23 - “Y ustedes ¿Quién dicen que es El?”
Este episodio es titulado, “Y ustedes ¿Quién dicen que es El?”
Comenzamos este episodio con la lectura del Credo de Calcedonia del año 451 d.C., la porción dedicada a la visión ortodoxa de Cristo.
Nosotros, entonces, siguiendo a los santos Padres, todos de común consentimiento, enseñamos a los hombres a confesar a Uno y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en Deidad y también perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y alma racional; cosustancial (coesencial) con el Padre de acuerdo a la Deidad, y cosustancial con nosotros de acuerdo a la Humanidad; en todas las cosas como nosotros, sin pecado; engendrado del Padre antes de todas las edades, de acuerdo a la Deidad; y en estos postreros días, para nosotros, y por nuestra salvación, nacido de la virgen María, de acuerdo a la Humanidad; uno y el mismo, Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles, incambiables, indivisibles, inseparables; por ningún medio de distinción de naturalezas desaparece por la unión, más bien es preservada la propiedad de cada naturaleza y concurrentes en una Persona y una Sustancia, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo; como los profetas desde el principio lo han declarado con respecto a Él, y como el Señor Jesucristo mismo nos lo ha enseñado, y el Credo de los Santos Padres que nos ha sido dado. AMEN
Compare esto con las sencillas palabras del Credo de los Apóstoles citada por muchos cristianos de la memoria 300 años antes.
Creo en . Jesucristo, Hijo unigénito de Dios, nuestro Señor, quien fue concebido por el Espíritu Santo, nacido de María Virgen, sufrió bajo Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado. Él descendió al infierno. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Él ascendió al cielo y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.
Bastante diferencia. ¿Qué causó que la Iglesia usara un idioma exigente acerca de quién era Jesús entre el comienzo de la 2º y hasta mediados del 5º siglo? Ese es el tema de este y el próximo episodio. A lo largo del camino, veremos acontecimientos interesantes en la iglesia y conoceremos a algunos personajes coloridos.
En el capítulo 16 de Mateo, leemos acerca de un tiempo en la región de Cesárea de Filipo en Galilea cuando Jesús les preguntó a sus discípulos, ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Después de escuchar lo que decía la gente en ese tiempo, Jesús les preguntó “Y ustedes ¿quién dicen ustedes que soy Yo?” y esto establece el escenario para que Pedro confiese su fe en Jesús como el Mesías.
Pensaríamos que la afirmación de Jesús de la respuesta de Pedro pusiera fin a la controversia. Fue sólo el comienzo. Esa controversia rugió en la iglesia durante los próximos 500 años mientras los líderes de la Iglesia contendieron con COMO entender quien era Jesús.
Ya hemos hablado de este tema en episodios anteriores. Les había mencionado que volveríamos a tratarlo específicamente en un futuro episodio. Este es el episodio; y es la razón por la cual necesitamos ir un poco mas lento y tomarnos nuestro tiempo en repasar la historia de la controversia en torno a cómo entender quién era Jesús. Necesitamos acampar aquí un poco, porque este tema consumió una buena cantidad de la energía intelectual de la Iglesia durante el 4º y 5º Siglo.
Hoy, aceptamos fácilmente la visión ortodoxa de la Trinidad y la Naturaleza de Jesús como Dios y Hombre; no nos percatamos de la agonía que pasaron los primeros Padres de la Iglesia mientras trabajaban COMO precisamente poner en palabras, justo lo que los cristianos creen. Un teólogo dijo que la teología es el arte de hacer distinciones. En ninguna parte es más evidente que aquí, en nuestra examinación de cómo los teólogos ortodoxos describían a Cristo.
El primer gran Concilio Ecuménico que se celebró en Nicea en el año 325 d.C., fue impulsado por el Emperador Constantino. Unos 300 Obispos representantes de todo el mundo Cristiano asistieron a forjar su respuesta al Arrianismo; la idea de que Jesús era humano, pero no divino. Mientras el Consejo se prolongo, Constantino, desesperado para volver a la administración del Imperio, presiono a los Obispos a aprobar una declaración que afirmaba que Jesús era Dios y Hombre. Pero muchos de los obispos de Nicea se fueron descontentos con la redacción de las palabras del Credo de Nicea. Sentían que eran imprecisas. No lograban captar la verdad plena de quién era Jesús. Esta falta de apoyo para el Credo de Nicea abrió las puertas a muchas de las controversias que más tarde asolarían a la Iglesia. El Concilio de Calcedonia 125 años más tarde endureció el idioma de Nicea, pero no altero fundamentalmente el credo. Echemos un vistazo al tiempo entre Nicea y Calcedonia . A veces, en un intento de dar claridad a una situación compleja, simplificamos demasiado. Corro el riesgo de hacerlo aquí. Pero siendo lo mas breve posible, pido la paciencia de los oyentes mientras trazo el camino del año 325 al 451 d.C.
Después de Nicea, con la afirmación de que Jesús es Dios y Hombre, la Iglesia tenía que ponerlo en armonía con la realidad Bíblica de que hay UN solo Dios, no dos. Y ESPERA, alguien preguntó: ¿qué pasa con el Espíritu Santo; no dice la Biblia que él también es Dios? La declaración clásica y ortodoxa de la Trinidad, que Dios era 1 en sustancia o esencia, pero 3 personas no fue algo que todo el mundo aceptó inmediatamente. No fue si como en el Concilio de Nicea se tomo un voto y se acordó que Jesús era una deidad y humano al mismo tiempo. ¿Entonces alguien levantó su mano y dijo, “¿pero no hay solo un Dios?”
Sí. à Bueno, ¿entonces cómo podemos describir a Dios ahora? Esperaron en silencio durante aproximadamente 14 segundos y luego alguien dijo, “Que les parece esto: Vamos a decir que Dios es uno en esencia y tres en persona.” Todos sonrieron y dieron su consentimiento, le dieron a ese chico una palmada en la espalda y dijeron, “Muy bien, ¡listo! Allí esta: ¡la Trinidad! Nuestro trabajo aquí está hecho. Vamos por una pizza.”
No; se tomó mucho tiempo en obtener el texto con las palabras precisas. Lo que lo hacia difícil es que estaban trabajando en 2 idiomas, Griego y Latín. Una formulación que parecía tener sentido en griego no se traducía al Latín, y viceversa.
Tomó el trabajo de los Padres Capadocios, Basilio el Grande de Cesárea, y su hermano Gregorio de Nisa y su amigo cercano Gregorio Nacianceno que trabajaron en la redacción con palabras que dejo satisfechos a la mayoría de los obispos y puso el fundamento clásico de la doctrina ortodoxa de la Trinidad. El Concilio de Constantinopla en el año 381 fue llamado a hacer esta fórmula Trinitaria oficial. Este fue un año después de que el Emperador Teodosio I declaró al cristianismo la religión oficial del Estado.
Así, con ese proceso teológico importante fuera del camino, se pasó al siguiente tema. Y allí es donde se complico todo.
Si Jesús es Dios y Hombre, ¿cómo podemos entender eso? ¿Tiene dos naturalezas, o 1 de las naturalezas tiene control de la otra? O hay un tercer camino: ¿la naturaleza humana y divina se fusionaron a una nueva naturaleza híbrida?
Un montón de diferentes grupos presentaron sus opiniones y la lucha fue dura para que su formulación doctrinal se convertiera en la posición oficial de la Iglesia.
El Concilio de Éfeso en el año 431 salió con una posición que elevaba a 1 de las naturalezas, mientras que el Consejo en Calcedonia lo altero 20 años más tarde, afirmando las 2 naturalezas de Jesús.
Fue evidente para los líderes de la Iglesia después del Concilio de Constantinopla que el dolor de cabeza que se quitaron con la solución al problema de la Trinidad se agrego al problema Cristológico que surgió en los años siguientes.
Para comprender cómo esta cuestión se resolvió, necesitamos echar un vistazo a la rivalidad que creció entre 2 iglesias; una rivalidad impulsada en gran parte por el cristianismo siendo liberado de la persecución y elevado a ser la aliada del Estado. Las 2 iglesias eran Alejandría y Antioquía.
El debate sobre cómo entender la Persona y las Naturalezas de Jesús fue comenzado en el Imperio de Oriente. El Occidente no estaba tan involucrado porque Roma simplemente no veía tantos desafíos en su creencia en la doble naturaleza de Cristo. Así que, aunque no fueron el escenario de tanta agitación teológica, jugaron un papel importante en la forma en que la controversia fue resuelta.
La rivalidad Política entre Alejandría y Antioquía se venia desarrollando desde hace algún tiempo. Estando las dos en el Oriente, ambas iglesias competían entre sí para mandar a sus Obispos a Constantinopla, la nueva Roma y el centro político del imperio de Oriente. Al tener uno de sus Obispos promovidos a la capital significa que tenían derechos de jactarses y podría resultar en más poder y prestigio para el Alejandría o Antioquia. Dos obispos de Antioquía que fueron mandados a Constantinopla fueron Juan Crisóstomo, que ya hemos examinado, y Nestóreo, que lo veremos mas adelante.
Además de su celo eclesiástico, había muchas diferencias en tradiciones culturales y teológicas en las iglesias de Antioquía y Alejandría. La iglesia de Antioquía tenia una conexión mas profunda con las raíces judías en Jerusalén. Había una fuerte tradición de investigación racional. Fue en Antioquía que los líderes de la iglesia habían leído profundamente en el Antiguo Testamento para encontrar muchos de los grandes tipos que apuntaban a Jesús. Ellos estudiaron las Escrituras a través del lente de la interpretación literal, la alegría que Dios se hizo hombre en la persona de Jesús.
La Iglesia en Alejandría era diferente. Había crecido bajo la influencia del Judaísmo filosófico como visto en Philo y pasado a eruditos como Clemente y Orígenes. Los Alejandrinos tenían una tradición contemplativa de la piedad, como se podría esperar de una iglesia cercana del desierto Egipcio donde los ermitaños consiguieron su comienzo y habían sido héroes de la fe durante generaciones. En la interpretación de las Escrituras, la Iglesia de Alejandría desarrolló y estuvo dedicada al método alegórico. Este veía el verdadero significado de la escritura como las realidades espirituales escondidas en sus palabras literales y históricas.
Mientras que los líderes en Antioquía veían a Jesús como Dios que había venido como hombre, en Alejandría estaban de acuerdo que Jesús era un hombre, pero su naturaleza divina era totalmente abrumaba por la naturaleza humana, de modo que él sólo había 1 operando eficazmente; la naturaleza divina.
Las diferencias entre Antioquía y Alejandría ya habían surgido en sus distintos enfoques en refutar el error de Arrianismo. Que nunca se reconciliaron estableció el escenario para todas las asperezas que persistieron durante el debate sobre Jesús. Los Arrianos se enfocaban mucho en pasajes del NT que parecían sugerir la subordinación de Jesús a Dios Padre. Les gustaba citar Juan 14:28, donde Jesús dijo, “Porque el Padre mayor es que yo”, y Mateo 24: 36, “Nadie sabe . Ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.” En respuesta a los Arrianos, los teólogos de Alejandría sostuvieron que tales pasajes se podían aplicar correctamente al Hijo de Dios en su encarnación. Los teólogos de Antioquía tomaron una ruta diferente, diciendo que tales pasajes se referían no la divinidad de Jesús, sino a su humanidad. Esto puede parecer dividir puntos semánticos; pero nuestros amigos en Antioquía y Alejandría pensaban que esto era un gran problema y una gran diferencia. En realidad, ambos enfoques proporcionan una defensa de la teología de Nicea, una refutación del Arrianismo, y un enfoque para interpretar los Evangelios.
Aquí es donde tengo que simplificar para no entrar en las minucias de teólogos con demasiados pergaminos, tinta y tiempo. En resumen, el enfoque Alejandrino reconocia a Jesús como Dios, pero su tendencia era en disminuir su humanidad. El enfoque Antioquia captaba de inmediato la humanidad de Jesús, pero tenia un tiempo difícil en explicar cómo las naturalezas humanas y divinas se relacionaban entre sí.
Permítanme tratar de hacer esto más práctico; tal vez es algo que te ha pasado. ¿Alguna vez has estudiado cómo Jesús pudo ser tentado “en todo” como nosotros, como dice Hebreos 4:15, pero como Dios, para el era imposible pecar? Tal vez lo hemos escuchado así; ¿Fue Jesús REALMENTE tentado, cuando como Dios, NO PODIA pecar? Como hombre, él tenía el potencial de pecado. Pero como Dios, él no podía. ¿Entonces fue la experiencia de su humanidad auténtica? Si usted se puede relacionar con este dilema al plantear estas preguntas, puede darse una idea del desafío que los de Antioquia estaban enfrentado.
La diferencia entre Antioquía y Alejandría de cómo entender a Jesús fue el motivo por cual el arrianismo y el Credo de Nicea seguían siendo el centro de atención en la controversia Cristológica que domino el 4º y 5º siglo. Cada lado pensaba que el otro estaba vendiéndose al Arrianismo.
La batalla entre las dos iglesias llego a un punto máximo en el 5º siglo en la guerra que tomo lugar entre 2 hombres; el Obispo Cirilo de Alejandría y Obispo Nestóreo de Antioquía que fue nombrado Obispo de Constantinopla.
Pero ese es el tema de nuestro próximo episodio.
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