A mi aire 183: Ordesa y su gente, perr (26 de agosto, 2016)
mi aire 183: Ordesa y su gente, perros en el metro, Pokémon Go (26 de agosto, 2016)
26 de agosto. Hola amigos, ya estoy otra vez aquí con vosotros, con nuevos temas y mucha energía. ¿Qué tal habéis pasado estos meses de verano? ¡Espero que bien! Mi verano ha sido estupendo. He estado en los Pirineos, en el Parque Nacional de Ordesa. Os voy a empezar hablando de la gente en esa preciosa región de España. Después os voy a contar una novedad que tenemos en Madrid, una buena noticia para los amantes de los animales. Y terminaré el podcast paseando por el mundo virtual.
Pero antes de empezar quiero dar la enhorabuena a las ganadoras de nuestro concurso. Muchos de vosotros habéis participado en el sorteo de los auriculares de JBL ofrecidos por melectronics, pero sólo tres personas pueden ganar y estas tres personas son… Cornelia, Denise y sor Raphaela. Enhorabuena a las tres y a disfrutar de los podcast con los nuevos auriculares.
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Piedras desgastadas [1], suaves y brillantes por los muchos caminantes que las rozan [2] con sus pies; rocas y paredes verticales que quieren llegar al cielo; agua clara y limpia que resbala [3] tranquilamente entre los árboles y las flores del valle… Un paraíso, amigos, realmente un paraíso. Miles de curvas te llevan a un cañón [4], a unas gargantas, a un valle abierto, a otro cerrado; miles de curvas te llevan al Parque Nacional de Ordesa, en los Pirineos. Allí se pueden elegir excursiones y rutas para todos los gustos, se puede hacer desde escalada hasta rafting. Yo he caminado. Pero no os voy a hablar de las excursiones que hice, no, eso lo dejo para el próximo día. Hoy os voy a hablar de la casa rural donde nos alojamos y de su gente.
Llegamos a un pueblo que no tenía nombre en el mapa. Nos recibió una señora pequeña y seria que enseguida me cayó bien [5]. Después de darnos la llave de la habitación, nos empezó a dar información sobre el valle, a sacar mapas de una escala fantástica para hacer rutas. Asunción era el alma de ese hotel. Conseguía que sus “invitados” se sintieran bien y como en casa.
Ese día no vimos a nadie más, pero los días siguientes conocimos a todos los inquilinos del hotel: a la pareja de Zaragoza que va todos los años y varias veces allí; al ciclista de Bilbao que, para descansar de la bici, se hace a pie [6] 20 kilómetros, a los señores de Logroño que tienen calor y deciden irse a la piscina, a los jóvenes catalanes que al día siguiente se van de escalada al cañón de Añisclo [7]. Asunción nos cuidaba a todos como a sus hijos, para desayunar nos hacía tartas y palmeras de hojaldre [8] y antes de irnos de excursión nos llenaba las botellas de agua y nos daba pan para ahorrarnos la parada en la panadería y poder irnos directamente al monte. Además esta mujer se paseaba entre las mesas hablando con todo el mundo consiguiendo crear lazos [9] entre la gente y discusiones interesantes. Por la noche nos encontrábamos a los compañeros del hotel en el bar de los caballos, una terraza sencilla de mesas largas de madera donde sólo se podían comer buenos bocadillos o patatas con tres salsas. Así pasamos los días, os digo, en la montaña durante el día y entre la gente de Ordesa y del hotel por la noche. ¡Qué buena gente, de verdad! Ha sido una experiencia muy entrañable [10], muy humana.
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En julio Tina viajó por primera vez en el metro de Madrid. Hasta ahora lo tenía prohibido. Ella es negra y peluda [11], es tranquila y mayor, ¡ya tiene 10 años!, una buena edad para los de su raza. Cuando está contenta o se enfada puede hacer mucho ruido, sí, eso es verdad, puede ladrar [12] muy alto. Hay gente que se asusta de ella y por eso, como muchos otros perros, no podía viajar en el transporte público de la capital española. El que los perros puedan viajar en el metro es una noticia estupenda para los dueños, pero tienen que aprenderse el reglamento. No es tan fácil como aquí en Suiza, ¡uy no! Primero, los canes deben llevar bozal [13], es decir la protección que se les pone en la boca, para que no muerdan [14]. Segundo, se pueden subir sólo en el último vagón del metro; y tercero, los perros tienen horarios para montar en el metro. A las horas punta [15] no pueden viajar.
Personalmente este permiso me parece un buen paso para los madrileños. A mí siempre me llamó la atención que aquí en Suiza los perros subieran a los autobuses y tranvías como personitas, y también que pudieran entrar en restaurantes y cafeterías. Eso para mí era increíble.
Antes yo tenía miedo de los perros, os lo conté en un podcast, pero tengo un amigo que me ha ayudado a combatir la fobia. Ahora hasta me alegro de que Chico venga a nuestras excursiones. Ya no tengo miedo de los perros gracias a ese can. Por eso entiendo mejor a los dueños de los perros y me alegro de que tengan más libertad con su mascota. Al menos pueden visitar a los amigos que viven en la otra punta [16] de Madrid sin coger el coche.
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Estoy sentada en el tranvía número 3. Un grupo de chicos sube al tranvía. Los chavales miran fijos a su pantalla del móvil y no hablan. No tengo ni idea de lo que hacen. Miro por la ventanilla, en la calle veo más grupos de jóvenes con el móvil. -¿Qué estarán haciendo?- Me pregunto. No hablan, simplemente están juntos. Ya antes de subir al tranvía, en la estación central de tren, me había llamado la atención ver a tanta gente joven con el handy en la mano, todos en grupos y sin hablar. Nuestra sociedad está loca, pensé. Cuando yo quedaba con mis amigos era para hablar, reírnos y para hacer tonterías juntos, los móviles no existían. Vuelvo a mirar a los chicos del tranvía. Tienen entre 25 y 30 años, están bien peinados, llevan pantalones cortos, camisetas normales, mochilas a la espalda… jóvenes normales, realmente normales. ¿Son así los nuevos friquis informáticos? No lo entiendo. Pero, ¿qué hacen? Uno se levanta rápido y corre por el tranvía hacia el conductor. - ¡Lo tengo!- Le escucho decir a sus compañeros y se ríe. –Pero, ¿qué tiene? - me pregunto yo. ¿Vosotros sabéis qué puede tener, queridos oyentes? Yo me enteré a los tres días, resulta que estos jóvenes ¡buscan pokémons [17]! Pokémon Go es la aplicación que te ayuda en esta aventura de buscar monstruitos y ya ha superado al Whatsapp y al Instagram. Increíble la de gente que la ha bajado e instalado en el móvil. Al principio existía sólo en Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña y Alemania. A la semana del lanzamiento, llegó a otras 20 naciones, entre ellas Suiza y España. Así que, desde mediados de julio tenemos a niños, adolescentes y jóvenes bien entretenidos [18]. Andan de un lado a otro buscando a estos bichitos [19], los encuadran [20] y los capturan [21] lanzando un Poké Ball. Ni idea de lo que es eso, ¿eh? Sólo sé que encuadras al pokémon, tocas la pantalla y… fuera, ya está, ¡a buscar a otro! En España la gente también está loca con los pokémons, ¡alucinante!
Los psicólogos alaban [22] el juego, dicen que ayuda a los jóvenes depresivos, que así salen de casa y andan por nuestras calles. Yo antes no entendía muy bien esto de caminar por un mundo virtual, pero estuve en una exposición de arte digital que me ayudó a entender esta nueva dimensión. Mirad, en la exposición que hubo en el museo de arte de Migros entrabas a una sala blanca enorme y vacía. Allí recibías una tableta. El objetivo era encontrar a un perro y seguirlo con ayuda de ese iPad. Los quince visitantes que estábamos allí, nos metimos en ese mundo virtual de repente y nos encontramos andando y corriendo por esa sala vacía como locos persiguiendo un perro. El perro estaba delante y de repente detrás y subía las patas y se tiraba al suelo para que le miraras. Curioso, curioso ese mundo virtual. Ahora con los pokémons puedes hacer lo mismo, buscarlos con el móvil, capturarlos y luego seguir caminando por la ciudad convertida en un área de ficción para encontrar el siguiente. La diferencia es que en la exposición que yo vi el perro se movía solamente en una sala. En el juego de Pokémon Go la sala es tu ciudad.
En el fondo puedo entender la fascinación de la gente por esta aplicación, entiendo la diversión. ¡Ay sí!, la entiendo muy bien, por eso no quiero bajar el Pokémon Go, ni quiero meterme en esa historia. Quiero seguir hablando con mis amigos de nuestras cosas y quedarme con los pies en mi suelo, en mi realidad.
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Si este mundo virtual es completamente desconocido para vosotros, os invito a ir a la exposición de los Jardines del Mundo [23] que hay hasta el 9 de octubre en el museo Rietberg. Allí tienes la posibilidad de ponerte unas gafas y pasear por un jardín virtual muy bonito. Es una experiencia muy chula.
Y así llegamos al final de este podcast. Ya sabéis que encontráis fotos de mi podcast vía Instagram con el #PodClubAlicia y #amiaire. Y también acordaros de que podéis aprender las nuevas palabras de esta emisión con el entrenador de vocabulario. El 9 de septiembre estaré de nuevo con vosotros en la página web podclub.ch o vía app hablándoos un poco más sobre el valle de Ordesa y contándoos la leyenda del Monte Perdido. Hasta entonces, cuidaros y que os vaya muy bien.
[1] desgastado: se dice de algo que está muy usado, que ya no es nuevo; aquí es un sinónimo de erosionado
[2] rozar: tocar, en este caso pisar suavemente con los pies
[3] resbalar: deslizarse, pasar suavemente por un lugar
[4] (el) cañon: aquí significa garganta; un lugar muy estrecho en las montañas por donde pasa normalmente un río
[5] caer bien: gustar; cuando una persona es simpática y agradable cae bien
[6] hacerse a pie: caminar, andar
[7] http://www.viajealpirineo.com/canon-anisclo-ordesa/
[8] palmeras de hojaldre: un dulce hecho con harina y mantequilla
[9] crear lazos: crear relaciones, uniones ; encontrar puntos en común
[10] entrañable: íntimo, muy afectuoso
[11] peludo/a: que tiene mucho pelo
[12] ladrar: el ruido que hacen los perros;, „guau, guau“
[13] (el) bozal: la protección que se les pone a los perros en la boca para que no puedan morder a nadie
[14] morder: clavar los dientes en algo
[15] (la) hora punta: es el momento del día en el que hay más gente en el transporte público
[16] en la otra punta: justo al otro lado
[17] pokémon: es una palabra que viene del japonés y significa « monstruo de bolsillo ». El pokémon más conocido es Pikachu
[18] bien entretenidos: muy ocupados jugando
[19] bichito : animalito; en este caso monstruito, animalito de ficción
[20] encuadrar: encerrar, encajar, colocar en un marco, en un cuadro
[21] capturar: coger
[22] alabar: decir que algo es estupendo, muy bueno, fantástico