dijeron hasta el final el tipo de carne que teníamos encima de la mesa. -"¿Pero qué carne es, chicos? "- preguntaba yo curiosa. "No te lo vamos a decir hasta el final, Alicia. Pero dinos, ¿te gusta? ¿a qué sabe? "- A mí me gustó, sí, me encantó la carne y al final, cuando terminamos de comer, me confesaron [11] que era carne de caballo. -"¿A que no te la hubieras comido, Alicia? "- "¡Ay! no lo sé, pero tengo que reconocer [12] que está riquísima. "- A partir de entonces considero la carne de caballo un manjar [13], como los franceses y finlandeses.
Bueno, amigos, y así llegamos al final de "A mi aire". Recordad que el próximo día sabréis cuál es la miss palabra bonita del podcast número 100. Sí, haré el sorteo unos días antes de la emisión del podcast y... ¡veremos cuál es la palabra ganadora! Os enteraréis de todo el día 1 de marzo en la página web www.podclub.ch. También ese día os hablaré de mis vacaciones de invierno, porque no me he ido a ningún sitio, pero he tenido que cuidar de todos los animales domésticos de mis amigos. Uf, he tenido conejos y gatos. ¡Vaya odisea! Hasta entonces, cuidaros ¡y disfrutad de la nieve!
1 curso: ritmo
2 jornada laboral: día de trabajo
3 quebraderos de cabeza: pensar mucho sobre un tema
4 hábitos: costumbres
5 reliquia: algo antiguo y de valor sentimental
6 nos pillan: llegan a nosotros
7 a pasos de gigante: rápidamente
8 asumir los costes: pagar
9 aportar: tener y dar
10 a pesar de: en contra de
11 confesar: decir la verdad en bajito
12 reconocer: admitir
13 manjar: una comida exquisita, fantástica