364 - Boga, luz brillante
NARRADOR Etiopía es el único país africano que nunca fue colonizado. De larga tradición monárquica y cristiana, fue patria de Haile Selassie a quien el movimiento rastafari nombra como el Mesías Negro y aclama como Rey.
NARRADOR Ahí, en Kembata, un pueblito apartado del sur etíope, nació Bogaletch Gebre. Era el año 1950.
NARRADOR Como a todas las niñas de la aldea, apenas cumplió los doce años le practicaron la mutilación del clítoris, causándole una fuerte hemorragia que casi la mata como a dos de sus hermanas.
BOGA Nos decían que la circuncisión femenina es la voluntad de Dios, que así ordena la Biblia y el Corán. Nos decían que si el clítoris toca la cabeza de un bebé durante el parto, el niño muere.
NARRADOR Desde niña, Bogaletch Gebre demostró su temple. Aprovechando que la mandaban a buscar agua a sitios apartados, madrugaba y caminaba millas para asistir a la escuela y aprender a leer. Luego regresaba a su choza con el agua.
NARRADOR Boga también consiguió escapar de cuatro matrimonios forzosos. Ella y su hermana Fikirte fueron las primeras mujeres de su aldea en alcanzar una educación superior.
BOGA Yo no quería casarme. Quería estudiar. Casarse es lo mismo que ser vendida al mejor postor.
NARRADOR Por su gran inteligencia, Bogaletch Gebre ganó becas para estudiar en Europa y en Estados Unidos, donde se graduó como doctora en medicina.
MÉDICO Lo sentimos, Boga. No podrás volver a caminar.
NARRADOR Nuevamente, Bogaletch Gebre demostró quién era. Se sobrepuso al accidente y volvió a caminar. Y hasta correr.
BOGA ¿Una maratón? Participaré en todas las que sean necesarias para poner fin a la hambruna de libros que padece mi pueblo.
NARRADOR En los años 80, Boga corrió en cuatro maratones para recoger fondos. Sus amigos de Estados Unidos le enviaron a Etiopía más de 300,000 libros de ciencia, medicina y derecho.
NARRADOR Pero Boga no estaba contenta. Le estremecía el horror de la mutilación genital a las niñas. Tenía que hacer algo.
MADRE Eso no lo hacemos por maldad, Boga, hija mía. Es la costumbre de nuestro pueblo. Así nos enseñaron.
BOGA Así nos mal enseñaron. La mutilación es algo que las mujeres han aceptado con naturalidad, como parte de su vida. Cuando descubren que pueden ser curadas, que pueden ser reconstruidas es impresionante, dicen que es un milagro. Se arrodillan en el suelo de la clínica y dan gracias a Dios.
NARRADOR Bogaletch Gebre regresó a su aldea en 1997 con cinco mil dólares y una idea. Junto a su hermana Fikirte fundaron Kembatti Mentti Gezzimma–Tope que significa Mujeres de Kembata Trabajando Unidas.
BOGA Tendremos un centro de capacitación, una biblioteca, una casa de la cultura, un centro de salud, una casa de huéspedes y un espacio para debates en grupo.
HERMANA Excelente, Boga, pero ¿cómo romper la violencia contra la mujer? ¿Cómo eliminar la mutilación a las niñas?
BOGA Que hablen ellas, que nos cuenten. Y también que hablen los varones.
NARRADOR Boga y su hermana Fikirte inventaron una metodología integral para enfrentar la mutilación genital femenina, el VIH-SIDA, y la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
BOGA Las comunidades tienen que confiar en su sabiduría colectiva para poder cambiar. Lo único que se necesita es crear un espacio de libertad.
NARRADOR El impacto de su trabajo es impresionante...
NARRADOR Una joven pareja de novios desafió la tradición al contraer matrimonio sin que la joven se sometiera a la mutilación genital.
CHICA Yo no estoy mutilada.
CHICO Y yo estoy feliz. Mi novia es una joven íntegra, no está circuncidada.
NARRADOR A esta primera boda le siguieron otras. Muchas más.
BOGA Las jóvenes de mi región cantan y dicen: No nos hagan daño. Y las más pequeñas se ponen un letrerito en el uniforme: No me dejaré cortar. Aprende de mí.
NARRADOR En 2004, se celebró un gran evento público en el estadio de fútbol para celebrar a las niñas no mutiladas. Cada niña recibió una medalla de plata con la leyenda “Estoy entera”. Asistieron 100,000 personas.
NARRADOR En la actualidad, la mutilación genital femenina ha sido prácticamente erradicada en toda la zona de cobertura de la fundación Mujeres de Kembata Trabajando Unidas donde hay millón y medio de habitantes.
BOGA No es necesario hacer milagros. Se requiere mucho compromiso y trabajar duro. Y apoyarnos mutuamente, como personas que compartimos un solo mundo.
NARRADOR Bogaletch-Gebre ha recibido muchos premios nacionales e internacionales como el prestigioso Premio Rey Balduino para el Desarrollo de África.
HOMBRE Usted, Bogaletch-Gebre, hace honor a su nombre que en amárico, su lengua materna, significa Luz Brillante.
BOGA ¿Mi deseo para la mujer africana? Que el mundo tome conciencia que la opresión de la mujer es algo negativo para el desarrollo humano. Debemos poner fin al apartheid por género. Poner fin a la violencia. Porque en África y en todo el mundo necesitamos mujeres enteras.