21 El Nuevo Centro
El Titulo de este episodio es – “El Nuevo Centro.”
En 3 páginas del 3º Volumen de su monumental obra La Historia de la Iglesia Cristiana, el autor Philip Schaff hace un argumento convincente de por qué era inevitable que el Cristianismo llegaría a salir de las catacumbas Romanas y se uniría al Estado y reinar sobre los corazones y vidas de la gente del Imperio. Y aunque era inevitable, Schaff describe cómo esta misma fusión resultó en la corrupción de la Iglesia. Él escribió, “El Cristianizar al Estado era en gran medida lo que paganizo y secularizo a la Iglesia.”
Ya hemos visto cómo la Iglesia en Roma surgió para convertirse en la sede del Cristianismo Occidental. Tenemos que tomar un poco más de tiempo aquí en este período de la historia de la iglesia porque es una época decisiva para comprender la eventual la grieta que se produjo entre el Oriente y Occidente y lo que surgió en Europa después de esto, no sólo para la Iglesia, sino también para las naciones que surgieron allí.
La idea de que toda la Iglesia debería ser gobernada por el Papa Romano fue un proceso lento y esporádico. El título de “Papa” no fue tan importante para que surgiera le preeminencia del Obispo de Roma como líder de la Iglesia. Era básicamente un término afectuoso utilizado por muchos cristianos para su pastor y fue utilizado en un sentido más formal en Alejandría décadas antes que fuera usado por el Obispo Romano. No fue hasta el 6º siglo que la palabra “Papa” estaba reservada exclusivamente para el Obispo de Roma, mucho después de que él había tomado la primacía como el Sucesor de Pedro.
Es importante también hacer una distinción entre el honor que tenia la Iglesia en Roma y la autoridad suprema que su Obispo afirmó posteriormente. Hay abundantes pruebas del respeto que la comunidad Cristiana de Roma tenia en la Iglesia.
Roma, después de todo, era la capital del Imperio. La iglesia no era la más grande y más rica. A mediados del 3ª siglo, tenia unos 30,000 miembros, atendidos por 150 sacerdotes, y daba apoyo a 1500 viudas y pobres. Tenía un largo historial de ser Ortodoxa y generosa. Por estas razones se consideraba como la Iglesia principal del Imperio del Occidente. Aunque no hay ninguna evidencia histórica sólida para apoyarlo, los Cristianos del 2º al 4º siglo creían que Pedro y Pablo habían fundado la iglesia en Roma. Se pensaba que cada Obispo de Roma había pasado su autoridad y su posición a su sucesor para que quien fuera el actual Papa, estaba sentado en la Sede Apostólica de Pedro.
Podemos ver por qué esto sería tan importante para la Iglesia, en un tiempo que los Gnósticos eran una amenaza para la fe. Ellos afirmaban poseer conocimientos secretos y tradiciones especiales que habían sido enviados por Jesús a los Apóstoles, y luego a ellos. En contraste a esta ficción, Roma podría actualmente nombrar a sus Obispos y recitar la conexión hasta los Apóstoles originales. Esta lista era memorizada por los jóvenes creyentes como lo son las capitales estatales por los estudiantes de hoy.
Mientras la iglesia en Roma siempre tenia el gran respeto de la mayoría de los creyentes, este honor no siempre se extendía a su Obispo. Hay mucha evidencia de los Padres de la Iglesia, como Ireneo y Cipriano que hubo grandes diferencias entre ellos por posiciones adoptadas por el Obispo de Roma. Hasta Constantino, no hay evidencia de que la Iglesia en general tomaba su dirección de Roma o de su Obispo como el pastor principal.
Es importante en este momento hablar acerca de los cambios que pasaron en la estructura de la iglesia durante el 3º y 4º siglo. Este cambio se produjo por 2 razones: Los Consejos y los Arzobispos.
El primer cambio que se desarrollo para traer una alteración en la forma en que las iglesias se desarrollaban fueron los Concilios de la Iglesia. Con el crecimiento de la iglesia y con mas congregaciones individuales desarrollándose en más lugares, los líderes de la Iglesia reconocieron la necesidad de coordinar sus esfuerzos y enseñanza. La aparición de herejes impulsó a los ancianos y pastores a reunirse para debatir cómo abordar el desafío de las falsas enseñanzas. Estos encuentros fueron en primer lugar informales e irregulares, llamados al azar por los dirigentes provinciales. No fue hasta el 3º siglo que comenzaron a reunirse anualmente en Consejos mas formales para compartir noticias y establecer políticas que se observarían en cada iglesia. Estos consejos provinciales resultaron tan útiles, en el 4º siglo varias provincias comenzaron a enviar a sus Obispos a grandes consejos regionales.
Cuando Constantino se convirtió en Emperador y las iglesias enfrentan grandes obstáculos, el llamado fue enviado a todos los Obispos a reunirse. La primera asamblea o Concilio Ecuménico se celebró en el año 314 en Arles, aunque sólo los líderes de la Iglesia Occidental fueron llamados. El primer verdadero Concilio de toda la Iglesia fue celebrado en Nicea no muy lejos de Constantinopla en el año 325 y trato con la amenaza del Arrianismo. Las conclusiones de estos Consejos Generales se convirtió en la norma para todas las iglesias.
El segundo desarrollo que ayudó a dar una nueva forma a la Iglesia fue la aparición de los Arzobispos. Durante los consejos provinciales y regionales, todos los obispos debían de ser iguales. Pero, en la práctica, algunos de los antiguos Obispos y los que tenían congregaciones más grandes, más viejas y más respetadas era dadas celebradas un mayor respeto. Además, en el desarrollo de la iglesia muchas veces primero se establecía en los centros urbanos y, después, llegaba a los alrededores en zonas rurales donde surgieron pequeñas iglesias, que por lo general eran dirigidas por pastores enviados por el pastor del centro urbano más cercano. Era natural que estos pastores rurales miraran a la iglesia que los había enviado como su hogar espiritual y el pastor que los envío como su líder espiritual. En otras palabras, los obispos rurales veían a sus obispos urbanos como Arzobispos. Éste al mismo tiempo podía mirar a algún otro Obispo de una aún mayor ciudad cercana como Roma, Alejandría, Antioquía, Constantinopla como su supervisor espiritual. Así, mientras que todos los obispos eran teóricamente iguales, en la práctica estaban relacionados entre sí de una manera jerárquica basada en el tamaño y la importancia de la iglesia y de la ciudad, donde el obispo servía.
Usted puede hacia dónde vamos o no? → Con loa concilios de la iglesia a los cuales asistieron los Arzobispos junto con una iglesia que de repente tiene acceso al favor Imperial, con lo que terminamos es la proverbial caja de Pandora de intrigas políticas.
El traslado de la capital política del Imperio de Roma a Constantinopla en el año 330 d.C. desplazado el centro de gravedad política 900 millas al Este. Debido a su ubicación y la proximidad al poder político que se estaba volviendo cada vez más importante, de repente, Constantinopla fue agregada a la lista de Centros Cristianos Importantes. Y el Obispo de Constantinopla se convirtió en un jugador muy importante.
Cuando Teodosio se convirtió en Emperador en el año 379 d.C. el hizo al Cristianismo la religión oficial del estado, y la política de la Iglesia se trasladó a un nuevo nivel. Cientos de personas fingieron una conversión y entraron en la iglesia meramente para obtener ventajas políticas. Como hemos hablado en un episodio anterior, en Mayo del año 381, el Emperador Teodosio convocó un Consejero general en Constantinopla, pero sólo los Obispos Orientales fueron llamados a asistir. Dámaso, el Obispo de Roma no fue invitado. Teodosio quería cerrar el libro sobre el Arrianismo y por esa razón convocó al Consejo para aprobar y ratificar el Credo de Nicea. Los Obispos Orientales decidieron utilizar al Consejo para levantar su moneda política para también pasar la regla que el Obispo de Constantinopla era segundo al Obispo de Roma en términos de autoridad. Ellos se basaban en la idea que Constantinopla era la “nueva Roma”.
Dámaso reconoció esta jugada para lo que era, un juego de poder político. Él y los demás Obispos Occidentales respondieron con su propio Consejo celebrado un año más tarde donde abogaron que la importancia de Roma no era debido a su proximidad a la capital, pero por su histórica conexión a Pedro y Pablo. Fue a partir de este Consejo en Roma en el año 382, donde la Iglesia primero afirmó la “Primacía de la Iglesia Romana” sobre la base donde Jesús supuestamente dice que él construiría su Iglesia sobre Pedro.
Era evidente por el final del 4º siglo que las iglesia del Oriente y Occidente se dirigían en direcciones distintas.
La Iglesia oriental con su centro en Constantinopla se convirtió cada vez más vinculada a la potencia Imperial. En el Oeste las cosas eran radicalmente diferentes. El poder imperial y presencia estaba disminuyendo. La iglesia no solo estaba desatándose de las estructuras políticas, porque mientras esas estructuras se disolvían, la Iglesia se volvía cada vez el centro de autoridad y gobierno en los ojos de la gente común.
Después de Dámaso, el Obispo Romano más responsable de la aparición del oficio de Papa fue Leo Magno. Leo fue un noble y político que fue elegido como Obispo de Roma cuando Sextus III murió en el año 440 d.C. Los 21 años de Leo como Papa vio a Roma pasar sus años más tumultuosos. El afirmo practicas ya establecidas para apoyar su primacia sobre toda la Iglesia.
Ok. Este es el punto donde les tengo que decir que nos vamos a desviar de nuestro curso habitual y descartar algunas cosas que pueden molestar a nuestros amigos Católicos. Pero este es un período de la historia de la Iglesia que habla específicamente sobre la cuestión de la primacía del papado. Confía en mí, cuando lleguemos mas adelante en la historia de la iglesia, tendremos un montón de cosas difíciles para mirar con respecto a los protestantes.
Leo y su enfoque sobre la primacía del Papa y que el era EL sucesor espiritual de Pedro como líder de la iglesia, se basa en gran medida en Mateo 16, donde Jesús le dijo a Pedro que el construiría su Iglesia sobre la roca, parece ir en contra de la enseñanza clara de Jesús sobre la Iglesia en donde no debemos seguir los patrones del mundo del poder y del gobierno. Los lideres están para servir. Como Bruce Shelley señala en su maravilloso libro Historia de la Iglesia en Lenguaje Claro, la primacia de Pedro como líder de la iglesia es difícil sacar de Mateo 16, cuando en sólo unos pocos versículos más adelante Jesús reprende a Pedro, llamándolo “Satanás.” Peter negó al Señor en su juicio e incluso después del llenado del Espíritu Santo se registra en Hechos 2, que el apóstol Pablo lo reprende por ser un mal ejemplo.
Otra razón para cuestionar la primacía de Pedro y la sucesión apostólica de los Papas es al preguntar, donde en la Biblia comisiona Jesús a Pedro como Obispo de Roma? Aunque ciertamente Pedro fue a Roma, no hay nada que sugiera que él fue el jefe de la iglesia en Roma. Sabemos que fue martirizado y enterrado, pero eso es muy lejano de llevarnos a decir que fue el Obispo Romano.
Desde una simple perspectiva histórica, hasta el tiempo de Dámaso y Leo, mientras que el obispo de Roma fue, sin duda, considerado como UN gran líder, no fue considerado como EL líder de la Iglesia entera. La evidencia es muy fuerte que Dámaso al igual que Leo eran lo suficientemente astutos para ver que con la aceptación del Cristianismo al Imperio habría ciertos lugares que tomarían una gran importancia. Esos lugares fueron Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Roma. Roma era la única ciudad en el Oeste, las otras 3 estaban en el Este. Y con el centro político ahora igualmente en el Este, Roma sabía que enfrentaba una amenaza muy real de convertirse en irrelevante, como ya le había pasado a la Iglesia de Jerusalén. Así que los obispos de Roma jugaron su carta especial; ellos eran la única iglesia donde los nombres de Pedro y Pablo tenían alguna conexión histórica.
En nuestro próximo episodio, veremos cómo Leo el Grande ayudó a cimentar a Roma como centro de la Fe.